Agenda Cultural Alma Máter septiembre de 2018

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Editorial Formas de la memoria Alguna vez leí que la memoria era algo así

como una hermana de la imaginación, pero con la particular característica de que funcionaba al revés; es decir, creando sobre el pasado. La idea, al menos como la entiendo, es que la memoria llama las cosas ya vividas al presente, siempre actualizando el recuerdo y matizándolo con la realidad que se experimenta en el momento, inclusive con los sentimientos que acompañen la necesidad de esa evocación. Nunca se recuerda algo como realmente fue. Sería imposible, pues no tenemos objetividad con lo que vemos, olemos, comemos o sentimos, en general, de esa realidad que esta allá afuera.

altura del techo o que el árbol del patio decidió ponerse pequeño, como un bonsái grande. Aquí es donde cobra sentido esa idea de imaginar cuando recordamos. Ray Loriga, el cineasta español, se ha hecho célebre por decir que “La memoria es el perro más estúpido, le lanzas un palo y te trae cualquier otra cosa”. ¿Si este perro fuera el pastor alemán que, atento, nos mira resguardando Las meninas de Velázquez? ¡Qué historia insólita nos traería!

Ahora que trato de recordar, no logro ubicar la fuente. No creo que sea gratuito que, tratándose de la memoria, mi memoria haya olvidado dónde o en quién leí esto, al punto de que no estoy seguro de haberlo leído. Así es esa extraña pasajera de nuestra conciencia: selectiva, esquiva y ocurrente: incluso, si envejeciéramos desafortunados, esta hermana de la imaginación podría decidir abandonar la nave, bajarse y caminar con rumbo distinto. Desmemoriados es lo mismo que decir desafortunados.

También a la memoria, cuando se le asocia a la historia desaventurada de un pueblo, se le ha encomendado mantener vivos los sucesos de su pasado traumático. Memoria histórica se le llama a esa conciencia colectiva que busca exorcizar el dolor de una comunidad o un grupo humano que ha sufrido lo indecible, o aquello que por su letalidad sería mejor olvidar. En nuestro país, esta forma de la memoria es una invitada de primer orden a imaginar la cuestión que llamamos realidad. Y claro, dice también el dicho, que olvidar la historia es la primera parte del eterno retorno. Ahora bien, formas de la memoria debe haber tantas como memoriosos somos, o al menos eso quisiera pensar.

Remembramos con agrado lo que nos sedujo o gustó y, con cierto desprecio o miedo, aquello que nos causó dolor. Con el pasar del tiempo cambiamos y, al hacerlo, también se altera nuestra percepción. Es común que, al regresar a un lugar de la infancia, ese en el que jugamos con primos o hermanos, donde caímos corriendo y ganamos aquella marca indeleble en la pierna o la cabeza, la cual lucimos con cierta nostalgia y orgullo como una insignia de batalla librada, sintamos que el espacio se trasformó, que sus distancias se acortaron, que se achiquitó la

La imagen es una de esas cosas que la memoria ha tomado como cómplice para objetivar lo sublime del recuerdo, para tratar de concretar un sentimiento tras un gesto materializado en papel o lienzo. El arte, en esta operación, es una suerte de instantánea que permite graficar la realidad con versiones de ella que no pueden ni deben negarse; por el contrario, tienen el poder de mantener el pasado en presente perenne. La obra de Oscar Muñoz (quien nos acompaña en esta edición dedicada a la memoria), es una de esas historias continuas

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Óscar Muñoz. Biografías. Video-instalación. 5 proyecciones. 128 x 128 cm. aprox. c/u. No sincronizado. 7 min. Sonido. 4:3. 2002

sobre esta facultad humana, pero, ante todo animal, excepcional, que nos permite crecer y desenvolver nuestro devenir. Su trabajo, ampliamente reconocido aquí y allá, nos habla del tiempo y sus límites, de la azarosa presencia de los recuerdos que, una y otra vez, están murmurando muy cerca para enfrentar la pasión con la razón: ese pequeñísimo timón que debe lidiar con las locuras desenfrenadas de nuestros anhelos. Formas de la memoria es el enunciado de la Fiesta del Libro y de la Cultura este año, y como es ya usual, nuestra Agenda Cultural Alma Mater Septiembre | 2018

acompañada por Jorge Luis Borges, Juan Carlos Orrego Arismendi, Judith Nieto, Camilo Vieco, Pablo Guerra, Ludmila da Silva Catela, Mauricio Builes, Luz Marina Restrepo Uribe, Gustavo Forero, John Fernando Mesa Arias, Luis Fernando Carmona Mejía, Valentina Hurtado Vélez y Silvia Yaneth Álvarez Ortiz, y con una muy especial colaboración del Centro Nacional de Memoria Histórica, ha decidido hacer eco de uno de los temas más fascinantes de la condición humana, memorar para construir. Oscar Roldán-Alzate


Óscar Muñoz. Horizonte. Impresión con polvo de carbón sobre metacrilato. 122 x 48,5 cm. 2011

Elegía del recuerdo imposible Jorge Luis Borges

Qué no daría yo por la memoria

de una calle de tierra con tapias bajas y de un alto jinete llenando el alba (largo y raído el poncho) en uno de los días de la llanura, en un día sin fecha. Qué no daría yo por la memoria de mi madre mirando la mañana en la estancia de Santa Irene, sin saber que su nombre iba a ser Borges. Qué no daría yo por la memoria de haber combatido en Cepeda y de haber visto a Estanislao del Campo saludando la primera bala con la alegría del coraje. Qué no daría yo por la memoria de un portón de quinta secreta que mi padre empujaba cada noche antes de perderse en el sueño y que empujó por última vez el 14 de febrero del 38.

Qué no daría yo por la memoria de las barcas de Hengist, zarpando de la arena de Dinamarca para debelar una isla que aún no era Inglaterra. Qué no daría yo por la memoria (la tuve y la he perdido) de una tela de oro de Turner, vasta como la música. Qué no daría yo por la memoria de haber sido auditor de aquel Sócrates que, en la tarde de la cicuta, examinó serenamente el problema de la inmortalidad, alternando los mitos y las razones mientras la muerte azul iba subiendo desde los pies ya fríos. Qué no daría yo por la memoria de que me hubieras dicho que me querías y de no haber dormido hasta la aurora, desgarrado y feliz.

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Jorge Luis Borges, La moneda de hierro en Obras Completas (Tomo III), Buenos Aires, Emecé, 1994, pp. 123, 124.

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Memoria de mosquito Juan Carlos Orrego Arismendi

El único atributo que me correspondió por

herencia genética fue la buena memoria, tan común entre mis tíos maternos que, si les hubiera sido concedido distinguirse con un escudo heráldico, sin duda habrían puesto en él la figura de un elefante. Más allá de eso, no tuve mucha suerte: soy el más bajo en una familia de hombres altos y soy tan miope como era mi padre, sin importar que —según se oye por ahí— ese mal se transmita de padres a hijos de sexo contrario. Mi hermana es miope, como debía ser, pero, por desgracia, yo lo soy mucho más que ella.

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Alguien ha dicho que la buena memoria es la inteligencia de los tontos. Supongo que el autor de semejante máxima es o fue un desmemoriado impenitente, incapaz de recordar la fecha de cumpleaños de su mujer, lo cual lo habrá puesto en los peores aprietos una vez al año, y de ahí su recelo bilioso. Por mi parte, lo único que sé —porque ignoro qué diablos sea la inteligencia— es que mi buena memoria, al regalarme datos con total generosidad, me ha permitido ganarme la vida zurciendo discurso día tras día, ya se trate de las clases que imparto en la Universidad de Antioquia, de los libros que leo y reseño o de los artículos y relatos que logro ubicar en las revistas y periódicos que dirigen mis amigos. A un lado de esos menesteres, me dan la razón unos versos que, aunque plasmen una verdad de Perogrullo, cuentan con la rúbrica de Fernando Pessoa: “Más vale, si la memoria es / cuanto tenemos, / acordarse de mucho que / de poco”. Con todo, hay algo extraño en mi buena memoria, y es que quizá no sea un mérito. Lo explicaré con un ejemplo. No hace mucho, al

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mirar el calendario y ver en él, exhibida, la fecha del 26 de junio, recordé de inmediato dos cosas: que el 26 de junio de 1541 fue asesinado a cuchilladas, en Lima, Francisco Pizarro; y que el 26 de junio de 1983 fui al estadio por primera vez, donde vi un partido que el Medellín le ganó 2-0 al Quindío con goles de Carlos “La Fiera” Gutiérrez y Jorge Olaechea, el primer gol convertido —si no me engaño— al minuto 5 del primer tiempo. Cada vez que digo cosas como esas, quienes están conmigo se sorprenden y llegan a palmearme el hombro en señal de admiración. Pero lo cierto es que yo no he hecho nada para merecer semejante tratamiento: tan solo me ha invadido una iluminación, una imagen o un número, y lo único que he hecho voluntariamente ha sido alardear de ello. En otras palabras: en la manera como yo recuerdo las cosas, hay menos talento que jactancia reprensible. Mi memoria es autónoma y regurgita sus jugos más allá de mi voluntad, y, de hecho, en contra de ella: incluso si yo quisiera no acordarme de algo, no podría evitarlo, de la misma manera que no puede evitar leer aquel que ya sabe hacerlo. Mucha sabiduría hay en la frase inicial del narrador del Quijote sobre el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quisiera acordarse: no querría hacerlo, pero lo cierto es que lo recuerda, así no lo diga. Sospecho, sin embargo, que el modus operandi de la buena memoria no es universal. Por lo menos, mi manera de recordar no es la misma de mi hija mayor, quien, además de ser miope —era su destino—, posee una memoria prodigiosa. Alguna vez, mientras paseábamos en familia por las calles de Apartadó, mi esposa advirtió, frente a un cajero electrónico, que no tenía su tarjeta débito. Alarmada, confió su


última esperanza a la memoria de la niña: “Laura, ¿yo tenía la tarjeta cuando saqué la billetera en el aeropuerto?”. Entonces nuestra hija puso su palma derecha frente a ella, como si fuera una billetera, y luego, muy concentrada, la recorrió con su índice izquierdo, de modo tal que parecía estar revisando los compartimentos de un objeto imaginado. Acabado el examen cerró los ojos un segundo y, al abrirlos, dijo de modo contundente: “No. No la tenías”. Efectivamente, luego comprobamos que la tarjeta se había quedado en casa. Bien se ve que, para Laura, no se trató de una iluminación involuntaria: para ella, se trató de hacer unos movimientos específicos, algo así como pases mágicos, y luego esforzarse en la revisión de una imagen invocada. Allí sí hubo mérito. Otras formas de la memoria pertenecen a la ficción. La más memorable corresponde al caso de Ireneo Funes, el joven provinciano que, en un cuento de Borges, podía recordar cada hoja de un árbol que había visto, así como cuántas veces la había visto. Su forma de recordar era ser ocupado, todo el tiempo, por un número absurdo de ideas o imágenes perfectamente diferenciadas, hasta el punto de no tener espacio para pensar: “Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras”, decía. Pero como su capacidad de recuerdo bebía de una percepción agudizada hasta el absurdo, no solo lo que había en su cabeza sino, también, lo que veía en el mundo, se manifestaba en multiplicidad y con nitidez inimaginables. El presente era, para él, “casi intolerable”, aunque, para su suerte, murió a los 19 años. Mucho más tiempo ha vivido Carry Wells, la protagonista de la serie policiaca televisiva Unforgettable, pero quizá porque su don es menos abrumador que el de Funes: lo que ella hace es recordar un cuadro quieto y completísimo de escenas ya vividas, y al que puede volver para mirarlo todo de nuevo y rescatar los datos que le piden recordar. Bien se ve que mi buena memoria no pasa de ser una caricatura de los prodigiosos atributos de Funes, mientras que la de Laura supera en esfuerzo la facilidad epifánica de Carry Wells.

Entender que las memorias desmesuradas solo existen en la ficción no implica negar que, a pesar de la jactancia de la precisión, incluso una memoria buena es vulnerable a las trampas de la ficción. No hay memoria que no invente algo en sus recuerdos. Mi hermano, tan memorioso como yo, alega que el gol que Amín Bolívar le marcó a Nacional el 20 de noviembre de 1983 —un gol venturoso con que Junior derrotó al equipo verde en su propio estadio, y que apenas tardó 14 segundos— fue convertido en la portería del lado izquierdo de la pantalla del televisor, esto es, en la portería norte; yo sostengo que fue en la portería sur, sin que hasta ahora hayamos podido ponernos de acuerdo. Igual sucede con una conversación que tuvo lugar en la cocina de la casa de mi abuelo, en Bello, el 17 de diciembre de 1986, y en la que yo lancé un chiste atómico a propósito de las calaveradas de un tío. Pues bien, mi hermano sostiene que Kiko —el tío— recibió la andanada mientras estaba parado junto a la poceta, a un lado del solar, pero yo estoy seguro —o por lo menos me parece— que Kiko estaba sentado junto a mí, en un pequeño taburete de vaqueta que había junto al baúl de los granos. En conclusión: en cada caso, uno de los dos —mi hermano o yo— es víctima de un recuerdo apócrifo, sin importar que cada uno se tenga a sí mismo por buen recordador; de hecho, cabe la posibilidad de que en el affaire Kiko nos engañemos ambos y que él no estuviera en ninguno de los dos lugares señalados por nuestras respectivas hipótesis; quizá andaba en la calle, haciendo de las suyas.

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A riesgo de caer en las trampas de una memoria maliciosa, varias veces en mi vida he jugado a recuperar mi recuerdo más antiguo. Creo haber dado ya con él: es del 10 u 11 de septiembre de 1977, esto es, de cuando yo tenía poco más de tres años y medio. Acababa de nacer mi primo Juan Esteban y mi mamá me llevó a la Clínica León XIII para que lo conociera. No recuerdo nada del viaje en bus ni de la logística de la visita sino, en concreto, esta única 2018 | Septiembre


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Óscar Muñoz. Paístiempo. Pirograbado sobre papel periódico. 33 x 56 cm. c/u. 2007

imagen: hay un bebé minúsculo acostado en el fondo de una cuna tan honda como una alberca, y la sábana que cubre el colchón es de color rosado. Me consta haberlo visto, por más que ahora sepa que una cuna no puede ser tan honda y que los recién nacidos no pueden ser tan pequeños. Lo que no sé si recuerdo o si solo me lo contaron como ocurrido —eso es lo que sospecho— fue la conversación que tuve con mi papá apenas llegamos de la clínica: “¿Cómo te pareció el primito?”, preguntó él, y yo contesté: “Un mosquito”. Esta conclusión entomológica es lo más significativo de la historia, pues un primer recuerdo borroso de los tres años y medio de edad no impresiona a nadie: mi esposa, quien jamás se las ha dado de memoriosa, tiene la impresión de que la primera vivencia que recuerda corresponde a cuando tenía dos años; por lo demás, es verosímil que se acuerde del suceso: una tía la llevó al estudio de un fotógrafo y la montó, por primera vez en su vida, en unas escaleras eléctricas. Septiembre | 2018

La buena memoria no será falsa inteligencia, pero quizá tampoco sea un mérito. Se me ocurre que no es otra cosa que un rasgo posible —ni bueno ni malo— de la condición humana: un rasgo propio de quien, por estar obsesionado con la idea de tener buena memoria, atesora con usura o inventa con candidez las evidencias que necesita para mantener viva esa convicción; para no olvidar que tiene buena memoria. Post scriptum. Di a leer estos párrafos a mi esposa para conocer su opinión literaria. No tuvo problema con el estilo, pero me señaló, enfáticamente, una imprecisión: en Apartadó, Laura no pasó el dedo sobre su mano vacía sino sobre la billetera real, la cual pidió a su madre para poder invocar, lo más completa posible, la escena del aeropuerto. Sobran los comentarios a este lapsus. Juan Carlos Orrego Arismendi, profesor de la Universidad de Antioquia.


Habitantes extraños que pueblan esas formas de memoria Judith Nieto

Si me pidieran pensar en un objeto que, por

siempre, e incluso en modo borroso, acoja la memoria, no dudaría en remitirme al libro. Su misión es conservar, desde la silenciosa letra, el recuerdo de lo pensado, de lo imaginado, de lo soñado y de lo perdido por quien, inclinado sobre el papel, pudo escribir la primera o última palabra que anheló retener y hacerla suya, en un mundo donde la cotidianidad ha dejado de enseñar qué hacer con el asombro, con la epifanía o con el silencio; en un mundo que asusta, en lugar de convertirse en circunstancia propicia para volver a la poesía, para retornar a esa prosa que invita a detenernos y a repetir la última palabra, aquella que antes de concluir el viaje por la página nos recuerda la enseñanza de Barthes que entiende el escribir como ofrecer desde el primer momento la última palabra. El libro es la palabra que convoca a ser leída, a volver sobre ella para conjurar el olvido impuesto por los tiempos veloces que impiden la lectura lenta y alientan el movimiento, o más bien, la rapidez, negadora por esencia de lo sustancial: la primera y la última palabra. Sí, si me pidieran hablar de un objeto que dé cuenta de las formas de la memoria, destacaría el libro. Siempre está dispuesto a recibir sin quejas aquello que poco a poco deshila el ovillo de la imaginación del creador. Al escribir, el autor hace memoria, mientras busca un lenguaje que anime a develar esa forma y ese relato que pueda, a su vez, hacer memoria de otros, mediante una variación de la sinfonía alcanzada por el escritor que se atreve a volver la mirada al recuerdo y al reencuentro con el pretérito puesto en el presente de la prosa.

Y si me volvieran a pedir pensar en algo material que convoque a las formas de la memoria, no dudaría en invocar nuevamente a los callados y “aquietados” libros. Objetos singulares venidos de tantas manos, de tantos sueños y del entrecruzamiento de relatos procedentes del soplo de la imaginación. Existen tantos libros y de tantas hechuras: unos movidos por la hebra de la ficción, araña laboriosa que sabe extender la palabra, cuyo irrompible sonido cuenta una historia de allá, otra de aquí; pueden ser la historia repetida por los pueblos creadores de mitos y leyendas primordiales que narran el principio de las cosas, el comienzo del mundo, el inicio de algo que, quién lo creyera, se conserva a pesar de la destrucción comandada por los siglos. Es la historia que porfía en su relato.

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Aunque lo mejor de todo es que los libros, albergues de sueños y pesadillas, guardan dichas historias con precisión, tal como ocurrieron, con los colores de los días, con la hora luego del tictac del reloj, con la tempestad inesperada, con la música escuchada en la lejanía, con el llanto. ¿De hombre o de mujer? No se sabe, pero con un llanto que viene a la página, se hunde en la lágrima, saborea el dulce amor y con este paladea las sales firmes de la ausencia, postrera promesa que, sin falla, suele anticipar el corazón. Sí, me remitiría a los libros y a lo que son: maneras de memoria en forma de ancla de la paciencia de las mujeres y los hombres dedicados a zurcirlos, letra a letra y sobre prolongaciones de papel. Además, son objetos que no ponen ninguna resistencia cuando se les abre

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o se les cierra, mientras conservan los secretos que luego tantos leerán. Los libros, obra de un particular discurrir venido de la punta que nada hiere, son objetos adorables; bien por antiguos y de difícil repetición, bien por nuevos y de costosa consecución. Sí, me concentraría en los libros, resultado del ejercicio que, en silenciosa paciencia, suelta la madeja, palabra a palabra, para contar el acontecimiento posible y únicamente venido de la sensibilidad por nombrar el acontecer del mundo y hacer hablar al hermético acertijo guardado en su propia maravilla.

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Sí, hablaría del libro como forma de memoria, y de la letra, como su principio. Del empuje del decir, del verbo escrito y antes conjugado en una o en mil lejanas noches vividas por hombres habitantes en negros palacios. El libro es una forma de recordar en color negro, como el color del olvido; como el color de la señal del castigo, del negro día de los adioses sin califas ni sultanes que piden una voz de mujer que cuente un cuento de noche y lo repita de día. Sí, también hablaría de los habitantes extraños que pueblan esas formas de memoria que son los libros y de esas especies de ciudades por donde pasa el mundo para siempre quedarse, para ofrecer convivencias entre quienes los llevan consigo, y entre los residentes trashumantes de singulares cuerpos y de palabras ruidosas, aunque vengan del oscuro silencio encerrado en la letra. Sí, recordaría que es en esta forma de memoria, en los libros, donde la laboriosa palabra va y viene para levantar un relato casi siempre tan cercano a la vida de quien lo lee, de quien lo llega a sentir como el eco del alma y de quien se lo ha inventado para hacerlo casi existencia literaria, comprometida con la vida misma.

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Sí, los libros como formas de memoria también son misterio; páginas cerradas en las que impera un silencio ensordecedor; que deja saber, por ejemplo, de calles en algarabía, como las de Estambul; de la Galilea cercana de Judea, luego de cruzar la frontera que las separa; de la intimidad ofrecida por una tarde de gris eterno en Londres; de la gota incesante caída del cielo inundado de Valdivia; de la tierra roja que aún pesa sobre tantos cadáveres de la violencia en Colombia. Un misterio son los libros, lugares de la memoria, y allá, más allá de la página final, se adivina el umbral de la puerta nocturna, donde mujeres y hombres solitarios deshilan el cuento ensartado con vocación y en procura de la anhelada palabra final, promesa del acto de escribir. Si se volviera reiterativa la pregunta por objetos que convoquen a una de las formas de la memoria, no dudaría en remitirme al libro, a los libros y a su misión de conservar, desde la silenciosa letra, el recuerdo de lo pensado y de lo pasado. Así son los libros, formas particulares de la evocación logradas a partir de prácticas artísticas y estéticas vinculadas con la puesta en acción de la memoria, objetos que, no obstante, su levedad o su peso, son incapaces de renunciar a las deudas pendientes con el olvido. Los libros, ¡ay, dioses!, los libros son los únicos que aún cuentan, por ejemplo, lo ocurrido ante el oráculo mudo, frente al que un hombre inocente, adivino y con el padre ya muerto anheló el cuerpo de una mujer que no creyó prohibida. Cuerpo que besó de noche y de día al precio de la impostergable oscuridad entregada por sus ojos. Judith Nieto, profesora de la Universidad de Antioquia.


La memoria y sus dilemas Ludmila da Silva Catela

Todos sabemos que, como en un álbum de fa-

milia o como objetos que heredamos de nuestros antepasados, la memoria carga con la identidad y con los recuerdos. En los álbumes de familia se registran los “buenos momentos”, se ocultan las peleas y disputas familiares; pasan al olvido aquellos hechos cotidianos que “no merecen” ser registrados, preservados, y se silencian los secretos y tabúes que avergüenzan a la familia. Los objetos que heredamos pueden estar ocultos en el fondo de un cajón, llenos de polvo en un cuarto y, de repente, por un evento fortuito, por nostalgia, por preguntas de las nuevas generaciones, por situaciones afectivas punzantes o por placer, pueden volver a la luz para ser apreciados durante un tiempo. Su sola presencia provocará memorias de una historia familiar, evocará una identidad colectiva o, por el contrario, no generará nada. Sin embargo, ni el álbum de fotos refleja la realidad de lo retratado, ni los objetos retienen el ambiente en los que fueron usados ni las causas, el sentido o la historia del momento en el que fueron adquiridos. Ellos están restringidos a los limitados y arbitrarios significados que hoy somos capaces de refractarles; están a merced de una dialéctica incesante entre pasado y presente; es decir, a una relación de tiempo que varía según los momentos, individuos y grupos que gravitan en torno a ellos. En ese vaivén caen en el olvido ciertos hechos e ideas y se recuperan representaciones más estables, pero que, como en los mitos, nunca se tornan presentes del mismo modo. La memoria resuelve pues la tensión homeostática entre el recuerdo, el olvido y el silencio.1 No son otros los procesos cognitivos y culturales que subyacen a la producción de la memoria

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Óscar Muñoz. Paístiempo. Pirograbado sobre papel periódico. 33 x 56 cm. c/u. Fotografía ©Thierry Bal, 2008

de un grupo, pueblo o nación. La memoria familiar es un laboratorio de ideas y recursos, para imaginar y reconstruir aquello que en una nación se produce y construye en torno a la idea de memoria, a lo que se recuerda, lo que se silencia u olvida. Producto de la interacción y construcción entre la subjetividad de los individuos y las normas colectivas, sociales, políticas, religiosas y jurídicas, el trabajo de la memoria fabrica las identidades sociales, enunciando tanto lazos de pertenencia, como relaciones de diferenciación, conflicto y poder. ¿Por qué es necesario recordar? El historiador francés Vidal-Naquet responde a esta pregunta de manera simple y contundente: “la 2018 | Septiembre


memoria es fundamental para la formación de la identidad de un pueblo, una nación, un Estado. La historia la escriben los historiadores, pero la memoria es la transmisión de vivencias particulares y personales”.2 De allí su poder simbólico y su naturaleza social y conflictiva. Pierre Nora completa esta respuesta y resalta que la memoria, a diferencia de la historia, se caracteriza por sus reivindicaciones de emancipación y liberación, a menudo popular y siempre contestataria. Por otro lado, resalta que se reivindica, como la historia de aquellos que no tuvieron derecho a la Historia y reclaman su reconocimiento.3

El concepto de memoria y su génesis

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El concepto de memoria, tal cual lo conocemos en la actualidad, referida a procesos sociales o colectivos de reconstrucción del pasado desde el presente, una categoría tanto sociológica como de uso social y de problematización de cuestiones éticas y políticas, nació a comienen un campo de debates entre zos del siglo sociólogos, psicólogos, filósofos y escritores europeos, preocupados, primero, con la crisis desatada por el cambio y conversión de las sociedades rurales a las sociedades urbanas y, luego, por el impacto de la Primera Guerra Mundial. e Se puede señalar que, hacia fines del inicios del la cultura europea estaba abocada al intento de examinar el tema de la memoria. La obra de Maurice Halbwachs, con sus conceptos de memoria colectiva y cuadros sociales de la memoria fueron fundantes en este campo de estudios. Es importante resaltar que la vida del creador del concepto estuvo atravesada por la tragedia de las muertes de la Primera Guerra Mundial y luego por el nazismo que atacó a toda su familia: sus dos hijos, Francis (1914) y Pierre (1916), que se habían unido a la resistencia francesa, fueron deportados; el 23 de julio de 1944 fue arrestado por la Gestapo mientras

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ayudaba a escapar a su mujer y, en agosto de ese mismo año, lo deportaron al campo de concentración de Buchenwald donde murió el 16 de marzo de 1945. Jorge Semprún, en su libro La escritura o la vida, relata que “evidentemente Maurice Halbwachs no tenía ganas de nada, ni siquiera de morir. Estaba más allá, sin duda, en la eternidad pestilente de su propio cuerpo en descomposición. Lo abracé, acerqué mi cara a la suya y sentí cómo me envolvía el olor fétido de la muerte que crecía en su interior, como una planta carnívora, flor venenosa, deslumbrante podredumbre”.4 Es a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, y luego del impacto social causado por los recuerdos traumáticos y lacerantes de los testimonios de las víctimas del Holocausto, cuando la memoria adquiere un rol fundamental, ligado a las nociones de situación límite y trauma y se erige en una herramienta de demanda de justicia y verdad, emancipación y lucha, responsabilidad y compromiso. Se puede decir que recorre un camino paralelo al concepto de derechos humanos, nacido a partir de este contexto y rápidamente declarados estos como “universales”. El Holocausto y, principalmente, los testimonios y las experiencias relatadas por aquellos que lo vivieron, iluminaron la memoria social y colectiva de esa experiencia como un modelo que años más tarde funcionó y funciona como una matriz, para comprender las violencias, las acciones de los estados terroristas en toda América Latina. Puede decirse que la noción de memoria adquirió el poder de una bandera “universal” de lucha política, moral y ética.

Un campo de estudios en América Latina Pasados algunos años, el estudio de la memoria adquiere un uso masivo y explosivo a partir de los relatos de las víctimas del Holocausto, sistematizándose su uso en las ciencias sociales, a


partir de los años setenta con diversos proyectos universitarios de archivos de historia oral y testimonial. En América Latina, el concepto de memoria nace en los años ochenta como reivindicación y bandera política de manos de los organismos de derechos humanos y es tomado como categoría analítica en los años noventa por sociólogos, antropólogos y, posteriormente, por historiadores, para analizar principalmente el problema de la historia reciente, la situación límite vivida frente a la violencia política y social, el drama de la desaparición, la tortura, los centros clandestinos de detención, los desplazamientos y los exilios. La producción de un pensamiento autónomo y crítico, con relación a la experiencia vivida durante las décadas del 50-90 en los países de América Latina, tiene diversas líneas de estudio y ya constituye un campo de debates con historia y linajes que proveen marcos interpretativos, más allá de los modelos extranjeros, que durante un tiempo predominaron para comprender nuestras heridas pasadas y fundamentalmente nuestro presente. Tal vez una característica particular de este campo sea la confluencia de generaciones de investigadores que se plantean preguntas muy diversas sobre los años 50 a los años 90. Sin embargo, su marca más profunda es aquella que señala que cuando hablamos de memoria, en general lo hacemos desde un punto de vista de las memorias políticas. Como categoría, está monopolizada por sus referencias a los períodos de violencia, terrorismo de Estado y gobiernos dictatoriales, a las situaciones extremas de asesinatos, desaparición, tortura, exilios, violencia socio-política donde los silencios y tabúes poco a poco se van desarmando y, si bien hasta entrada la década del noventa, casi no había lugar para la memoria, en plural, sobre la que se desentrañaba una oposición binaria victimas-victimarios, actualmente ella ocupa el centro de la escena y, si bien predominan los recorridos por las memorias dominantes, centrales, de las grandes ciudades, poco a poco

las memorias locales, subterráneas, invisibilizadas, negadas, aparecen para desestabilizar las más cristalizadas. Sin embargo, creo que todavía permanecen muchos silencios por indagar; uno de ellos se refiere a los grupos humanos que tienen menos poder para imponer sus memorias en el espacio público: ¿dónde residen las memorias de los campesinos y los indígenas masacrados, asesinados, desaparecidos en los diferentes períodos de violencia política? ¿Por qué no hay (o son escasos) registros, testimonios, memorias, denuncias sobre sus asesinatos y desapariciones? ¿Será por el dominio de la historia sobre la memoria, de lo escrito sobre lo transmitido oralmente? Hay muchas memorias negadas en nuestros países, las memorias locales, las memorias populares, las memorias villeras, las memorias de los grupos más vulnerados y dominados social y políticamente. Sin duda, los procesos de memorias, como otras esferas y prácticas humanas están atadas a las asimétricas relaciones de poder, a los procesos de racismo oculto en nuestras sociedades y a las manifestaciones patriarcales de quien tiene voz en el espacio público.

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Referencias 1 En “Funes el memorioso”, Borges planteó de modo claro la necesidad del olvido como posibilidad de la memoria. 2 Vidal-Naquet, P. (1994). Los asesinos de la memoria, México, Siglo XXI, p. 85. 3 Nora, P. (2009). Pierre Nora en Les lieux de mémoire, Santiago, Trilce. 4 Semprún, J. (1995). La escritura o la vida, Barcelona, Tusquets.

Ludmila da Silva Catela. Profesora e investigadora del Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

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Yo te ayudaré a recordar Mauricio Builes El Museo de Memoria Histórica de Colombia llega a Medellín —en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura— con su primera gran exposición “Voces para transformar a Colombia”.

Dylan

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Barbosa es bogotano, tiene 19 años y pertenece al 911, una compañía de logística y seguridad para conciertos y eventos de gala. Casi por azar, durante los últimos días de mayo de este año, trabajó dentro del Pabellón número 20 de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, dispuesto para la primera versión del Museo de Memoria Histórica de Colombia. Aunque no estaba dentro de las obligaciones, pasó parte de su tiempo explicando a los visitantes la guerra en La Comuna 13 de Medellín o en Trujillo, Valle (sabía del tema porque leía una, dos y tres veces los textos en las paredes del Museo). También consoló mujeres que se quebraron ante los relatos, se aprendió las canciones con las que resisten los líderes de Buenaventura y hasta tuvo tiempo de leer capítulos de un libro sobre la coca en el Putumayo. Dylan, durante esos días, hizo memoria de cosas que no le tocó vivir. “Un día hice guardia en la parte de ‘cuerpo’, donde están las historias más duras (...) y lloré. No aguanté”, dijo. Algo tuvo que transformarse dentro de Dylan, algo tuvo que cambiar a partir de esos días y ese brote de esperanza es lo que impulsa al Museo a emprender una itinerancia por diferentes ciudades del país. El próximo destino (del 7 al 16 de septiembre en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura) es Medellín, una ciudad que ha sufrido el conflicto armado como pocas. Según el Observatorio de Memoria del Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, desde 1980 hubo al menos 132.529 víctimas del conflicto armado en la ciudad. El desplazamiento fue,

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por mucho, la modalidad más usada, con 106.916 casos; le siguen el asesinato selectivo, con 19.532, la desaparición forzada, con 2.784, y luego las 1.175 víctimas que dejaron 221 masacres. Esa violencia, por supuesto, no ha sido exclusiva de la capital, ha recorrido todo Antioquia: desde Argelia y Nariño hasta San Juan de Urabá, desde Vigía del Fuerte hasta Segovia. Pero no son sólo las cifras de violencia las que justifican que el Museo esté en esta región: Medellín y Antioquia han sido para el país un ejemplo de resistencia y capacidad organizativa por parte de las comunidades que han mostrado dignidad y capacidad de transformarse ante los escenarios más oscuros. Esos relatos están presentes en el Museo de Memoria Histórica de Colombia. Pero son relatos en construcción. La guerra y sus memorias aún no terminan, siguen asesinando líderes casi cada semana, hay brotes de violencia en diferentes rincones del país y ese es, precisamente, el reto del Centro Nacional de Memoria Histórica que, por mandato, ha venido liderando la construcción física y social del Museo desde 2012. A diferencia de otros países que también han sufrido conflictos armados, los actores involucrados en Colombia son múltiples, a veces difusos, las raíces sociales, étnicas, regionales, ideológicas, de género son diversas, y la misma degradación de lo que ha ocurrido desde hace sesenta años complejiza el relato. Y esa es la principal razón por la cual los curadores decidieron hacer la exposición como un recorrido de la mano de tres protagonistas: tierra, cuerpo y agua. Cada uno narra el conflicto armado y responde a las siguientes preguntas:


Óscar Muñoz. Paístiempo. Pirograbado sobre papel periódico. 33 x 56 cm. c/u. 2007

¿qué le hace la guerra al cuerpo, a la tierra y al agua?, ¿qué hacen el cuerpo, la tierra y el agua en la guerra? Y ¿cómo estos nos cuentan la guerra? Las personas que lleguen al Parque de los Deseos en Medellín —donde estará instalado el Museo— verán que las respuestas están basadas en algunos de los casos investigados por el CNMH para la elaboración de sus informes. Dichas respuestas estarán dadas en varios formatos: ilustraciones, textos, mapas, fotos, líneas de tiempo, videos, historias gráficas, paisajes sonoros y objetos. “Voces para transformar a Colombia” se estrenó en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá, con un pabellón de más de 1.200 metros cuadrados. Allí llegaron 73 mil visitantes, que no sólo recorrieron la exposición, sino que participaron en ella: dialogaron con 162 víctimas, asistieron a eventos artísticos y culturales y dejaron sus ideas y compromisos con el país en distintos lugares de la muestra.

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La idea es que la experiencia se repita en Medellín. “No queremos sobrecargar con el horror —dijo, Cristina Lleras, una de las curadoras—. Gran parte de la exposición está basada en las historias de personas que han hecho cosas increíbles por buscar otras salidas a la violencia”; y por eso, el propósito con las personas que visiten el Museo durante los 10 días que dura la Fiesta del Libro y la Cultura es que salgan transformadas, que conozcan lo que ha sucedido en Colombia en términos de conflicto armado, pero no con un interés revanchista sino de cambio y conmoción. Uno de los principales retos a la hora de construir esta primera exposición tuvo que ver con la pregunta ¿cómo hacer para que regiones tan diferentes como Montes de María y el Bajo Atrato, por ejemplo, se sientan identificadas en un mismo espacio?, ¿cómo se interpela, allí mismo, a un indígena de La Guajira, a un mecánico de Bucaramanga y a un empresario de 2018 | Septiembre


Medellín? El consenso o la satisfacción plena es difícil y más en un país donde aún están inscritas tantas venganzas del pasado y cuesta tanto superar los odios; pero, a juzgar por lo vivido en Bogotá en el primer semestre de este año, más que satisfacción por lo que se había escuchado o visto durante el recorrido, los visitantes salían con una pregunta en la cabeza: ¿qué puedo hacer yo para transformar esto?

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Y tal vez ese sea uno de los primeros aciertos del Museo. Rubén Chababo, ex director del Museo de la Memoria de Rosario (Argentina), considera que la meta en este tipo de proyectos está más en la capacidad que tenga el guion museográfico, la narrativa, de interpelar las sensibilidades adormecidas que en la satisfacción plena de todos los ciudadanos. “Ningún Museo puede lograr aquello que la sociedad no se ha propuesto transformar, pero esta clase de Museos puede contribuir, sin embargo, a generar consciencia acerca de la dimensión de lo ocurrido y también de sus consecuencias”, dijo.

#NoMeQuieroMorir Las historias dentro del Museo no son en blanco y negro, no hablan simplemente de víctimas y victimarios: hablan de seres humanos, de comunidades que han rechazado la guerra, de líderes que han defendido la vida. Estamos en una coyuntura en la cual la paz les está costando la vida a líderes y lideresas en todo el país. Cifras del Observatorio muestran que desde la firma del Acuerdo de Paz han sido asesinados 22 líderes en Medellín y, recientemente, la oenegé Nodo Antioquia denunció que solo en la Comuna 13 hay catorce amenazados. Por eso, esta exposición es un espacio para contar sus historias y enaltecer su trabajo: el de las madres del barrio 20 de Julio, los reclamantes de tierras del Urabá, los indígenas wiwa en la Sierra Nevada, las mujeres de la Organización Septiembre | 2018

Femenina Popular, los defensores del agua en el Atrato, los campesinos cocaleros de Putumayo. Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, dijo hace poco en Jardín, Antioquia, que: Los asesinatos de líderes y defensores de los dos últimos años hacen parte de una larga travesía de los movimientos sociales, de derechos humanos y de los movimientos por la paz. No debemos pensar esta violencia de manera aislada, sincrónica, sino que debemos verla en una larga duración que nos interrogue, más allá de los episodios, por los engranajes de poder y terror que la alimentan.

Es por eso que el Museo de Memoria Histórica de Colombia también debe servir de altoparlante para sus voces; es a través de ellas que una sociedad puede conocer la dimensión del dolor, la injustica y las múltiples formas de supervivencia de las comunidades. Sin embargo, también hay que tener claro que un Museo de Memoria Histórica no es una fórmula mágica para curar las heridas o hacer efectiva la justicia. El camino para ello es largo, es un desafío que debe encarar el país y sus instituciones. “Voces para transformar a Colombia” es un adelanto de lo que será el Museo, que se empezará a construir este año y abrirá sus puertas en 2020. Y ese adelanto es un privilegio que se debe aprovechar: “Ningún museo de la memoria del mundo ha puesto su guion ‘a consideración del público’ antes de abrir sus puertas de manera definitiva”, dijo Chababo. El final de esta historia, de la historia de Colombia, todavía no está escrito. El Museo en Medellín es una oportunidad para que los antioqueños construyan también este museo. Para que se conmuevan, se hagan preguntas, imaginen futuros distintos y transformen la realidad. Mauricio Builes es jefe de prensa del Centro Nacional de Memoria Histórica.


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Óscar Muñoz. Paístiempo. Pirograbado sobre papel periódico. 33 x 56 cm. c/u. Fotografía ©Thierry Bal, 2008

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La memoria y la escucha... un encuentro con Primo Levi Luz Marina Restrepo Uribe Ah, la esperanza es que la paz dure, que todas las guerras acaben, que el mundo viva, si no feliz, al menos en paz. (Levi, 1998)

Y si ahora no ¿cuándo? Estas palabras que son

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el título de un libro de Primo Levi sirven para ilustrar el punto de quiebre que se puede establecer entre la palabra del testigo, el sobreviviente del horror, y su testimonio cargado de dolor y sangre. Más de 8 millones de víctimas ha dejado el conflicto armado en Colombia. Ellas aún esperan ser escuchadas. Lo que sigue es, a partir del texto de Levi, una aproximación al testigo y a su testimonio, que encontró en el escritor italiano, sobreviviente de Auschwitz, la manera de hacer memoria para que nunca se olvide, para que nunca más se repita. Testigo y testimonio se cumplen a cabalidad en Primo Levi. Sus palabras claras y precisas permiten una aproximación al terror del Lager,* de donde logró salir con vida para dar cuenta de lo que padeció con otros miles de prisioneros. Sus libros son una voz que clama justicia porque, como él mismo lo dice, “Ha sucedido y, por consiguiente, puede volver a suceder: esto es la esencia de lo que tenemos que decir” (Levi, 2006: 648). A miles de kilómetros, varias décadas después, la barbarie se vuelve a repetir: África, Asia, Europa, América... Colombia, hoy, como ayer, el odio, la codicia y la intolerancia que anidan en el corazón humano se hacen sentir con todo el peso de sus muertos. Las palabras de Levi se tornan premonitorias y, una vez más, es necesario hacer una relectura de sus

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libros para aproximarse al testigo que supo encarnar, como bien lo define Antonio Muñoz Molina, el testimonio de una época aciaga como “el guardián de una memoria imprescindible” (2006: 9).

Primo Levi Escritor italiano, descendiente de una familia judía, Primo Levi nació en Turín el 31 de julio de 1919 y murió allí mismo el 11 de abril de 1987. El 13 de diciembre de 1943 fue detenido por la milicia fascista y entregado al ejército de ocupación alemán que lo deportó, el 21 de febrero de 1944, al campo de concentración de Auschwitz, donde permaneció hasta la liberación de este por el Ejército Rojo el 27 de enero de 1945. A su regreso a Turín se dedica a su profesión de químico, en la que se había graduado en 1941, y empieza a trabajar en su primer libro Si esto es un hombre (publicado en 1947), sus memorias del tiempo que pasó en el campo de Auschwitz como prisionero, un testimonio legado a la humanidad, la voz de quien sobrevivió al horror para que se conociera la verdad de lo acontecido. Con La tregua, aparecida en 1963, Levi retoma su trabajo de narrador para contar el tiempo que sigue al fin de la guerra, cuando aún no hay paz, la devastación de un continente que acumula muertos, campos de concentración, multitudes de deportados, apátridas y ruinas. En 1986 publica Los hundidos y los salvados, el último libro que habla de su experiencia testimonial, una reflexión sobre lo más amargo y oscuro que él llamó “la


17 Óscar Muñoz. Intervalos (mientras respiro). Papel quemado. 60 x 50 cm. c/u. 2004

zona gris”, el espacio ambiguo entre verdugos indudables y víctimas inocentes. Estos libros constituyen La trilogía de Auschwitz, un texto en el que contrasta la crueldad de las experiencias con el lenguaje utilizado por el autor, un lenguaje altamente cuidado; sin enfatizar el horror ni subrayarlo, logra una escritura conmovedora que no busca juzgar, tan solo ofrecer un testimonio: “yo no aparezco jamás como juez, los jueces deben serlo mis lectores... mi intención de escritor era entonces exclusivamente la de contar los hechos que había vivido personalmente” (Levi, 1998: 65).

Del horror al testimonio Con Primo Levi se inaugura la escritura testimonial. Él mismo cuenta cómo, aunque no se

creía escritor, luego de su jornada laboral en la fábrica escribía a máquina todas las noches, hasta completar su primer libro, con el único fin de testimoniar. Es él el testigo perfecto, como lo plantea el filósofo Giorgio Agamben en su libro Lo que queda de Auschwitz: “cuando vuelve a casa, entre los hombres, relata sin cesar a todos lo que le ha tocado vivir” (2005: 14). Como él, sobrevivir para luego testimoniar ha sido el reto asumido por muchos prisioneros, para que no se olvide, para que no se repita; Agamben dirá que “el testigo testimonia de ordinario a favor de la verdad y de la justicia, que son las que prestan a sus palabras consistencia y plenitud” (2005: 34); sin embargo, como lo apunta Muñoz Molina aludiendo tanto a Primo Levi como al cineasta Claude Lanzmann, “lo que ocurrió de verdad nunca podrá saberse por mucho que se escriba, se 2018 | Septiembre


recuerde y se hable sobre los campos” (Muñoz Molina, 2005: 12). Para Agamben, la palabra testigo hace referencia “al que ha vivido una determinada realidad, ha pasado hasta el final por un acontecimiento y está, pues, en condiciones de ofrecer un testimonio sobre él [...] el superviviente tiene la vocación de la memoria, no puede no recordar” (2005: 15, 26), pues como dice el mismo Levi, los recuerdos de Auschwitz son más vívidos y detallados que cualquier otra cosa sucedida antes o después; de ellos conserva una memoria visual y auditiva que no sabe explicar. Y como testigo, escribió en italiano para dejar constancia de lo acontecido: “escribía para nuestros hijos, para quienes no sabían, para quienes no querían saber, para quienes no habían nacido todavía, para quienes, queriendo o no, habían consentido aquel ultraje” (Levi, 2005: 618).

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Memoria formadora de ciudadanía La memoria cumple una función formadora en los sujetos en tanto permite recordar el pasado para extraer de ella su porción de verdad y, aunque sea imposible comprender y acceder a toda la verdad, es necesario conocer, porque como dice Primo Levi, citado por Reyes Mate “lo sucedido puede volver a suceder; las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también” (Medina E., Reyes Mate y otros, 2008: 19). A esta sentencia acude Levi en sus libros para dar a conocer la barbarie, para prevenirla en el futuro. Sus escritos contienen una pedagogía que va más allá de enunciar los hechos; en ellos se funden la víctima y el testigo para que brote el testimonio. En ellos también hay verdugos, de ahí que Reyes Mate, ante la tendencia en algunas comisiones de la verdad y la reconciliación de pasar la página, invocando que

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todo el mundo tiene algo de qué arrepentirse o apelando al argumento de la inevitabilidad de todos en similares circunstancias, recurre a lo planteado por Levi, para quien no se pueden confundir los términos: “el sufrimiento de la víctima es injusto mientras que el del verdugo no” (Ibíd., 2008: 21). La distinción entre víctima y verdugo implica la posibilidad de una ética, tener en cuenta al otro, al semejante, a la víctima inocente de la guerra, al ciudadano, al campesino, a la viuda, al huérfano, al extranjero; tener compasión del sufrimiento que acarrean por su misma condición y hacerse cargo de ellos. Como bien lo dice Reyes Mate, “si las víctimas están deshumanizadas, nosotros, espectadores lejanos, también. No hay más camino de humanización que hacernos cargo de la inhumanidad del otro” (Ibíd., 2008: 23). Para Levi no puede haber perdón sin justicia, y, en esa misma medida, es precisa la “memoria de la injusticia como condición de la justicia” (Ibíd., 2008: 26). Para quien fue testigo de una de las épocas más aciagas de la humanidad, es un axioma que “si han cometido un crimen, entonces tienen que pagar, porque no existe justicia si no hay expiación” (Levi, 1998: 184).

Coda Re-memorar es reflexionar acerca del acontecimiento, es el arte de contar ligado al de escuchar que para Levi suponía ir un poco más allá, a la escritura, donde el relato es la experiencia hecha palabra de un superviviente. Y es la tarea que emprende Primo Levi a su regreso de Auschwitz, escribir para recordar, para contar, para que no se olvide, ir a las escuelas tras la publicación de su libro a dar testimonio a las nuevas generaciones, formar ciudadanos sensibles al dolor de las víctimas, solidarios y compasivos con ellas.


De esta manera, tanto quien escucha como quien lee el relato pueden llegar a ser testigos de acontecimientos vividos por otros y formar una actitud reflexiva y crítica que los implique como ciudadanos: “El lector convertido en testigo, si quiere ser consecuente, tendrá que proclamar la vigencia de una injusticia pasada, proclamación que se substanciará en ese doble gesto de responsabilidad hacia el pasado y cambio de lógica en el presente” (Medina E., Reyes Mate y otros, 2008: 27). Al recordar en estas páginas a Primo Levi, se re-memora su compromiso al salir del Lager, su entereza y tenacidad para contar lo vivido a lo largo de toda su vida, su escritura sin artilugios ni dramatismos para nombrar lo acontecido porque, como él mismo sostenía, el silencio es una traición a las víctimas. Al final, la memoria es un ejercicio que implica al testigo y su testimonio: “Mi modo personal de convivir con la memoria ha sido este: exorcizarla, si se quiere, escribiendo. En cuanto volví a casa, sentí una necesidad intensa de contar y

de escribir, que fue saludable porque me liberó de la pesadilla. Porque era una pesadilla”. (Levi, 1998: 206).

Nota * Lager: campo. Los campos de concentración se clasificaban en los de exterminio como Auschwitz, Chelmno, Sobibor, Treblinka y Majdanek y los de trabajos forzados como Mauthausen, Dachau, Buchenwald.

Bibliografía Agamben, G. (2005). Lo que queda de Auschwitz, Valencia, Pretextos. Levi, P. (1998). Entrevistas y conversaciones, Barcelona, Península. ---------- (2005). Trilogía de Auschwitz, Barcelona, Océano. Medina, E., Reyes, M., Mayorga, J., Rubio, M., Zamora, J. (2008). El perdón, virtud política. En torno a Primo Levi, Barcelona, Anthropos. Muñoz Molina, A. (2006). “Primo Levi: el testigo sin descanso”, en: Levi, P. (2005). Trilogía de Auschwitz, Barcelona, Océano.

Luz Marina Restrepo Uribe. Periodista y filósofa de la Universidad de Antioquia.

