Suplemento económico de la Unión Industrial Paraguaya
Lunes, 20 de octubre de 2025
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Suplemento económico de la Unión Industrial Paraguaya
Lunes, 20 de octubre de 2025






Los biocombustibles son combustibles producidos a partir de materia orgánica no fósil, como plantas o residuos agrícolas. Aunque sus orígenes se remontan al siglo XIX —con pioneros como Rudolf Diesel y Henry Ford— su desarrollo y consolidación como alternativa a los hidrocarburos se dieron tras la crisis petrolera de la década de 1970.
A nivel mundial, la producción y la demanda de biocombustibles han crecido de forma sostenida, con predominio del etanol. Entre 2013 y 2023, la producción aumentó 50%, alcanzando 180,5 millones de m³ (64,6% etanol y 35,4% biodiésel), mientras que la demanda creció 48%, hasta 172,6 millones de m³. En ese periodo, el consumo de etanol subió 28% y el de biodiésel 108%.
En Paraguay, la industria de biocombustibles comenzó a desarrollarse a inicios de los 2000, impulsada por la Ley N.º 2748/05 “De fomento de los biocombustibles”, que declaró de interés nacional su producción y estableció la obligatoriedad de mezclar gasoil con biodiésel y nafta con etanol. Posteriormente, las leyes N.º 5444/2015 y N.º 7357/2024 elevaron los porcentajes mínimos de mezcla de etanol en las naftas, lo que permitió un notable crecimiento del sector, con un aumento acumulado de más del 1.000% en la producción de alcohol energético desde 2005.
A diferencia de otros biocombustibles, la producción de biodiésel registró un avance más gradual, empleándose principalmente con fines de prueba en las maquinarias de las mismas plantas productoras, de acuerdo con informes del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (2007)1 y Rodríguez (2008)2.
Con la promulgación de la Ley N.º 6389/2019 —que promovió la elaboración sostenible y la mezcla obligatoria de biocombustibles aptos para motores diésel— el biodiésel logró dar un paso al frente, registrando un incremento del 106,5% en la producción desde 2009 y posicionándose como una alternativa energética con potencial estratégico para el país.
El presente informe tiene como fuente el estudio: BIOCAP, & UIP-CEE (2025). La industria de los biocombustibles en Paraguay.
1.Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. (2007). El estado del arte de los biocombustibles en Paraguay. Asunción. 2.Rodriguez, R. (2008). Biocombustibles en el Paraguay como cadenas de valor industrial. Red Mercosur.

El complejo de biocombustibles en Paraguay, compuesto de la producción de biodiésel y etanol, sumó un total de 705 millones de litros en el año 2024, lo que equivale a un valor de mercado estimado en 550 millones de dólares. El 87% corresponde al etanol y el 13% a biodiésel. Sin embargo, en valor económico, el biodiésel representa 19%, frente al 81% que representa el etanol.
El 77% de la producción fue destinado al mercado local, mientras que el 23% restante fue dirigido al mercado externo en el 2024.



Para el 2024, la capacidad instalada de la industria era de 2.435,7 millones de litros. Sin embargo, la utilización de la misma llegó a penas al 30,5%. De manera desagregada, el biodiésel tiene una capacidad instalada de 251,9 millones de litros, siendo utilizada solo el 35% de esta en el mismo año. En cuanto al etanol, existe capacidad para producir 2.183,8 millones de litros y solo se utilizó el 30% de toda la capacidad. Esto demuestra que ambas industrias tienen capacidad para responder ante cambios de la demanda.
En cuanto al empleo, se estima que el sector de biocombustibles actualmente genera 76.741 empleos directos e indirectos, con un potencial de expansión a 255.716 puestos de trabajo en el corto plazo utilizando el 100% de su capacidad, beneficiando a más de un millón de personas de



