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El placismo
El placismo Vivencias de Galo Ordóñez
Por: Ángel Jaramillo V.
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El termino “Placista” para muchos de nosotros definitivamente será nuevo y también nos podría llevar a confusiones, que a un Placista no le gustarían.... Pues bien, para aclarar al lector no es ni más ni menos la persona u organización que se dedica a la comercialización de libros en la calle, de puerta a puerta, son vendedores ambulantes de sueños y conocimientos.
En estos tiempos, es muy difícil encontrarlos. Es una pena. Estos personajes suelen ser muy amables, carismáticos, dueños de un verbo impresionante. Ellos, los Placistas, hacen una labor muy valiosa por la difusión de la cultura, a través de la venta a crédito directo de sus impresionantes colecciones, enciclopedias, libros generalmente de ediciones lujosas e impresas a todo color. Lo que mas se extraña de ellos: la confianza que tenían en sus clientes.
Galo Ordóñez, nuestro invitado de hoy en esta sección, ademas de ser un caballero, también fue un Placista. Perdón por la redundancia... Nos cuenta con emoción sus inicios en el mundo de la venta ambulante, de eso han pasado mas de cuarenta y cinco años. Recuerda una mañana en ésa extrañada ciudad de Quito cuando fue reclutado por la editorial mexicana Unión Tipográfica Editorial Hispanoaméricana ...“ellos tenían todos los libros que uno pudiera necesitar e imaginarse: de arquitectura, de medicina, enciclopedias”... Después pasó cinco años con Enciclopedia Británica, también como vendedor y uno de los mejores, rompió algunos records de ventas, tenía en ese entonces treinta y tres años.
El siguiente paso en la vida profesional de Galo Ordóñez fue el obvio: la independencia, con la fundación de su empresa: El Libro Cía. Ltda. y está de más decir que se dedicaron al placismo. De esto ya han pasado treinta y siete años. Los inicios siempre son difíciles pero con el paso de los años y con
trabajo disciplinado llegaron a tener oficinas en Guayaquil, Cuenca, Quevedo y Portoviejo. Don Galo, vivió de cerca la época de oro del placismo y también de su paulatino descenso, hasta casi llegar a su desaparición.
...” El placismo, esta desapareciendo, esta en vías de extinción, sobre todo por el problema de cobrar la cartera de los clientes”...
Los motivos principales del decrecimiento tan dramático del placismo, Don Galo Ordóñez, lo atribuye principalmente a los económicos, nos explica: para un empresario es muy difícil sostener un esquema de distribución donde los costos de logística encarecen al producto y dejamos de ser competitivos. Los costos patronales, de capacitación, de cobro de cartera y las altas comisiones de los vendedores han destruido al placismo.
A manera de anécdota nos comenta: ...”Nosotros teníamos varias distribuidoras a nivel nacional, un día, como cualquier día, habia que pagar al Seguro Social, y vimos que sólo en Portoviejo habían setenta y cinco empleados afiliados al seguro, era una monstruosidad, ademas una cartera grande por cobrar, para poder cubrir nuestras obligaciones. Un día decidí hacernos distribuidores mayoristas y a nuestros vendedores los conver- timos en clientes propios”... Así comenzó la nueva época de la empresa de Galo Ordóñez, se convirtiéndose en distribuidor mayorista de libros. Hoy es representante de editoriales como Taschen, Gustavo Gili, Everest, entre otras y promueve el placismo, o mejor dicho, los Placistas son sus actuales clientes.
También nos aclara que el aparecimiento del internet no ha afectado de mayor manera al mundo del libro escrito, y si lo ha hecho ha sido en porcentajes muy pequeños. Cita dos congresos, el uno de editores en Argentina y el otro del ISBN realizado en nuestro país. En estos congresos se manejan cifras del diez al quince por ciento de disminución de ventas en nuestra región.
...”El libro impreso en papel siempre se seguirá vendiendo. Ha bajado indudablemente, pero siempre se venderá”..
Según Galo Ordóñez el hábito de lectura en nuestro país ha disminuido y manifiesta: ...”Le cuento algo triste, en la provincia de Manabi, una de las mas grandes, no hay una sola librería, para nuestra vergüenza. ¿Con que termómetro medimos el nivel cultural de nuestras ciudades? Nosotros tenemos hasta dos celulares uno más caro que el otro. Salimos de los supermercados con carritos llenos de compras, muy raro es el que lleva un libro. En las salas de espera de los aeropuertos pocos son los que leen un libro. Estamos a tiempo, no es tarde, debemos incentivar el hábito de la lectura, a todo nivel y eso es un trabajo de todos: empresa privada, gobierno, escuelas y también por que no, de nosotros los libreros ”...