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Sin mascar palabra. Por los caminos de Tulapas Tulapas es una región geográfica que com-

prende 58 veredas de los municipios antioqueños de Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá. El poblamiento y la ocupación de este territorio por parte de familias colonas empezó en la década de 1950, cuando la violencia bipartidista y el latifundio ganadero cordobés expulsaron a la mayoría de la población campesina que habitaba la cuenca del río Sinú. Este destierro fue producto de un proceso violento que se venía consolidando desde la implantación de las en haciendas ganaderas a finales del el valle del río Sinú. En Tulapas, a muchas de

estas familias les adjudicaron las tierras que colonizaron, pero en la década de 1990 el proyecto militar y económico de la casa Castaño y de varios empresarios cordobeses les arrebató de nuevo sus tierras y sus proyectos comunitarios. Esta historia hace parte del caso Urabá de la exposición “Voces para transformar a Colombia”. Realización: miembros de la comunidad de Isaías, CNMH y Cohete Cómics. Dibujos: Camilo Vieco. Guion: Pablo Guerra, 2018

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La memoria y la novela de crímenes Gustavo Forero

La recuperación de la memoria histórica se

relaciona vivamente con la novela de crímenes latinoamericana de los últimos años: Agosto (1990), del brasileño Rubem Fonseca (1925), recrea el último gobierno de Getulio Vargas y las circunstancias de su presunto suicidio. Más recientemente, en Las manos al fuego (2006), de José Gai (1948), la investigación de un procurador llamado Adrián respecto del caso del secuestro y muerte del empresario Dantón Labra, en 1983, le permite al escritor reflexionar sobre la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y la vigencia del Movimiento Izquierda Revolucionaria (mir) en Chile. Por su parte, Crímenes apropiados (2015), de Fabio Nahuel Lezcano (1976), constituye una visión crítica de las relaciones espurias que existen entre la prensa argentina, el poder militar y el poder político. Estas novelas, entre muchas otras, se vinculan con un movimiento planetario por la recuperación de la memoria histórica: el decreto de juzgamiento de las juntas militares y las organizaciones guerrilleras de Raúl Alfonsín en Argentina, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación de 1990 en Chile, la Ley para la Promoción de la Unidad Nacional y la Reconciliación de 1995 del Gobierno de Sudáfrica, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de 2001 en Perú, los acuerdos de paz en El Salvador y Guatemala (1992 y 1996, respectivamente), o la Ley de Memoria Histórica del 2007 de España. Colombia también tiene una profusa producción de novelas de crímenes vinculadas con la necesidad de recuperar la memoria: desde Comandante Paraíso (2002), de Gustavo Álvarez Gardeazábal (1945), que describió el proceso de degradación de las normas que en un

momento dado sufre el Estado como consecuencia del narcotráfico, hasta Loveland (2017), de Luis Alfonso Salazar (1979), que presenta en su desnudez la corrupción intrínseca del Estado y sus terribles tentáculos en el narcotráfico y el paramilitarismo. En quince años de producción, numerosos escritores han vivido su propia experiencia respecto del propósito nacional de recuperar la memoria. Desde 2011, el Centro Nacional de Memoria Histórica tiene como objeto reunir y recuperar material documental y testimonios orales relativos a las violaciones de que trata el artículo 147 de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para ponerlo a disposición de los ciudadanos. A este propósito se ha sumado el trabajo de personas y asociaciones que también van tras el rescate de la memoria del país, que han dado como resultado, entre otros, el proyecto “¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad” y el informe general del Grupo de Memoria Histórica. Por su parte, la instalación de una mesa de diálogos entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia confirmó ese esfuerzo por seguir las pautas internacionales de contenido democrático en pro de la memoria y la justicia y, en tal sentido, el 4 de junio de 2014, las partes acordaron en La Habana la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, lo que constituye otra esperanza para la memoria de lo ocurrido en los últimos años y la solución de conflictos sociales hacia el futuro.

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Con ese mismo objetivo, el Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro, realizado entre los días 16 y 18 de septiembre de 2015, 2018 | Septiembre


Óscar Muñoz. Horizonte. Impresión con polvo de carbón sobre metacrilato. 122 x 48,5 cm. 2011

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tuvo como propósito reflexionar en torno al tema de la memoria y su relación con la literatura de crímenes. Asuntos como el recuerdo, la justicia, la verdad, el olvido, la reparación como base para sanar heridas y la memoria reconciliadora y sus singulares manifestaciones en la novela de crímenes fueron objeto de análisis de escritores, académicos y asistentes a esa sexta versión del certamen, reunidos en Medellín, centro privilegiado de reflexión sobre el significado del crimen en las sociedades contemporáneas. Como resultado del certamen, el libro Memoria de crímenes. Literatura, medios audiovisuales y testimonios (2017) de la colección Medellín Negro recoge una selección de las conferencias y ponencias presentadas en ese espacio, con textos de Melanie McGrath, Lorenzo Silva, José Gai, Eduardo Soto, Lorenzo Lunar, Rebeca Murga, Daniel Quirós, Osvaldo Reyes, Rodrigo Bastidas Pérez, Jorge Febles, Catalina Acosta Díaz, Enrique Trujillo Gamboa, Lucía Feuillet, Friedhelm Schmidt-Welle, Neele Meyer y quien esto escribe. Con un espíritu semejante para entender el pasado en función de la novela de crímenes, este año el IX Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro propone la reflexión en torno a los límites de la república, un modelo que da nombre a numerosos países –República de

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Colombia, République Française, República Argentina, República Popular China, República de Cuba...—, y que ha generado debate en función de la idea moderna de democracia. Durante los días 12, 13 y 14 de septiembre de 2018, el Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro se ocupará de las distintas representaciones literarias de la república y la democracia, dos modelos que, pese a que suelen relacionarse, se diferencian en la importancia que cada uno le otorga a la ley como principio rector del gobierno. Tópicos como el imperio de la ley y la soberanía nacional en medio de la globalización económica, política, tecnológica y cultural, así como las pautas del mercado internacional, el capitalismo o las instituciones supranacionales tienen gran relevancia en la novela de crímenes, lo mismo que las visiones del federalismo y la democracia, de la justicia, la libertad política y el voto popular. Esperamos que este año las temáticas ofrecidas por el proyecto Medellín Negro de la Universidad de Antioquia tengan, de nuevo, gran acogida entre la comunidad nacional e internacional. Gustavo Forero, profesor de la Universidad de Antioquia, director del Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro.


Sobre la memoria John Fernando Mesa Arias

En los momentos presentes de la sociedad

colombiana, la memoria se ha convertido en tema frecuentemente expuesto y explicado en la necesidad de buscar las verdades y los marcos sociales que hagan posible la articulación como Nación. Este texto intentará explorar los significados de los conceptos de memoria y memoria colectiva y el sentido de la responsabilidad con el pasado a partir de las reflexiones que al respecto hace en su texto La función social de la Historia (2014) el historiador mexicano Enrique Florescano.

La memoria Aunque sea mucho lo que puede decirse sobre la memoria, lo cierto es que hace parte fundamental de la historia: sin memoria no hay historia, nada se podría saber del pasado de las sociedades, de los pueblos y de las naciones y, sin este, las sociedades no se reconocerían como tales, no tendrían razón de su presente ni perspectivas de su futuro. Dice Enrique Florescano que la memoria es el almácigo de la historia, es la materia prima de ella, el vivero en el que se nutren los historiadores. Y, citando al sociólogo Maurice Halbwachs, dice que la memoria no es una creación individual, sino un producto social, un lenguaje y, en tanto tal, una creación colectiva y, de ahí, que la memoria individual tenga su razón de ser por los actos del individuo en relación con la sociedad. Por eso, Halbwachs, insiste –dice Florescano– en que la memoria individual tiene su influencia y se cultiva a través de la familia, la religión y los grupos sociales. Esa es la formación de la memoria individual.

La memoria es una reconstrucción del pasado elaborada por la conciencia del grupo.

La autoridad de la memoria escrita en los tiempos modernos Enrique Florescano argumenta sobre los orígenes y fundamentos de la memoria colectiva y su importancia para una sociedad. Dice que la memoria es captada de forma individual a través de mecanismos sensoriales (oído, vista e imaginación) y que, en la antigüedad, antes de la invención de la escritura, los hombres que tuvieron la capacidad de transmitir los recuerdos importantes para un grupo, lo hicieron a través de eso que se denominó el arte de la memoria. Esos mecanismos sensoriales fueron el instrumento indispensable para transmitir a los grupos humanos y pueblos, todos aquellos sucesos de mayor relevancia o que hubiesen tocado, transformado o influenciado a una sociedad entera. Pero eso, la transmisión de ese conocimiento se dejaba a la autoridad de quien poseyera la capacidad de transmitir esos sucesos con los riesgos que implicaba retener con “exactitud” dichas narraciones. Hoy en día, por el contrario, esa autoridad se deja al historiador que es el encargado de transmitir la memoria escrita bajo parámetros más “científicos” y menos “subjetivos”.

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Con esto, entonces, nos adentramos en los terrenos de la memoria escrita, la cual, en tiempos modernos, ha reemplazado casi que por completo los ámbitos de la memoria oral que, se puede decir, es más frágil en la medida en que no sea una memoria viva, que esté presente en las mentes de las personas y en sus 2018 | Septiembre


recuerdos. Para que esa memoria esté viva, debe ser la misma sociedad la que dé prioridad a esa tarea, a ese legado cultural a través de diferentes mecanismos de difusión de la memoria (conmemoraciones, celebraciones, museos, enseñanza, fiestas, etc.) en los que se proceda a recordar todos los aspectos importantes del pasado con precisión, emoción y conciencia. Esta misma reflexión vale también para los ámbitos de la memoria escrita, la cual, si no se cultiva ni se cuenta con mecanismos y políticas que incentiven el uso y destaquen la importancia de la historia y su escritura, podría caer, como bien lo afirma María Teresa Uribe, en una conjura de silencio y olvido (2003). O, como lo afirma Florescano, citando a Yosef Yerushalmi, se propicia el espacio para los agentes del olvido, los trituradores de documentos, los asesinos de la memoria, los conspiradores del silencio.

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Por eso, uno de los remedios para que la memoria oral se mantenga viva será la continua repetición, aunque se estime en tiempos modernos una práctica baladí, sometidos como están a la autoridad del texto sobre el lenguaje oral. Sobre esto, destaca Florescano que el tránsito de la oralidad a la escritura hizo del texto un objeto autónomo, independiente de su creador, que podía ser leído, interpretado y comunicado por otros, otorgándole mayor relevancia al ejercicio de la escritura de la historia. Los tiempos actuales, señala Florescano, son tiempos del texto escrito y, salvo para ciertas sociedades en que la cultura de la escritura no sea funcional, la repetición oral estaría abocada a una sustitución o desaparición. Adicionalmente, con la aparición del Estado Nación, el documento escrito tomará gran valor, ya que la memoria no se basará en la oralidad, sino en la que esté plasmada en documentos escritos, de ahí que la reconstrucción del pasado no dependerá más de la memoria oral de las personas o de los recuerdos acumulados por la memoria colectiva.

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Lo anterior condujo, siguiendo los argumentos del historiador Florescano. a que la disciplina de la historia pasara a ser un saber fundamentado en presupuestos de investigación con normas y pautas, al ser un oficio de eruditos más que de literatos, y con ello, en basar su conocimiento en fuentes escritas depositadas en los archivos que parecían más libres de la intencionalidad de los testigos. De ahí, entonces, que los espacios de archivo, de documentos, serán identificados como lugares de memoria escrita. Los archivos serían la representación de un “rígido presente sacralizado” (monumentos, bibliotecas, archivos, banderas, conmemoraciones, calendarios y todas aquellas representaciones tangibles de la memoria colectiva). Así, entonces, la diferencia entre la memoria oral y la escrita (la historia) está basada en que la memoria oral se sustenta en el testimonio fidedigno, en la creencia de que alguien estuvo allí en el lugar y fecha de lo que se recuerda, y se deja esta creencia a la confianza del colectivo sobre los hechos relatados, mientras que la memoria escrita, la historia, se basa en los testimonios escritos verificables técnicamente en su veracidad. Creo, no obstante, que en ambos casos, se confía en quien narra los hechos, sean estos orales o escritos. Quien narra se autoproclama una autoridad en el conocimiento de los hechos narrados. Por eso, la autoridad de quien narra, en este caso el historiador, debe tener todo un talante de ética que le permita recoger los testimonios orales en sociedades atravesadas por la violencia. No se quiere, de ninguna manera, que los testimonios de víctimas y victimarios sólo pasen por las salas de comisiones de verdad, justicia y reparación, en un acto jurídico más, sino que, además, en esos testimonios orales, los cuales ya quedan registrados en las audiencias, el historiador tenga la mayor responsabilidad de mantener viva esa memoria para la sociedad al transmitirlos con sabiduría, ética y responsabilidad consigo y con el pasado.


Óscar Muñoz. Narciso. Video monocanal. 3 min. Sonido. 4:3. 2001

Si bien la memoria colectiva oral carecía de rigidez y exactitud y estaba condicionada a los caprichos y eventualidad de quien narraba, en los ámbitos de la memoria escrita, la historia —no necesariamente escrita por un historiador— está también plagada de elementos parcializados e ideologizados. Esto es de resaltar en la medida en que en sociedades que han vivido situaciones de violencia y de guerra, los narradores de la memoria (historiadores, literatos, periodistas, politólogos, filósofos, etc.) imponen sus pasiones e intereses políticos y particulares en dichas narraciones, supeditando la ética y la responsabilidad a otras intencionalidades y se termine narrando sólo una “verdad” de lo acontecido. Es de destacar, entonces, de nuevo, que, si se habla de memoria colectiva, oral o escrita, y de la responsabilidad con el pasado, cuando se apela a la memoria para establecer la verdad en contextos de violencia y guerra, donde la violación de derechos humanos es el pan de cada día, los narradores de la memoria, en este caso los historiadores, tendrán que tener la mayor

responsabilidad con el pasado. Se afirma esto por la sencilla razón que la memoria escrita no tiene en cuenta, muchas veces, la memoria individual de las víctimas de la violencia por la falta de interés de aquellos narradores que anteponen los intereses políticos y particulares con el fin de presentar una sola verdad de los acontecimientos y de las causas de la violencia en un contexto determinado, con lo que la falta de ética y responsabilidad con el pasado se estaría estampando en la memoria colectiva.

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Bibliografía Florescano, E. (2014). La función social de la Historia, México, Fondo de Cultura Económica. Uribe de Hincapié, M. T. (2003). “Estado y sociedad frente a las víctimas de la violencia” en: Estudios Políticos, 23, Medellín, julio–diciembre, pp. 9-25.

John Fernando Mesa Arias. Historiador, gestor administrativo del Archivo Histórico y coordinador de la Red de Patrimonio y Memorias de la Universidad de Antioquia.

