Agenda Cultural Alma Máter

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Editorial Literatura testimonial El siglo xx transcurrió tan

atípico como pocos en la historia. Eric Hobsbawm, su cronista más connotado, lo llamó incluso “el siglo corto”. Según él, comenzó con la Primera Guerra Mundial y finalizó al caer el Muro de Berlín. Un siglo de menos de ochenta años que vio pasar muchas revoluciones, guerras, genocidios, encuentros y desarraigos. La secularización social salió avante y comenzó a dejar ver relatos mínimos de gentes ordinarias como asuntos relevantes para entender las particularidades de los pueblos y sus cuestiones de nación, incluso sin naciones ya, o a pesar de ellas. El gran legado del siglo pasado, sin duda alguna, ha sido la relevancia que cobró la narrativa escueta de quienes hoy pueden hablar sin mediación y escribir la historia desde su rincón o mirador particular, en lo que se ha dado por llamar micro historia y que tiene en la literatura testimonial, o también llamada no ficcional, su más alta factura. Los discursos hegemónicos, heroicos y épicos perdieron su fuerza con la distopía contemporánea. Los estados-nación cayeron y, con ellos, sus narraciones rimbombantes, populistas y apabullantes que pretendían reclamar la cuna primigenia de su linaje a las formas de la razón y del credo: los nacionalismos encontraron su lugar en el mismo hoyo sepulcral de

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Natalia Botero. San Andrés. De la exposición Al sol al viento. 2010

su desgracia. Y a todas estas, las historias sencillas, de narraciones vivenciales, en primera persona, que recusan el poder omnipotente y omnipresente del gran hermano ostentado por la literatura desde Homero hasta los albores de mayo del 68, se tomaron la escena con la sensatez misma que Bronisław Malinowski había dejado ver en sus escritos descriptivos, informales, y sumamente rigurosos, al consignar las vivencias con los nativos del pacífico, en un ejercicio que algunos críticos hacen ver como ajena a la etnografía del momento, para emparentarla o, más bien, hacer emerger las prácticas modernas de la antropología social británica. Contar historias propias, o ajenas, pero con el rigor de quien camina de la mano del tiempo 2018 | Febrero


para advertir y emocionar al lector distante, y así llevarlo a la emboscada del terreno literario es el tema de esta Agenda Cultural Alma Máter: Literatura testimonial. Un grupo sinigual de colaboradores ha aceptado compartir sus caminatas literarias, sus narraciones testimoniales o sus elucidaciones teóricas en este campo con nosotros. Patricia Nieto, Juan José Hoyos, Germán Castro Caycedo, Rodrigo Mora, José Eduardo Suárez Gómez y la fotógrafa Natalia Botero están aquí con sus metarrelatos de crónicas breves, básicas y altamente complejas para invitarnos a hacer lo propio: tomar el lápiz o el teclado y dejar salir algo de nosotros que, puede quiera, por su naturaleza ejemplar, hacer más cosas afuera que adentro de nosotros.

Y en la tapa, una mujer negra, de negro. Muchas pinzas plásticas para ropa en los pliegues de su vestido que esperan contener el viento y proteger así su faena de lavado. Color sobre negro, cada pinza un párrafo de una poética visual que se ajusta a esta literatura testimonial que acompaña. La imagen juega un papel preponderante en esta época de historias cortas, de Netflix, Twitter y charlas de Ted que no superan los 15 minutos. Quizá llegó el momento que alguna vez, el más popular de los artistas que vivió a lo largo y ancho del siglo corto, Andy Warhol, vaticinó: “En el futuro, todos serán famosos mundialmente por 15 minutos”, protagonizando una historia corta o una imagen. Oscar Roldán-Alzate

Al sol al viento 2

Dedicada a la investigación y la fotografía documental, con énfasis en proyectos sociales con las comunidades víctimas del conflicto armado colombiano (desaparición forzada), Natalia Botero es docente e investigadora; ha publicado varios libros como Relatos de una cierta mirada: el acontecimiento, la fotografía y el sentido (en coautoría con Patricia Nieto) e informes de investigación del CNMH (Centro Nacional de Memoria Histórica) como Desterrados, Hasta encontrarlos y Basta Ya-Medellín. “La exposición Al sol al viento se ha convertido en una historia íntima y de resistencia frente al dolor y el olvido. Desde la fotografía documental se evidencian la permanencia y las resistencias de los pobladores en los territorios: la ropa que nos cubre y nos descubre tiene una extraña vocación de salir, de mostrarse siempre, incluso la más íntima y reservada. Por todo el territorio colombiano los paisajes se visten de color y formas para ratificar la presencia de los habitantes, para dignificar la vida y el trabajo de muchas mu-

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jeres en su cotidianidad, para narrar las familias, su intimidad y sus labores. La documentación fotográfica de los tendederos, las ropas, y quienes las lavan implica un recorrido, por el campo principalmente, la zona rural de Colombia cuyos habitantes han sido los más afectados por el conflicto armado, pero quienes también han demostrado una gran valentía en el retorno, la permanencia y en hacerle frente al olvido y al dolor. Desde el año 2010 he comenzado a mirar cómo las prendas de vestir nos dejan ver la intimidad hasta del más pequeño que allí habita, nos muestran la tenacidad de los que han resistido y el valor de los que han regresado. La cotidianidad de los pueblos, los hogares y las familias se ven reflejados en cada uno de los solares, alambrados, frentes de las casas, árboles y demás lugares que son vestidos con las prendas. En cada textura, color y forma de las prendas hay un poco de historia de quienes las usan, como un homenaje a los vivos y en memoria de los ausentes”. Natalia Botero


El género discursivo literatura testimonial Jorge Eduardo Suárez Gómez

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Natalia Botero. Vía Bucaramanga-Bogotá. De la exposición Al sol al viento. 2013

Para Mijaíl Bajtín, el estudio del texto “no

puede realizarse satisfactoriamente sin antes haber elucidado las claves genéricas del mismo y, consiguientemente, la tradición en que aquel se inserta”.1 De acuerdo con el lingüista ruso, esta ubicación del género se realiza a partir de las características de los enunciados propios de cualquier esfera de actividad humana relacionada con el lenguaje: “Cada enunciado separado es, por supuesto individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora sus

tipos relativamente estables de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos”.2 Cada género discursivo se caracteriza por una particular articulación de contenidos temáticos, estilo y composición. La literatura testimonial puede considerarse entonces un género discursivo. Buscando perfilar las características del género y sus enunciados, puede decirse que la literatura testimonial es “un discurso que pretende dar prueba de un hecho social 2018 | Febrero


previo a través de la voz de lo(s) testigo(s) de los acontecimientos”.3 John Beverley, uno de los estudiosos más reconocidos en el tema de la literatura testimonial latinoamericana, afirma, de forma mucho más concreta, que el testimonio es “una narración con la extensión de una novela corta, en forma de libro o panfleto (esto es, impresa y no acústica), contada en primera persona por un narrador que es también el verdadero protagonista o testigo de los sucesos relatados, y cuya unidad narrativa es por lo general una ‘vida’ o una experiencia significativa de vida”.4

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Además de los elementos anteriores (centralidad del testigo que narra lo sucedido en una vida), puede decirse que los enunciados de las obras testimoniales tienen también elementos orales y memoriales, en la medida en que pretenden sacar a la luz “la expresión de un sentimiento popular que ha sido acallado, cubierto por las informaciones oficiales”.5 Dice Gustavo García que el testimonio conserva la memoria: “oralidad y escritura se dan la mano para preservar el discurso”.6 El testimonio permite también la construcción de identidades políticas, en la medida en que se convierte en “el instrumento por el cual grupos marginados y marginales emergen en movimientos de liberación y recomponen, desde una postura privada (la del testigo), una posición de ‘conjunto’ o de clase estructurada en torno a intereses ideológicos o situaciones coyunturales de reivindicación de sus derechos”.7 De acuerdo con John Beverley, el género se desarrolló “muy cerca de los movimientos de liberación nacional y del radicalismo cultural generalizado en esa época”.8 Perfilada así la literatura testimonial o el testimonio en tanto tema, estilo y composición (libro publicado con la extensión de una novela en la que tiene centralidad un testigo que narra desde la oralidad lo sucedido en una Febrero | 2018

vida a partir de elementos memoriales y políticos), puede hablarse de su cercanía o identidad con otras denominaciones del testimonio y con otros géneros discursivos. Algunos autores hablan de “novela política”, “novela testimonio”, “novela documental”, “narración testimonial”, “diario”, “entrevistas”, “ficciones documentales”, “narrativa de no ficción”, “literatura de resistencia”, “historia oral”, “autobiografía”, “memoria autobiográfica”, entre otras denominaciones, que indican lo complejo de definir las narrativas que incorporan en mayor o menor medida testimonios. Estamos de acuerdo con Beverley cuando afirma que el testimonio, sin estar subsumido en ninguna de esas denominaciones, puede incluirlas. En América Latina este género surgió en los años sesenta. No es que antes no existieran en la literatura textos narrativos que pudieran llamarse testimoniales, sino que, es a partir de este momento que el género adquiere los contornos que le conocemos hoy. Cuba fue el epicentro de esta corriente que se expandió por todo el continente. Miguel Barnet es uno de sus más importantes cultores. Su libro Biografía de un cimarrón (1966) fue pionero. Después de su publicación, Barnet hizo una serie de reflexiones teóricas en torno al tema que han sido bastante influyentes. De acuerdo con Francisco Theodosíadis, el género testimonial en América Latina “comienza a generalizarse en los 60 cuando Miguel Barnet publica su libro en 1966”.9 Habría que destacar también el carácter literario de este género. En las obras testimoniales pertenecientes al subgénero novela-testimonio este rasgo es completamente visible. Por novela testimonio podemos entender, de acuerdo con Lucía Ortiz, aquella narración en la que “aunque el referente del acontecer es por convención ‘real’ y ‘verificable’, su presentación discursiva a través de la persona autorial representada en el texto es una entidad


imaginaria. [...] La construcción de un texto de este tipo se convierte inevitablemente en una decisión artística consciente”.10 La novela testimonio es una obra que, partiendo de la oralidad, noveliza las experiencias humanas. Podría objetarse que algunos textos de la literatura testimonial no cumplen esta característica, en la medida en que no implican aparentemente ningún grado de ficción o literaturización. Este tipo de obras encajan en el subgénero historia oral o testimonio directo, que se puede caracterizar como aquel en el cual los mediadores “solo someten el discurso original del testigo a las básicas reglas de concordancia gramatical, sin alterar o modificar en esencia el texto original”.11 Aunque se diera el caso extremo de que no existiera ningún tipo de mediador,12 lo escrito está sujeto a los vaivenes de la memoria: pluralidad de sentidos, multiplicidad de experiencias, selectividad de lo recordado, dominio de lo cualitativo frente a lo cuantitativo, dominio del presente sobre el pasado, influencias de lo colectivo sobre lo individual. El “testimonio directo” sería la transcripción de una narración que, por pertenecer al registro de la memoria, siempre comportaría algún grado de ficción y, por ende, de literaturización de las experiencias. Su dependencia de la oralidad también lo impone un contenido estético: “Las culturas orales producen, efectivamente, representaciones verbales pujantes y hermosas de gran valor artístico y humano”.13 Esta “poética de la oralidad” es destacada por la poeta María Mercedes Carranza en la presentación de una obra de Alfredo Molano: “Toda esa riqueza en el manejo del idioma, toda esa imaginería es captada y transcrita con gran acierto, sin caer en el folklorismo costumbrista que solo se deleita en la deformación fonética de las palabras y deja a un lado la creatividad de un habla que busca la eficacia y se expresa sin inhibiciones, y la profundidad y belleza de una sabiduría tan sólida como una roca”.14

Hechas las precisiones en cuanto a la característica de los enunciados testimoniales y literarios del género, podría concluirse que en la literatura testimonial se literaturiza un hecho social estructurándose “una unidad discursiva híbrida y subordinada a los intereses ideológicos de sus productores”.15

Notas 1. Jiménez Estrada, C. (1998). “De la novela-testimonio como género”, en: Íkala, Revista de lenguaje y cultura, vol. 3, n.° 5, 86. 2. Bajtín, M. (1999). Estética de la creación verbal, México, Siglo xxi, 4. 3. García, G. (2003). La literatura testimonial latinoamericana. (Re) presentación y (auto) construcción del sujeto subalterno. Madrid, Editorial Pliegos, 2003, 38. 4. Beverley, J. (2010). Testimonio: sobre la política de la verdad, México, Bonilla Artigas, 22. 5. Theodosíadis, F. (1996). Literatura testimonial. Análisis de un discurso periférico, Bogotá, Cooperativa Editorial Magisterio, 18. 6. García, G. Op. cit., 68. 7. Ídem, 24. 8. Beverley, J. Op. cit., 23. 9. Theodosíadis, F. Op. cit., 19. 10. Ortiz, L. (1997). La novela colombiana hacia finales de siglo veinte, Nueva York, Peter Lang, 124. 11. Theodosíadis, Op. cit., 37. 12. Esto es muy poco frecuente aunque no aparezca un mediador explícito en los créditos del libro. Cuando el testigo es el autor directo, los editores se convierten en importantes mediadores. 13. García, G. Op. cit., 68. 14. Carranza, M. M. (1993). “El otro país”, en: Así mismo, Bogotá, Los Cuatro Elementos, 12. 15. García, G. Op. cit., 50.

