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MIGUEL BARBOSA MARTÍN

Es increíble como la vida me dio una segunda oportunidad para volver a coincidir con una persona con la que en algún momento ya había estado en una reunión, en uno que otro evento o una comida. Pero haciendo una introspección más profunda en mis recuerdos a Miguel justo lo conocí en una sesión de fotos coordinada por mi, donde junto a su hermano gemelo Elías me presentaron la casa del club de golf la Ceiba para otro proyecto editorial. Miguel Barbosa Martín es el primogénito del embarazo gemelar del matrimonio formado por el empresario yucateco el Sr. Miguel Hernando Barbosa Calderón (Q.E.P.D.) y la Sra. Adela Martín Becil.

—Mi papá viene de una familia originaria de Ticul, tanto mi familia paterna como materna provienen de familias muy trabajadoras, reconozco que mis abuelos y bisabuelos me inculcaron la cultura del trabajo.

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Creció en un entorno familiar muy sano, muy unido, admirando a su papá, observando siempre la dedicación, esfuerzo y tiempo con la que sacaba adelante a su familia en el ámbito de la construcción.

— Recuerdo ver a mi papá trabajar largas jornadas todos los días de siete de la mañana hasta nueve de la noche — mientras que su mamá era la encargada de la otra área en su vida y la de sus hermanos; su educación.

Elías y Miguel, vieron la luz por primera vez un 19 julio de 1987, después nacieron Gerardo (1989), Andrea (1992) y Fernando (1993). Una familia católica en donde los padres los impulsaron siempre a desarrollar sus talentos desde su corta edad.

—Crecer con un hermano gemelo idéntico fue padrísimo, hay una conexión única y una comunicación importante, saber que él está para mí y yo para él ha sido algo muy especial.

Nos comparte que en su infancia fue malísimo para los deportes y practicó de todo, tenis, basketball, fútbol hasta karate, siempre le gustaba más hacer ejercicio en individual que en equipo; sin embargo la música era algo que le apasionaba; él tocaba el piano y Elias la batería. Su educación escolar siempre fue en el Instituto Cumbres, de juventud y familia misionera.

—Mis cumpleaños siempre fueron en verano, me gustaba pescar y comer pescado frito y ceviche de mariscos.

Durante su adolescencia, específicamente a sus 12 años haberse ido a estudiar al extranjero al Oaklawn Academy un internado que fue fundado por la Legión de Cristo, situado a cuarenta kilómetros de Madison, Wisconsin, y aproximadamente a dos horas al norte de Chicago, crea definitivamente un parteaguas en su vida.

Para muchos una experiencia traumática, para Miguel fue una vivencia que le dejó amigos de muchas partes del mundo que aún frecuenta. Sin ser militarizada es una escuela donde aprendes a levantarte a cierta hora, tender tu cama, bañarte con el tiempo justo, vestirte bien, desayunar y comer en tus horarios, no poder hablar español, asistir a misa todos los días sin duda alguna un colegio de estricta formación.

—Me gustó tanto que despertó en mi la idea de ser Sacerdote, misma que con el tiempo se fue desvaneciendo.

A la edad de 15 años conoce a Andrea Cambranis Arjona, una joven teresiana de 13 años de edad, la hija más pequeña del matrimonio formado por el abogado yucateco el Sr. Raúl Oscar Cambranis Laucirica y la Sra. Adriana Arjona Ortiz, luego de Raúl y Adriana hermanos mayores; con la que comienza un noviazgo a los 6 meses.

A los 17 años un evento revolucionaría su vida para siempre, un trágico accidente en avioneta termina con la vida de su señor padre.

—La noticia cambió nuestra vida para siempre; a mi, a mi mamá y a mis hermanos.

Perder al pilar de su familia fue catártico. Su madre, un hermano de su papá, sus dos hermanos y él son quienes toman las riendas de la empresa.

—La empresa era tan grande que no no me permitió vivir mi duelo, comencé a trabajar con él desde los 15 años, recuerdo que mi papá fallece un jueves y el lunes yo ya estaba en la escuela y en la empresa.

Durante todo este proceso, fue descubriendo que un empresario no se hace de un día a otro, que es el trabajo, quien te enseña, es aprenderlo, vivirlo, amarlo y sobre todo enfrentarte a él día con día. Le tomó muchos años entender que no debió llenar los zapatos de su papá, ni exigirse a sí mismo tanto como lo hizo.