2018 | Septiembre


Resignificar lugares y personajes Luis Fernando Carmona Mejía, Valentina Hurtado Vélez y Silvia Yaneth Álvarez Ortiz En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo, todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción, pero los siglos y la vida que siempre se renuevan, han creado también una generación de amadores y soñadores, hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo, las mariposas y los ruiseñores. Gioconda Belli. Los portadores de los sueños

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En el escenario actual, un país que sueña con el alba, después de que la guerra extendió el crepúsculo por más de cincuenta años, protagoniza la añoranza del silencio de aquellos fusiles que tronaron con frenesí por largas décadas, un país que naufraga en una prosperidad de milagro, cual Macondo. El sueño más puro se vislumbra en los rostros de las víctimas, aún dispuestas a construir sociedad con los despojos de la guerra, movidos por un motor colectivo: la esperanza. ¿Porque es lo último que se pierde? No, porque es lo único que incita a persistir. Benditos sean aquellos hombres y mujeres que en medio del siniestro no olvidan la desgracia del otro, que, en la calamidad propia, siguen en pie para demostrarle al mundo el arte de resistir que, más que tolerar, es combatir, y no con fuego, sino con ilusiones que encienden más vidas que las que apaga un balín. Del lado del fusil o del blanco, hemos escrito con tinte rojo más de medio siglo de historia en la que nuestro entorno ha sido otra víctima. Colombia, un país bañado por dos océanos y levantada por el ímpetu de sus montañas, un trópico exaltado por su extensa biodiversidad: 56.343 especies y segundo lugar a nivel

Septiembre | 2018

mundial, un paraíso terrenal que no solo ha sido espectador sino que ha sufrido las secuelas de la guerra: deforestación, minería ilegal, cultivos ilícitos, sobreexplotación, tráfico de especies silvestres y demás acciones con las que le rendimos a la madre tierra nuestros más sinceros agradecimientos por permitirnos ser vida. Inspirados en la historia del conflicto armado en Colombia y en su relación con el medio ambiente como patrimonio ecológico, la Universidad de Antioquia, desde el Departamento de Extensión Cultural, ha buscado resignificar espacios y personajes que marcaron un precedente en la historia y, en especial, fueron referentes de resistencia en medio del conflicto, resaltando, además, el valor de la tierra y del territorio donde se desarrollan y se construyen sociedad y cultura. Y ha iniciado así una oportunidad para aportar a la interacción permanente de la Universidad con otros actores de la sociedad y para reconocer el valor de las apuestas por la paz que hombres y mujeres, portadores de sueños, han liderado, impulsando la transformación de situaciones de perpetuación de la guerra y oponiéndose al conflicto desde propuestas formativas, de emprendimiento y sensibilización social. Una labor que el Alma Máter apoya desde su propia misión, la fecundación de saberes y valores. Con esta premisa, el Programa Guía Cultural decidió invitar a distintos líderes sociales y comunitarios de la ciudad de Medellín, entre los que se encontraban la plataforma juvenil de la Vereda La Loma de San Cristóbal,


33 Óscar Muñoz. Sedimentaciones. Video Blu-Ray. Proyección sobre 3 mesas. Sonido. Bucle. 16:9. 2011

la Asociación Caminos de Esperanza Madres de la Candelaria y la Corporación de Jardineras de Moravia a participar en la ruta “PaZos. Resignifiquemos lugares y personajes”, en el marco del semestre temático Ecologías para la Paz que incita a replantear las prácticas cotidianas que el contexto actual, de un país en migración al posconflicto demanda, aludiendo, además, a los esfuerzos del gobierno saliente por impulsar un acuerdo, más allá de una paz negociada. Cada ruta tuvo como objetivo vincular los saberes de los lugares patrimoniales del Alma Máter con las narrativas de construcción de paz de los participantes para dotar de sentidos espacios y personajes que hacen parte de la construcción histórica y de memoria de los conflictos del país, así como las apuestas de paz

presentes en la historia de la Universidad en su relación con el contexto regional y nacional. El programa propició un espacio reflexivo para compartir experiencias y desplegar la narrativa del conflicto armado colombiano elaborada por aquellas voces que acalló, pero no silenció; por el contrario, osadas, decidieron construir, a partir de la tragedia, victorias colectivas que hoy en día cimientan la historia de un país concebido por la guerra, pero inquieto por el anhelo de la paz. Luis Fernando Carmona Mejía, estudiante de Química Farmacéutica, Valentina Hurtado Vélez, estudiante de Pedagogía, Guías Culturales, y Silvia Yaneth Álvarez Ortiz, coordinadora del Programa Guía Cultural, Universidad de Antioquia. 2018 | Septiembre


académica

• 4 de septiembre: Calígula de Albert Camus, Segunda Parte. Tallerista principal: Julián Bisbicuth • 11 de septiembre: Antígona de Sófocles. Tallerista principal: Juan Felipe Mejía • 18 de septiembre: La nariz de Nicolai Gogol. Tallerista principal: Alejandra Rojas Cano • 25 de septiembre: Todo lo que asciende tiene que converger de Flannery O’connor. Tallerista principal: Juan Esteban Mazuera

todos los miércoles 9:00 a. m.-12:00 m. // Aula abierta: Alejandro Alberto Restrepo Restrepo. Filosofía de la mente Biblioteca Pública Piloto, auditorio Torre de la Memoria Inscripción previa en: reune.udea.edu.co Organiza: Instituto de Filosofía 4:00-7:00 p. m. // Cátedra abierta: Instituto de filosofía. Subjetivación: problemas y perspectivas. Con la profesora Liliana Molina y el profesor Andrés Saldarriaga Madrigal Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Inscripción previa en: reune.udea.edu.co Organiza: Instituto de Filosofía

todos los viernes 8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Taller de salud oral. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario

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• 1 de septiembre: Platomanía • 8 de septiembre: Fragmentando • 15 de septiembre: Día del amor y la amistad • 22 de septiembre: Floreciendo en platos • 29 de septiembre: Creación en platos

sábado

1

11:30 a. m. // Títeres en escena: I.E universo de infantil (bullying) Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, auditorio Organiza: MUUA

lunes

3

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

martes

4

8:00 a. m. // Salud estudiantil: Uso responsable de los servicios de salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario 9:00 a. m.-5:00 p. m. // III Jornada de Filosofía de la mente Edificio de Extensión, segundo piso, auditorio 1 Inscripción previa en: reune.udea.edu.co Organiza: Instituto de Filosofía 9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Comunicaciones

miércoles

5

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Ciencias Económicas Bloque 13, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables + Taller: Conociendo nuestro cuerpo: autocuidado y sexualidad. Con Adriana Mazo Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 1:00-4:00 p. m. // Sexualidad y amor saludables: Apoyo con medicamentos anticonceptivos. Con Adriana Mazo Bloque 22, primer piso, consultorio #4 Organiza: Bienestar Universitario

jueves

6

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Taller de salud oral. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Bloque 14, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

académica académica

3:00-6:00 p. m. // Club de lectura: Coherencia desde la diversidad Bloque 12-212 Organiza: Instituto de Filosofía

10:20 a. m. // Tallernautas Ciclo: Platos para no comer Costo: $4.000 por niño Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, hall Organiza: MUUA

8:00 a. m.-5:00 p. m. // XII Seminario Nacional Teoría e Historia del Arte: Las acciones políticas del arte Centro Cultural Facultad de Artes Inscripciones en: reune.udea.edu.co Inversión: $180.000 general; $150.000 estudiantes y docentes UdeA Organiza: Facultad de Artes

académica

todos los martes

todos los sábados

académica

académica

miércoles 5 a viernes 7

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SEPTIEMBRE /2018

Bloque 12, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

académica

PROGRAMACIÓN


2:00-3:00 p. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 2:00-4:00 p. m. // ¡Estudiar a lo bien!: Orientación vocacional. Con Julia Beatriz López Bedoya Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 3:00 p. m. // Salud estudiantil: Uso responsable de los servicios de salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario

viernes 7 a domingo 16 9:00 a. m.-9:00 p. m. // Estand de la Editorial Universidad de Antioquia en la 12a. Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín Carabobo, Pabellón Fondos Universitarios, estand A11 Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 9:00 a. m.-9:00 p. m. // Pabellón del 4o. Salón Iberoamericano del Libro Universitario Carabobo, zona Norte Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

viernes

7

7:30-9:00 a. m. // Plenaria 171 del Comité Universidad Empresa Estado Ruta N, torre A, piso 0, auditorio 2 Informes en: teléfono: 219 21 33, universidadempresaestado@udea.edu.co Organiza: Unidad de Innovación

viernes 7 y 14 2:00 p. m. // Ruta PaZos. Recorrido que vincula los conocimientos de historia, patrimonio natural, patrimonio artístico y sistema de bibliotecas en un solo recorrido por la Universidad como aporte al tema

a las narrativas de memoria histórica del Campus Universitario Jardín botánico, Fiesta del libro Organiza: Extensión Cultural

sábado

8

5:00 p. m. // Ocho estaciones. Antología personal. Autor: Juan Manuel Roca. Conversan: Juan Manuel Roca y Pedro Arturo Estrada Planetario de Medellín, auditorio Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

lunes

10

8:00 a. m.-5:15 p. m. // Foro interregional de ciencia tecnología e innovación Edificio de Extensión, auditorio principal Informes en: teléfono: 219 21 33, universidadempresaestado@udea.edu.co Organiza: Unidad de Innovación 8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 9:00 a. m. // Salud estudiantil: Uso responsable de los servicios de salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario

todos los viernes a partir del 10 4:00-6:00 p. m. // Filosofía a la calle: Club de lectura Raíces. Lectura del libro Mayo del 68, el sueño de una nueva izquierda Paraninfo del Edificio San Ignacio Inscripciones en: reune.udea.edu.co Organizan: Instituto de Filosofía - Cultura Centro - Extensión Cultural

martes

11

10:00 a. m.-12:00 m. // ¡Estudiar a lo bien!: Orientación vocacional. Con Julia Beatriz López Bedoya Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

2:00-4:00 p. m. // Sexualidad y amor saludables: Apoyo con medicamentos anticonceptivos. Con Adriana Mazo Facultad de Enfermería Organiza: Bienestar Universitario 5:00-7:00 p. m. // Actualicémonos en… Diagnóstico de enfermedades renales: Enfoque a través del laboratorio de las enfermedades renales. Expositor: Fabio Restrepo Restrepo, médico especialista Edificio de Extensión, segundo piso, auditorio 1 Inscripciones en: http://reune.udea.edu.co Organiza: Escuela de Microbiología

miércoles

12

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables + Taller: ¿Enamoramiento, amor, dependencia, apego…? Con Carla Flórez Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 1:00-4:00 p. m. // Sexualidad y amor saludables: Apoyo con medicamentos anticonceptivos. Con Adriana Mazo Bloque 22, primer piso, consultorio #4 Organiza: Bienestar Universitario

jueves

académica

académica académica académica académica académica académica

10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables + Conversatorio: Duelos amorosos, ¿qué es un duelo? Con Carla Flórez Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

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10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables + Conversatorio: Duelos amorosos, ¿qué se pierde después de una ruptura? Con Carla Flórez Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 1:00 p. m. // Derecho de autor vs. Derecho a la información. Conversan: María Alejandra Echavarría Arcila, Carlos Felipe Londoño Velásquez y Luis Hernando Lopera Lopera Parque Explora, teatro Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 3:00 p. m. // Editar y publicar en la universidad. Conversan: Jorge Sánchez,

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14

académica

7:00-8:00 a. m. // Cátedra Abierta: Anestesia profunda. Dificultades con la anestesia local. Con Felipe Restrepo Restrepo Facultad de Odontología, tercer piso, auditorio principal Organiza: Facultad de Odontología 9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Medicina Facultad de Medicina, primer piso, cerca al auditorio Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 3:30 p. m. // Charla: El lugar y el tiempo de lo sagrado. Programa de Formación Lectora para Jóvenes Lectores. Con Vicente Haya Facultad de Ingeniería, auditorio Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 5:00 p. m. // Amor en la Nube. Autora: Ana Cristina Vélez. Conversan: Ana Cristina Vélez y Ana Cristina Restrepo Planetario de Medellín, auditorio Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

sábado

15

11:00 a. m. // Tramitar el pasado. Archivos de Derechos Humanos y Museología viva. Editores académicos: Luis Carlos Toro Tamayo y Marta Lucía Giraldo Lopera. Conversan: Marta Lucía Giraldo Lopera, Verónica Mejía Acevedo, Teresita Gaviria y Patricia Nieto Jardín Botánico, salón Restrepo Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