Como se mencionó anteriormente, el etanol representa un verdadero caso de éxito dentro de la industria de biocombustibles en Paraguay, resultado de políticas públicas efectivas y de un marco regulatorio sólido. Su producción ha mantenido un crecimiento sostenido durante las últimas dos décadas: en 2004 alcanzaba 55 millones de litros y, para 2024, superó los 655 millones, lo que equivale a un incremento del 2.630% —unas doce veces más—. Este avance se explica tanto por el aumento constante de la demanda interna como por la implementación de un nuevo marco regulatorio, que desde 2025 establece una mezcla mínima obligatoria del 30% de etanol anhidro en las naftas, el porcentaje más alto del mundo junto con Brasil.
El etanol paraguayo no solo consolidó su presencia en el mercado doméstico, sino que también logró posicionarse en el comercio internacional. En 2024, el 24% de la producción se destinó a la exportación, con envíos a mercados tan diversos como Brasil, Países Bajos y Malasia. Estas operaciones generaron ingresos cercanos a USD 120 millones, situando al país como el décimo quinto mayor exportador mundial de etanol.
El biodiesel se obtiene por un proceso de transesterificación catalítica de glicéridos, en el cual se hace reaccionar aceite vegetal o grasa animal con un alcohol de bajo peso molecular (metanol o etanol), en presencia de un catalizador adecuado, a baja presión y temperatura. En Paraguay, la principal materia prima es el aceite de soja.
Desde 2019, la producción y comercialización de biodiésel en Paraguay presenta una tendencia general positiva, aunque con variaciones significativas a lo largo del período. Ese año, la producción total alcanzó 16,8 millones de litros, seguida de una contracción hasta 2022. No obstante, desde 2023 se evidencia una recuperación sostenida, marcada además por el inicio de las exportaciones.
Para 2024, la producción llegó a 88,1 millones de litros (338% más que en 2019), equivalente a un valor estimado de USD 93 millones, consolidando al biodiésel como un componente de creciente relevancia en la matriz energética y económica nacional.

En el año 2024, de la venta total de biodiésel, el 84% se comercializó en el mercado interno. De este 84%, el 96% se destinó a empresas mezcladoras de combustible, y el restante 4% a otras industrias. Mientras que el 16% restante tuvo como destino la exportación.
4: Composición de las ventas totales y de las ventas internas de biodiésel (2024)

El volumen exportado en el año 2024 generó ingresos por USD 15.277.274. Este valor se dirigió a tres países: Países Bajos (97%), Reino Unido (3%) y Bolivia (0,3%). También, en el año 2023, hubo envíos a Bélgica por un valor de USD 8,6 millones. Por lo tanto, el biodiésel paraguayo tiene como principal destino a países europeos.
Gráfico 5: Exportaciones de biodiésel por país de destino
El potencial del biodiésel paraguayo


(5%) y el volumen vendido internamente alcanzó

APORTE FISCAL
Basado en estimaciones según registros administrativos provistos por el sector, el aporte fiscal anual en la producción de biodiésel es de aproximadamente USD 928 mil a una utilización de la capacidad del 35%. A una utilización plena el aporte fiscal total podría alcanzar los USD 2,6 millones.
En el caso del biodiésel, con una mezcla del 5% y una utilización del 35% de la capacidad instalada, en el año 2024 se logró retener USD 55,2 millones en divisas. Si se aprovechara plenamente la capacidad existente, la retención potencial ascendería a USD 158,8 millones anuales.
La producción nacional de biocombustibles, tanto de etanol como de biodiésel, cumple un rol estratégico. La sustitución de importaciones permite retener divisas dentro del país, lo que fortalece la balanza comercial.

La industria del biodiésel en Paraguay generó en el año 2024 un valor agregado estimado de USD 6,5 millones. De mantenerse el ritmo de crecimiento y una mayor utilización de la capacidad instalada, el valor agregado potencial podría alcanzar USD 18 millones en el corto plazo.


Si bien es cierto que cuando se queman biocombustibles se emite dióxido de carbono, este proviene del carbono que las plantas absorbieron previamente durante su crecimiento. Por lo tanto, contrario a la quema de combustibles 100% fósiles, no representa una adición neta de carbono a la atmósfera (emisión neta = 0). El uso de biocombustibles puede considerarse carbono-neutro en cuanto al CO2, siempre que su producción no implique deforestación ni altas emisiones indirectas.
Considerando el porcentaje de mezcla actual (hasta 5% para biodiésel), en los últimos 6 años se ha ahorrado más de 1,3 millones de toneladas de CO2 aproximadamente, solo por la utilización de biodiésel con ese nivel de mezcla. Esto equivale a:
Sacar 569.000 autos de las calles durante un año, casi un cuarto del parque automotor de Paraguay.
Plantar 61.848.648 árboles durante un año, suficiente para reforestar una fracción significativa del Chaco con baja densidad.
Evitar 990.000 vuelos ida y vuelta Asunción–Madrid, una de las rutas internacionales más contaminantes desde Paraguay.
Gráfico 7: Ahorro aproximado de emisiones de CO2 con la utilización de biodiésel
Fuente: CEE – UIP con base en datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y MIC


