Lee+ 195 Agosto/ ¡Viva Chile!

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Chile, estrella distante, ahora en México:

• Y sí fueron reinas: Gabriela Mistral y Elvira Hernández

•Skármeta encendió la chispa. ¡Bolaño la avivó salvajemente!

• Zurita: sin pena ni miedo

• Cecilia Vicuña: soñar la voz de las cordilleras

Este mes en Lee+ volvemos los ojos a Chile, a su literatura, a sus canciones, a sus voces profundas, irónicas, conmovedoras. Volvemos a un pueblo que ha hecho de la palabra una trinchera. No pretendemos abarcarlo todo, pero sí tender puentes hacia algunas de sus voces más poderosas y entrañables.

Para hablar de Gabriela Mistral, invitamos a la académica chilena María Soledad Falabella Luco quien nos convida a repasar “las aspiraciones idealistas” de la primera poeta latinoamericana que obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Es Claudia Posadas la encargada de adentrarnos en la obra de dos autores cuyo trabajo literario ha marcado las letras en Latinoamérica. Por un lado, nos presenta a quien con La bandera de Chile convirtió un símbolo patrio en un acto poético de denuncia: Elvira Hernández, Premio Nacional de Literatura 2024. Por otro, nos sumerge en la poesía de Raúl Zurita, ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2020, y hacedor de poemas “en el cielo, en las arenas del desierto y en los acantilados”. Hay que mencionar que, en una entrevista exclusiva para Lee+, Zurita nos habla de Verás: El último proyecto, exhibición que permanecerá en Casa del lago de la unam hasta el 19 de diciembre de este año. Gracias a Jorge Fernández Granados, también se asoman los versos de Mario Meléndez y nos recuerdan que lo cotidiano puede ser una forma de resistencia.

Chile también es el país que sirve como punto de partida para la novela Mambo, de Alejandra Moffat, con quien conversamos acerca de la importancia de narrar lo que duele y de resignificar las heridas en comunidad. Y es, por supuesto, el país de 31 Minutos, el programa que se tornó un semillero de canciones entrañables, personajes memorables y humor inteligente, capaz de decirlo todo sin solemnidad. Ese mismo pulso se extiende hasta Canción para mañana, un libro en el que Mauricio Durán, guitarrista de Los Bunkers, traza con sensibilidad las melodías de una generación que creció entre guitarras, dictadura y ternura.

Hablar de Chile implica hablar de escritores que convirtieron el exilio, la memoria y el deseo de justicia en literatura, por eso en esta edición no podían faltar Antonio Skármeta —que en la literatura encontró la chispa que enciende futuros más esperanzadores— ni Roberto Bolaño, ese nómada feroz y lúcido que reinventó la narrativa latinoamericana desde los márgenes. Las recomendaciones para niñas y niños también caben aquí, como el libro Vueltas y vueltas, de Ángeles Quinteros y Karina Letelier, quienes nos entregan un carrusel de palabras e imágenes que gira al ritmo de la infancia y los afectos.

Y porque las letras cruzan fronteras, celebramos que la Universidad de Chile —una de las instituciones más emblemáticas de América Latina— sea este año la invitada de honor a la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) de la unam

Ojalá que este número te invite a leer con el corazón abierto, a descubrir nuevas voces, a escuchar canciones con otros oídos. Y, sobre todo, a recordar que incluso cuando atravesamos el horror podemos seguir creyendo que la palabra, la música y la risa son formas de seguir viviendo. De seguir soñando. De seguir creando.+

Yara Vidal

Directora general

Revista Lee+ de Librerías Gandhi

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Calle Comunal No.7, Col. Agricola Chimalistac, C.P. 01050, Alcaldía Álvaro Obregón CDMX. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Fotolitográfica Argo, Bolivar 838, Col. Postal. Alcaldía Benito Juárez, C.P. 03410, CDMX. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos

6 Mistral visionaria de América: constructora de una utopía poética, política, ética y espiritual para nuestros americanos

María Soledad Falabella Luco

8 Elvira Hernández: la insurrección de lo cotidiano desde la periferia de conciencia

Claudia Posadas

10 Raúl Zurita: el alba viviente en los acantilados más allá del purgatorio

Claudia Posadas

12 Desconfinados: poesía para leer en Gandhi

Mario Meléndez: la soledad del mago

Jorge Fernández Granados

14 Arder el canon: la disidencia literaria de Roberto Bolaño

15 In memoriam

Humor y resistencia: el legado de Antonio Skármeta

Yara Vidal

16 Entrevista literaria Alejandra Moffat: La reconstrucción de una historia está en comunidad

Sebastián Díaz Barriga

18 Arte

Cecilia Vicuña: soñar el agua para que la memoria no se seque

20 Entrevista LIJera Un carrusel de palabras e imágenes. Entrevista con Ángeles Quinteros y Karina Letelier

Victor Ruiz

22 Entrevista exclusiva con Pedro Peirano

El mundo según 31 Minutos

Lluvia Soto

24 Recomendación Un recorrido por los libros de 31 minutos

25 Música Canción para mañana. Un viaje por la música y la memoria

Carina Vallejo

26 Los + leídos

28 Entrevista Escribir el tiempo: Marco Antonio Mendoza

30 Entrevista literaria Clarice, entre el fuego y las palabras. Una entrevista con Sofía G. Buzali

Alejandra Gotóo

32 +Arte en el MUAC Desde el regazo de un pájaro: nuevas formas de habitar la naturaleza

Sebastián Díaz Barriga

33 +Novedades ¡Vamos a leer!