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5:00 p. m. // Presentación del título: Casas Moriscas de Cartagena de Indias y Barranquilla. Autora: Karen David Daccarett. Conversan: Karen David Daccarett y Gabriel Mario Vélez Salazar Planetario de Medellín, auditorio Organiza: Facultad de Artes - Editorial Universidad de Antioquia

lunes

17

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

martes

18

8:00 a. m. // Salud estudiantil: Uso responsable de los servicios de salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario 8:00-10:00 a. m. // Charla de nutrición: Bebidas en la alimentación. Energizantes, hidratantes, batidos y más. Con Jhon Guerra Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 5:00 p. m. // Música y contexto con aire irlandés SIU, auditorio principal Organiza: Extensión Cultural

miércoles

19

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en

10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables: Infecciones de transmisión sexual. Con Adriana Mazo Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 1:00-4:00 p. m. // Sexualidad y amor saludables: Apoyo con medicamentos anticonceptivos. Con Adriana Mazo Bloque 22, primer piso, consultorio #4 Organiza: Bienestar Universitario 6:00 p. m. // Diálogos y culturas. Con María Paulina Baena, presentadora de La Pulla Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

jueves

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8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Taller de salud oral. Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias Bloque 2, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia 10:00 a. m.-12:00 m. // Sexualidad y amor saludables + Conversatorio: Duelos amorosos, las tareas del duelo. Con Carla Flórez Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 2:00 p. m. // Mes del patrimonio + Conferencia: Arte rupestre en la Amazonia colombiana. Con el profesor Fernando Urbina Edificio de Extensión, auditorio principal Organiza: Red de Patrimonio y Memorias

académica académica

viernes

9:00 a. m.-5:00 p. m. // Editorial en tu facultad: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Bloque 1, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

académica

3:30 p. m. // La gestión de sí mismo. Ética y subjetivación en el neoliberalismo. Autor: Mauricio Bedoya Hernández. Conversan: Mauricio Bedoya Hernández y Alberto Castrillón Aldana Planetario de Medellín, auditorio Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

académica

5:00 p. m. // El libro que escriben los editores. Conversan: Manuel Borrás, Julio Paredes y Darío Jaramillo Agudelo Parque Explora, teatro Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

académica

11:30 a. m. // Títeres en escena: Una aventura entre páginas de libros Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, auditorio Organiza: MUUA

académica

Diana Carmona, Claudia Ivonne Giraldo y Doris Aguirre Parque Explora, teatro Organiza: Editorial Universidad de Antioquia


2:00-4:00 p. m. // ¡Estudiar a lo bien!: Orientación vocacional. Con Julia Beatriz López Bedoya Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 3:00 p. m. // Salud estudiantil: Uso responsable de los servicios de salud Con Carlos Mario Cano Restrepo Bloque 22-310 Organiza: Bienestar Universitario 3:00 p. m. // Conversatorio: Arte y proceso Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, auditorio Organiza: MUUA

viernes

21

7:00 a. m.-6:00 p. m. // II Congreso de egresados: Comité Interinstitucional Odontológico de Antioquia -CIOA-. Con profesionales de las diferentes facultades de odontología de Medellín Plaza Mayor Recinto Exposiciones, salón de conferencias Organiza: Facultad de Odontología 8:00 a. m. // Mes del patrimonio + Taller: Trazos de memoria y patrimonio de tu alma Bloque 9, primer piso Organiza: Red de Patrimonio y Memorias 4:00 p. m. // Mes del patrimonio + Visita guiada: Recorrido de paz y memoria Teatro al Aire Libre Organiza: Red de Patrimonio y Memorias - Extensión Cultural 4:00-7:00 p. m. // Filosofía a la calle+ Cine club Leer el cine Película: “El planeta de los simios”, Franklin Schaffner, 1968 Paraninfo del Edificio San Ignacio Organiza: Instituto de Filosofía

martes

25

5:00 p. m. // Martes de poesía. Lectura de Pedro Arturo Estrada

Abril, café de la librería Organiza: Abril, café de la librería

miércoles

26

8:00-9:00 a. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario 2:00 p. m. // Ponencia: Tiburones y rayas en Isla Cayo Seranilla: del modelo a la realidad. Ponente: Sabrina Monsalve Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, auditorio Organiza: MUUA

miércoles 26 y jueves 27 8:00 a. m.-5:30 p. m. // II Jornadas foucaultianas Edificio de Extensión, segundo piso, auditorio 1 Inscripción previa en: reune.udea.edu.co Organiza: Instituto de Filosofía jueves 27 y viernes 28 8:30 a. m.-5:00 p. m. // VI Simposio de innovación social y tecnológica Universidad Pontificia Bolivariana Informes en: 2198072 innovacionsocial@udea.edu.co Organiza: Departamento de Innovación

jueves 27 a sábado 29 2:00 p. m. // Segunda conferencia latinoamericana de innovación social Edificio de Extensión Informes en: 2198072 innovacionsocial@udea.edu.co Organiza: Departamento de Innovación

jueves

27

1:00 p. m. // Literatura en voz alta: Lectura y conversatorio de cuentos de Carlos Alberto Estrada, profesor y escritor de la Facultad de Medicina Bloque 5-225 Inscripciones en: http://reune.udea.edu.co Organiza: Escuela de Microbiología

sábado

29

11:30 a. m. // Títeres en escena: Una aventura entre páginas de libros Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, auditorio Organiza: MUUA

escénicas todo el mes Inscripciones en línea: ¡Elige tu deporte favorito! Inscripciones en: bienestar.udea.edu.co Organiza: Bienestar Universitario 8:00 a. m.-12:00 m. // Convocatoria Tejiendo Redes: Fomento artístico y cultural Bienestar Universitario. Con Lilian Pulgarían Bloque 22-307 Organiza: Bienestar Universitario Convocatoria Circulación Nacional e Internacional Tejiendo Redes: Fomento artístico y cultural Bienestar Universitario. Con Andrea Zapata Inscripciones en: bienestar.udea.edu.co Organiza: Bienestar Universitario

escénicas

académica académica académica académica académica académica

2:00-3:00 p. m. // Salud estudiantil: Conoce tus deberes y derechos en salud. Con Carlos Mario Cano Restrepo y Estefany Palacio Carvajal Bloque 22-302 Organiza: Bienestar Universitario

todos los jueves 12:00 m.-1:00 p. m. // Taller libre de danzas. Con Walter Gómez Coliseo Universitario, tercer piso, sala de danzas #2 Organiza: Bienestar Universitario

viernes

7

6:30 p. m. // Teatro: El Sueño de Eichman, Laboratorio Escénico Ateneo Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

sábado

8

11:00 a. m. // Sábados en familia: Obra de teatro El Principito Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

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6:30 p. m. // Temporada de piano: Inauguración pianíssimo Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

viernes

28

cine y video

6:30 p. m. // Danza: Festival Endanzante compañía KeyZetta e Cia Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

cine y vid eo todos los martes 6:00 p. m. // Ciclo de cine sin boleta Centro Cultural Facultad de Artes Consultar la programación en: http://artes. udea.edu.co Organiza: Facultad de Artes

lunes

3

4:00 p. m. // Grupo de estudios fílmicos Ciclo: Ninfomanía, “El imperio de los sentidos”, Nagisa Oshima, Japón - Francia, 1976, 104’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural

martes

4

5:00 p. m. // Encuentro con el cine: “Ciro & yo” de Miguel Salazar. Invitados: Miguel Salazar Y Ciro Galindo Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Universitaria 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “Taking woodstock”, Ang Lee, Estados Unidos, 2009, 120´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

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miércoles

5

12:00 m. // Cineismo cineclub Ciclo: Realismo sucio: Bukowski, “Ordinaria locura”, Marco Ferreri, Italia, 1981, 101’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 2:00 p. m. // III Festival Kunta Kinte Película: “Mamá Chocó”, Diana Kuéllar, Colombia, 2009 Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Universitaria 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Intelestelar”, Christopher Nolan, Estados Unidos, 2014, 169’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

jueves

6

2:00 p. m. // Cine Indie Ciclo: Donde nunca antes has estado: Wes Anderson, “El gran hotel budapest”, Wes Anderson, Estados Unidos, 2014, 99’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 4:00 p. m. // III Festival Kunta Kinte Película: “Lumumba: la muerte del profeta”, Raoul Peck, Haiti - Congo - Francia Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Universitaria 6:00 p. m. // Cine al Aire: Video clip “Mitad del camino” Plazoleta Barrientos Organiza: Extensión Universitaria 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “When you’re strange”, Tom DiCillo, Estados Unidos, 2009, 90’

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: Perder es ganar un poco, “Pequeña miss sunshine”, Valerie Faris - Jonathan Dayton, Estados Unidos, 2006, 101’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 12:00 m. // Cineclub Alucine Ciclo: Democracias, “La dictadura perfecta”, Luis Estrada, México, 2014, 143’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) Organiza: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas 2:00 p. m. // III Festival Kunta Kinte Película: “Las Panteras Negras: Vanguardia de la Revolución”, Stantey Nelson, Estados Unidos, 2015 Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Universitaria 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Wall E”, Andrew Stanton, Estados Unidos, 2008, 98’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural 4:00 pm // Cineclub Ciencias exactas Ciclo: Obsesiones, “La ventana indiscreta”, Alfred Hitchcock, Estados Unidos, 1954, 110’ Bloque 4-212, auditorio b Organiza: Facultad Ciencias Exactas y Naturales 4:00 p. m. // Cineclub Cine Maestro Ciclo: Oscar 2018, “Lady bird”, Greta Gerwig, Estados Unidos, 2017, 94’ Bloque 10-206 Organiza: Extensión Cultural

martes

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7

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viernes

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jueves

6:00 p. m. // Ciclo de cine sin boleta Ciclo: Pintores y pinturas, “Goya en Burdeos”, Carlos Saura, España, 1999, 104’ Centro Cultural Facultad de Artes Organiza: Facultad de Artes

Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

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6:30 p. m. // Circo de la Rúa. Memorias del olvido Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

6:00 p. m. // Cineclub Pornógrafos Ciclo: Regresión, “Lion”, Garth Davis, Australia - Estados Unidos - Reino Unido, 2016, 118’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, 10-217 Organiza: Extensión Cultural

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11

6:00 p. m. // Cineclub documental Nanook Ciclo: El derecho a ver, “Ventanas al interios”, E. Olasagasti - M. Gabilondo - E. Goikoettxea - T. Larreategi - J Martinez, España, 2012, 95’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: INER

cine y video

martes


6:00 p. m. // Ciclo de cine sin boleta Ciclo: Pintores y pinturas, “Shirley: visions of reality”, Gustav Deutsch, Austria, 2013, 92’ Centro Cultural Facultad de Artes Organiza: Facultad de Artes

miércoles

12:00 m. // Cineismo cineclub Ciclo: Realismo sucio: Bukowski, “Barfly: el borracho”, Barbet Shoroeder, Estados Unidos, 1987, 97’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Avatar”, James Cameron, Estados Unidos - Reino Unido, 2009, 162’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

cine y video

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jueves

cine y video

12

13

2:00 p. m. // Cine Indie Ciclo: Donde nunca antes has estado: Wes Anderson, “Un reino bajo la luna”, Wes Anderson, Estados Unidos, 2012, 94’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 6:00 p. m. // Cine foro En construcción Ciclo: Metaficción, “Stranger than fiction”, Marc Forster, Estados Unidos, 2006, 113’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Instituto de Filosofía 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “Tommy”, Ken Russell, Reino Unido, 1975, 111’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

viernes

14

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: Perder es ganar un poco, “En el nombre del padre”, Jim Sheridan, Irlanda, 1993, 135’

Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 12:00 m. // Cineclub Alucine Ciclo: Democracias, “No”, Pablo Larraín, 2012, 116’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) Organiza: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Alien”, Ridley Scott, Estados Unidos - Reino Unido, 1979, 117’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural 4:00 pm // Cineclub Ciencias exactas Ciclo: Obsesiones, “Alguien voló sobre el nido del Cuco”, Milos Forman, Estados Unidos, 1975, 133’ Bloque 4-212, auditorio b Organiza: Facultad Ciencias Exactas y Naturales 4:00 pm // Cineclub Voces Ciclo: ¿Desarrollo? “La princesa Mononoke”, Hayao Miyazaki, Japón, 1997, 133’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 4:00 p. m. // Cineclub Cine Maestro Ciclo: Oscar 2018, “Tres anuncios por un crimen”, Martin McDonagh, Reino Unido, 2017, 112’ Bloque 10-206 Organiza: Extensión Cultural

lunes

17

4:00 p. m. // Grupo de estudios fílmicos Ciclo: Ninfomanía, “Nymphomaniac vol. II”, Lars von Trier, Dinamarca, 2013, 124’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural

martes

18

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “Velvet goldmine”, Todd Haynes, Estados Unidos, 1998, 123´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural 6:00 p. m. // Ciclo de cine sin boleta Ciclo: Pintores y pinturas, “La chica danesa”, Tom Hooper, Reino Unido, 2015, 120’

