Los anuncios de su muerte fallaron irremediablemente. Las buenas conciencias y los que vendieron su alma a lo mainstream también se equivocaron. El rock y la música con toda la garra están más allá de sus profecías y sus anhelos: la rebeldía no se agota, y se muestra con nuevos rostros y sonidos; la capacidad para trastocar el alma sigue firme, y lo que está más allá de las fórmulas es incesante. A más de medio siglo de condenas, la revolución no para. No por casualidad Bowie sostenía que apagaba el fuego con gasolina.
Dedicarle este número de Lee+ a la música que subvierte sin necesidad de consignas resultaba indispensable. Sin duda alguna, ella es capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias el presagio de Mick Jagger: “La anarquía es el único atisbo de esperanza”.