34 Adelanto del libro Vaya tiempos para estar viva

Jenny Mustard

36 Recomendación Cómo entrar y cuándo salir de una habitación

38 Editorial del mes Tu nuevo flechazo literario: INLOV aterriza en México

40 Inteligencia natural Recuerda quién eras antes del plástico

Lucía Moreno

Directora general y editora Yara Vidal yara@revistaleemas.mx

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Alberto Achar

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Alejandro Magallanes Rodrigo Morlesin Herles Velasco

Mistral visionaria de América:

constructora de una utopía poética, política,

ética y espiritual para nuestros pueblos americanos

Conmemorar hoy a Gabriela Mistral es reconocer su valor como visionaria de “otra” América y también es reconocerla como una constructora de futuro con esperanza donde otro modo de ser, diverso y plural, es posible.

El 10 de diciembre de este año 2025 se cumplen 80 años desde que Gabriela Mistral ganara el Premio Nobel de Literatura en 1945. Ese año era especial: en mayo había terminado la Segunda Guerra Mundial, el mundo “civilizado” europeo yacía en ruinas, y apenas se volvía a entregar el premio después de un alto de cuatro años. La Academia Sueca le otorga el Nobel “... por su poesía lírica, inspirada por poderosas emociones que han hecho de su obra un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano.” Bien podríamos ver esto como un voto de fe y esperanza en las culturas de nuestros países de América Latina. En efecto, nuestra autora fue una mujer visionaria, que luchó levantando su voz para que fuera posible “Otro modo de ser humano y libre”, al decir de la mexicana Rosario Castellanos, una de sus más importantes herederas intelectuales y poéticas. Son estos ideales los que ella deposita en su Poema de Chile (1967), obra póstuma en la que “pensó Chile” como un proyecto unitario, modernizador y utópico, un modelo para trascender los nudos críticos que ella identificaba, y lograr construir “otra” nación, no sólo para Chile, sino también para América Latina. El presente ensayo es una invitación para repasar “las aspiraciones idealistas” de esta notable mujer, nacida como Lucila de María Godoy Alcayaga en 1889, en Vicuña, una pequeña ciudad del Valle del Río Elqui en la mitad de la Cordillera de Los Andes en el Norte de Chile.

La niña Lucila nació sólo tres años antes de que José Martí publicara “Nuestra América” casi simultáneamente en La Revista Ilustrada de Nueva York, Estados Unidos, y en El Partido Liberal, de

México. Este ensayo llamó al despertar del pueblo americano y a levantarse a través de las armas del juicio y de las ideas para forjar nuestros destinos como pueblos autónomos y libres. Mistral fue una gran admiradora de Martí, un hombre del cual escribió: “Todo lo quiere para su gente Martí: libertad primero, cultura y bienestar en seguida.” Inspirada en la obra de Bolívar y Martí desarrolló su famoso tono ígneo que podemos apreciar en su ensayo “El Grito”, publicado en la Revista de revistas —publicación a partir de la cual se crearía el periódico Excélsior, en México—, en el que clama, en 1922: “América, América! ¡Todo por ella; porque nos vendrá de ella desdicha o bien!”. Se trata de un momento histórico cuando el poder de la poesía y la imaginación movían multitudes y creaban mundos: “América fue la invención de los poetas”, señaló su gran amigo Alfonso Reyes en 1933.

Gabriela Mistral nació en un contexto de revueltas y guerra civil en su país y América Latina, continente lleno de fervor por la construcción de las nuevas naciones, las luchas por la ciudadanía de las mujeres y otros grupos excluidos por la dominación de las élites mayoritariamente blancas y masculinas. Con precursoras como Sor Juana Inés de la Cruz con su célebre poema “Hombres necios”; Olympe de Gouges en su Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana; Mary Wollstonecraft con su Vindicación de los Derechos de las Mujeres y Flora Tristán con su reivindicación de sus derechos a heredar en Peregrinaciones de una paria

Creció bajo las alas de su madre, abuela y de su hermana Ermelina, maestra que la guio en su camino de autodescubrimiento autodidacta a través de una sutil trenza de oralidad del habla familiar y de su pueblo, “... y yo prefiero acordarme de los contadores corrientes,” decía, “dos o tres viejos de aldea me dieron el folklore de Elqui mi región y esos relatos con la historia bíblica que me enseñara mi hermana maestra en vez del cura, fueron toda, toda mi literatura

infantil”. A esto le debemos agregar la llegada a su pueblo de Bernardo Ossandón, del cual cuenta en El oficio lateral: Se llamaba don Bernardo Ossandón y poseía el fenómeno provincial de una biblioteca, grande y óptima. No entiendo hasta hoy como el buen señor me abrió su tesoro, fiándome, libros de buenas pastas y de papel fino.