Centro Cultural Facultad de Artes Organiza: Facultad de Artes

miércoles

19

12:00 m. // Cineismo cineclub Ciclo: Realismo sucio: Bukowski, “Factotum”, Bent Hamer, Noruega, Estados Unidos, 2005, 94’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Contact”, Robert Zemeckis, Estados Unidos, 1997, 149’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural 6:00 p. m. // Cineclub Pornógrafos Ciclo: Regresión, “I origins”, Mike Cahill, Estados Unidos, 2014, 106’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez, 10-217 Organiza: Extensión Cultural

jueves

20

2:00 p. m. // Cine Indie Ciclo: Donde nunca antes has estado: Wes Anderson, “El fantástico Sr. Zorro”, Wes Anderson, Estados Unidos, 2009, 87’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural

cine y video

cine y video cine y video cine y video

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “California solo”, Marshall Lewy, Estados Unidos, 2012, 94´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “I’m not there”, Todd Haynes, Estados Unidos, 2007, 129´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

viernes

21

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: Perder es ganar un poco, “El ladrón de orquídeas ”, Spike Jonze, Estados Unidos, 2002, 114’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 12:00 m. // Cineclub Alucine Ciclo: Democracias, “Mi nombre es Harvey Milk”, Gus van sant, 2012, 128’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) Organiza: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

39


5:00 p. m. // La directora Clare Weiskopf estará presentando su filme “AMAZONA” Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Universitaria

lunes

24

6:00 p. m. // Cineclub documental Nanook Ciclo: Fútbol, “Golpe de estado”, Sergio Cabrera, Colombia - España - Italia, 1998, 126’ Biblioteca Pública Piloto, auditorio Torre de la Memoria Organiza: INER

martes

25

10:00 a. m. // Cineclub Biofilm Película: “Figuras Ocultas”, Theodore Melfi, Estados Unidos, 2016 Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Organiza: Escuela de Microbiología 3:00 p. m. // Cine Foro: Patrimonio audiovisual, su importancia en la construcción de memoria. Con Víctor Gaviria Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Organiza: Red de Patrimonio y Memorias

40

6:00 p. m. // Ciclo de cine sin boleta Ciclo: Pintores y pinturas, “La joven del arete de perla”, Peter Webber, Reino Unido, 2003, 96’ Centro Cultural Facultad de Artes Organiza: Facultad de Artes

12:00 m. // Cineclub Alucine Ciclo: Democracias, “Las sufragistas”, Sarah Gavron, 2015, 106’ Auditorio Horacio Montoya Gil (10-222) Organiza: Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

miércoles

26

12:00 m. // Cineismo cineclub Ciclo: Realismo sucio: Bukowski, “Álbum visual: Lemonade”, Beyoncé, Estados Unidos, 2016, 66’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Odisea en el espacio”, Stanley Kubrick, Estados Unidos Reino Unido, 1968, 143’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

jueves

27

2:00 p. m. // Cine Indie Ciclo: Donde nunca antes has estado: Wes Anderson, “Isla de perros”, Wes Anderson, Estados Unidos, 2018, 101’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural 6:00-8:00 p. m. // Cine foro En construcción Ciclo: Cine animado, “Kimi no na wa”, Makoto Shinkai, Japón, 2016, 106’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Instituto de Filosofía 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo

4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Cine sobre el espacio, “Apolo 13”, Ron Howard, Estados Unidos, 1995, 140’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural 4:00 pm // Cineclub Ciencias exactas Ciclo: Obsesiones, “Hombre mirando al sudeste”, Eliseo Subiela, Argentina, 1986, 104’ Bloque 4-212, auditorio b Organiza: Facultad Ciencias Exactas y Naturales 4:00 p. m. // Cineclub Cine Maestro Ciclo: Oscar 2018, “Get out”, Jordan Peele, Estados Unidos, 2017, 103’ Bloque 10-206 Organiza: Extensión Cultural

música viernes

7

12:00 m. // Conciertos de medio día Facultad de Artes, auditorio Harold Martina, (25-214) Organiza: Extensión Cultural

viernes

14

6:30 p. m. // Conversatorio cantado: Resistencia en lengua propia Hip hop y Caribean Folk

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12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: Perder es ganar un poco, “Paris, Texas”, Wim Wenders, Alemania del Oeste, 1984, 144’ Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural

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28

cine y video

4:00 p. m. // Cineclub Cine Maestro Ciclo: Oscar 2018, “El insulto”, Ziad Doueiri, Líbano, 2017, 110’ Bloque 10-206 Organiza: Extensión Cultural

viernes

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: Rock en el cine, “The runaways”, Floria Sigismondi, Estados Unidos, 2010, 109´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

cine y video

cine y video

4:00 pm // Cineclub Voces Ciclo: ¿Desarrollo? “Las trillizas de Belleville”, Sylvain Chomet, Francia, 2003, 78’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: Extensión Cultural

Ciclo: Rock en el cine, “24 hour party people”, Michael Winterbottom, Reino Unido, 2002, 115´ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural

música

4:00 pm // Cineclub Ciencias exactas Ciclo: Obsesiones, “El piano”, Jane Campion, Nueva Zelanda, 1993, 121’ Bloque 4-212, auditorio b Organiza: Facultad Ciencias Exactas y Naturales

6:00 p. m. // Cineclub documental Nanook Ciclo: El derecho a ver, “La voz del viento”, Matías Herrera Córdoba y Lucía Torres, Argentina, 2013, 75’ Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Organiza: INER

música

4:00 p. m. // Cineclub Leer el cine Ciclo: Presencias y ausencias, “El planeta de los simios”, Franklin Schaffner, Estados Unidos, 1968, 112’ Edificio San Ignacio, sala de cine Organiza: Extensión Cultural


sábado

5:00 p. m. // Sábados en familia: Medellín Blues Festival Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

música

martes

música

15 18

6:30 p. m. // Música: Festival Django Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

viernes

21

12:00 m. // Conciertos de medio día Facultad de Artes, auditorio Harold Martina, (25-214) Organiza: Extensión Cultural

jueves

27

exposiciones

exposiciones

música

2:00 p. m. // Charla: Voces, música y memoria Edificio de San Ignacio, aula múltiple Organiza: Red de Patrimonio y Memorias

miércoles 5 a viernes 27 XXIV concierto encuentro de cuerdas tradicionales colombianas Consultar programación en: http://artes.udea.edu.co

ex po s i cion es todo el mes Lunes a jueves, 8:00 a. m.-5:00 p. m.; viernes, 8:00 a. m.-4:00 p. m. // Exposiciones de larga duración del MUUA • Colección de Antropología: constituida en 1943, conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia • Colección de Ciencias: Compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales enfatiza en especies nativas de animales colombianos

• Colección de Historia: Memorias de una Colección Museo Universitario de la Universidad de Antioquia. Organiza: MUUA Urbana Sensación. Exhibición de Armando Montoya, docente de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, hall Organiza: Extensión Cultural

lunes 3 a viernes 21 6:00 a. m.-6:00 p. m. // Exposición didáctica: Hechos de Paz Facultad de Odontología, biblioteca Organizan: Facultad de Odontología Banco de la República

lunes 3 a viernes 28 6:00 a. m.-6:00 p. m. // Exposición: ¿Las bibliotecarias dicen? Esta comunidad académica no sólo trata el tema de Odontología Facultad de Odontología, biblioteca Organiza: Facultad de Odontología

hasta el miércoles 5 Lunes a viernes, 8:00 a. m.-6:00 p. m.; sábados, 8:00 a. m.-12:00 m. // Exposición fotográfica: El micromundo en el que vivimos. Con motivo de la celebración de los 60 años de la Escuela de Microbiología Edificio de Extensión, segundo piso Organiza: Escuela de Microbiología

a partir del viernes 7 8:00 a. m.-5:00 p. m. // 4° Salón de Ilustración de Bello Letras Ilustradas Edificio de Extensión, segundo piso, hall Organiza: Extensión Cultural

a partir del domingo 16 Lunes a jueves, 8:00 a. m.-5:00 p. m.; viernes, 8:00 a. m.-4:00 p. m. // Exposiciones temporales en el MUUA 44° Salón Nacional de Artes VisualesPremios Nacionales de Cultura • La perseverancia del olvido. Homenaje a Carlos Mejía Mesa

• Migraciones • Voluntariado Cultural • “RELIEVES” … de montes y relieves, de Juan Carlos Londoño Mesa • Amores lejanos, de Germán García Pajón y el Art Nouveau

otras opciones todo el mes 8:00 a. m.-5:00 p. m. // Visitas guiadas: Universidad de Antioquia Solicitud previa en: teléfono: 2195346, programaguiacultural@udea.edu.co Organiza: Extensión Cultural 8:00 a. m.-5:00 p. m. // Visitas guiadas: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia Solicitud previa en: teléfono: 2198186, educacionmuseo@udea.edu.co Organiza: MUUA 8:00 a. m.-4:00 p. m. // Visitas guiadas: Facultad de Medicina Solicitud previa en: teléfono: 2196005, gestionculturalmedicina@udea.edu.co Organiza: Facultad de Medicina

todos los martes

otras opciones

música

Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Organiza: Extensión Cultural

6:30 p. m. // Yoga en el paraninfo Edificio San Ignacio Organiza: Extensión Cultural 9:30 p. m. // Serie de televisión: En tablas Canal U Organizan: Extensión Cultural Universidad de Antioquia Televisión 8:30-9:00 p. m. // Programa Radial: Encuentros con la Naturaleza. Con Jesús Alonso Jaramillo Arango y Diana Polanco Echeverry Sintonícelo en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia: Valle de Aburrá: 1.410 AM Organiza: Escuela de Microbiología

todos los jueves 10:00-11:00 a. m. // Programa radial: Radio consultorios. Con especialistas de la Escuela de Microbiología

41


todos los viernes 12:00 m. // Yoga UdeA Sanga Jardín entre los bloques 5 y 16 Organiza: Extensión Cultural

re g i o n e s

otras opciones

12:30 y 8:30 p. m. // Serie de televisión: En tablas Canal ZOOM Organizan: Extensión Cultural Universidad de Antioquia Televisión

todos los sábados 10:00 a. m. // Yoga en el paraninfo Edificio San Ignacio Organiza: Extensión Cultural

martes 4 a viernes 7 8:00 a. m.-12:00 m. // Microviaje. Programa didáctico-pedagógico de prevención de la enfermedad y promoción de la salud pública Fundación Universitaria Bellas Artes, sede Ayacucho Organiza: Escuela de Microbiología

viernes

7

9:00 a. m. // La Canasta de la U. Mercado Agroecológico Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, Epopeya de Café Organiza: Extensión Cultural

jueves

13

4:30-6:00 p. m. // Caficultor Invitado: Fundación de café Tejipaz. Con Don Faibel Ceballos y su familia, Doña Teresa Giraldo (caficultora y poeta)

42

todos los miércoles 8:30-9:00 p. m. // Programa radial: Encuentros con la naturaleza. Con Jesús Alonso Jaramillo Arango y Diana Polanco Echeverry Sintonícelo en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia: ● Urabá: 102.3 FM ● Bajo Cauca: 96.3 FM ● Oriente: 101.3 FM ● Suroeste: 100.9 FM ● Occidente 93.9 ● Magdalena medio 94.3 Organiza: Escuela de Microbiología

todos los jueves 10:00-11:00 a. m. // Programa radial: Radio consultorios. Con especialistas de la Escuela de Microbiología Sintonícelo en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia: ● Urabá: 102.3 FM ● Bajo Cauca: 96.3 FM ● Oriente: 101.3 FM ● Suroeste: 100.9 FM ● Occidente 93.9 ● Magdalena medio 94.3 Organiza: Escuela de Microbiología

todos los viernes 2:00 p. m. // Lectura en voz alta: La rebelión de las ratas Sede Carepa, biblioteca Organiza: Seccional Urabá

1:20 p. m. // Películas relacionadas con las ciencias Película: “Steve Jobs: el hombre detrás de una Mac” Sede Carepa, biblioteca Organiza: Seccional Urabá

miércoles

19

1:20 p. m. // Películas relacionadas con las ciencias Película: “Banking on bitcoin” Sede Carepa, biblioteca Organiza: Seccional Urabá

viernes

21

9:00 a. m.-5:00 p. m. // A viva voz: Seccional Occidente Seccional Occidente, primer piso Organiza: Editorial Universidad de Antioquia

jueves

27

3:00 p. m. // Tertulia musical en clave de palabra Seccional Oriente, auditorio (2-102) Organiza: Facultad de Artes

viernes

regiones

9:00 a. m. // La Canasta de la U. Mercado Agroecológico Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo, Epopeya de Café Organiza: Extensión Cultural

9:00 a. m.-1:00 p. m. // Conferencia: Buenas prácticas en la elaboración de suero costeño y manejo de cultivos lácticos y probióticos. Expositora: Francia Elena Valencia García, Ph.D. en Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias Seccional Bajo Cauca Inscripciones en: http://reune.udea.edu.co Organiza: Escuela de Microbiología

regiones

7:30 p. m. // Serie de televisión: En tablas Canal U Organizan: Extensión Cultural Universidad de Antioquia Televisión

21

5

regiones

viernes

miércoles

regiones

Abril, café de la librería Organiza: Abril, café de la librería

28

3:00 p. m. // Charla a propósito del título: Selección. Cuentos, ensayos y poemas de Jorge Luis Borges Seccional Suroeste Organiza: Editorial Universidad de Antioquia - Taller de la Palabra - Facultad de Educación

regiones

Sintonícelo en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia: Valle de Aburrá: 1.410 AM Organiza: Escuela de Microbiología






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