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Segunda Parte
El encanto de Mallorca, la mayor de las islas Baleares del Mediterráneo
villas de aquellas inmensidades subterráneas”.
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No es para menos, se trata de un patrimonio natural e histórico de España, compuesto por una serie de cuevas encontradas a 25 metros de profundidad y 1,2 kilómetros de longitud, las cuales componen un complejo impresionante de caminos, entre ilusiones y formas que la imaginación puede encontrar. Originadas por la acción del agua de la lluvia, la erosión y otras causas naturales, los expertos explican que su formación podría remontarse al Mioceno, es decir a un periodo entre 11 y 5,3 millones de años atrás.
Playas de ensueño, montañas quebradizas, pueblos pintorescos, deliciosa gastronomía y aventuras es lo que nos depara Mallorca. En verano, tumultos de personas y colas de coches sin encontrar estacionamiento, hacen fatigoso el descanso; pero en esta época, todo se aliviana para hacer más placentero el merecido descanso.
Las famosas Cuevas del Drach
Nos adentramos a estas cuevas para contarles una experiencia fascinante y sin igual. En su obra ‘Los viajes de Clovis Dardentor’ (1895), Julio Verne mencionó a las cuevas probablemente inuenciado por las obras de sus contemporáneos, donde enumera sus maravillas, al ser consideradas como “las más bellas del mundo, con sus lagos legendarios, sus capillas de estalactitas y estalagmitas, sus baños de aguas limpias y frescas, su teatro, su in erno, denominaciones fantásticas si se quiere, pero que merecen las mara-
Llama la atención al nalizar el insólito paseo, un enorme teatro natural adaptado y frente a el, el ‘Llac Martel’, una preciosa laguna de agua cristalina y subterránea, de 115 metros de longitud y 30 metros de ancho. Este lago es considerado como una de las mayores ciénagas subterráneas del mundo, y en el se ofrecen diariamente conciertos de música clásica en directo para los miles de visitantes que llegan a este curioso espacio. Al nalizar el espectáculo de música y luz los asistentes tienen permitido cruzar el lago subterráneo en barca.
La ciudad de Palma de Mallorca
Una ciudad con mucha historia que sabe mostrarse como una joya, así es Palma de Mallorca.
En la primera parte habíamos expuesto la importancia que reviste visitar el Castell de Bellver, un viejo castillo en la cima de una colina, desde la cual se tiene unas maravillosas vistas de la ciudad y un recorrido impresionante por la historia, mezclas y cultura que ha adquirido la isla por los siglos y la hacen tan cosmopolita.
El Castell de Bellver es una de las siete maravillas de Mallorca porque alberga muchos objetos de valor patrimonial; pero además, su estructura románica es peculiar, como que se parece a una antigua plaza de toros con tejas sobrepuestas en los remates superiores por su forma circular.
La Catedral de Mallorca o Basílica de Santa María en Palma, es una monumental obra que data del siglo XII y XIII. Edi cada en piedra caliza de estilo gótico levantino, se descubre frente al mar sobre las murallas romanas y renacentistas que protegían a la antigua ciudad de Palma. Entre sus atrac- tivos distingue el rosetón con la estrella de David, uno de los más grandes del mundo gótico antiguo, pues en el neogótico hay proporciones monumentales, como se observa en la basílica del Voto Nacional en Quito.
La Catedral está emplazada en el lugar que ocupaba la antigua gran mezquita de ‘Medina Mayurqa’ y los lugareños la llaman ‘La Seu’ que es el nombre que tomaban las catedrales por la Corona de Aragón, pues su construcción inicio en el año 1229, después de la conquista de la isla por la Corona de Aragón. Cabe destacar en ella, los cambios que hizo el arquitecto catalán Antoni Gaudí para el año 1904. Así mismo, que allí descansan los restos de los reyes Jaime II y Jaime III de Aragón.


El Palacio Real de la Almudaina es una de las residencias de la familia real española, gestionada por el organismo público de Patrimonio Nacional.
Recoge en sus muros la historia de las islas desde los asentamientos megalíticos. El castillo actual, de origen romano, es una modi cación del alcázar musulmán iniciado en 1281, se prolongó hasta 1343, durante los reinados de Jaime II, hijo de Jaime I el Conquistador, Sancho I y Jaime III. La Almudaina fue la sede del próspero reino mallorquín del siglo XIV, durante los reinados del citado monarca y de sus sucesores Sancho I y Jaime III, hasta pasar a la Corona de Aragón con Pedro IV en 1349.

Durante la primera mitad del siglo XVI se construyó la planta alta por orden del rey Carlos I de España, que fue el último monarca en visitarlo hasta que entre el 12 y el 16 de septiembre de 1860 se alojó en el la reina Isabel II junto con su esposo y sus hijos. Del mismo modo que en Madrid el palacio de Oriente, el Palacio Real de La Almudaina es la residencia o cial de verano del rey, si bien habita efectivamente junto al resto de la familia real española en el Palacio de Marivent, como ocurre en Madrid con el palacio de la Zarzuela.

De la gastronomía ya no hablamos más que lo dicho en este reportaje en su primera entrega, que nos faltaría espacio para seguir contando acerca de los deliciosos platos que hemos probado, pero si les recomendamos servirse y probar la deliciosa ensaimada de Mallorca, un pan dulce típicamente realizado por los artesanos que se encuentra en todas partes y tiene grandes dimensiones para compartir entre amigos.

Pueblos y ciudades de encanto
No cabe duda que recorrer Mallorca es encontrarse con lugares tan bonitos como son Valldemosa, Soller, Manacor, Peguera, Polensa, Porto Cristo, entre otros tantos parajes situados en valles, montañas y principalmente playas y calas; las más bellas que hemos descubierto en esta isla y que
Hace un tiempo estaba leyendo un libro sobre liderazgo donde el autor narraba un diálogo entre él y otra persona durante un vuelo. En ese diálogo la persona le pregunta al consultor a qué se dedica, y este contestó: “soy oncólogo organizacional”.