Revista Edición Diciembre 2014

Page 16

Por Lorena Frankenberg

Los medios de comunicación han provocado históricamente dos tipos de discursos; uno que los sataniza y otro que los enaltece. Mientras que el reprobatorio destaca casi apocalípticamente los efectos negativos en las audiencias, el discurso enaltecedor subraya de manera optimista su potencial implícito para la educación, la cultura, la economía y particularmente, la democracia. Estos discursos presentan a los medios como entes estáticos o aislados. Posturas ideológicas que nacen de perspectivas teóricas, desde las críticas hasta las positivistas. Para las primeras lo mejor es sacarle la vuelta a los medios. Este es un consejo que incluso he escuchado entre muchos padres de familia. Para éstos, la mejor educación en los medios es enseñar a los hijos a apagar el televisor o más recientemente, a desechar el iPad. Para los segundos, el remedio es asimilarlos, moldearlos, utilizarlos, domarlos. Ambos discursos coexisten con ciertas aristas. Lo cierto es que inmersos en la sociedad de la información, no es posible desvincularse de los medios de comunicación que ocupan un papel central y omnipresente en la vida cotidiana. Es atinado afirmar que los medios son capaces de acumular poder y ejercerlo en contra de las audiencias, sin embargo no son autoritarios o determinantes en sí mismos. Su influencia es muy sutil y está supeditada a la complicidad de las mismas audiencias que pueden echar mano de mediaciones para contrarrestarla como la escuela, la familia u otras formas de manejo del tiempo libre. Es decir, no se trata de una simple fórmula de estímulo-respuesta. A lo largo de una serie de escritos, aprovecharemos este espacio para viajar por el camino que elige convivir con los medios de comunicación- tradicionales y modernos- y a manejarlos como lenguajes, metáforas, escenarios, plataformas, empresas, servicios, dinamizadores de economías, de cultura, fuentes de información, simbolismos, representaciones de la realidad y referencias cotidianas, plataformas educativas, generadores de conocimiento, de autoridad y hasta de legitimación política y social. Son las audiencias –las sociedades mismas- las que hacen que los medios, como lo han hecho en infinitas ocasiones, estén a su servicio. Como audiencia no se nace, somos sujetos capaces de tomar distancia y aprender no sólo a encontrar en ellos lo espectacular, novedoso o divertido sino a producir a nuestro favor, negociaciones de significado en distintos niveles; afectivos, racionales, axiológicos, políticos, actitudinales. ¿Te gustaría saber cómo? Te espero en la próxima edición Espacio UMM. 16


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Revista Edición Diciembre 2014 by Facultad de Comunicación y Estrategia Digital - Issuu