Semanario #861

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Domingo 4 de agosto de 2013

Milagros en América Latina

Muestras que fortalecen la Fe Han sido pocos los casos extraordinarios de Milagros Eucarísticos comprobados en el mundo, y tan sólo en América se encuentran dos; uno de ellos en el Estado de Guerrero, en México. BUENOS AIRES, ARGENTINA

DULCE NATALIA ROMERO CRUZ

E

l 25 de mayo de 2013, Monseñor Alejo Zavala Castro, Obispo de la Diócesis de ChilpancingoChilapa, Guerrero, declaró oficialmente que, después de los estudios y análisis científicos realizados a la Hostia Sangrante de la Parroquia de San Martín de Tours, en la Ciudad de Tixtla, encabezados por un grupo de científicos de diversas partes del mundo, quedó plenamente comprobado y demostrado que la sangre que contiene la Hostia (oblea de trigo) Consagrada, es real y auténtica. Tal se dio a conocer después de siete años de investigación, ante miles de personas, creyentes y no creyentes, congregadas en el Auditorio “Sentimientos de la Nación”, cuando se inauguró el “Simposio Internacional DIMI, Hacia un Diálogo Entre la Ciencia y la Fe”. Fueron los Científicos Ricardo Castañón Gómez, de Bolivia, Presidente e Investigador del “Grupo Internacional para la Paz”; Eduardo Sánchez Loza, de México, Director de la División

Mons. Alejo Zavala, Obispo de Chilpancingo-Chilapa, mostrando una imagen de la Hostia del Milagro.

Científica de Medicina Legal y Forense del Corporativo Médico Legal; y Carlos Parellada, de Guatemala, Médico Cirujano Consultante del Hospital Centro Médico de Guatemala, quienes dieron su veredicto. Aseguraron que la sustancia rojiza que contiene la Hostia de Tixtla corresponde a sangre con presencia de hemoglobina y ADN humano que pertenece al grupo sanguíneo AB, peculiaridad que coincide con la de la Sábana Santa que se encuentra en Turín.

AQUEL MOMENTO El 22 de septiembre de 1996, el Padre Leopoldo Roque, Párroco de San Martín de Tours, invitó al Padre Raymundo Reyna Esteban a dirigir un Retiro Espiritual. Durante la Misa, a la hora de la Comunión, una de las Religiosas de la Comunidad “Misioneros de Jesús y de María” se dirigió hacia el Padre con el copón que contenía las Hostias Consagradas y se arrodilló entregándole el copón al ver cómo, por encima de todas, había una Hostia Consagrada, sangrante. La Hostia Sangrante con líquido rojizo fue conservada y protegida con singular cuidado durante tres años, hasta que el Obispo Zavala Castro invitó al Doctor Ricardo Castañón Gómez a que se hiciera cargo de la investigación científica, la cual comenzó el 27 de octubre de 2009 y concluyó el 25 de febrero de 2013. La ejecución de estos estudios incluyó una metodología llamada “A ciegas”, porque los Técnicos de Laboratorio no sabían que la materia, objeto del análisis, provenía de una Hostia Consagrada. En la Historia se habían presentado diez casos similares, pero nunca en México, donde esta Hostia, después de siete años, permanece incorrupta.

TEXTO TOMADO DE VARIAS AGENCIAS.

A las 7 de la tarde del 18 de agosto de 1996, el Padre Alejandro Pezet celebraba Misa en la Parroquia de Santa María, de Buenos Aires. Cuando estaba terminando la distribución de la Sagrada Comunión, una mujer se acercó para decirle que había encontrado una Hostia separada en un candelabro en la parte posterior del Templo. Al ir al lugar indicado, el Padre Alejandro vio la Hostia, y puesto que él era incapaz de consumirla, la colocó en un recipiente con agua y la guardó en el Sagrario de la Capilla del Santísimo Sacramento. El lunes, 26 de agosto, al abrir el Sagrario, contempló con asombro que la Hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta. Inmediatamente informó al Cardenal Jorge Mario Bergoglio, en aquel entonces Arzobispo de Buenos Aires (ahora Papa Francisco), quien dio instrucciones para que la Hostia fuera fotografiada de manera profesional. Las imágenes fueron tomadas el 6 de septiembre, y en ellas se muestra claramente que la Hostia, que se había convertido en un trozo de carne ensangrentada, había aumentado considerablemente de tamaño.

ANÁLISIS CLÍNICOS Por varios años, la Hostia se mantuvo en el tabernáculo, y todo lo referente al tema se mantuvo en estricto secreto. Dado

FOTOS DE: ARCHIVO

que la Hostia no sufría descomposición visible, el Cardenal Bergoglio decidió hacerla analizar científicamente. Una muestra del tejido fue enviada a un Laboratorio en Buenos Aires, el cual reportó el hallazgo de células humanas rojas y blancas de sangre y de tejido de un corazón humano. Además, se informó que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo. En 1999, el Doctor Ricardo Castañón Gómez fue solicitado para la realización de algunas pruebas adicionales; tomó una muestra del fragmento ensangrentado y lo envió a Nueva York. El Laboratorio de la ciudad norteamericana informó que la muestra recibida era de tejido muscular de corazón humano vivo. Cinco años más tarde, en 2004, el Doctor Gómez se puso en contacto con el Doctor Frederick Zugibe y le pidió evaluar la muestra, una vez más sin decirle el origen, y el Cardiólogo determinó que la sustancia analizada era de carne y sangre que contenían el ADN humano. Los estudios, una vez más, mostraron que era una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años, sangre grupo AB, y que había muerto bajo estrés severo.


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