JUSTICIA
LUNES 16 ABRIL DE 2018
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resisten hasta el calibre 50, y modificados en su interior para llevar, además de la droga, sicarios y así responder a ataques armados; los desertores del Ejército convertidos en narcotraficantes utilizaban su conocimiento militar para convertir a simples vehículos pesados en monstruos de guerra. Los "narcotanques" también tenían pequeñas ventanas estratégicas para disparar sin salir del vehículo, con menor probabilidad de ser herido en un enfrentamiento. El hallazgo fue calificado por las autoridades como una mutación criminal, pues pasaron de usar camionetas de valores o camiones de tres toneladas, para modificar camiones de basura, tráilers o hasta camiones de carga. "Mutaron los criminales, las unidades de hoy tienen mayor capacidad, más fortaleza de blindaje, incluso cuentan con clima, tanques de oxígeno y de diésel". La lentitud de las unidades y su falta de alta tecnología eran compensadas con la resistencia y seguridad.
Revira Sedena sus propias palabras A los 10 días, la misma Sedena se retractó de las palabras que el alto mando militar de la Octava región dijo en el momento del decomiso. Un diagnóstico de la dependencia federal aseguró que los "narcotanques" sólo eran "apariencia", pues su construcción es "altamente vulnerable" a la capacidad de fuego del Ejército. Añadió que el objetivo principal de los "narcotanques" es "intento desesperado de los delincuentes para proteger a su gente de las bajas ocasionadas por parte de personal militar". La Sedena identificó puntos débiles en los tanques modificados: por ejemplo, que son vulnerables líquidos incendiarios, como las bombas molotov. Además, son inútiles para las operaciones encubiertas, pues los fabrican realmente para amedrentar a grupos rivales. Sin mencionar que su tamaño lo hacen poco maniobrables e identificables fácilmente. La inutilidad y vulnerabilidad de estos "narcortanques" es tal para la Sedena, que tan sólo con disparar a las llantas, el vehículo puede quedar inservible.
Estos tanques blindados estaban forrados con placas de metal.
Los Zetas, ¿un cártel en declive? El poder criminal que alcanzó este cártel de la droga parece, en la actualidad, estar ya muy lejos e incluso en declive. De acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), Los Zetas tienen una marcada presencia únicamente en Tamaulipas. Por su parte, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) coloca a Juan Gerardo Treviño, alias "Huevo", como el máximo líder de la organización. Las mismas autoridades estadounidenses ven en Los Zetas a un cártel que han perdido fuerza y terreno tanto en México como en Estados Unidos. La DEA detalla que Los Zetas están divididos en dos células rivales: el Cártel del Noreste, que representa una forma renombrada de los principales zetas; y Los Zetas de la Vieja Escuela, un grupo disidente. El cártel trafica cocaína, heroína, metanfetamina y mariguana desde México a Estados Unidos. Sin embargo, la presencia mediática y criminal de Los Zetas se ha inclinado a otra práctica delictiva relativamente reciente: El huachicoleo, es decir, el robo de combustible. Esto se ve reflejado en un nombre, Roberto de los Santos de Jesús, "El Bukanas", considerado el mayor líder huachicolero, es de extracción zeta. Guanajuato, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo, Veracruz y el Estado de México son las entidades que mayor casos de robo de combustible presentó el año pasado según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), lugares donde, a excepción de la entidad mexiquense, también se ha señalado presencia alguna de Los Zetas.
Los narcotanques tenían ventanas estratégicas para disparar sin salir del vehículo, y evitar así ser herido.