Jorge Eduardo Suárez Gómez. Estudió Ciencia Política y cursó una maestría en Ciencias Sociales. Actualmente es profesor asistente del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Antioquia. Ha publicado, entre otros, los libros: Colombia Nunca Más: crímenes de lesa humanidad en la Comuna Trece y La literatura testimonial como memoria de las guerras en Colombia: Siguiendo el corte y 7 años secuestrado (Medellín, Universidad de Antioquia, Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, 2016) del cual extractamos y adaptamos el fragmento aquí publicado (pp. 35-38).

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Darién Germán Castro Caycedo

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s la más esplendorosa manifestación de vida sobre el planeta y, paradójicamente, en pocos rincones de América se agonizó tanto como en él. El Darién es una selva que flota sobre pantanos, cálida e hirviente durante el día y penetrada de frío cuando se acerca la noche. Cerrada por encima, donde las copas de los árboles se apretujan impidiendo que penetren los rayos del sol, y por debajo enmarañada de lianas, bejucos, plantas de espinas, púas, hojas gigantescas, cortantes o ásperas, suaves, grises, negras, pecosas, violáceas, opacas, brillantes.

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La gran vegetación es verde. Arriba, en el contraluz, verde manzana, verde lechuga, verde turquesa, verde savia, pero a medida que continúas bajando la vista, la luminosidad se empobrece gradualmente y entonces la sinfonía va decreciendo: verde musgo, verde oliva, verde montaña. Es la selva más rica del mundo en especies vegetales. Hay tantos árboles diferentes, que más de la mitad están representados por pocos ejemplares en cada hectárea. Diversidad espectacular que nace de la lluvia y de los pájaros y murciélagos que van llevando las semillas en sus vientres. Flores en forma de campana, de zapatilla, de globo, de saeta, de corneta, de estrella, de corona, de copa, de erizo. Flores que comen insectos, flores que se cierran de noche, flores afrodisiacas, flores que susurran, flores que adormecen, flores que carcomen la piel, flores que deprimen, flores que transportan y que te hacen flotar más arriba de las nubes. Febrero | 2018

El pantano es de aguas transparentes y tibias, de las cuales emergen árboles de impresionantes tamaños cuyos tallos viven aprisionados por enredaderas. En las costas de la selva son doradas porque traducen el color de la greda que hay en el fondo, pero a medida que el bote se desliza, se tiñen del verde del techo de los árboles y cuando se acercan a los cananguchales, que son comunidades de palmas, siguen siendo transparentes pero toman el color del té y más adentro el tono del vino de Burdeos. De día se ven allá abajo peces alargados y de movimientos elegantes, planos, achaparrados, con trompas descomunales, cilíndricos, con labios de ventosa, redondos como discos, en forma de hoja o como serpientes. Cardúmenes de millones de agujas diminutas con el vientre y las aletas transparentes y el buche parecido a un punto de acetileno. Durante la noche uno acerca la linterna a la superficie y aparecen otras variedades, las que cazan en las sombras, porque las que lo hacen de día se han resguardado en sus refugios, dentro de los troncos de los árboles y en las marañas de raíces. Con esa luz, algunos se ven fosforescentes. Colores electrizados para peces extrovertidos, nerviosos, veloces, incansables. Y oscuros y opacos cuando son tímidos, introvertidos, inmóviles. La selva es una caja de sonidos persistentes. Todos nuevos, todos extraños y diferentes de día y de noche. La mayoría son el idioma de los pájaros que, por ejemplo, dicen de día, “pichí” o de noche “currucutú”. El pichí es un pico de colores y detrás de él un pájaro negro con la barriga amarilla y parte de la cola


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Natalia Botero. Turbo, Urabá. De la exposición Al sol al viento. 2016

roja. Y el currucutú, un búho de ojos negros con un borde amarillo claro, delgado, que se queda mirándote fijamente y llegas a envidiar su personalidad. O el tableteo sin descanso del carpintero payaso, el “tuto-tuto” permanente de uno muy difícil de ver, que se llama... Tuto. Otros dicen “pipra-pipra”, “ajaiajaja”, “tirotiroeee”, “cratucráaa”, “tuíii-tuíii”, “petuéee”, “guaco-guaco”, sonidos elementales junto a los de virtuosos como el sinsonte, pero de todas maneras, sonidos extraños porque allí cantan o graznan al tiempo hormigueros, soledades, pavas, guacharacas, halcones, paujiles, pericos, guacamayos, martín-pescadores, corretroncos, horneros, atrapamoscas, loros, cacambras, cucaracheros... Más allá del pantano empieza una cadena de colinas y sierras suaves unas veces, empinadas

y agresivas otras, con piso seco y generalmente firme. Los árboles están cubiertos por capas espesas de líquenes y musgos y en el piso se ven por primera vez piedras de regular tamaño. Caminas en algunas ocasiones sobre barro pegajoso, otras por una grava que se desmorona bajo el pie. Se sube y se baja, se sube y se vuelve a bajar. Se atraviesan desfiladeros, cuevas donde se refugian las aves nocturnas, abismos que se abren a claros bañados por la luz y al frente enormes precipicios. Hay que andar lentamente, paso a paso, afirmando bien el pie sobre cornisas angostas debajo de las cuales cae la pared de roca, lisa, profunda. El barro está siempre tapizado por un colchón de hojas que se van pudriendo y troncos de árboles caídos, plagados de hongos descomponedores, similares a abanicos gruesos o a 2018 | Febrero


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barajas de naipes, a sombrillas, a conchas o a platillos, que se reconocen desde lejos por sus colores intensos y sin brillo, en medio del piso quemado que distingue aquella naturaleza aparentemente muerta de los suelos.

vuelo nervioso. Lanzan su luz, dejan una estela fosforescente y se apagan para asomar más adelante. Pero como son miles, llegas a pensar que la selva es un pequeño firmamento moviéndose, titilando, ahí, muy cerca de tu cara.

El Darién es el sitio del mundo donde más llueve. Allí, el agua cae durante doce meses del año, especialmente por la tarde o por la noche. Llueve y escampa, sale el sol, se espesan las nubes, llueve, corre una brisa cálida, sale el sol y el calor te ablanda y la humedad ablanda el suelo. El barro tiene un olor agrio. Lo pisas, lo amasas y más adelante hallas caños y quebradas que corren reventando por medio de la vegetación. Un árbol atravesado de lado a lado. Abajo, la turbulencia. Debes caminar por él sin mirar a los pies, lentamente, buscando las lianas o los bejucos como apoyo. Si te quedas atrás te pueden dejar y te pierdes para siempre.

En las noches sin viento, los rayos de la luna se cuelan a través de las ramas y la niebla y ves cómo van formándose siluetas. Un ballet silencioso, casi estático. La bruma se posa sobre los charcos y el reflejo de la luna en el agua los transforma en espejos de acero empañados por aquellos copos de nube.

Cae la noche temprano. Te tiras allí, sobre el barro, arropado por hojas de las palmas y te duermes algunas veces con hambre, escuchando la lluvia golpear sobre las hojas y si alguna se abre por el impacto del agua, ves arriba el resplandor de los rayos y puedes distinguir perfectamente la lluvia como una cortina de metal que cae a pico sobre la selva. Y cuando no llueve durante algunos días, la hojarasca que cubre el piso empieza a secarse y entonces puedes escuchar el movimiento de animales nocturnos saltando, caminando, arrastrándose en busca de una presa. Y más arriba silbidos bajos y fuertes, graves o aflautados. Y aleteos, y gargareos y murmureos de aves, de las cuales logras identificar muy pocas. Si descorres la palma y estiras la cabeza afuera de tu pequeño habitáculo (allí le dicen cambuche), puedes descubrir arriba y abajo y sobre el suelo, muchos ojos que parecen vigilarte. Si los alumbras, los ves brillar unos segundos y luego desaparecen. Te abandonan. Quedas en compañía de los cocuyos que titilan con un Febrero | 2018

Amanece. Cuando se avanza cerca de los abismos, la vegetación se rompe con frecuencia y pueden verse cantidades de agujeros sellados por telarañas de cristal que atrapan insectos pero también algunas gotas de rocío después de cada aguacero. Parecen rejas. Y en las rejas, arañas con vellos y pelambres rígidos o cubiertas de terciopelo, grandes como un puño, medianas y pequeñas como la punta de un dedo. La maraña está arriba, atrás, a los lados. Apretada, oscura. En el trópico el aire de las selvas tiene un olor lujurioso: huele a sexo, a humedad, a alameda, a musgo fresco, a orquídeas, a dulce, a picante, a sudor, a desmayo. A dolor y a fiebre. Para quienes no han nacido allí, las aguas parecen claras pero están infestadas de algo que mordisquea y termina por perforar los intestinos. Al comienzo te dan cólicos enloquecedores y mal de estómago. Terminas arrojando moco y sangre. El barro está poblado por una buena gama de hongos que se anidan en los pies y un tiempo después te florean la carne y al caminar sientes como si lo hicieras por sobre planchas enrojecidas al fuego. Entonces ves cómo se te van cayendo trozos muy pequeños de la piel que protege los dedos y la planta y el talón. La carne se pone blanca y arde, especialmente por las noches. Los hongos te desgarran la corteza de los pies y luego la de la cabeza y


