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El Centro de Thrissur, India

Arquitecta Andrea Monedero Morales

Desde hace poco tiempo vivo en el distrito de Thrissur, una ciudad muy antigua considerada la capital cultural de Kerala, estado al Sur de la India. Por primera vez me encuentro en un espacio urbano que no tiene sus orígenes en el modelo cristiano, y siempre me preguntaba cómo se organizaba el centro histórico de una ciudad al ser exenta de la catedral y de su respectivo espacio abierto.

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Así como muchas ciudades en la India, hace pocos años Thrissur se encontró con el crecimiento acelerado del paisaje urbano, fenómeno característico de las ciudades que enfrentan la globalización de golpe. De pronto, los vehículos y los edificios inundan la ciudad, y ésta se adapta a ellos, y no al revés. En consecuencia, los servicios públicos están lejos de favorecer al ciudadano en su naturaleza primaria de peatón, transformándose en una ciudad no inclusiva.

Las amplias y agitadas calles que lo rodean son popularmente conocidas como el “Round”. Circundan una colina oficialmente llamada Thekkinkadu, que

Templo de Vadakkumnathan

alcanza un área de 65 acres (263,000 m2) y se trata nada menos del redondel más grande del Sur de Asia. Considerando el tamaño, su posición y la planicie de la ciudad, este espacio se hace incluso más interesante. En Malayalam, el nombre significa Bosque de Teca, lo que solía ser hace muchos años. Además de ser un área verdaderamente peculiar, en la cima y centro de la colina se encuentra el famoso Vaddakumnathan, un antiguo templo hindú dedicado al Dios Shiva.

Según arqueólogos, algunas de las estructuras del complejo no tienen menos de 900 años. El Vadakkumnathan es el templo más grande y distinguido de Kerala. Abarca un área de tres acres, tiene tres templos principales, y de las numerosas estructuras, destaca arquitectónicamente el Koothambalan, (teatro) utilizado para presentaciones de danza y discusiones religiosas. El templo es un sitio ejemplar para apreciar la arquitectura tradicional de Kerala. La calidad de las estructuras de madera es inspiradora tanto en escala monumental como en detalle. En estos últimos, 300 artesanos han trabajado en la conservación del Templo, y cualquier trabajo creativo es un medio a través del cual los artesanos establecen una comunión con lo divino.

El edificio que vi el día que visité el Thekkinkadu, era una de las cuatro entradas del templo (Padippura), poco hubiera importado si ese día me hubiera acercado a una de las puertas pues el ingreso al templo es exclusivo para hindúes.

El templo debe gran parte de su fama al Thrissur Pooram, por ser el anfitrión anual desde hace 300 años. En el siglo XVII, el famoso gobernante Saktham Tampurán ordenó talar los arboles del bosque, y se dice que creó el festival para alegrar a los dioses, quienes estaban molestos por este hecho. El evento ha sido recientemente considerado por la UNESCO para ser patrimonio mundial, y ya es reconocido como uno de los festivales más importantes del mundo.

El Koothambalan

La espera del festival está en boca de todos los Malayalees (Ciudadanos de Kerala) y le da carácter a una ciudad que se confunde entre dos tendencias, la tradicional y la ‘moderna’. Mi emoción era incluso mayor porque además de asistir el festival por primera vez, podría ingresar al famoso templo, pues la regla se omite solo una vez al año, cuando se celebra el Pooram.

Desde tempranas horas de la mañana en el primer día del festival, yo estaba en las calles viendo las procesiones de elefantes que caminan hacia el Thekkinkadu, los elefantes, representantes de los dioses, salen de sus templos a las calles a celebrar con la gente. El concepto, la música, las emociones y toda una energía contundente me hizo pensar en la impresión de los turistas que viajan desde lejos para ver las procesiones de Semana Santa en La Antigua Guatemala.

Templo de Vadakkumnathan Los elefantes vienen de todos los templos vecinos a encontrarse en las tierras del Vaddakumnathan, y el clímax del festival sucede cuando los dos templos más importantes desfilan para competir uno frente al otro, en medio de una multitud de más de 100 mil personas, que celebran, bailan y apoyan el desfile.

El festival dura 36 horas y en las mañanas el ambiente es mucho más tranquilo. Estaba ansiosa por entrar al templo, al fin y al cabo la reacción psicológica siempre es alterada al encontrarse con los interiores de una catedral. Puesto que poco conozco del hinduismo y la palabra ‘tradicional’ en arquitectura no siempre lleva tanto entusiasmo para mí, me sorprendió mi reacción: sentir la necesidad de contemplar las obras, un despertar hacia un nuevo tipo de espacio. La composición de las icónicas figuras perfectamente geométricas superó mis expectativas más allá de mis sensibilidades espaciales en una manera tan sutil, que solo sugieren silencio y un respeto único hacia los monumentos. afuera, en la plaza, en el parque… existe una magia acogedora de las conexiones humanas en este tipo de espacios públicos. En el Thekkinkadu, el contraste emocional entre la complejidad del espacio que se desarrolla dentro y fuera de la muralla del templo se siente en demasía.

Un espacio con tanto potencial podría ser parte integral de su comunidad, más allá de ser el sitio donde se desarrolla el Pooram. Para mí, la intensidad del festival puede ser una señal de que sus habitantes están en búsqueda de pertenecer a una memoria colectiva, de experimentar las conexiones humanas en días ordinarios.

Si este tipo de arquitectura es una personificación de los dioses, solo les atribuye aptitudes de nobleza. Siendo arquitectura que tiene como objetivo conectar al ser humano con una fuerza superior, no dudo que no cumpla su propósito.

Sin embargo, los encuentros que suceden adentro de una catedral son tan maravillosos como los que suceden De esta expriencia puedo concluir que pareciera ser que un espacio público es un sumario simbólico del comportamiento antropológico de su comunidad.

Bibliografía:

Experiencia personal de la autora durante el trabajo de investigación desarrollado para documentar el proyecto de restauración del templo.

Interior del Koothambalan

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