COMUNIDAD
ALCANZANDO AL MUNDO POR SCOTT GRISWOLD
“Hueles raro”, dijeron los niños al chico recién llegado. Antoine también se río. Acababa de llegar de Tanzania y no advertía que se burlaban de él. Doce años viviendo en un campo de refugiados, Antoine había recibido algo de educación, aunque solo en francés. Pero se metió de lleno a la escuela y aprendió inglés en sólo cuatro meses. Sin embargo, el estrés en casa asociado con la crianza de seis niños con un ingreso bajo tuvo repercusión en sus padres, lo que los llevó a finalmente separarse. Al ingresar en la escuela secundaria, Antoine hizo un nuevo amigo quien vestía ropas lujosas. “Quiero ser rico como tú”, le dijo. “¿Qué tengo que hacer?” El amigo contestó: “Lo que deberías hacer es unirte a mi pandilla y ser valiente para pelear”. Le explicó que ellos le enseñarían todo lo demás. Sin el consentimiento de su familia, Antoine aprendió a robar un automóvil y también a vender drogas. “Serás bueno”, le prometieron, “tienes carisma”. Un día, él y su mejor amigo estaban vendiendo drogas cuando otra pandilla pasó en automóvil y comenzó a disparar. Las balas acribillaron a su amigo. Antoine corrió a llamar a la policía pero era demasiado tarde. En el funeral, la madre de su amigo lo tomó de las manos y le dijo de todo corazón: “Dios te salvó para un propósito. Jesús te ama muchísimo”.
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Antoine se conmovió. Alentado por un amigo, Antoine con titubeos compartió su historia en la iglesia. Su madre comenzó a llorar al enterarse que su hijo estaba en una pandilla. Dios había salvado a su hijo por una razón especial. Un pastor adventista que visitaba la zona escuchó la historia y alentó a Antoine a ir al programa de formación misionera de Reach the World Next Door (RWND), en Houston. Antoine llamó a RWND y se sorprendió al preguntársele: “¿Por qué quieres venir a nuestro programa de formación”? Antoine compartió su testimonio y su deseo de una vida mejor. También dijo que ahora trabajaba en un casino, que en sí ya era un paso hacia una mejor vida después de vender drogas. Quien lo entrevistaba continuó: “Creo sinceramente que te beneficiarías de la venta de libros cristianos. Te ayudaría a crecer espiritualmente y usarías tus habilidades de forma productiva”. Antoine no estaba seguro de ello, pero dio el paso de fe. Al principio, caminaba atrás con disgusto y jugaba en su teléfono, pero el grupo lo rodeó con afecto y su actitud comenzó a cambiar. Desde su bautismo y llegada a RWND en el 2017, Antoine ha tocado muchas puertas, ha ayudado en la reparación de casas golpeadas por huracanes y ha estudiado su Biblia con
profundidad. Debido a sus orígenes, Antoine tiene un interés especial en personas de Ruanda que hablen su idioma nativo, kiñaruanda. Un día, otro estudiante lo condujo a una familia que no podía hablar inglés. La señora de la casa dudaba en abrir la puerta hasta que Antoine comenzó a hablar en kiñaruanda. Durante la visita, ella les hizo saber que también era adventista del séptimo día y que casi no tenía muebles en la casa. Así que Antoine trabajó con el equipo misionero de RWND para reunir una arrocera, una tostadora, una plancha, unos platos y dos juegos de literas para ella y su familia. Antoine dice: “Lo que realmente ha cambiado es mi perspectiva. Odiaba mi situación. Pero Dios ha tomado lo que estaba destinado a dañarme y lo ha usado para el bien, tal como promete la Biblia”.