5 minute read

Coalición de voluntades

Distintos caminos para lograr impacto

Las acciones en materia de soja responsable implican aboradajes basados en la colaboración. Como tal, una sesión clave de la tarde en el Punto de Encuentro se dedicó a mostrar el valor que agregan los sectores y actores que trabajan juntos en desarrollar o definir diferentes herramientas y abordajes en los distintos contextos y en toda la cadena de valor de la soja.

La sesión, moderada por Heleen van den Hombergh -de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) y Coordinadora de la Collaborative Soy Initiative (CSI)- contó con la participación de Michel Santos, Director Global de Sustabilidad de Bunge; Benjamin Mohr, Jefe de Equipo de Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit - GIZ; Ulises Martínez Ortíz, Profesor de la Universidad de Buenos Aires

-UBA y Asesor de la Fundación Vida Silvestre Argentina - FVSA; y Susanne Fromwald, Asesora Senior y Directora de Proyectos de Donau Soja.

Un aspecto central de la sesión fue el rol de RTRS como punto focal y facilitador que reune a todos los actores del sector de la soja, impulsando la demanda, generando producción y posibilitando avances en información, innovación y estrategia, de cara a promover el crecimiento de la producción, la comercialización y uso de la soja responsable. RTRS también es cofundadora de la CSI, una iniciativa de colaboración cuya misión es mantener a los actores informados sobre las iniciativas y acciones existentes, facilitar la alineación entre ellas y llevar a cabo acciones nuevas y relevantes para lograr un verdadero impacto en un sector diverso y global.

Heleen inauguró la sesión exhortando a seguir trabajando para “combinar nuestras fuerzas y nuestras redes” a fin de garantizar que existan múltiples caminos para lograr un impacto positivo en la conservación y la producción responsable.

Con el objetivo de lograr una producción de soja 100% sustentable sin conversión y su adopción a escala global, la CSI destacó el valor agregado de los abordajes voluntarios y la fuerza de combinar: i) sistemas de certificación robustos; ii) una moratoria para todo el bioma; iii) el concepto de proveedores sustentables; e iv) iniciativas territoriales, por nombrar sólo algunos.

Heleen destacó como importante desafío la necesidad de profundizar la visión actual que entiende a los estándares como herramientas voluntarias que pueden ser parte de las soluciones sistémicas en el marco de las nuevas regulaciones de la UE y el Reino Unido:

En este sentido, en la sesión se compartieron diversas acciones sectoriales conjuntas que combinan enfoques y herramientas para lograr un impacto a nivel de la cadena de valor y del paisaje.

Ulises presentó el proyecto en el que participan la FVSA, UICN NL, Solidaridad Network, Cefetra y Dutch Dairy, llamado Soy Chaco Project. Este proyecto se enfoca en la producción responsable de soja en la ecorregión del Gran Chaco argentino, donde se busca implementar un sistema de incentivos para que los productores adopten prácticas sustentables, como por ejemplo, la certificación RTRS. El proyecto apunta a que la región produzca lo que se describió como “un impacto visible” guiando incentivos a través del sistema de Créditos RTRS Apoyando la Soja Responsable, aumentando así la demanda de soja sustentable de la región del Chaco y, más concretamente, estableciendo acuerdos a largo plazo con los productores locales, apoyando y animándolos a adoptar prácticas de producción de soja sustentable certificada. Se espera, no sólo un aumento de la producción responsable, sino también la creación de un vínculo directo entre los compradores de soja responsable y las actividades de conservación y restauración de esta región, al tiempo que se trabaja en promover una transición hacia una cadena de abastecimiento física.

También, se presentó el trabajo de Donau Soja, organización europea independiente, multisectorial y sin fines de lucro respaldada por la Agencia Austríaca de Desarrollo que cuenta con más de 300 miembros en 25 países y el apoyo de 24 gobiernos, así como de otros actores de toda la cadena de abastecimiento. Susanne, su asesora principal, explicó a los asistentes que la “visión de conjunto” de Donau Soja consiste en contribuir a un sistema agroalimentario global más equilibrado y en respaldar la Transición Proteica, implementándola en toda Europa con cinco pilares fundamentales:

Uno – Garantizar que la soja/proteína importada proceda de fuentes sustentables y responsables.

Dos - Aumentar la producción sustentable de soja/proteína en Europa para Europa

Tres - Diversificar las fuentes de proteína nuevas y las existentes

Cuatro - Aumentar la eficiencia en el uso de proteína

Cinco - Cambiar a dietas más sanas/

Aumentar El Consumo De Prote Nas Vegetales

Es evidente que el primer paso de la estrategia está estrechamente relacionado con sistemas de certificación robustos como el de RTRS o ProTerra. Susanne explicó que alrededor del 22% de la soja que se consume en Europa se produce en Europa, y que la producción se ha duplicado en los últimos 10 años. Mencionó que Ucrania es el país con mayor potencial, tanto en términos de aumento de volúmenes como de parámetros de sustentabilidad. A pesar de la guerra, el país mantiene estable su producción de soja, siendo el Nº 1 en Europa y el Nº 8 a nivel mundial. Donau Soja tuvo más de 20 proyectos de Protein Partnership en 2022, para aumentar la producción sustentable de soja en Europa para Europa.

Por su parte, Michel compartió sobre el enfoque de Bunge en cuanto a la certificación y su objetivo de convertirse en una empresa cero deforestación para 2025. Bunge ya superó sus objetivos de cero deforestación para el monitoreo y la trazabilidad de los cultivos de soja de su cadena de abastecimiento indirecta en el Cerrado, y a través de su iniciativa Alianza Sostenible, ahora puede monitorear al menos el 64% de los volúmenes indirectos en regiones prioritarias, superando así el objetivo que se habían fijado para 2022.

dijo a los participantes. La prioridad sigue siendo involucrar a los productores y a sus pares y trabajar mucho en torno a la certificación RTRS, la producción y la cadena de custodia que involucra a más de 200 actores. También la compañía está trabajando en el paisaje para lograr un mayor impacto a nivel regional y, a través del Soft Commodities Forum, lanzar una iniciativa de asistencia directa a los productores para prevenir la deforestación, cerró Michel

Benjamin Mohr, afirmó que Giz “es receptiva a los estándares voluntarios” y reiteró que las plataformas e iniciativas multisectoriales como RTRS crean un espacio vital para que la cadena de valor construya confianza y genere una verdadera “coalición de voluntades”.

Benjamin se refirió al programa global alemán enfocado en “Sustentabilidad y valor agregado en las cadenas de abastecimiento agrícola” que se implementa en 20 países y actúa en áreas de sustentabilidad medioambiental, resiliencia climática, mejores condiciones laborales y mayor responsabilidad empresarial. El programa, que se extenderá hasta 2027, adopta un doble enfoque en Brasil: en las cadenas de abastecimiento y en territorios específicos como el Cerrado, en el estado de Maranhão. Describió las acciones compartidas y conjuntas en la cadena de abastecimiento como por ejemplo, el “corredor sustentable” de MaToPiBa, muchas de las cuales se llevan a cabo en colaboración con RTRS.

Los estándares voluntarios, expresó Benjamin, son importantes impulsores y forman parte de la solución para alinear la cadena de abastecimiento, cuando la regulación se vuelve más estricta para dar apoyo a las iniciativas ambientales globales, en particular en torno a la la regulación de la UE y los requisitos de due diligence asociados. Una “combinación inteligente” de soluciones -regulación, certificaciones e incentivos financieros- es esencial para que se produzcan acciones transformadoras, dijo a los asistentes.

This article is from: