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Retórica en la comunicación: El diseño como

El diseno como proceso proyectual de innovacion

C O mu NICACI ó N LA

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Licenciada Ana Mercedes Gallardo Ceballos

No es sorprendente que los alumnos ingresen a la Licenciatura en Diseño Gráfico en Comunicación y Publicidad habiéndose interesado en el Diseño como pura forma de expresión pero, más todavía, en la relación estrecha entre la disciplina y la tecnología. Después de todo, exceptuando a los centros escolares que poseen Bachillerato en Diseño Gráfico, la educación secundaria no cultiva las habilidades cognitivas creativas necesarias para entender la complejidad del diseño como proceso proyectual de innovación.

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El diseno como proceso proyectual de innovacion

ARubén Fontana la formación universitaria le parece esencial para abarcar la temática y generalidades del diseño, entendiendo que por esta disciplina se cruzan a diario aspectos sociales, psicológicos, históricos, conceptuales, lingüísticos, morfológicos y metodológicos, entre muchos otros.

Para la innovación, un cambio de mentalidad se motiva en los estudiantes: “aprender a diseñar”. Al adquirir ese aprendizaje, la persona se da cuenta de la importancia del diseño para la sociedad. Generar marcas, productos, innovar procesos, trabajar con otras disciplinas para solucionar necesidades de comunicación, etc., no se logra sin entender la realidad de la materia. Por lo tanto, cabe aclarar que se solicita el conocimiento de conceptos teóricos fundamentales para aplicar en la práctica, en la innovación y así comprobar repetidamente que funcionan. ¿Cómo aprender a diseñar?, ¿qué conceptos básicos enseñar y tomar en cuenta?

Algunos podrán decir que en su oficina de diseño se aprende principalmente cuando se utiliza el sentido común, se escucha a los asesores y, sobre todo, al cliente. También, mediante el intercambio espontáneo y responsable de opiniones sobre los objetivos que se desean cumplir y las actividades que se realizan. Alrededor de este concepto se desarrolla una manera de encarar los trabajos que en una primera etapa son lentos, pero en cuando surgen la claridad y los acuerdos, se desarrollan de manera veloz y eficiente. La práctica cotidiana, entonces, es la que permite ratificar los conceptos, la que confirma día a día si las ideas son válidas o no.

El diseño y la comunicación se dan en función de la sociedad. El diseñador tiene que ser consciente de que se diseña para los otros y no para sí mismo. Debe aplicar la intuición, innovar y reconocer las circunstancias culturales de la época, así como también estar suficientemente informado acerca de la cultura de la audiencia de ese mensaje. Entonces la limitante de ambas disciplinas debe ser la necesidad, el lugar de pensamiento o tropos (término retórico) donde las personas, usualmente receptoras, coinciden. Para que sean disciplinas satisfactorias, como ya se sabe, cumplen un fin, funcionan y lo hacen indiscutiblemente mediante un determinado proceso.

A través del tiempo, diversos autores han formulado distintas explicaciones, por ejemplo Wicious Wung conceptualiza el aprendizaje del diseño por medio de principios y fundamentos.

Sin embargo, la disciplina del diseño se encuentra en un proceso de formación. Está siendo inventada a través de la exploración de los conductos, las tecnologías y los métodos específicos que se adaptan a las circunstancias cambiantes de la cultura contemporánea.

Las disciplinas o artes del diseño se realizan mediante las virtudes intelectuales de los diseñadores. Richard Buchanan en su texto Retórica, Humanismo y Diseño destaca que los diseñadores deben de poseer ciertas competencias: (1) curiosos e inventivos, ir más allá al atender problemas de diseño, (2) capaces de juzgar, autocriticarse sobre cuáles de sus invenciones son construcciones viables y cuáles no, dependiendo de las condiciones; (3) capaces de relacionarse y participar con otros, incluyendo a especialistas técnicos de distintas áreas, en los procesos de toma de decisiones por medio de los cuales se desarrollan productos desde su concepción hasta su producción, distribución, desecho

y reciclaje; (4) capaces de evaluar el valor objetivo de los productos en términos de las necesidades de los fabricantes, los usuarios individuales y la sociedad en general; y (5) capaces de incorporar apropiadamente las ideas en formas expresivas a lo largo del proceso de concepción y planeación. Es decir que, las disciplinas del diseño están dotadas por las habilidades retóricas de los diseñadores.

La retórica permite la posibilidad de sistematizar la disciplina del diseño para explicar cómo los diseñadores inventan y desarrollan los argumentos contenidos en sus productos y cómo los diseñadores pueden presentar sus ideas de manera persuasiva ante los clientes y otros miembros de los equipos de desarrollo de productos.

El patrón de la retórica en el diseño del siglo XX se cimenta sobre los conceptos que, establecidos en la primera etapa de la formación de la teoría retórica, se adaptaron y desarrollaron para satisfacer a las circunstancias cambiantes. En los primeros períodos de la cultura occidental, cuando la retórica estaba orientada hacia las palabras y los argumentos verbales, las divisiones tradicionales de la retórica eran la invención (encontrar qué decir, encontrar los argumentos), el juicio, la disposición (planeación de la secuencia del argumento), la deliberación (elección del vehículo adecuado para presentar los argumentos ante los distintos públicos) y la expresión (selección de la incorporación estilística apropiada de los argumentos).

La deliberación en el diseño admite argumentos: los planes, las propuestas, los bosquejos, los modelos y los prototipos que los diseñadores presentan como la base para el entendimiento, la acción práctica o la producción.

En la nueva retórica del diseño y la tecnología del siglo XX, donde siempre el esfuerzo es superar la separación entre las palabras y las cosas, las divisiones tradicionales de la retórica se presentan para dar coherencia a la investigación. La investigación del diseño en los centros donde se combina teoría y práctica giran alrededor de cuatro temas: invención y comunicación, juicio y construcción, toma de decisiones y planeación estratégica, así como evaluación e integración sistemática. Estos temas sugieren asuntos y problemas que existen detrás del cambiante debate sobre el diseño durante los últimos setenta años.

El diseño es el arte retórico de darle forma a los argumentos sobre el mundo artificial o creado por el ser humano, argumentos que pueden llevarse a las actividades concretas de la producción, con resultados objetivos que al final son juzgados por los individuos, los grupos y la sociedad.

Bibliografía

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