9 Natalia Botero. Ruta Bogotá-Medellín. De la exposición Al sol al viento. 2013

la de la cara, debajo de la barba y en medio del bigote. Mueves los labios o las mejillas y sientes un quemón. Sudas y la sal chamusca como si fuera un tizón. Y desde el primer día te caza un mosquito que taladra la carne y tú ves cómo va formándose una pequeña mancha, luego una roncha diminuta, después una más grande, después se convierte en llaga superficial y no tan grande, pero cada amanecer la notas más ancha y más profunda, más ancha y más profunda. Pica hasta enloquecerte y huele a mortecino. Tú hueles a mortecino. El agujero se convierte en hueco y cuando llega hasta el hueso sientes que te enloqueces. Entonces pides que te pongan allí un hierro caliente. Pero eso tampoco te cura. Y existen bandadas de mosquitos que también te acorralan antes de poner el pie dentro

del pantano. Poco tiempo después empiezas a sudar, a sentir que te calcinas y luego te pones a temblar de frío. Y vas agarrando un color amarillo pálido, a veces verdoso, transparente. Afloran los huesos, estás flaco, débil y escuchas a toda hora, en todo momento, un tun-tun-tun-tun, que te invade la cabeza y entonces te pones a blasfemar, y más tarde a reír y a delirar. A raíz de la invasión de América, los españoles deliraban con oro y con mujeres. Los delirios cesan generalmente cuando clarea el sol. A esa hora te encuentran pidiendo que la muerte llegue pronto. En las pequeñas praderas que cubren el piso de los claros, hay millones de insectos que se suben por los pies y se van enquistando en las piernas, en el vientre, en el ano, en las axilas, en el pecho. Pican y enloquecen. La piel arde, 2018 | Febrero


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se abrasa en llamas, en palpitaciones, en convulsiones que arrecian cuando cae el sol, y tú te rascas hasta que ves salir la sangre y después, unas horas después, te escurre por allí una pus, espesa, amarillenta, hedionda y otra vez estás quemando en fiebre. Es que la fiebre flota en ese aire húmedo y caliente de la selva, porque cuando te hieres o te haces una matadura, por pequeña que sea, estás en peligro de que el aire se cuele por allí y te infecte. Si te infecta, te prende la fiebre y empiezas a paralizarte. Primero la cara, después el cuello. La rigidez va descendiendo, helándote la carne y haciéndote reír y reír, pero con una risa dura y fría como la piel de la cara. La llaman risa sardónica. La gente ríe y la frialdad baja a los hombros y a la garganta. Cuando llega al pecho y a los fuelles, sientes como si éstos se transformaran en trozos de cartón que crujen dentro de la caja del cuerpo y empieza a faltarte el aire y, claro, te desesperas, luchas por respirar y no puedes. Como no puedes, sientes más ganas de reír, pero la última bocanada de oxígeno se evapora con la sonrisa y terminas asfixiado. Mueres riendo y a la vez luchando por respirar. A eso le llaman tétanos.

hasta destruirte por fuera y por dentro, sin que puedas hacer nada para detenerla, aparte de sentir angustia y desesperanza porque ves cómo se te va cayendo la carne a pedacitos y terminas por tenerte asco a ti mismo.

Cuando son derribados ciertos árboles, sale de sus copas un insecto infectado con una fiebre que incendia el pellejo y después empiezas a vomitar algo color café, luego más oscuro y finalmente negro. Es sangre coagulada. Una vez empieza, no hay quien la detenga, te incinera los labios, te rasga los labios y te pone la cabeza zurumbática, ida, como si la tuvieras metida a toda hora dentro de un acuario. La boca es amarilla, la piel amarilla como el azafrán, como el cobre. Amarillo del más allá.

Para el invasor, en medio del oro y de la muerte.

Mosquitos de fiebre y mosquitos de llaga: los de llaga causan primero una úlcera que no cura nunca, en la cara, en la cabeza, en el pecho... luego esa úlcera se convierte en un boquete denigrante que algunas veces destruye el tabique nasal, carcome el paladar, horada la piel y la carne, y te va mutilando, lentamente, Febrero | 2018

La sucesión de colinas es interminable. Vences una y te encuentras al pie de la siguiente. Y caminas y caminas y te metes en una rutina agotadora. Así todos los días y todas las noches. Todos los amaneceres y todos los atardeceres. Suba y baje, y vuelva a subir y vuelva a bajar. La zona se llama el Darién, en el extremo meridional del Caribe, en medio de Colombia y Panamá. Allí generalmente las costas son mares de fango que te hacen difícil desembarcar. Sobre ese cieno crecen extensos bosques de mangle. Encima de ellos están las montañas cubiertas por la selva y cortadas a pico sobre el mar. Santa María la Antigua del Darién ha sido usualmente reconocida como el primer asentamiento español en Tierra Firme. Fue fundada en un valle pantanoso, unos siete kilómetros tierra adentro, en medio de los hongos y del pito y de la fiebre.

Germán Castro Caicedo fue cronista general de El Tiempo durante diez años y creador del prestigioso programa de televisión Enviado especial que marcó un cambio en el periodismo televisivo colombiano y del cual fue director durante dos décadas. Ha ganado once premios nacionales de periodismo y ocho internacionales, y ha escrito veinte libros. En 1999, por su obra El Karina, recibió el premio Rodolfo Walsh concedido en España a la mejor obra de narrativa de no ficción publicada en ese país. En el año 2005 obtuvo en Barcelona el premio Planeta por su libro Que la muerte espere. Sus libros han sido publicados en diez idiomas, incluyendo japonés y mandarín en China. El texto aquí publicado hace parte de un libro de próxima publicación.


Historia de una adopción Juan José Hoyos

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Natalia Botero. Santander. De la exposición Al sol al viento. 2013

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uesta trabajo creerlo: la semana pasada, a pesar de mi edad, fui adoptado por los estudiantes de la Institución Educativa Benjamín Herrera. La ceremonia fue un poco extraña, aunque hermosa. No hubo notarios. Solo historias. También hubo música, poesía y hasta una pequeña pieza teatral. Y al final, una divertida conversación en la que hablamos de lo habido y por haber como si fuéramos viejos amigos.

una estrategia que busca ampliar la cobertura del evento y acercar a la lectura a los estudiantes en barrios, bibliotecas públicas, escuelas y colegios de nuestra ciudad.

El motivo que nos juntó fue la celebración de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín y la apertura de su programa Adopta un autor,

El azar no existe. El año pasado, la biblioteca adonde me invitaron estaba situada en Santa Cruz, en la parte alta de Aranjuez, el barrio

La primera edición se realizó en 2013. Treinta liceos y nueve bibliotecas públicas “adoptaron un autor” para leer su obra y luego encontrarse con él y conversar un rato.

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donde nací y viví los primeros años de mi vida, tierra de la memoria donde suceden las historias de mi primer libro. Este año, el colegio adonde fui está situado en el corazón del barrio Antioquia, a pocas cuadras del Patio del Tango, tierra amiga, templo de la música popular, donde suceden las historias de mi último libro. Cuando salí de mi casa, la Institución Educativa Benjamín Herrera era solo un nombre anotado en un papel con una dirección. En el camino, las cosas empezaron a cambiar. Las calles eran las mismas que yo había recorrido cuando iba a visitar al gordo Aníbal Moncada y a escuchar sus tangos. Eran las mismas en que habían vivido mis hermanos cuando siendo niños llegaron a Medellín, desterrados, en la década del cuarenta. La biblioteca pública del barrio también tenía un nombre ligado por entero a mi vida: el del escritor Manuel Mejía Vallejo.

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Apenas entré al colegio, las carteleras estaban llenas de frases que me parecían familiares. La primera decía: “Una hermosa tarde no puede ser aquella en la que ha llovido”. Tardé un poco en recordarlo: hacía parte de una crónica que escribí hace años. Había carteleras por todas partes. Lo demás cuesta trabajo resumirlo: un estudiante cantó, otro representó un monólogo escrito por él sobre la historia de un profesor del colegio que tropezó en las escalas en el peor día de su vida, la profesora de literatura recitó un poema suyo, una estudiante me entrevistó en vivo y en directo. Luego, nos pusimos a conversar y a contarnos historias del barrio, del Patio del Tango, del gordo Aníbal, de nuestra ciudad, de mis libros. Otro me dijo al oído: si hubiera sabido, traigo mi trombón. No sé qué habrán sentido los escritores extranjeros que han ido a los barrios de nuestra ciudad a conversar con los muchachos. De los escritores colombianos, sé que a Patricia Nieto se le aguaron los ojos cuando los estudiantes Febrero | 2018

Natalia Botero. Tutunendo, Chocó. De la exposición Al sol al viento. 2015

de un liceo de barrio la recibieron con un concierto de violín ejecutado por uno de ellos y que Reinaldo Spitaletta lloró frente a un ramo gigante de girasoles que los muchachos pusieron en medio del salón, en señal de bienvenida. Yo también tuve que sacar el pañuelo para secarme las lágrimas cuando Marian Johanna, la estudiante que me entrevistó, me regaló al despedirnos una hoja arrancada de su cuaderno con su autorretrato dibujado a lápiz. En la imagen, ella aparece abrazada a un libro. Sobre su pelo hay un corazón y un letrero que dice: “Gracias”. Juan José Hoyos es periodista, escritor y maestro egresado y jubilado de la Universidad de Antioquia. Ha publicado las novelas Tuyo es mi corazón y El cielo que perdimos y los libros de y sobre periodismo Sentir que es un soplo la vida; El oro y la sangre; Viendo caer las flores de los guayacanes; Escribiendo historias. El arte y el oficio de narrar en el periodismo y La pasión de contar. El periodismo narrativo en Colombia 1638-2000. En 2017 recibió el Premio de Periodismo Simón Bolívar. Próximamente publicará con la Editorial Universidad de Antioquia una antología personal de sus crónicas titulada El eco de las cosas, de la cual hace parte este texto.


Diario de Paz Colombia es un proyecto de periodismo constructivo y narrativa testimonial en el contexto del conflicto armado colombiano, liderado por Koleia Bungard como desarrollo de su trabajo académico en la Universidad de Arizona. Publicamos aquí su propio testimonio y el de uno de los participantes de los talleres con las comunidades, Luis Ángel García.

Estudiar los testimonios de la guerra en Colombia desde la Universidad de Arizona. Una experiencia académica Koleia Bungard

Desde hace cinco años despierto cada maña-

na en Tucson, Arizona, adonde vine a dar después de un viaje de mochila por Centroamérica. Aunque soy colombiana y por momentos tengo ganas de salir corriendo de vuelta a mi país, por un tiempo más seguiré viviendo con mi familia muy cerca del centro de Tucson y de la frontera con México, a tres aviones y doce horas de distancia de mi querida Medellín. En unas semanas comenzaré mi cuarto semestre en la maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Arizona, mi segunda experiencia académica después de estudiar periodismo en la Universidad de Antioquia. Si sigo estudiando con dedicación, quizá salga viva de la prueba de fuego: escribir y defender una tesis sobre la literatura testimonial en el contexto del conflicto armado en Colombia. Mientras tanto, las preguntas que siguen surgiendo cada día me sobrepasan: ¿para qué recoger los testimonios de las víctimas del conflicto armado?, ¿qué lugar tienen sus relatos en la historia del país?, ¿qué escenarios de comunicación deberían ofrecerse para que quienes han sufrido la guerra puedan indagar en sus memorias, contar, escribir, elaborar sus duelos, aportar a la construcción de memoria histórica?, ¿quién debe recopilar esos testimonios, cómo y qué hacer con ellos? […]

Esta nota está estructurada en cinco preguntas. Me gustaría conocer las respuestas de otros profesionales colombianos en el mundo. Si tú eres uno, o si conoces a alguien, te invito a que compartas esta nota. 1. ¿Qué maestría estudio y cuál es mi tema de investigación? Estudio el programa de maestría del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Arizona. El campus principal está ubicado en la ciudad de Tucson, a media hora de Nogales, la frontera con México. Aunque el programa hace un énfasis en los estudios fronterizos y biculturales México-Estados Unidos (donde se proyecta la construcción de un muro que divida las naciones), yo me concentro en estudiar a Colombia: la historia del conflicto armado y la importancia del testimonio de las víctimas en la construcción de memoria histórica en mi país. 2. ¿Por qué estudio lo que estudio? Por un lado, como periodista colombiana es difícil desligarme de la historia del conflicto armado y de la coyuntura actual conocida como el “posconflicto”. Me inquieta saber por qué ha habido guerras en mi país, cómo surgió la nación, cuáles son los problemas estructurales de nuestra sociedad. Aparte de eso, desde muy joven –cuando recuperé la visión después de dos transplantes de córnea– he sido 2018 | Febrero

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una lectora inquieta, apasionada por el periodismo narrativo y la literatura de viajes. Leyendo, leyendo y leyendo me han atraído los géneros testimoniales como la autobiografía, los diarios, las epístolas, las memorias. Yo misma escribo mi diario desde los diecisiete años. Entonces, conciliando esas dos inquietudes, me interesa conocer las historias de vida de las víctimas y sobrevivientes del conflicto armado, en particular los testimonios escritos por ellos mismos. Es claro que las víctimas en general son personas vulnerables, que no “pueden” escribir por sí mismas un testimonio. Sin embargo, los testimonios escritos por terceros (periodistas, abogados, escritores) alteran la visión del testigo. Me parece admirable, valiente y necesario oír esas historias, reconocer esas voces y difundirlas como parte de la memoria de una guerra terrorífica que no debería seguirse haciendo en Colombia.