El sector transporte es el principal consumidor de biocombustibles, una alternativa estratégica a los combustibles fósiles por su carácter renovable, menor impacto ambiental y compatibilidad con la infraestructura existente. Su creciente relevancia responde al avance de las políticas de descarbonización y a la necesidad global de una matriz energética más sostenible. La Agencia Internacional de la Energía proyecta que la demanda mundial alcanzará 164.300 millones de litros en 2025 y 170.400 millones en 2028, evidenciando un crecimiento sostenido del mercado. En Paraguay, este contexto representa una oportunidad única de consolidarse como proveedor regional de biocombustibles, siempre que se fortalezcan las capacidades productivas y se implementen políticas que impulsen la competitividad del sector.
La generación de energía térmica mediante biocombustibles representa una etapa clave en su transformación energética. Al quemarse, estos materiales liberan energía química en forma de calor, base para la producción de vapor y electricidad. Su aplicación es especialmente relevante en la industria y la calefacción, donde permiten sustituir combustibles fósiles y reducir emisiones. Experiencias internacionales, como las de Renewable Energy Group en Estados Unidos y Müritz Biokraft GmbH en Alemania, demuestran la viabilidad del uso de biodiésel en calderas industriales, evidenciando el potencial de los biocombustibles como fuente sostenible de
Actualmente, el 2,3% de la electricidad mundial proviene de biocombustibles, una participación aún moderada pero en crecimiento sostenido desde 2004. Su incorporación fortalece la seguridad energética y reduce la huella de carbono, como demuestran casos como Guatemala —donde la industria azucarera genera electricidad con biomasa— y Uruguay, que utiliza biodiésel en sus centrales térmicas. En Paraguay, más de 100.000 generadores diésel adquiridos en los últimos cinco años emplean mezclas con 5% de biodiésel, reflejando un uso real de energía renovable en la generación descentralizada.
Además, considerando la reducción prevista del excedente energético y la posible limitación de oferta eléctrica en Paraguay entre 2029 y 2034 (CEE–UIP, 2025)4, los biocombustibles se perfilan como una alternativa viable para diversificar la matriz y fortalecer la seguridad energética del país, siempre que se concreten las inversiones necesarias para aprovechar su potencial en la generación eléctrica.


La glicerína es un subproducto obtenido en el procesamiento del aceite. Esta puede ser purificada y utilizada como insumo en las industrias farmacéutica, cosmética, alimentaria y química. Su aprovechamiento eficiente permite diversificar productos derivados de la cadena oleaginosa y abre oportunidades para la sustitución de importaciones y el desarrollo de capacidades tecnológicas nacionales en sectores industriales estratégicos.
En Paraguay, constituye un eje potencial de industrialización complementaria, con impacto económico y tecnológico relevante. Actualmente, se estima que, en el país, se produce 10,5 millones de litros, de los cuales el 54% se exporta y el 46% se destina al mercado local.

Actualmente, la Ley N.º6.389/2019 establece una mezcla obligatoria de biocombustibles en motores diésel de entre 0% y 5% de volumen. La propuesta de reforma pretende ampliar este rango para que, en el caso del Gasoil Tipo III (o su equivalente), la mezcla obligatoria no pueda ser inferior al 5% ni superior al 20%.
Paraguay mantiene uno de los porcentajes de mezcla de biodiésel más bajos de la región, mientras que países vecinos y desarrollados avanzan con mandatos más ambiciosos. En Sudamérica, Bolivia lidera con 25%, y a nivel mundial destacan Indonesia (32,3%) y Suecia (29,8%), reflejando una tendencia global hacia una mayor incorporación de biodiésel en los combustibles.
El impacto crece proporcionalmente con el aumento del nivel de mezcla. Al alcanzar un 10%, prácticamente se duplican todos los indicadores, desde la producción hasta el ahorro de emisiones de CO2. Al elevar la mezcla al 15%, el impacto se triplica, y con el nivel máximo propuesto del 20%, se cuadruplica, evidenciando el alto potencial de expansión económica y ambiental del biodiésel.
Además, según datos de BIOCAP, actualmente se ven beneficiadas, directa e indirectamente, de 1.200 a 1.500 familias por la producción de biodiesel. Por lo que, a niveles del 10% de mezcla serían de 2.300 a 2.900 familias, al 15% entre 3.600 a 4.500 y al 20% entre 4.700 a 5.800.
petróleo. De acuerdo con el Ministerio de Industria y Comercio (2025)5, Paraguay posee ventajas competitivas en la producción de distintos tipos de SAF, especialmente del denominado 1G SAF, elaborado a base de aceite de soja (biodiésel). La incorporación del SAF a la política energética nacional no solo incrementaría la demanda de materias primas renovables, sino que también promovería la diversificación y sofisticación tecnológica del sistema productivo paraguayo, posicionando al país dentro de las nuevas cadenas globales de energía sostenible. 5. Ministerio de Industria y Comercio.


industria nacional y permitiría anticipar una demanda en crecimiento, acorde con las tendencias globales de mayor consumo de biocombustibles.
Este apartado tiene por objetivo estimar la demanda potencial de biodiésel en Paraguay, considerando variables como el tamaño, la composición y el crecimiento del parque automotor, así como los distintos niveles de mezcla aplicables.
Para ello, se han considerado cuatro escenarios al 2035: tres potenciales y uno actual.
Escenario
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Escenario
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Se estima como impactaría un cambio en el tamaño del parque automotor en la demanda de biodiésel, considerando que todo el mercado de diesel se transforma a biodiésel.
Se estima como impactaría un cambio en el tamaño del parque automotor y el porcentaje de mezcla en la demanda de biodiésel, considerando que todo el mercado de diesel se transforma a biodiésel.
Escenario Se estima como impactaría un cambio en el tamaño del parque automotor, el porcentaje de mezcla en la demanda de biodiésely la participación de los vehículos con motor diesel en la demanda de biodiésel, considerando que todo el mercado de diésel se transforma a biodiésel.
Escenario
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Se estima como impactaría un cambio en el tamaño del parque automotor y en el porcentaje de mezcla en la demanda de biodiésel, considerando el mercado actual de biodiésel.


El escenario 1 representa la proyección más pesimista, ya que únicamente contempla el crecimiento del parque automotor sin modificar el porcentaje de mezcla. Bajo una tasa de crecimiento promedio anual histórica del 5,5% para automóviles, 3,5% para camiones y 0,1% para maquinarias, la cantidad de vehículos diésel alcanzaría los 418.806, generando una demanda estimada de 106,9 millones de litros de biodiésel, equivalente a un incremento del 45% respecto al nivel actual.
El escenario 2 constituye un punto intermedio, pues considera tanto el crecimiento del parque automotor como un aumento del porcentaje de mezcla, manteniendo constante la distribución vehicular. Con el mismo ritmo de crecimiento del escenario 1 y un mayor nivel de mezcla, la demanda de biodiésel ascendería a 427,7 millones de litros, lo que representa un incremento del 480% frente al consumo actual.
El escenario 3 es el más optimista, ya que incorpora simultáneamente el crecimiento del parque automotor, el aumento del porcentaje de mezcla y la expansión de la flota con motores diésel. Suponiendo un porcentaje de mezcla del 20% y que la participación de vehículos diésel en el parque automotor aumente del 12% al 20%, la demanda total alcanzaría 483,7 millones de litros, es decir, 556% más que en la actualidad.
El escenario 4 se considera el más realista, dado que aplica los supuestos del escenario 2 pero sobre el mercado diésel vigente, sin asumir una sustitución total. Manteniendo el crecimiento del parque automotor y un nivel de mezcla del 20%, con una participación del biodiésel del 82% en el mercado, la demanda llegaría a 350,7 millones de litros, lo que equivale a un incremento del 375% en relación con la situación actual.


• Los biocombustibles son un pilar estratégico para el desarrollo productivo y sostenible del Paraguay.
• En dos décadas, la producción de etanol se multiplicó por doce, alcanzando 655 millones de litros en 2024, gracias a políticas públicas activas y un mercado interno consolidado.
• El biodiésel posee un alto potencial no aprovechado, con solo 35% de su capacidad utilizada (250 millones de litros instalados).
• Cada litro de biodiésel sustituye importaciones fósiles; generando empleo, ahorrando divisas y reduciendo emisiones; el uso actual evita 920 mil toneladas de CO2/año.
• Paraguay cuenta con ventajas competitivas: abundante biomasa, producción y capacidad de procesamiento de oleaginosa, experiencia acumulada y capacidad instalada suficiente para crecer.
• En el mundo, los biocombustibles son clave en la transición energética y la descarbonización, impulsados por mandatos de mezcla, incentivos fiscales y políticas industriales verdes.
• Para aprovechar la oportunidad, se requiere un marco integral de políticas públicas que: aumente gradualmente la mezcla obligatoria, promueva la industrialización de la soja y el uso pleno de la capacidad instalada y articule al sistema productivo y energético, distribuyendo los beneficios de forma amplia.
• El desarrollo del sector es una decisión política y productiva de largo plazo: implica transformar energía en industria, biomasa en tecnología y recursos naturales en bienestar nacional.
