Periodismo Critico y Veraz

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DOMINGO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2009

NOTIVIAL 17

unomásuno

Caso: ¡matanza! La masacre fue descubierta dentro de un auto en la colonia Parque de San Andrés, Coyoacán; el cuádruple crimen fue ejecutado por Alejandro y su amante, el actor y homosexual Enrique García, para vivir libremente su amor

familia Cota y que ya al calor de las bebidas embriagantes, fue sorprendido en el interior de dicho cuarto de servicio, haciendo “el amor” con Alejandro Cota Quiroz, con quien sostenía un “tórrido romance” desde que vivía con la familia de él, lo que ocasionó un escándalo dentro de la misma. Después de esto se reunieron acordando matar a todos para poder vivir

libremente su amor insano y de paso quedarse con todos los valores, incluyendo la casa, así lo hicieron al sorprender a los sacrificados(as) en el interior de su hogar, golpeándolos salvajemente para después estrangularlos. Acto continuo limpiaron la sangre y subieron los cuerpos ya sin vida al automóvil de la familia para dejarlos abandonados donde fueron encontrados. Con estas declaraciones también fue asegurado el hijo infernal que aceptó su culpa, siendo consignados ante un juez penal que los sentenció a largos años de prisión por sus abominables asesinatos. La señora Lidia Quiroz estaba divorciada de su marido, el ingeniero Humberto Cota, que radicaba en Cancún, Quintana Roo y tenían 14 años de estar separados. Por lo que respecta a los asesinados, eran conocidos como personas honorables, la jefa de familia trabajaba como secretaria en una refrigeradora en la Central de Abasto, de Iztapalapa. Sus asesinos son unos verdaderos Monstruos del Crimen.

Héctor Cota Quiroz, posiblemente fue victimado con un machete; trabajaba en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Torturada y estrangulada encontró la muerte Claudia, que también trabajaba en la SCT, igual que su hermano Héctor.

JEFE GAYTÁN REPORTERO

G

olpeados salvajemente y estrangulados fueron hallados en el interior del automóvil Renault Alliance, placas de circulación 552 DHT, cuatro miembros de una familia. La señora Lidia Quiroz Granados, de 46 años de edad y sus hijos Héctor Humberto, Claudia y Cynthia, de 28, 22 y 15 años, respectivamente, quienes fueron masacrados y abandonados en calles de la colonia Parque de San Andrés, perímetro de Coyoacán. Este descubrimiento hace ya algunos años despertó el horror e indignación, tanto de las autoridades como de la ciudadanía, quien se bebía prácticamente las notas periodísticas publicadas en los medios informativos. De acuerdo con el avance de las investigaciones, dos de los cadáveres se encontraban en la parte posterior del carrotumba, y eran los de la señora Lidia y su hija Claudia; en la cajuela los cuerpos de Héctor y Cynthia envueltos en sábanas sobre la calle Alemania, frente al número 12 de la referida colonia. Eran las 7:30 de la mañana cuando un barrendero se percató que en el interior del vehículo se encontraba una persona boca arriba tapada con una sábana, le tocó la ventanilla, pensando que se encontraba dormida, pero al no obtener respuesta, un escalofrío recorrió su cuerpo y la piel se le puso “chinita”, por lo que de inmediato dio parte a la policía, llegando al lugar patrulleros de la entonces Protección y Vialidad, constando que efectivamente no se trataba de un solo cuerpo, si no que eran dos en el interior de la unidad. Dada la voz de alerta se apersonaron el mayor José Salomón Tanuz, Jorge

Enrique García trató de salvar a su amante Alejandro Cota Quiroz, por los brutales crímenes, pero no lo logró.

De escasos 15 años de edad, Cynthia fue bestialmente ultimada; era una brillante estudiante.

El carro-tumba donde fueron abandonados los cuerpos de las víctimas.

Udave González de la Policía Judicial, así como el fiscal especial de Homicidios, licenciado Sánchez Navarro y media docena de peritos en criminalística, realizando un minucioso rastreo y grande fue su sorpresa al encontrar en la cajuela otros dos cuerpos también ensangrentados, el joven Alejandro Cota Quiroz (único sobreviviente de la matanza), hijo y hermano de las víctimas los identificó y se supo que misteriosamente había desaparecido de su hogar el día trágico, explicando que se había quedado a dormir con un amigo en Xochimilco. La señora Verónica Quiroz Granados, hermana de la madre de familia ultimada, aseguró a los detectives de homicidios, al mando de Roberto Cuevas Antolín “La Márgara”, que no se habían robado nada de la casa, por lo que se descartó el robo en el cuádruple crimen y también aportó datos muy importantes, como el hecho que al ir a tocarle a sus familiares, descubrió que un hombre delgado, alto, entreabrió las rejillas para asomarse, lo que se le hizo muy sospechoso. Con estos datos y la media filiación del sujeto la policía encaminó sus pasos hacia una persona que había vivido más de un año en el cuarto de servicio que le rentaban en el domicilio de la familia Cota Quiroz. Se trataba del actor y homosexual Enrique El actor homosexual García, quien al ser Enrique García, por detenido confesó que el amor de Alejandro ocho días antes de la se convirtió en mul- matanza asistió a una fiesta en la casa de la tihomocida.

Con un surco en el cuello y golpes en el rostro fue encontrada la señora Lidia. En la foto, cuando la vida le sonreía.

La casa maldita donde se cometieron los cuatro sangrientos homicidios.


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