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En parte, por eso surgió Diario de Paz Colombia, por el interés de crear espacios para oír y leer una Colombia narrada por personas que no tienen experiencia en la literatura o el periodismo, pero cuyas historias y visión del país son tan válidas y necesarias como las de los comunicadores experimentados. En mi opinión, todos tenemos la oportunidad de escribir a Colombia. La versión oficial de la historia del país debe nutrirse de las versiones individuales de todos los habitantes. 3. ¿Qué destaco de mi experiencia académica en Arizona? Aunque todavía no asimilo del todo que estoy estudiando una maestría en Estados Unidos, a pesar de retos como el idioma y el costo económico, muchas cosas positivas han sucedido desde que me matriculé en agosto de 2016. Resalto sobre todo tres: La oportunidad de tomar distancia de Colombia para estudiar a Colombia. Aunque suelo Febrero | 2018

decir que lo que menos me gusta de Arizona es lo lejos que está de Colombia, estudiar a esta distancia me permite observar la realidad colombiana desde afuera, contener la emoción antes de caer en el juego emocional de los debates mediáticos y concentrarme en estudiar a mi país sin vivir de lleno en él. Hay un universo de recursos por explorar en otros idiomas. Estudiar en inglés es un reto cada día. Los primeros documentos (eternos) que tenía que leer para las clases me hacían bostezar, temblar de angustia y hasta dormir. He logrado salir a flote gracias al apoyo del grupo de escritura académica Women of Color, en donde he ido aprendiendo a componer y corregir mis ensayos en inglés y traducir lo que adelanto en español. Con los meses y la práctica he podido explorar y disfrutar de múltiples recursos en inglés y portugués, lenguas requeridas para estudiar esta maestría. Pensar y escribir en otras lenguas es un regalo que abro y disfruto cada día y que recomiendo a todos los que estudian cualquier disciplina. Profesores extranjeros amplían la visión de mi tema de investigación. Además de contar con el apoyo permanente de la directora del Centro de Estudios Latinoamericanos, la antropóloga colombiana Marcela Vásquez-León, ha sido transformadora la experiencia de aprendizaje con profesores como el antropólogo brasileño Tom-Zé Bacelar da Silva, con quien he aprendido métodos de investigación cualitativa y fundamentos de memoria social, y la geógrafa estadounidense Elizabeth Oglesby, quien hizo parte de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) en Guatemala, comisión que recogió miles de testimonios de sobrevivientes y estudió el genocidio que costó la vida a más de mil setecientos mayas entre 1982 y 1983. 4. ¿Para qué sirve lo que estoy estudiando? Algo que me inquieta mucho de nuestra sociedad es el hecho de que ante un prolongado


conflicto que afecta a millones de personas en todo el territorio nacional, otros tantos millones respondan al sufrimiento ajeno con indiferencia. Entonces me pregunto: ¿cómo promover sentimientos de empatía entre los colombianos?, ¿cómo reconocer y sentir como nuestro el sufrimiento del otro?, ¿cómo darles a las víctimas de la guerra un espacio central en el escenario del posconflicto? Dice el antropólogo y soNatalia Botero. Tarazá, Antioquia. De la exposición Al sol al viento. 2014 ciólogo francés Didier Fassin que “La empatía, nuestra capacidad para ponerde mi tesis: “Sufro, luego escribo. Víctimas del nos en el lugar del otro, es una actitud mental conflicto armado colombiano escriben sus tesque es principalmente emocional. La opinión timonios”. pública se moviliza a través de la empatía, con base en la información recibida por los medios Cuando me gradúe espero compartir con otras de comunicación”. Aunque este académico personas, tanto dentro como fuera del país, argumenta que la empatía es efímera, desde mi pasión por la historia de Colombia, mis los medios de comunicación debemos seguir inquietudes sobre la literatura testimonial en apostándole a promover la empatía entre los contextos de posguerra y mis escritos sobre la colombianos. Oír y darle importancia a la voz materia. Además, me interesa servir de puende quienes han sufrido la guerra es una de las te y enlace entre Colombia y quienes quieran maneras que encuentro para sensibilizar a la escribir sus experiencias en Diario de Paz, un sociedad sobre los horrores y errores que demedio de comunicación independiente, abierberíamos dejar de cometer. to a todos los interesados en pensar al país de una manera constructiva. 5. ¿Qué quiero o espero hacer cuando termine mi maestría? Aunque quizá permanezca por un largo periodo con mi familia en Tucson, espero encontrar Aunque ya solo me faltan doce unidades de la manera de viajar por lo menos durante un treinta y seis, ¡no quiero terminar mi maesmes al año a Colombia, para seguir explorantría! Con los días, mi tema de investigación se do las regiones atormentadas por la guerra, agranda; también mis preguntas, mis inquieescribiendo historias y aportando, ahora sí tudes, mis lecturas pendientes. Pero el tema desde adentro, a la construcción de paz que el financiero, que en general determina las popaís tanto necesita. sibilidades de estudio en el exterior, me pone sobre la mesa la urgencia de ir organizando *** mis ideas y empezar a escribir las cien páginas 2018 | Febrero

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Más de cincuenta años promoviendo la paz Luis Ángel García A don Luis Ángel García Bustamante le dicen de cariño “El viejo”. Es un líder comunitario y social en los asentamientos de desplazados de La Honda y La Cruz en la comuna tres de Medellín. Su vida ha sido un trabajo permanente en busca de la paz, la dignidad y el respeto por las comunidades vulnerables. En Diario de Paz Colombia, este maestro del trabajo social y la resistencia cuenta detalles de su vida y de su experiencia de más de cincuenta años trabajando por los territorios. Testimonio. Mi nombre es Luis Ángel García. Tengo setenta y tres años. Mi tierra natal es San Rafael, Antioquia, pero mis tierras de adopción fueron primero el Urabá antioqueño y luego estas laderas, los barrios La Honda y La Cruz de Medellín, adonde llegué con mi esposa y mis hijos pequeños hace unos veinte años.

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Les voy a contar algo de mi vida. Desde muy joven he estado muy metido con las comunidades. Yo tendría veintidós o veintitrés años cuando comencé a hacer parte de organizaciones. Había dejado San Rafael para irme al Urabá antioqueño, cuando allá todo eran selvas vírgenes y terrenos baldíos. Llegué con la ambición de crear mi propio futuro. A Urabá yo la quise mucho, allá está todavía parte de mi alma. Queríamos, y queremos salir adelante Yo no sé si ustedes han oído hablar de un Partido Comunista, una Unión Patriótica (UP), organizaciones así… Pues, por ahí a los dos años de estar en Urabá, me encontré con un amigo. Él me empezó a dar instrucciones sobre lo que era el Partido Comunista. Me gustaron tanto sus ideas que de una vez me enrolé y comencé a formarme en la ideología de este partido; desde ahí veíamos que podíamos empoderar a las comunidades y salir adelante. En pocos años ascendí a puestos de directivos, allá lo llamábamos células, radios, dirección Febrero | 2018

de zonas. En 1985, cuando se creó la UP, yo ya tenía mucha experiencia en el trabajo de los movimientos de izquierda. Había sido concejal en el municipio de Turbo por cuatro años. Pero si ustedes leen un poquito de historia de esos años, van a encontrar que en el año de 1993 en el Urabá se estaban dando los asesinatos selectivos. Y en los años 1995 y 1996 se dieron las masacres. Las cosas se pusieron muy críticas para los líderes y personas de la izquierda. A mí me dio muy duro salir de allá, pero tuve que abandonar el Urabá hace ya veinte años. Los paramilitares bregaron a matarme, me echaron travesías. El ejército también intentó matarme, afortunadamente ese no era el día. También hubo una contrariedad entre EPL y las FARC, y unos del EPL también quisieron matarme. Entonces yo me salvé de cosas. No sé cómo estoy vivo todavía, le doy gracias a Dios. Yo he tenido algunas normas de disciplina dentro de mi trabajo. Yo brego a no tirarme al peligro. Llegamos aquí huyéndole a la guerra La primera gente que llegó a estos asentamientos fue de Urabá. Luego vino mucha gente de San Carlos, de Nariño, de Córdoba. Yo llegué a Medellín, a estas laderas, en 1994. Aunque las cosas estaban delicadas, yo no podía dejar mi trabajo social, no podía despegarme de ese


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compromiso porque eso es lo que soy. Como conocía gente del Partido Comunista y de la UP aquí en Medellín, entonces busqué la forma de seguir conectado con la organización. Y aquí me fui quedando.

desplazamiento. Afortunadamente, yo me quedé aunque pasé muchos miedos. Esto es lo que somos

Pero de aquí mucha gente también tuvo que irse, porque aquí también llegó el conflicto y nos maltrató la violencia. Entre los años 2002 y 2004 a nosotros nos golpearon mucho aquí, porque en el barrio hubo milicias del movimiento insurgente de las FARC. Pero ellas nos ayudaron a derrotar lo que había mal en el barrio, ladrones, gente que estaba contra los desplazados.

Yo valoro mucho cuando las personas llegan aquí a visitarnos porque vienen a conocer la realidad de lo que es la ciudad. Muchos turistas siempre van y visitan otra Medellín, esa del centro, esa “tacita de plata”, esa ciudad desarrollada, organizada. Pero nunca suben a estas periferias, donde nosotros vivimos. Estas periferias son otros caminos. Mucha gente vive en casitas de tablitas, en plásticos, es una situación real, una que muchos no ven ni quieren ver.

En el 2003 llegaron los paramilitares y aquí hubo un conflicto pesado, hubo muchos muertos, desterrados, encarcelados, mucho

Nosotros en este asentamiento hemos luchado por mucho, por hacer una vida digna, por construir tejido social, porque haya paz. En este 2018 | Febrero


Lo que nosotros necesitamos es la paz. La paz como la describía Bernardo Jaramillo, candidato de la UP asesinado, que cuándo será que nos podemos sentar en un parque, tranquilos, a leer una revista, sin estar con la desconfianza de que nos van a asaltar, a robar, a matar. Y, desafortunadamente, él murió asesinado en un aeropuerto en Bogotá. ¿Qué es la paz?