—Yo no era nadie para tomar la posición de mi papá, ni para con la empresa, ni para mi familia, ni para mis hermanos, ni para con nadie; YO NO ERA MI PAPÁ.

Decide estudiar la carrera de arquitectura, una de sus pasiones más grandes, aplica para un concurso en la Universidad Anáhuac Mayab donde gana una beca, pero es en la Universidad Marista donde concluye sus estudios.

El primero de diciembre de 2012 a sus veinticinco años decide casarse con Andrea con la que duró diez años de novios. En el 2015 estando trabajando en Jamaica recibe la noticia de que sería papá por primera vez y en el 2015 nace su primogénito Miguel.

Durante este período, la empresa familiar atravesaba por un momento no tan afortunado, que en sus palabras lo describe como:

—Fue un proceso muy largo, tardamos en darnos cuenta que debimos terminar el sueño de mi papá, y crear el nuestro, tener la responsabilidad de preocuparte a tus 17 años por que todas las familias que dependían del negocio se lleven comida a su casa, seguir pagando una extensa nómina, haber sobrevivido ya a dos crisis, que el cliente estuviera contento, que todas las obras se concluyeran fue desgastante, absorbente y estresante.

La empresa se termina declarando como insolvente, decisión que traería mucha incertidumbre, de la mano de mucha tranquilidad, pero a su vez muchas consecuencias sobre todo sociales.

Toda esta situación lo hizo enfrentarse al miedo, estaba aterrado, para este entonces la única opción era reinventarse, pero ¿Quién confiaría en él?, sobre todo para invertir su dinero con todo lo que la gente hablaba y rumoraba.

—Cuando estás abajo, nadie quiere estar junto a ti, es duro darte cuenta que no solo perdiste dinero, pierdes familia, pierdes amigos y esto me hace caer en una depresión fuertísima, al grado de ya no querer vivir.

Pero de algo siempre estuvo seguro que poco a poco se iría ganando esa confianza sobre todo en él y así fue. El pilar más grande para superar este proceso ha sido Dios y su familia, jamás perdió la fe.

—Mi familia es lo más importante, lo más sagrado. Es intocable e inmaculada.

Cuando le pregunté que significaba el éxito nos compartió lo siguiente:

—Hacer lo que te gusta, el éxito no está ligado al dinero, es estar bien contigo mismo, creer en ti. Exitoso es ser un hombre de bien y hagas lo que hagas siempre impactar a las personas.

Un buen día no es hacer un buen negocio un buen día es influir de manera positiva en alguna persona.

Cuando hablamos de fracaso lo liga a no haber creído en él y dejarse influenciar por comentarios de personas ajenas a su vida.

¿Que le diría el Miguel adulto de 35 años hoy al miguel niño?

—Vive al máximo sin que te importe nada el que dirán ¡vive!

Ya como papá hoy de miguel y de una hermosa princesa de 3 años de edad llamada María Andrea, ¿Cuál sería el mayor consejo para tus hijos?

—Que sean felices haciendo lo que les guste, aquí no están para llenar expectativas de papá o mamá, nadie tiene que llenar los zapatos de nadie; que lo que hagan sea lo que sea que sean los mejores y que nunca dejen de soñar.

Una frase para tu esposa Andrea.

—Sigamos siendo cómplices de nuestras aventuras toda la vida.

—Miguel es la persona que más amo, le tengo una admiración profunda, veinte años juntos, diez de novios y diez años de casados, es mi vida entera.

El amor está intacto, el amor se ha ido transformando pero aquí continúa a pesar de todo. He aprendido mucho de Mguel, en muchos aspectos, en su fortaleza, su resilencia, ha sido mi maestro en muchas cosas; expresó Andrea.

Ya por último le pedí que nos diera un consejo después de habernos compartido su vida y esto respondió:

—Sean más empáticos con la gente, todos atravesamos por problemas, no juzguemos, no sean críticos de nadie mejor estira tu mano para ayudar; y crean en Dios es muy importante.

Miguel te agradezco haberme permitido esta entrevista y esta hermosa sesión de fotos, donde no sólo nos abriste las puertas de tu hermosa casa y nos recibiste con tu hermosa familia, sino que nos compartiste tu alma y tu corazón. Gracias por enseñarnos que todos somos humanos y que la vida de la mano de Dios nos da segundas oportunidades para vivir y enfrentar cualquier batalla.

Sean más empáticos con la gente, todos atravesamos por problemas, no juzguemos, no sean críticos de nadie, mejor estira tu mano para ayudar; y crean en Dios es muy importante.

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