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La paz no es sólo silenciar un fusil. Eso no es la paz, porque hay muNatalia Botero. Apartadó, Urabá. De la exposición Al sol al viento. 2015 chos niños que en la casa no tienen la comidita o cuadernos para ir a la escuela. Las madres sufren porque no sector usted ve la gente muy tranquila, pero tienen cómo alimentar los niños. La paz es aquí hay mucha pobreza, faltan muchas coque los viejos tengamos una garantía de vida, sas: mejores vías de penetración, alimentación, que los desplazados no tengamos que estar educación, seguridad. Nos hemos vinculado a sufriendo para que nos den una limosna. Eso muchas organizaciones. Aunque ya no tengo la hace parte de la paz. Que todos los niños dismisma vitalidad de antes ni el mismo protagofruten de la vida, se vean crecer, se vean ejernismo, todavía me levanto cada día a hacer lo cer las funciones que cada quien tiene, pero que aprendí a hacer: a luchar en comunidad. con tranquilidad. Que podamos disfrutar el medio ambiente. No es que silenciaron el fuLa paz no es solo silenciar un fusil sil y ya hubo paz. Bueno, la guerrilla de las FARC firmó un acuerdo con el gobierno, y se desmovilizan, pero ellos han sido sólo un actor. Quedan los otros actores armados. Aunque dicen que son cincuenta y tres años de guerra los que ha vivido Colombia, en realidad son muchos más. La guerrilla tiene eso de existencia, y según ese dato se le culpa a la guerrilla de todo lo que ha habido. Pero en 1948, por ejemplo, la guerra era política, liberal y conservadora. Y no olvidemos que en 1928 sucedió la masacre de las bananeras. Y hoy hay casos tan lamentables… muchos políticos están vinculados a las bandas y hay tanta corrupción y desigualdad. Febrero | 2018

Yo pienso que el Estado tiene que resolver todas esas cosas: que haya empleo, que las madres no tengan que sacrificarse tantísimo como lo hacen para poder levantar a sus hijos. Que nadie pase hambre. Que haya respeto y ayuda real a los que más lo necesitan. Eso mismo era lo que yo buscaba cuando comencé a militar con el Partido Comunista. Yo soñaba eso. Y cuando eso era más posible hacer, moverse, lograr cosa. Pero siempre el pensamiento fue y ha sido la paz. Textos tomados de Diario de Paz Colombia: https://diariodepaz.com/


Crónica de amor y odio Rodrigo Mora

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Una

noche de los años noventa, mi novia, unos amigos y yo llegamos a las puertas de Toque de Queda, en la calle San Juan. Era la discoteca gay que causaba furor en la ciudad. En una ciudad que no ofrecía –ni ofrece– mucha diversión en las noches, aquella pequeña disco había llegado como un ángel redentor. Esa era la moda, colarse en aquel local alegre y “progre”. Natalia Botero. Pueblo Rico, Antioquia. De la exposición Al sol al viento. 2014 Guardadas las proporciones, Toque de Queda era una especie de Studio 54. desde donde se dominaba la pista. Nos abraComo cada noche de viernes cuando llegábazamos mientras hacíamos equilibrio sobre el mos hasta la bouncer enorme y mal encarada muro y nos dimos un beso largo y delicioso, que hacía el filtro, respondimos con un sí a la hasta que una sacudida violenta nos hizo repregunta: “¿Ustedes son gais?”. La mujer nos gresar a este mundo. Sin comprender qué pasamiró como siempre lo hacía y a regañadientes ba, levanté la cabeza y me encontré con los ojos nos dejó entrar. A veces entrábamos porque enfurecidos de la enorme bouncer, que gritaba a nuestros amigos gais la convencían con sonun palmo de mi nariz. La música reventaba en risitas y palabras dulces. En fin, logramos enlos cuerpos sudorosos, las luces rojas volaban, trar. Música a todo dar. Madonna era la reina yo estaba en shock y escuchaba muy lejanas las en todas las pantallas. Ya estábamos borrachos palabras de odio que aquella mujer gigantesca y los golpes de bajo nos revolvían las entrañas. descargaba sobre mi cadáver: “Aquííí nooo se Hombres corpulentos se besaban recostados puedennn besarrr. ¡Se largan ya!”. en los muros. En la pista central no cabía un alma, y luces vertiginosas de color rojo atravesaban el humo que envolvía a la multitud. Allí 2 dentro todo era felicidad. Tomados de la mano, mi novia y yo nos abrimos paso y nos sentamos en un muro bajo

Uber caminaba igual que su madre, a pasitos cortos y apresurados que le imprimían una 2018 | Febrero

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velocidad algo divertida. Parecía una geisha. Uber era uno más de nuestra gallada y lo queríamos bastante. Su nombre nos parecía extraño y sus inflexiones femeninas lo hacían diferente. Nunca llegamos a hablar de eso entre el resto de nosotros. Uber no sabía jugar fútbol, por lo tanto siempre lo poníamos como defensa. No me gustaba enfrentarlo porque era demasiado fuerte y hacerle una gambeta era casi imposible. Arremetía como un camión, la pelota pasaba, pero uno siempre terminaba mordiendo aquel polvo negro de la cancha donde jugábamos. Reía y de sus carcajadas brotaba mucha felicidad. Quizá fue el único que no se agarró a puñetazos con otro amigo. Era un niño noble y alegre, hijo de un policía retirado. Su padre era un tipo amable y llevaba un bigote negro y poblado.

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Crecimos un poco y el rock duro llegó a nuestras vidas. Desde muy niños habíamos formado en la cuadra una especie de clan demasiado revoltoso para el gusto de los padres. Aquel vínculo silencioso y fuerte llevó a que la música y su modo de vida, que algunos pocos acogimos como una religión, fuera inconscientemente aceptada por otros que, a decir verdad, no sentían conmoción al escuchar el punteo de una guitarra eléctrica. Uber estaba entre estos últimos. Andaba con nosotros y voleaba la melena en la oscuridad de aquellas casas a las que íbamos a emborracharnos con vino Tres Patadas y a escuchar los discos de Black Sabbath. También corría junto a nosotros, riendo a carcajadas, cada vez que llegaba la policía a desalojarnos de los “sollis” y a repartir bolillo por todos lados. Una tarde corrió la voz: Uber tiene novia. Una rockera del barrio Pedregal. Era una mujer sonriente, pequeñita y morena. Caminaban de la mano por la calle, entraban a la casa y luego subían la escalera que llevaba a la terraza en la que los padres de Uber le habían construido su propio cuarto. Todos envidiábamos aquel cuarto. Por aquellos días hablábamos a sus Febrero | 2018

espaldas y nos preguntábamos cómo, cuándo y dónde había conquistado a esa nena. En fin, estábamos felices por él. Crecimos todos. Algunos murieron masacrados en alguna taberna. Eran los días de Pablo y no volvimos a las esquinas a escuchar casetes de Led Zeppelin en la enorme grabadora plateada de Luis. Los sobrevivientes nos largamos del norte. La vida continuó. Casi nunca nos veíamos. Uber desapareció por completo de nuestras vidas. Una tarde volví a la cuadra de mi infancia. Quería visitar al padre de uno de mis amigos en su lecho de enfermo. Hablamos de los viejos tiempos y nos reímos de cuando él nos regañaba por nuestras andadas. Vi por la ventana a la madre de Uber, fumando en su balcón, y de inmediato pregunté por él. Desde su cama, el padre de mi amigo me miró: “Uber se fue a vivir con un viejo. Se enamoró. Es un berraquito el Uber”, dijo con esa voz dulce y sabia de quien está a punto de morir.

3 Una mañana en el barrio. Vacaciones escolares de julio de 1973. Campeonato de fútbol callejero bajo un sol despiadado. La avenida estaba atiborrada a lado y lado de muchachitos que esperábamos la hora del cotejo. Calmábamos los nervios viendo los partidos de otros equipos y gritando para animar el juego. Los buses bajaban veloces, y cuando aparecía uno en la curva del antiguo parque infantil había que tomar el balón y saltar a los costados. El bus pasaba, el balón caía nuevamente sobre el pavimento y continuaba el juego. A veces las llantas reventaban una pelota. Nadie murió aplastado porque le habíamos cogido el ritmo a aquella vida y escuchábamos el rugido del motor unos segundos antes de que los armatostes tomaran la curva. Los padres se morían de terror cuando decidíamos trasladar los juegos de la cancha polvorienta, detrás del barrio, a la avenida principal.


Natalia Botero. Río Sucio, Chocó. De la exposición Al sol al viento. 2014

Esa mañana los ánimos estaban muy arriba, y entre todos peleábamos un lugar con vista privilegiada a la cancha en la calle. Con mis amigos de la cuadra esperábamos a que terminara uno de los partidos. “Faltan cinco minutos”, dijo alguien. Repentinamente, un niño se abrió paso entre nosotros. Llevaba pantalones y no pertenecía a ninguno de los equipos del campeonato. Tenía el pelo negro pero ya olvidé su nombre. Desde que llegó al barrio me llamó la atención el hecho de que sus labios fueran muy rosados y siempre los tuviera húmedos. Sus ademanes eran extremadamente delicados, y a pesar de que ya no era un bebé se chupaba el pulgar por largas horas, así estuviera en plena calle. Después del empellón que nos dio le dije marica. Se me quedó mirando y salió corriendo. Lo vi desaparecer en la esquina. El muchacho vivía justo al lado de mi casa y su abuela se la llevaba bien con mi madre. Hablaban largas horas sentadas en los quicios

de sus puertas. No habíamos comenzado a jugar cuando el niño apareció de la mano de su madre, que vociferaba y preguntaba a grito herido: “¡¿Quién fue el hijueputa?! ¡¿Quién fue el hijueputa?!”. Sus gritos hicieron que el silencio cayera sobre todos nosotros junto con el sol que arreciaba. La mano delicada de su hijo me señaló mientras yo estiraba los músculos al lado de una de las porterías de piedra. La mujer era voluptuosa y sus enormes tetas siempre estaban a punto de saltar de la blusa escotada. Era una mujer ruda, todos le teníamos pavor. Sus labios gruesos y el pelo corto oxigenado le daban un aire de sensualidad grotesca. Las delgadas líneas trazadas hacia arriba con lápiz negro en lugar de cejas hacían que la viéramos como una bestia enfurecida. La mujer soltó a su hijo y se abalanzó sobre mí. Sus brazos fuertes podían aplastar mi cuerpo flacuchento. Hice un dribbling, me escabullí por un costado y corrí aterrorizado. Bajé la cuesta a toda 2018 | Febrero

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velocidad. La señora vociferaba a mis espaldas, seguida por un tropel de niños que se habían olvidado del balón. El escándalo sacó a los vecinos del sopor de la mañana. Se asomaban por los balcones y el espectáculo les parecía divertido. Entré a mi casa, cerré de un portazo y corrí directo al patio. Agazapado bajo el sol, escuchaba como bombas los golpes que hacían retumbar la puerta de madera. La mujer enloquecida llamaba a mi madre y le describía a gritos cómo iba a ser mi muerte.

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Por aquellos días el aburrimiento se había convertido en nuestro peor enemigo. Nos angustiaba, era una de esas cosas que no nos podíamos permitir. No concebíamos una tarde o una noche de aburrimiento después de una jornada extenuante y estéril en el colegio. Recién comenzaban los ochenta y apenas debutábamos en el bachillerato. A pesar de los esfuerzos, a veces el tedio se apoderaba de las noches y no había más remedio que compartirlo en silencio parados en una esquina. Ni la música aliviaba nuestras almas cuando esa niebla densa entraba en nuestras cabezas. A veces la vida nos aplastaba sin remedio mientras las sombras entraban a los barrios del norte. Una de esas noches, decididos a no dejarnos doblegar por el hastío, nos sentamos en las bancas de cemento del jardín que había afuera de la casa de unas amigas. Vivían en una de las casas de adobe gris ubicadas en la avenida principal del barrio. Todos estábamos enamorados silenciosamente de Maritza, la mayor de las cuatro hermanas, una trigueña de ojos negros y labios suaves. El sol se acababa de ocultar detrás de las montañas y el aire estaba fresco. Un viento suave apenas si movía las hojas de las palmeras que crecían detrás de las bancas. Las hermanas salieron y se sentaron

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con nosotros, como hacían cada vez que llegábamos a su puerta. Allí sentados hablábamos sin parar, las horas corrían y a veces el ruido de los buses destartalados apagaba nuestras voces. Fumábamos un cigarrillo que pasaba de boca en boca. De un momento a otro escuchamos una algarabía a nuestras espaldas. Al otro lado de la calle, una horda de niños revoltosos perseguía a un adolescente rubio de pelo largo que caminaba bamboleando de manera exagerada las caderas y los brazos. El muchacho tenía las nalgas prominentes y levantadas. Vestía una especie de camiseta de licra de manga sisa. Las rayas verticales, rojas y blancas, acentuaban su flacura. Los perseguidores también eran desgarbados. Cargaban piedras en las manos. Uno de ellos blandía un chamizo negro. Crucé la calle con mis amigos. Caminábamos de prisa soltando carcajadas. Nos ubicamos unos metros detrás de los niños. El adolescente tenía nuestra edad y no lo habíamos visto nunca por allí. De repente, detuvo la marcha, recogió de la acera una piedra enorme, dio una media vuelta vertiginosa y vimos la sonrisa que se dibujó en su cara de niña dulce. La angustia de sus ojos me hizo avergonzar. Los niños también se detuvieron, igual nosotros. El muchacho hizo ademán de lanzarnos la piedra, pero en lugar de ello detuvo su brazo en el aire, soltó la roca y salió corriendo en sus suecos de madera. Los niños emprendieron de nuevo la persecución, y vimos cómo desaparecían todos al entrar a la calle oscura que rodeaba el cuartel de policía. Rodrigo Mora es Comunicador Social-Periodista, realizador cinematográfico y docente universitario. Ha publicado los libros: Tus ojos no lo han visto todo aún, Blues y Perros bravos. Esta crónica fue publicada en el periódico Universo Centro (Medellín, N.° 50, octubre de 2013).


25 razones para contar (y escuchar) el horror Patricia Nieto

1. Compartir el sufrimiento ayuda a iluminar la relación con los demás; es el primer paso para restaurar la conversación interrumpida por la violencia. 2. Los sobrevivientes deciden narrar su historia cuando descubren que la violencia, además de cortar sus cuerpos, destruyó sus lazos sociales. La conciencia de la soledad del sufriente despierta su necesidad de hablar. 3. Contar es derrotar la desconfianza e intentar hacer parte de la comunión en la cultura. Hablar y Natalia Botero. Andes, Antioquia. De la exposición Al sol al viento. 2014 ser escuchado es una operación propia de la comunicación y esto significa nificado. Y aquello no es otra cosa que su estar nuevamente conectado y ser parte. experiencia como sufrientes. Ellos son po4. Los vínculos generados por las narraciones seedores de una mirada particular sobre la de hechos humillantes son necesarios para realidad y, sin ella, cualquier relato quedaprolongar la vida social de los testigos. Los ría incompleto. relatos transmitidos de persona a persona 8. A partir de recuerdos, en muchos casos funcionan como el “aroma a estrés” que fragmentados, las víctimas logran condesprenden algunos árboles para advertir densar en un relato el acontecimiento a otros de un peligro en el bosque. que transformó sus vidas. El testimonio 5. Cuando una víctima narra, reclama comse constituye en el primer retrato de una pasión y protección; es decir, compañía identidad que empieza a emerger con la en el dolor y, además, la promesa de sus catarsis. conciudadanos impedirá la repetición de 9. Cuando el narrador logra describir sus hechos atroces. pérdidas personales y mirar más allá del 6. El testimonio es resultado del trabajo de horizonte doméstico, descubre que hace quien ha sufrido. Se trata de un ejercicio parte de una tragedia social, que su cuerpo que implica convertir los sucesos recorday su palabra se conectan con otras persodos en una experiencia. El dolor de volver nas que han sufrido como él en una sociea pasar por el sufrimiento es uno de los dad profundamente herida. grandes costos de quien desea contar para 10. El testigo puede decir: la víctima soy yo. aliviar su carga. Esta imagen vista en el espejo de sus pro7. Los relatos de las víctimas develan lo que pias palabras lo lleva a identificar sus oporha permanecido en las sombras, sin sigtunidades para sobrevivir. 2018 | Febrero

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11. Cuando empiezan a hablar, muchos sobrevivientes descubren que son narradores fabulosos. Entonces, desplazan la sensación de frustración por la vida truncada, a la creación de un relato donde la memoria y la libertad que se permiten para contar se encuentran. 12. Una vez el relato se hace público, los sobrevivientes se presentan como sujetos políticos. Testimoniar es derribar la ley de silencio, volver a creer en el valor de la palabra y descubrir el poder que la experiencia les otorga. 13. Contar los hechos atroces se convierte en un acto de responsabilidad social de dimensiones extraordinarias para las víctimas: narrar les permite sentir que están vivas y que su voz es el instrumento para hacerse cargo de su historia y contribuir a que la sociedad también lo haga. 14. Los relatos del dolor son los materiales necesarios para instalar el duelo en la sociedad y propiciar la circulación de acciones colectivas de reparación y protección. 15. Cuando los sobrevivientes cuentan su versión de los hechos, reivindican su propia historia y también la de quienes murieron. El testimonio trae los muertos al escenario de los vivos como prueba de la atrocidad a la que fueron sometidos y también como un clamor por las vidas cegadas. 16. Quienes presenciaron el asesinato de un ser querido, o quienes sufrieron al enterarse de su ocurrencia, necesitan dar testimonio para afirmar que él vivió y para denunciar que le quitaron la vida. 17. Cuando un sobreviviente habla, revela su gran fortaleza. Los sobrevivientes son hombres y mujeres que en medio de su drama son capaces de cuidar a los otros (incluso a los muertos). 18. Al contar el qué, el cuándo, el cómo, el dónde, el quién, los narradores hacen justicia con sus propias voces y se evidencia su renuncia a la venganza. 19. La palabra es la denuncia de los crímenes y el mayor homenaje de los sobrevivientes con aquellos que no volvieron del horror. Febrero | 2018

20. La presencia de los muertos en la voz de los testigos carea a los asesinos e interpela a la sociedad para que exija justicia. 21. Si a las voces de los testigos se suman las de aquellos que se identifican con las vidas agrietadas o perdidas, se puede generar un movimiento social que exija al Estado cumplir sus deberes. 22. La acción política hace que las vidas interrumpidas sean sinónimo de injusticia, y eso significa que la sociedad tiene una tarea pendiente. 23. Los relatos ayudan a esperar en modo activo que el aparato judicial actúe. Entre tanto, los narradores confían en que la palabra instaure una justicia por la vía de la moral y de la ética. 24. Los testimonios dichos en público son una forma de resistencia ante quienes proponen olvidar los hechos atroces como condición para la reconciliación. Y también son un llamado de atención para aquellos prestos a sacrificar vidas a cambio de privilegios. 25. Los relatos de las víctimas son la cruda evidencia de una herida abierta que reclama nuestra atención y, también, un dulce canto que nos recuerda que podemos construir un mundo mejor. Las líneas anteriores resumen apuntes tomados durante conversaciones sostenidas con periodistas en diferentes escenarios: Universidad de Antioquia, Medellín; Universidad de Austin, Texas; Red Periodistas de a Pie, Ciudad de México; Universidad Sergio Landívar y Universidad de San Carlos, Guatemala y Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Patricia Nieto. Directora del Proyecto Hacemos Memoria (Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y Deustche Welle Akademie) es periodista, escritora y docente universitaria. Ha publicado, entre otros, los libros: Los escogidos; Relatos de una cierta mirada: El acontecimiento, la fotografía y el sentido (en coautoría con Natalia Botero, invitada también en esta Agenda Cultural) y Llanto en el paraíso. Crónicas de la guerra en Colombia.


FEBRERO/2018 académica

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todo el mes 8:00 a. m. - 6:00 p. m. // Visitas guiadas: Universidad de Antioquia Agenda previa en: 2195346, programaguiacultural@udea.edu.co Invita: Departamento de Extensión Cultural

Lugar: Hall entrada Museo Universitario de la Universidad de Antioquia Invita: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia - MUUA ● Febrero 3: “Ensamblaje en ready made” ● Febrero 10: “Retratocolor” ● Febrero 17: “Ar-tejido Antioqueño” ● Febrero 24: “Collagecancía”

lunes

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8:00 a. m. - 6:00 p. m. // Visitas guiadas: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia Agenda previa en: 2198186, educacionmuseo@udea.edu.co Invita: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia - MUUA

4:00 - 6:00 p. m. // Charla: “Hablemos de adicciones” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

8:00 a. m. - 6:00 p. m. // Préstamo de maletas viajeras Informes: 2198185, coordinacioneducacionmuseo@udea.edu.co Invita: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia - MUUA

8:00 - 9:00 a. m. // Charla: “Uso responsable de los servicios de salud” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

todos los miércoles 8:00 - 9:00 a. m. // Charla: “Conoce tus deberes y derechos en el Sistema de Seguridad Social en Salud” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 1:00 - 4:00 p. m. // Apoyo con medicamentos anticonceptivos Lugar: Bloque 22, primer piso, consultorio 4 Invita: Bienestar Universitario

todos los jueves 10:00 a. m. - 12:00 m. // Ciclo de conversatorios: “Duelos amorosos” Lugar: Bloque 22 -302 Invita: Bienestar Universitario

todos los sábados 10:20 a. m. // Tallernautas Ciclo: Maletas viajeras / Arte antioqueño Costo: $4.000

martes

6

10:00 a. m. - 12:00 m. // Asesoría en el manejo de la ansiedad Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

miércoles

7

7:00 a. m. // Conferencia: “Competencias del profesional de enfermería en el cuidado del paciente con cáncer”, por Sandra Soto, especialista en oncología, maestranda en enfermería Lugar: Aula de videoconferencias de la Facultad de Enfermería Invita: Facultad de Enfermería 10:00 a. m. - 12:00 m. // Charla: “Conociendo nuestro cuerpo: Autocuidado y sexualidad” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

jueves 2:00 - 4:00 p. m. // Orientación vocacional

8

Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

viernes

9

7:00 - 8:00 a. m. // Cátedra abierta: “Protocolos de irrigación en tratamiento endodóntico”, por Julián Pérez Sánchez Lugar: Auditorio principal Facultad de Odontología, bloque 31, tercer piso Invita: Facultad de Odontología 2:00 - 4:00 p. m. // Asesoría en hábitos y técnicas de estudio Lugar: Bloque 22 - 310 Invita: Bienestar Universitario

lunes

12

8:00 - 9:00 a. m. y 9:00 a. m. - 10:00 a. m. // Charla: “Uso responsable de los servicios de salud” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 4:00 - 6:00 p. m. // Asesoría en el manejo de la ansiedad Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

martes

13

10:00 a. m. - 12:00 m. // Apoyo con medicamentos anticonceptivos Lugar: Facultad de Enfermería Invita: Bienestar Universitario 10:00 a. m. - 12:00 m. // Orientación vocacional Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 2:30 p. m. // Día del periodista Presentación del libro: “El reportaje como metodología del periodismo”, conversación entre Raúl Osorio y Patricia Nieto Lugar: Auditorio Museo Universitario de la Universidad de Antioquia Invita: Facultad de Comunicaciones Editorial Universidad de Antioquia

a partir del miércoles 14 Taller de Creación Literaria, por el escritor Luis Fernando Macías. Inscripciones hasta el 16 de febrero

Conferencias, congresos, seminarios, simposios, coloquios, foros, paneles, tertulias y talleres

académica

académica

PROGRAMACIÓN


lunes

19

10:00 a. m. - 12:00 m. // Charla: “¿Enamoramiento, amor, dependencia, apego...?” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

2:00 p. m. // Conferencia: “Lunes francófono”, por François Levesque Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas

2:00 p. m. // “Caricias del alma - Tardes de poesía”, por Luca Catullo Maclntyre Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas

2:00 p. m. // Conferencia: “La expresión poética”, por Luis Fernando Macías Lugar: Biblioteca de Idiomas, bloque 11 Invita: Sistema de Bibliotecas

jueves

15

8:30 a. m. // Panel de discusión: “Contribuciones de la Escuela de Microbiología al desarrollo cultural, académico y científico del país”, por las profesoras Liliana Marcela Ochoa Galeano, Margarita Berrio de Ramos y Ángela María Arango Rave. Moderador: Alonso Jaramillo Lugar: Edificio de Extensión, auditorio principal Invita: Escuela de Microbiología

viernes

16

2:00 p. m. // Cátedra abierta: “Traductología”, por Paula Andrea Montoya

4:00 - 6:00 p. m. // Charla: “Hablemos de adicciones” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

martes

20

8:00 - 9:00 a. m. // Charla: “Uso responsable de los servicios de salud” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 9: 00 a. m. - 1:00 p. m. // Taller de bordado + lengua êbêra, inscripción por Reune (10 cupos), tallerista Dana Vidales, en conversación con Lida Yagarí Lugar: Teatro Universitario (Costado del mural Epopeya de Café) Invita: Departamento de Extensión Cultural 10:00 a. m. - 12:00 m. // Asesoría en el manejo de la ansiedad

10:00 a. m. - 12:00 m. // Charla: “Infecciones de transmisión sexual” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 12:00 m. // Taller: “sobre lenguas nativas” Lugar: Hall Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

jueves

22

10:00 a. m. // Charla: “Cervantes y la novella”, programa de formación lectora de la Biblioteca Clásica para Jóvenes Lectores, por el docente Mario Martín Botero García Lugar: Facultad de Ingeniería, auditorio Invita: Editorial Universidad de Antioquia 2:00 - 4:00 p. m. // Orientación vocacional Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

viernes

23

7:00 - 8:00 a. m. // Cátedra abierta: “Lineamientos técnicos del Ministerio de Salud para el reporte de información en la atención a pacientes” Lugar: Auditorio principal Facultad de Odontología, bloque 31, tercer piso Invita: Facultad de Odontología

lunes

26

4:00 - 6:00 p. m. // Asesoría en el manejo de la ansiedad Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

Conferencias, congresos, seminarios, simposios, coloquios, foros, paneles, tertulias y talleres

académica

7:00 a. m. // Conferencia: “Cuidado de enfermería y afrontamiento del adolescente con cáncer y su familia”, por Paola Andrea Gil Gómez, enfermera especialista en cuidado al paciente con cáncer y su familia Lugar: Aula de videoconferencias de la Facultad de Enfermería Invita: Facultad de Enfermería

académica

9: 00 a. m. - 12:00 m. // “Curso de huertas urbanas”. Con Juan Diego Garay, Licenciado en Ciencias Naturales y Educación Ambiental. Cupos limitados, inscripciones hasta el 12 de febrero por reune.udea.edu.co Inversión: $100.000 Informes y costo: 219 8177, coordinacionacademicadec@udea.edu.co Invita: Departamento de Extensión Cultural

21

académica

académica

7:00 a. m. // Conferencia: “Cuidado de enfermería en el paciente paliativo con catéter subcutáneo”, por Andrea Zuleta, especialista en cuidado paliativo, enfermera de la Clínica El Rosario Lugar: Aula de videoconferencias de la Facultad de Enfermería Invita: Facultad de Enfermería

sábado 17 y 24

miércoles

académica

14

2:00 - 4:00 p. m. // Asesoría en hábitos y técnicas de estudio Lugar: Bloque 22 - 310 Invita: Bienestar Universitario

Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario

académica

miércoles

Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, sala de proyecciones Invita: Sistema de Bibliotecas

académica

Grupo 1: Miércoles 6:00 - 8:00 p. m. // Lugar: Antigua Escuela de Derecho (Centro de Medellín) Grupo 2: Viernes 12:00 m. - 2:00 p. m. // Lugar: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia Fechas de inicio: 14 y 16 de febrero Fechas de finalización: 13 y 15 de junio Consultar valor e inscripción en: coordinacionacademicadec@udea.edu.co // Teléfono: 219 8177. Invita: Departamento de Extensión Cultural


escénicas

10:00 a. m. - 12:00 m. // Orientación vocacional Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 5:00 - 6:00 p. m. // Martes de poesía: Lectura de poemas de Pablo Montoya, conversación con Carlos Vásquez Lugar: Abril, café de la librería Invita: Departamento de Extensión Cultural

miércoles

28

7:00 a. m. // Conferencia: “Enfermedades raras. Fundación Fuper”, por Janeth González, gerente de Fundación para Pacientes con Enfermedades Raras Lugar: Aula de videoconferencias de la Facultad de Enfermería Invita: Facultad de Enfermería 4:00 p. m. // Presentación del libro: “Paz, democracia y educación. Reflexiones en tiempos de crisis”, conversación entre Francisco Cortés Rodas, Jaime Vladimir Montoya Arango y Juan Carlos Vélez Rendón Lugar: Edificio de Extensión, auditorio segundo piso Invitan: Editorial Universidad de Antioquia Instituto de Filosofía

escénicas hasta el viernes 16 12:00 m. - 2:00 p. m. // Inscripciones para el Semillero de Danzas Folclóricas Lugar: Coliseo Universitario de la Universidad de Antioquia, tercer piso, aula fomento artístico y cultural Invita: Bienestar Universitario

todos los jueves 12:00 m. - 1:00 p. m. // Taller libre de danza Lugar: Coliseo Universitario de la Universidad de Antioquia, tercer piso, aula fomento artístico y cultural Invita: Bienestar Universitario

todos los sábados 11:30 a. m. // Títeres en escena Lugar: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, Auditorio principal Invita: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia - MUUA ● Febrero 3: “Arte y fantasía en la vida de Canito” ● Febrero 10: “Títeres en recreo: jugar con títeres, el cuerpo y el espacio” ● Febrero 17: “Colorín Colorado ¿Quién te ha creado?” ● Febrero 24: “Títeres en recreo: jugar con títeres, el cuerpo y el espacio”

lunes

12

7:00 a. m. - 6:00 p. m. // Inscripciones para los empleados de la UdeA a los cursos de arte y cultura para el bienestar Inscripción: udea.edu.co / opción “Bienestar” Invita: Bienestar Universitario

martes 13 y miércoles 14 7:00 a. m. - 6:00 p. m. // Inscripciones para los estudiantes de la UdeA a los cursos de arte y cultura para el bienestar Inscripción: udea.edu.co > opción “Bienestar” Invita: Bienestar Universitario

jueves

15

6:30 p. m. // Temporada de Teatro. Obra: “La entrevista” Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

cin e y v i d e o jueves

1

2:00 p. m. // Jueves Indie Ciclo: “El deseo de ver: Agnés Varda”, “Daguerrotipos”, Agnés Varda, 1976, Francia, 80’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

Cineclubes, cineforos y proyecciones

viernes

2

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: “Del amor”, “Casablanca”, Michael Curtiz, 1942, Estados Unidos, 102’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural 2:00 p. m. // Cine en la Biblioteca Película: “La novena puerta” Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas 4:00 p. m. // Cineclub Cinemaestro Ciclo: “Mujeres directoras”, “Ellas”, Malgorzata Szumowska, 2011, Francia, 96’ Lugar: Facultad de Educación, auditorio 10-206 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

escénicas

27

4:00 p. m. // Cineclub Ciencias Exactas Ciclo: “Cine alemán”, “El matrimonio de Maria Braun”, Rainer Werner Fassbinder, 1979, Alemania del Oeste, 119’ Lugar: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, auditorio B 4 - 212 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

martes

6

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Bonnie and Clyde”, Arthur Penn, 1967, Estados Unidos, 111’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

miércoles

7

12:00 m. // Cineismo Cineclub Ciclo: “Despechados”, “Chungking Express” Wong Kar- Wai, 1994, Hong Kong, 102’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “Metrópolis” Fritz Lang, 1927, República de Weimar, 153’

cine y video

escénicas

académica

académica

académica

académica

martes


cine y video

viernes

9

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: “Del amor”, “Vértigo”, Alfred Hitchcock, 1958, Estados Unidos, 120’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural 2:00 p. m. // Cine Fórum Película: “Whatever Works”, Estados Unidos Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, sala de proyecciones Invita: Sistema de Bibliotecas 4:00 p. m. // Cineclub Cinemaestro Ciclo: “Mujeres directoras”, “¿Y ahora a dónde vamos?”, Nadine Labaki, 2011, Líbano, 100’ Lugar: Facultad de Educación, auditorio 10 - 206 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Ciencias Exactas Ciclo: “Cine alemán”, “El cielo sobre Berlín”, Win Wenders, 1987, Alemania, 128’ Lugar: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, auditorio B 4 - 212 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “Blade Runner” Ridley Scott, 1982, Estados Unidos, 117’

12

4:00 p. m. // Grupo de Estudios Fílmicos Ciclo: “Gus Van Sant”, “Good will hunting”, Gus Van Sant, 1997, Estados Unidos, 126’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

martes

13

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Amantes criminales”, François Ozon, 1999, Francia, 90’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 6:00 p. m. // Cineclub Pornográfos Ciclo: “Shock”, “Suicide club”, Sion Sono, 2002, Japón, 99’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

miércoles

14

12:00 m. // Cineismo Cineclub Ciclo: “Despechados”, “Y tu mamá también” Alfonso Cuarón, 2001, México, 105’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “Una mirada a la oscuridad” Richard Linklater, 2006, Estados Unidos, 100’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

Cineclubes, cineforos y proyecciones

6:00 p. m. // Cine foro: En Construcción Ciclo: “Identidad”, “The truman show”, Peter Weir, 1998, Estados Unidos, 103’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Los asesinos de la luna de miel”, Leonard Kastle, 1969, Estados Unidos, 108’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

viernes

16

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: “Del amor”, “Jules y Jim”, François Truffaut, 1961, Francia, 104’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural 4:00 p. m. // Cineclub Cinemaestro Ciclo: “Mujeres directoras”, “Mi vida sin mí”, Isabel Coixet, 2003, España, 106’ Lugar: Facultad de Educación, auditorio 10 - 206 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Ciencias Exactas Ciclo: “Cine alemán”, “Tocando las puertas del cielo”, Thomas Jahn, 1997, Alemania, 87’ Lugar: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, auditorio B 4 - 212 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Leer el Cine Ciclo “El mundo del trabajo” “Un toque de violencia”, Jia Zhang-Ke, China, 2013, 130’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

cine y video cine y video

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Asesinos por naturaleza”, Oliver Stone, 1994, Estados Unidos, 119’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

lunes

2:00 p. m. // Jueves Indie Ciclo: “El deseo de ver: Agnés Varda”, “Cleo de 5 a 7”, Agnés Varda, 1962, Francia Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

cine y video

2:00 p. m. // Jueves Indie Ciclo: “El deseo de ver: Agnés Varda”, “Las playas de Agnés”, Agnés Varda, 2008, Francia, 110’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

15

cine y video

8

4:00 p. m. // Cine en la Biblioteca Película: “El día D” Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas

jueves

cine y video

jueves

Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

cine y video

Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia


Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

4:00 p. m. // Cineclub Cinemaestro Ciclo: “Mujeres directoras”, “La teta asustada”, Claudia Llosa, 2009, Perú, 94’ Lugar: Facultad de Educación, auditorio 10 - 206 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “El ansia”, Tony Scott, 1983, Reino Unido, 97’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

21

4:00 p. m. // Cineclub Ciencias Exactas Ciclo: “Cine alemán”, “Al otro lado”, Fatih Akin, 2007, Alemania, 122’ Lugar: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, auditorio B 4 - 212 Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

12:00 m. // Cineismo Cineclub Ciclo: “Despechados”, “Closer, llevados por el deseo”, Mike Nichols, Estados Unidos, 2004, 105’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “Fahrenheit 451” François Truffaut, 1966, Reino Unido, 112’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

6:00 p. m. // Cineclub Pornográfos Ciclo: “Shock”, “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, Peter Greenaway, 1989, Francia/Reino Unido, 123’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

martes

20

6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Solo los amantes sobreviven”, Jim Jarmusch; 2013, Reino Unido, 123’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

miércoles

4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “V de vendetta”, James McTeigue, 2005, Estados Unidos, 132’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

jueves

22

2:00 p. m. // Jueves Indie Ciclo: “El deseo de ver: Agnés Varda”, “Los cosechadores y la cosechadora”, Agnés Varda, 2000, Francia, 82’ Lugar: Sala de Cine Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural 6:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Amores asesinos”, “Profundo carmesí”, Arturo Ripstein, 1996, México, 114’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

viernes

23

12:00 m. // Cine UdeA Ciclo: “Del amor”, “Tres colores: Rojo”, Krzysztof Kieslowski, 1994, Francia, 99’

4:00 p. m. // Cine en la Biblioteca Película: “Contacto” Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas

lunes

26

4:00 p. m. // Grupo de Estudios Fílmicos Ciclo: “Gus Van Sant”, “Elephant”, Gus Van Sant, 2003, Estados Unidos, 81’ Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

martes

27

10:00 a. m. // Cineclub Biofilm Documental: “Moscas de todos los colores”, Jorge Mario Betancur, 1998, Colombia Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Escuela de Microbiología 4:00 p. m. // Cineclub Otras Miradas Ciclo: “Discapacidad cognitiva”, “Yo, también” Álvaro Pastor Gaspar y Antonio Naharro, 2009, España, 103’

Cineclubes, cineforos y proyecciones

miércoles

28

cine y video

Lugar: Sala Luis Alberto Álvarez (Bloque 10-217) Invita: Departamento de Extensión Cultural

10:00 a. m. - 12:00 m. // Cine con Bienestar Ciclo: “Diversidades sexuales”, “El último suspiro” Lugar: Bloque 22 - 302 Invita: Bienestar Universitario 12:00 m. // Cineismo Cineclub Ciclo: “Despechados”, “La ciencia de los sueños” Michel Gondry, 2006, Francia / Italia, 106’ Lugar: Sala de cine Luis Alberto Álvarez (10-217) Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia 4:00 p. m. // Cineclub Tardes en el Paraninfo Ciclo: “Mundos Distópicos”, “1984” Michael Radford, 1984, Reino Unido, 113’ Lugar: Sala de cine Edificio San Ignacio Invita: Red de Cineclubes de la Universidad de Antioquia

mú s i c a todo el mes Miércoles: 10:00 a. m. - 12:00 m. Jueves: 2:00 - 4:00 p. m. // Semillero Estudiantina Universitaria, inscripciones permanentes, es requisito tener conocimientos básicos del instrumento que aspira interpretar

música

cine y video cine y video cine y video cine y video cine y video cine y video

4:00 p. m. // Cine en la Biblioteca Película: “Mi pecado me condena” Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, auditorio de la planta baja Invita: Sistema de Bibliotecas


miércoles

21

6:30 p. m. // “Música de Cámara”, violinista internacional Benjamin Baker, pianista Daniel Lebhardt Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

miércoles

28

6:30 p. m. // Temporada de Piano: Recital con el pianista irlandés, Cathal Breslin Lugar: Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

ex po s ic ion es

15

todo el mes

jueves

Lunes a jueves 10:00 a. m. - 6:00 p. m. / 8:00 a. m. // Exposición Viernes 10:00 a. m. a 4:00fotográfica: p. m. // DPEP “historia de la Escuela de Microbiología, Exhibición temporal “Paisajes Viajeros”. 60 años” Lugar: Edificio de Extensión, auditorio principal Invita: Escuela de Microbiología

todo el mes Lunes a jueves, 10:00 a. m. - 6:00 p. m. / Viernes, 10:00 a. m. - 4:00 p. m. // Exhibición temporal: “Reordenamientos”, taller de proyectación. Juan Raúl Hoyos. Semestre Enseñar y aprender el universo Lugar: Hall del Teatro Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural Exposiciones de larga duración ● Colección de Antropología: constituida en 1943, conserva alrededor de 35.000 objetos del patrimonio cultural de Colombia ● Colección de Ciencias : Compuesta por una serie de montajes permanentes, temporales y murales enfatiza en especies nativas de animales colombianos ● Colección de Historia Memorias de Una Colección Lugar: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, tercer piso Invita: Museo Universitario de la Universidad de Antioquia – MUUA Nuevas exposiciones temporales del MUUA ● “Híbrido, cruzado y discontinuo. Arte antioqueño del 70 y del 80”, primer piso MUUA ● “Exposición cuarta Convocatoria Creación Auxiliares Administrativos Museo Universitario”, tercer y cuarto piso MUUA ● “Evocaciones atmosféricas: entornos de arte y ciencia”, por Olga Lucía Hurtado G. Edificio de Extensión, segundo piso

jueves

8

5:00 -7:00 p. m. // Caficultor invitado: Charla sobre procesos de finca, varietales del café y su incidencia en tasa Lugar: Abril, café de la librería, edificio de Extensión Invita: Abril, café de la librería

viernes

9

“Mercado agroecológico” Lugar: Alrededores del Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

jueves

15

5:00 p. m. - 6:30 p. m. // El café y sus métodos: “Sabores básicos del café y muestra final con el método V60”, barista Joseph Zapata Lugar: Abril, café de la librería, edificio de Extensión Invita: Abril, café de la librería

viernes

16

12:00 m. - 1:00 p. m. // Viernes U: “Yoga UdeA Sanga” Lugar: Césped entre los bloques 5 y 16, bajo la escultura de María Mulata Invita: Departamento de Extensión Cultural

jueves

22

1:00 p. m. // Literatura en voz alta, lectura de la obra de Germán Espinosa “Federico Lleras Acosta, la guerra contra lo invisible” Lugar: Bloque 5, 225 Invita: Escuela de Microbiología

Recitales, temporada de piano, conciertos de cámara y músicas populares

música música

2:00 - 4:00 p. m. // Talleres de guitarra, niveles II y III Inscripciones y nivelación previa: Bienestar Universitario Lugar: Coliseo Universitario de la Universidad de Antioquia, tercer piso, aula fomento artístico y cultural Invita: Bienestar Universitario

8:30 p. m. // Programa radial del MUUA: “Punto de encuentro” Sintonícelo en la Emisora Cultural Universidad de Antioquia: Valle de Aburrá: 1.410 AM

otras opciones

otras opciones

14

todos los lunes

otras opciones

11:00 a. m. // Día clásico de la Escuela de Microbiología: Agrupación musical de egresados de la Escuela de Microbiología Lugar: Edificio de Extensión, auditorio principal Invita: Escuela de Microbiología

miércoles

exposiciones

15

Lunes a jueves, 10:00 a. m. - 6:00 p. m. / Viernes, 10:00 a. m. - 4:00 p. m. // Exhibición temporal: “Paisajes viajeros”, Oliver Debré – Jean- Gabriel Thénot. Conversación en pintura Lugar: Sala de Exhibiciones, Edificio San Ignacio (Paraninfo UdeA) Invita: Departamento de Extensión Cultural

otras opciones

exposiciones

jueves

hasta el miércoles 28

exposiciones

música

Lugar: Coliseo Universitario de la Universidad de Antioquia, tercer piso, aula fomento artístico y cultural Invita: Bienestar Universitario


12:00 m. - 1:00 p. m. // Viernes U: “Yoga UdeA Sanga” Lugar: Césped entre el bloque 5 y el bloque 16, bajo la escultura de María Mulata Invita: Departamento de Extensión Cultural

regiones

re gion es todos losellunes todo mes 8:30 p. m. // Programa radial del MUUA: Lunes a jueves 10:00 a. m. - 6:00 p. m. / “Punto de encuentro” Viernes 10:00 a. m. a 4:00 p. m. // DPEP Sintonícelo en la Emisora Cultural Exhibición temporal “Paisajes Viajeros”. Universidad de Antioquia: Urabá: 102.3 FM Bajo Cauca: 96.3 FM Oriente: 101.3 FM Suroeste: 100.9 FM Occidente 93.9 Magdalena medio 94.3

cultura centro

martes

27

11:00 a. m. - 3:00 p. m. // Apoyo con medicamentos anticonceptivos Lugar: Seccional Oriente Invita: Bienestar Universitario

lunes 19 a miércoles 24 Celebración de la Semana Internacional de Lenguas Nativas

todos los miércoles y sábados Miércoles: 6:30 - 7:30 p. m. / Sábados: 10:00 - 11:30 a. m. // Yoga en el Paraninfo Lugar: Paraninfo, Edificio San Ignacio. Invita: Cultura Centro

viernes 9

10:00 a. m. a 12:00 m. // Bautizo Botánico: “en el nombre de todos”. Recorrido avenida La Playa. Lugar: Glorieta del Teatro Pablo Tobón Uribe. Invitan: Cultura Centro, Herbario Universidad de Antioquia, Gerencia del Centro

viernes 23

8:00 a. m. a 4:00 p. m. // III Seminario Internacional Smart Cities. Lugar: Paraninfo, Edificio San Ignacio. Invitan: DNP, MinTic, Vive Digital para la gente, Universidad Nacional de Colombia, Universidad de Antioquia, Mas Bio, Cartif, Cluster Construcción, Proantioquia 2:00 - 6:00 p. m. // Centronizados: El dial es el centro. Emisoras culturales se toman en vivo la plazuela San Ignacio. Lugar: Plazuela San Ignacio. Invitan: Cultura Centro, Comfama

E n Ta b l a s Canal U: 9:30 p. m. / Repetición: 7:30 p. m. | Canal Zoom: 8:30 p. m. / Repetición: 11:30 a. m. • Efrén Giraldo Quintero. ¿Existe crítica literaria y de arte en Colombia? Canal U: martes 30 de enero // Repetición: jueves 1 de febrero Canal Zoom: viernes 2, 12:30 p. m. // Repetición: viernes 2, 8:30 p. m.

En Tablas

“Mercado agroecológico” Lugar: Alrededores del Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo Invita: Departamento de Extensión Cultural

Cultura Centro

Cultura Centro

23

• Guillermo Correa Montoya. El papel de las ciencias sociales frente a las sexualidades Canal U: martes 6 // Repetición: jueves 8 | Canal Zoom: viernes 9 // Repetición: jueves 15 • María del Rosario Escobar. Desafíos de la gestión cultural en Medellín y el país Canal U: martes 13 de febrero // Repetición: jueves 15 de febrero Canal Zoom: viernes 16 febrero // Repetición: jueves 22 febrero • Ever Kuiru. Tradiciones y saberes ancestrales en la construcción de la realidad contemporánea Canal U: martes 20 // Repetición: jueves 22 Canal Zoom: viernes 23// Repetición: jueves 1 de marzo • Felipe Mesa. Arquitectura, un arte cargado de particularidades y cotidianidad Canal U: Estreno: martes 27 // Repetición: jueves 1 de marzo Canal Zoom: viernes 2 marzo // Repetición: jueves 8 de marzo

regiones

exposiciones

viernes

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Edificio de Extensión, Universidad de Antioquia Calle 70 N.° 52-72, primer piso. Medellín, Antioquia Teléfono: (574) 219 80 12. libreria@udea.edu.co


Natalia Botero. Río Cauca, Antiquia. De la exposición Al sol al viento. 2015




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