Con esto comienza para mí el deslizamiento hacia la fiesta, pequeña y clandestina que sería mi lectura, vesperal y nocturna, refugio, que se me abriría para no cerrarse más. Ossandón, masón y dueño del importante periódico regional El Coquimbo, que le abrió su biblioteca ilustrada ecléctica, también le abrió la entrada a la prensa local, como a La Voz del Elqui, en el que en 1906 publica “La Instrucción de la Mujer”. En este texto reclama por la falta de dignidad de las mujeres: “La encontraremos humillada y más envilecida mientras más nos internemos en la antigüedad. Su engrandecimiento lleva la misma marcha de la civilización…” y aboga por su instrucción: La instrucción suya, es una obra magna que lleva en sí la reforma completa de todo un sexo… Instruir a la mujer es hacerla digna y levantarla. Abrirle un campo más basto [sic] de porvenir, es arrancar a la degradación de sus víctimas.

Vemos cómo Gabriela Mistral fue visionaria en propugnar por la integración de las mujeres como nuevas actoras para la construcción de nuestras sociedades con base en derechos fundamentales.

En efecto, en la obra de Mistral podemos apreciar una voz de mujer que habla como parte de una comunidad diversa y plural de otras, otros y otres subjetividades, que se nutre de y a partir del amor por su tierra y gente, su infancia rural, las pasiones de su vida y

María Soledad Falabella Luco. Profesora asociada del departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, así como del Centro de Estudios del Género y Cultura en América Latina. Directora de la organización ESE:O.

la herencia de mujer de pueblo originario, portadora de tradición oral: “Y Gabriela que hablaba a río, / montañas y cañaveral, / en las lunas de locura / recibió reino de verdad”, nos cuenta en el poema “Todas íbamos a ser reinas” de su libro Tala en 1938. En el poema “A veces, mamá, te digo”, de Poema de Chile (1967) nos abre una ventana a la diversidad y la poesía que se entretejen, tanto en su obra, como también en su vida. En este poema, en el que a través del diálogo educa a un niño atacameño, que es a veces ángel o a veces ciervo, ella le cuenta de su propia infancia:

Me llamaban “cuatro añitos” y ya tenía doce años. Así me mentaban, pues no hacía lo de mis años: no cosía, no zurcía, tenía los ojos vagos, cuentos pedía, romances, y no lavaba los platos... ¡Ay! y, sobre todo, a causa de un hablar así, rimado.

Así, visualizamos el valor de haber crecido en un contexto donde la pedagogía era base para la libertad. Libertad para ir descubriendo el mundo y la naturaleza, escuchando y leyendo, dialogando con el canto de la tradición. Esta libertad está fundada en la valoración de su particular forma de ser, que ella recuerda con ternura y humor: “Me llamaban ‘cuatro añitos’” no sólo para remarcar el reconocimiento de su diferencia y la ternura con la que la cuidaron, sino también cómo esta “otra forma de ser” la lleva a elegir otro camino, el de no cumplir con los mandatos de su edad, su género y su clase. Esta experiencia, que la reconoce en su dignidad y le permite “poder” desarrollarse plena y autónomamente en su propia “ley”, es lo que ella anhela para todas las mujeres y seres oprimidos, lo cual observamos en escritos como “La Instrucción de la Mujer”, o en su poema “Miedo” (1924) en el que escribe: “Yo no quiero que a mi niña / la vayan a hacer princesa. / Con zapatitos de oro / ¿cómo juega en las praderas?”. También, en Poema de Chile la autora construye una nación donde los niños indígenas acceden a una educación en libertad y dignidad, tal como leemos en “¿A dónde es que tú me llevas?”: —Te voy llevando a lugar donde al mirarte la cara no te digan como nombre lo de “indio pata rajada”, sino que te den parcela muy medida y muy contada. Porque al fin ya va llegando para la gente que labra la hora de recibir con la diestra y con el alma. Ya camina, ya se acerca, feliz y llena de gracia. Apreciamos cómo en el pensamiento de Mistral la dignificación de las mujeres se articula con la emancipación humana, con la articulación con otras “aspiraciones idealistas” donde género, pedagogía, y dignidad se vinculan con transformación y justicia social —la Reforma Agraria que

ella conoció en México, por ejemplo—, una justicia que no sólo es material sino espiritual: “la hora de recibir con la diestra y con el alma. Ya camina, ya se acerca, feliz y llena de gracia”. Así, escribir para Mistral es construir una “otra” modernidad para nuestros pueblos, una modernidad en la que la palabra civilización no significa arrasar y destruir el medio ambiente, sino cuidarlo y dignificarlo. El final del poema “A veces, mamá, te digo” dice así:

—Me tenía una familia de árboles, otra de matas, hablaba largo y tendido con animales hallados. Todavía hablo con ellos cuando te vas escapado. Pero ellos contestan sólo cuando no les hacen daño. No lo hostigó mi Santo.

Vemos que hoy la vigencia de las “aspiraciones idealistas” de las que hablaba la Academia Sueca siguen tan vigentes como en 1945, cuando le otorgaron el Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral. Ella no sólo fue la primera mujer latinoamericana en recibirlo, sino también la primera poeta en lengua castellana. Con ello, Mistral puso en el mapa las lenguas, literaturas, culturas y pensamiento de Chile y América Latina, pero también los de las mujeres y de otros grupos históricamente excluidos del poder. Hace visible lo antes invisibilizado y con ello “humaniza humanidad”.+

La Pollera Ediciones

Elvira Hernández:

la insurrección de lo cotidiano desde la periferia de conciencia Por Claudia Posadas

La poeta chilena Elvira Hernández (Lebu, 1951), Premio Nacional de Literatura 2024, es una presencia crítica fundamental en su país y en Latinoamérica.

Fraguada durante la dictadura instituida en Chile (1973-1990), su visión estética, al igual que la de sus contemporáneos —entre ellos poetas y narradores como Carmen Berenguer (1946-2024), Raúl Zurita (1950) y Diamela Eltit (1949)—, implica, como dice la académica Soledad Falabella, “un discurso ético relacionado con los valores de luchas políticas de las izquierdas chilenas” en el cual la escritura, y en particular la poesía, fue un acto radical de resistencia. Al mismo tiempo, este discurso conlleva una objeción al capitalismo que precariza a los seres, crítica que se acentúa en la actualidad.

La voz poética de Elvira es discreta, reservada, como ella, y es casi un susurro, como su habla, aunque poderoso porque va directo al corazón de la penumbra: es una observadora silenciosa que, desde una periferia existencial, decodifica una atmósfera anómala que, teniendo como escenario la urbe, circunda los órdenes civilizatorios y se refleja en los actos, los objetos, las narrativas sociales, los rostros, los signos, con el fin de revelar-denunciar una raíz oscura: el daño sistémico a partir del ejercicio del mal absoluto, el que, como dice François Cheng, “el hombre inflige al hombre, y que debido a su inteligencia y a su libertad, puede abrir abismos sin fondo”.

A partir de lo cotidiano, esta poesía devela la naturaleza humana de poder y violencia, aunque también muestra su absurdo ante su finitud; asimismo enuncia la

racialización de los seres, la presencia invisible de los muertos en los vertederos del sistema y la corrupción moral, es decir, la “banalidad del mal”, al haber sido diluido éste en el espectáculo de los días.

Por otra parte Elvira Hernández es la sexta escritora en recibir el Premio Nacional (Marta Brunet en 1961; Marcela Paz en 1982; Isabel Allende en 2010 y Eltit en 2018), y la segunda mujer en poesía a la que, en 82 años, se le otorga este galardón instaurado en 1942. La primera fue Gabriela Mistral en 1951, seis años después de haber obtenido el Premio Nobel. Es decir, esta designación señala un arco de resistencia de género y, en cuanto a la poesía, refrenda la importancia y el aporte de esta escritura en el canon, al recibir la estafeta de una innovadora como Mistral.

Heredera de todas las batallas

Elvira proviene de una estirpe cuya madre de todas las batallas es Gabriela Mistral (1889-1957).

El canon literario chileno, afirma Eltit, “es patriarcal”, y en cuanto a la poesía, ha sido implacable. Mistral fue denostada por los dueños del fundo (hacienda) poético de su tiempo, y sólo hasta que fue reconocida internacionalmente, fue considerada. Además, no es hasta ahora que su legado es valorado como tal. Mistral no sólo estuvo (y está) al tú por tú con la poética masculina e inauguró un imaginario, sino que abrió la puerta del reconocimiento a la poesía escrita por mujeres en Chile. Su herencia la reciben poetas cuya obra fue velada como Teresa Wilms Montt (1893-1921), Winétt de Rokha (18921951), o Stella Díaz Varín (1926-2006) y más recientemente Rosabetty Muñoz, y las poetas que, en plena dictadura (Eugenia Brito, Verónica Zóndek, Teresa Calderón, Soledad Fariña y Berenguer), pugnaron por la visibilización de esta escritura al organizar el Primer Congreso Internacional de Literatura Femenina (1987).

Larga ha sido la lucha de esta poesía por un lugar paritario, por lo que el Premio Nacional, consuetudinariamente negado a la mujer escritora a lo largo de 80 años, es un acto de justicia poética que sitúa esta escritura femenina en el canon.

La poderosa habla de la resistencia

Esta obra emerge en los 80, tiempo caracterizado por un cuestionamiento de la realidad y del arte a raíz de los traumáticos acontecimientos que vivió junto con su generación. Así, a partir de la destrucción de la integridad social, fruto de la violencia militar, la palabra y la acción quedan interdictas y “lo que había escrito”, ha expresado Elvira, ya no tenía sentido. “La representación”, señala Julia Kristeva, es decir, el espejo de la realidad, acaso vertido en la gran poesía “social” que antecedía a estos autores, no reflejaba la herida de su sociedad, sino que le quitaba fuerza por lo que, junto con sus contemporáneos, se preguntó cómo sería escribir poesía. “Había un aniquilamiento de la palabra en la medida en que no podías decir nada”, dice Hernández en entrevista con Pedro Pablo Guerrero. “ Sentí que hubo un desprendimiento de la manera en que yo manejaba las palabras. Iban saliendo de a poco. Era como empezar a hablar de nuevo”.

En nuestro ámbito, simplistamente, este gesto se percibe como una “experimentación”. Pero va más allá. Explica Falabella: “Se trata de lenguas resistentes y rebeldes, cuya porfía por escribir crea nuevos lenguajes para pensar y soñar más allá de la devastación”. Es decir, una conciencia lúcida, como la de estos poetas, en una situación in extremis, crea una nueva expresión de resistencia para enunciar el horror. Una conciencia al límite no “juega” con el lenguaje sino que funda una palabra surgida de ese vacío que es el silencio frente al inquisidor. Es un decir-sin decir no codificable para el verdugo por no ser silenciadocensurado, cuyo poder es simbólico y profundo porque nos interpela en tanto expresa poderosa e invisiblemente el espanto. De ahí la actualidad de estas obras y su importancia: haber forjado el habla in extremis de la resistencia. Entonces, es desde este intersticio donde la autora escribe, en 1981 La Bandera de Chile la cual circuló clandestinamente en copias mimeografiadas bajo su nom de plume, “Elvira Hernández”, y no bajo su nombre civil, María Teresa Adriasola.

Primera batalla: La Bandera de Chile

En 1979, una Elvira estudiante del Departamento de Literatura del Instituto de Estudios Humanísticos es detenida

fuera del metro por el aparato de control del régimen, la CNI. Desgraciadamente es confundida con una presa buscada por esas jaurías, la llamada “Mujer Metralleta”. Pasa cinco días en el Cuartel Borgoño, uno de los abominables centros de detención y exterminio del régimen, y allí, en ese desamparo donde no existen palabras para invocar la piedad, se gesta La Bandera de Chile: La Bandera de Chile es usada de mordaza y por eso seguramente por eso nadie dice nada

…no verá nunca el subsuelo encendido de sus campos santos

El poema es una protesta radical que ondea, sin ondear, la bandera chilena, asumida ésta como un símbolo desmontado: no es el signo patrio a partir del cual la dictadura construye un nacionalismo que encubre sus crímenes y es, en cambio, el ethos chileno sangrante que impreca. Esta bandera, a la vez que enmudece al otro, es enmudecida. El pueblo debe callar ante el fantasma de los detenidos desaparecidos ya bajo tierra, y ante el espectro de los disidentes secuestrados en los llamados “vuelos de la muerte” cuyos cadáveres fueron arrojados al mar, desde helicópteros.

…los tesoros perdidos en los recodos del aire los entierros marinos que son joya

…ficticia ríe

la Bandera de Chile

Cometa sin cabeza

Elvira nos ha dado claves para acercarnos a su poesía: “Nunca busqué ser hermética. Incluso diría que me posicioné cerca de la antipoesía [creada por Nicanor Parra] y un lenguaje que puede ser irónico, donde la metáfora ya está incorporada al léxico”.

Elvira, al revés del discurso anterior, refleja totalmente la médula del daño. Aunque llega a ser hermética, el conocimiento de sus estrategias, de los códigos culturales y del contexto, nos iluminan. Elvira trastoca la realidad y la contrapone con dichos códigos para forjar ironías y paradojas creando, aclara Falabella, “mundos paralelos que pulverizan las certezas de la normalidad”.

Por ejemplo, evoca la sociedad del espectáculo y la banalidad con que oculta el mal, en ¡Arre! Halley ¡Arre! (1986) donde, explica el poeta chileno Enrique Winter, “el cometa Halley, que se vio en Chile, lo cual fue usado como un distractor por el régimen, irrumpe como símbolo del caso degollados”, refiriéndose a un dramático hecho de unos opositores que fueron decapitados:

Dicen que venía con un brillo de sol

Con un brillo de sol negro en la noche …Dicen que era como una cabeza degollada apareciendo Sin nunca querer desaparecer

Observancia peripatética desde la ventana

Elvira es una observadora sigilosa y aguda. Es una caminante de la urbe en solitaria conciencia. Camina por un “Santiago-Waria” —uno de sus títulos, 1992. Waria, en mapudungun significa “ciudad”—, es decir, la ciudad latinoamericana desenraizada de sus orígenes —que bien podría ser un México-Tenochtitlán—. Desde la periferia existencial de la lucidez, descubre los códigos anómalos. Filósofa de formación, bien podría pertenecer a la escuela peripatética de la antigüedad. Aunque también observa en quietud, como en Pájaros desde mi ventana (Alquimia Ediciones, 2018). Al mirar, desde su ventana real y de conciencia el caparazón de un insecto devorado por un ave dice: “un instante para pensar con Schopenhauer/ La vida como una cadena de seres/ Que se devoran mutuamente”. Pero acaso haya un dejo de esperanza en sus meditaciones, expresado con mayor templanza. Como todos estos poetas in extremis, su escritura desemboca en una llaneza, que bien podría ser la decantación de su escritura y de su conciencia. En Zurita, su poesía monumental desemboca en la frase “Y llorarás”, que es la certeza del ser ante la caída; en Berenguer su “vocería” radical se encauza en una crónica-poema del estallido en Chile de 2019 y en Elvira Hernández, la insurrección poética quizá podría abrir un espacio de libertad: “Es un placer inmenso / La contemplación / De una jaula vacía”. Ojalá.+

Raúl Zurita:

el alba viviente en los acantilados más allá del purgatorio

Por Claudia Posadas

Veintidós versos “de amor, de locura y de muerte” fueron proyectados con láseres en los farellones de los acantilados de la costa norte de Chile, en Caleta Vítor, Arica, el 24 de marzo de 2024. Se trata del poema “Verás”, fundamental en la poesía del chileno Raúl Zurita (1950), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2020, ya que implica la visión de un sueño, acaso un dictado, que concluye la trayectoria de conciencia y de vida de toda una obra, a la vez que cierra un ciclo de escritura monumental desarrollada por el autor en el cielo y en el desierto.

El registro fotográfico de esta proyección, Verás: El último proyecto, puede apreciarse por fin en nuestro país, en una exhibición en la Casa del Lago de la unam, en Ciudad de México, abierta hasta el 19 de diciembre. Asimismo, en octubre, y también en este espacio, en el Festival Poesía en Voz Alta, se estrenará un documental que aborda el proceso creativo de esta acción, y el autor presentará una instalación con textos clave en la mencionada intervención.

“El texto con que comienza la instalación proviene, con leves modificaciones del poema ‘¿Eras tu papá?’, incluido en mi libro Zurita, y el conjunto se llama ‘Apagándose’”, dijo el también Premio Nacional de Literatura 2000.

Crepuscular

La proyección cumplió una aspiración estética y vital que fue entrevista desde hace 23 años. “Había imaginado unas frases escritas sobre esos paredones, veintidós exactamente, de amor, de locura y de muerte” dice, en un poema. Después de varios intentos, finalmente los textos se dibujaron en ese acantilado de mil metros de altura, donde cada verso ocupó 500 metros de ancho. Tras años de investigación, los activistas lumínicos de Delight Lab (quienes reflejan, con luz, en construcciones y escenarios naturales, imágenes y frases asistémicas) con apoyo de Fundación Engel, lograron esta hazaña utilizando proyectores láser que recorrieron 1.2 kilómetros de espacio entre una planicie elevada, justo enfrente del farellón, a éste, permitiendo escribir con luz las palabras, con tipografía del poeta.

La acción fue progresiva: comenzó con el crepúsculo, transitó por la pe-

numbra y terminó en el amanecer. Los versos se sucedieron en la noche: Verás un mar de piedras… Verás margaritas en el mar… Verás un Dios de hambre… y fueron recitados por Zurita. Terminó con el último verso que quedó suspendido en el acantilado, hasta que la salida del sol lo extinguió.

Finalmente, el poeta vio realizada su visión. Dijo: “Tengo 75 años, y veo que algunas cosas se han ido cumpliendo. Se van irremediablemente cumpliendo algunas que antes vi como en entre sueños: mares enteros cubiertos de piedras y escombros; las últimas frases proyectadas en los acantilados de esos 22 versos: Verás que se va / Verás no ver / Y llorarás...”

Tu rota tarde, la noche rota, roto amanecer

Tanto el poema como su proyección tienen un significado crucial. En primera, se trata de los versos con que el autor cierra su inconmensurable libro Zurita (Chile, 2011; México y España, 2012), un proyecto poético-biográfico de 750 páginas en el cual interviene un personaje denominado Zurita, que no es más que una voz-conciencia poética que, desde la memoria, el futuro, el no lugar, va reconstruyendo una trayectoria simbólica de existencia y un canto de cisne, aunque también epifánico, que transcurre por la obra del autor. Asimismo, el volumen implica un diálogo fuera del tiempo entre una ausencia paterna que nunca responde y una orfandad real —el poeta perdió a su padre a los dos años— y metafórica: “Hondo es el pozo del tiempo. ¿Ves allá al fondo / esas montañas? Sus cumbres están tapadas y / quizás llueva. ¿Te imaginas el mar cubriendo / otra vez ese pedrerío papá? No me hablas papá.”

En segunda, este transcurso es un reflejo de los instantes decisivos del Golpe de Estado en su país que instauró una dictadura cívico-militar (el 11 de septiembre de 1973), y que el poeta sufriera en carne propia, ya que fue encerrado y torturado en una de las bodegas del carguero Maipo, junto con varios compañeros, en el puerto de Valparaíso.

El libro Zurita se divide en tres suerte de largos capítulos, situados alrededor de la fatídica fecha de 1973: I. tu rota tarde, que abarca el atardecer del día 10; II. tu rota noche, situado en la noche entre el 10 y el 11 de septiembre, y III. tu roto amanecer, que se ubica en la mañana del 11.

Por último, el volumen es una revisión atemporal de su obra: incluye, en una reestructuración, poemas pertenecientes a su ciclo de Dante, conformado por Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982) y La vida nueva (1994) —al que se integraron Canto a su amor desaparecido (1985), El amor de Chile (1987) y Canto de los ríos que se aman (1993)—; INRI (2003), en su totalidad, y Los países muertos (2006), Las ciudades de agua (2007), In memoriam (2008), Cuadernos de guerra (2009) y Sueños para Kurosawa (2009), organizados en un continuum donde los hechos, los sueños, los poemas, se convierten en un relato íntimo, colateral a una vida y a la historia de un país, pero eterno y universal, conformando uno de los discursos poéticos más poderosos y profundamente humanos y colectivos de América Latina.

Escribir en el cielo, en las arenas, en los farellones

Como se ha dicho, los poetas de la dictadura chilena buscaron un lenguaje incodificable

para el inquisidor, una habla poética in extremis que no es un mero “artefacto verbal”. Explica el autor:

No me propuse hacer una obra que incorpore los grandes temas o el todo, o que haya trabajado en función de un manifiesto. Tampoco he pretendido ampliar o desampliar los límites de la poesía, todo han sido visiones o necesidades viscerales.

Durante la dictadura sentía que el discurso debía ser lo suficientemente intenso, de tal forma que fuese equivalente a la destrucción, que incorporara la fisura y que fuera vasto y potente.

Así, desarrolla una escritura en varios registros, y realiza diversas expresiones artísticas. Es muy conocida la performance de una quemadura autoinfringida en su mejilla izquierda que significó un acto desesperado de protesta ante el fascismo y otros actos simbólicos: la escritura en el cielo de Nueva York del poema “La vida nueva” (1982), mediante cinco aviones que trazaban las letras con humo blanco de quince frases de 7-9 kilómetros de largo y el trazo, con retroexca vadoras, en el desierto de Ata cama (1993) de la frase “Ni pena ni miedo”.

Escultura de la Piedad

Zurita es una revisión de la memoria chilena y su historia reciente más descarnada. Es una desembocadura respecto del ciclo de Dante, que impli có un canto cósmico que ha ido del purgatorio al antepa raíso o anhelo de un mundo y vida nuevos, lo que significa una paráfrasis de la cosmogonía de Dante Alighieri, autor muy querido por el poeta porque su abuela Josefina de origen italiano, le contara de niño pasajes de divina comedia.

Zurita es la voz que ha bla desde un yo lacera do, pero también la voz de los cuerpos destrozados de los otros, asimilados y redimidos por el paisaje chileno, sus costas, sus mares, sus cordilleras que, a su vez, son los cuerpos de todos los desaparecidos en la historia: Hiroshima, Troya, Auschwitz.

Así, mientras que Raúl Zurita concibe la poesía como “la construcción de una escultura personal fren te a la muerte, es decir, una

Pietà”, esta obra es la cabal escultura de la Pietà del autor.

Frente al abismo del acantilado

En este panorama, “Verás” conforma un cierre magistral de esta gran retrospectiva. Raúl ha dicho: “Relata las veintidós imágenes que verá un ser humano en su paso por la tierra”, aunque también son las frases que verá antes del fin, por lo que la proyección crepuscular es una alegoría de la vida y la finitud. Ha expresado el autor:

A diferencia de los poemas trazados en el cielo y el desierto que son obras diurnas, esta es una obra del crepúsculo y de la noche. Si he trabajado con mi vida también debo trabajar con la imagen de mi muerte. Zurita culmina con la voz de conciencia ante el acantilado, a punto de caer

a su desaparición, junto con millones de seres: “muchedumbres inacabables que se detenían por / un instante en el borde de los paredones y luego /se lanzaban. (…). Sentí un brazo / posarse en mi hombro ¿eras tú papá? Y el vacío / se abrió bajo mis pies sin estruendo (…). Al frente, el azul del / inmenso amanecer se iba fundiendo con el / Pacífico y las frases de amor, de locura y de / muerte, se me pegaron en los labios también / sin estruendo, suavemente, como un último silencio. / Así: Costa norte de Chile, acantilados

VERÁS UN MAR DE PIEDRAS

VERÁS MARGARITAS EN EL MAR

VERÁS UN DIOS DE HAMBRE

VERÁS EL HAMBRE

VERÁS UN PAÍS DE SED

VERÁS CUMBRES

VERÁS EL MAR EN LAS CUMBRES

Almadía

Mario Meléndez: la soledad del mago

Por Jorge Fernández Granados

Mario Meléndez nos ofrece en este libro uno de los mejores regalos para el lector interesado en la poesía latinoamericana de nuestros días: una antología personal en la que revisa y resume sus títulos publicados hasta la fecha —entre ellos Vuelo subterráneo, El circo de papel, La muerte tiene los días contados, Esperando a Perec y Jardín de escombros—. Bajo la mano y el criterio del propio Meléndez, en El mago de la soledad (Círculo de Poesía, 2024), podemos incursionar en este itinerario de cada uno de sus títulos, entre los cuales nos esperan numerosos poemas inolvidables.

El autor es un viajero inclasificable. Su lugar de origen (Linares, Chile, 1971) marca sólo un punto de partida para registrar la distancia que el horizonte de su vida ha recorrido. Buena parte de su residencia se ha desarrollado en México, Italia, varios países de Latinoamérica y, actualmente, su país natal. Entre ese vasto ámbito de experiencias y también —cabe suponer por sus agudas observaciones de corte social— por sus estudios profesionales de periodismo, se ha alimentado la temática de su poesía.

Su poesía habla, de un modo lentamente decantado, de esa travesía entre los hemisferios y las personas, entre las lecturas y las historias. Poesía de la observación y la empatía, del conocimiento profundo del prójimo y de la emoción latente que se revela en los hechos inquietantes, en los contrastes culturales, en los misterios de las costumbres, en la evidencia permanente de la finitud y la ironía de la vida misma que, por cotidiana, no deja de ser extraña y eterna.

Meléndez es un inteligente y genuino heredero de la poesía de Chile. Particularmente de la antipoesía que proviene de Nicanor Parra y del surrealismo. Sus imágenes son fuertes, inesperadas y originales. Desde el principio, pero sobre todo en sus últimos libros, estas imágenes poéticas, así como numerosas metáforas o alegorías, suelen ser intrépidas, incluso desconcertantes. Algunos ejemplos: “ahora que Dios sólo pinta grafitis / en las tumbas de los niños muertos”, “El jazz es una brújula para aquellos eternautas / que vuelven a casa”, “Sólo la muerte almuerza de pie / dice el abuelo mientras se cuelga / de una soga sideral” o “Los gatos no leen a Pessoa / tiene más vidas que nosotros / dicen”.

No obstante, en sus libros, sobre todo los más recientes, la estrategia discursiva es progresivamente distante ya de aquellos precursores de su poderosa tradición. Aunque se escuchan algunos ecos bien asimilados, creo que su gesto esencial es la duda lúcida que ya no entra de lleno en las aguas de la fe creacionista, ni surrealista ni expresionista ni cualquiera de tantas taxonomías de la nomenclatura de las vanguardias. Tal vez los dos temas que con mayor insistencia reaparecen en esta poesía son la muerte y Dios. A la primera le dedica un libro (La muerte tiene los días contados), en el cual la muerte es no sólo una alegoría sino una presencia física que acompaña, camina, bromea, discute, come y bebe con nosotros todo el tiempo. El segundo es un tema más sutil; pero asimismo recurrente en un arcoíris de alusiones que, interrogantes, recorren toda su obra.

Por cierto, vamos a encontrar por aquí y por allá en este libro guiños, homenajes, remedos lúdicos y paráfrasis divertidas de poetas y escritores como Dante, Shakespeare, Rimbaud, Verlaine, Pessoa, Huidobro, Vallejo, e igualmente de pintores y artistas como El Bosco, Miguel Ángel, Van Gogh, Picasso y hasta músicos de jazz como Miles Davis, Thelonious Monk, Ray Charles, entre otros. Ninguna lectura o experiencia parece imposible en esta olla común (en alusión a las ollas de los comedores comunitarios donde la gente, en épocas de crisis —en particular durante la dictadura en Chile— aporta diversos tipos de ingredientes para cocinarlos) “llena de peces y colores” de la imaginación, diría Meléndez. Si tuviera que resumir esta travesía diría que es un itinerario entre el amor y la finitud de la realidad. Que ninguno de los dos es cierto del todo. Que a

fin de cuentas somos esos viajeros que sólo apuntan sus testimonios y sus dudas entre estas dos inseparables fuerzas. Y el poeta Mario Meléndez acaso apuesta por una cosa finalmente: la brújula del corazón, ya que con el corazón se enfrasca en lo vivido y se desencuentra, con el corazón se desencuentra del mundo y se reencuentra con él, con el corazón escribe desde la memoria y acaso, a través de él, a su manera sarcástica, también se salva.

En fin, a manera de un sueño desbocado, de una delirante o carnavalesca procesión de personajes o episodios de la literatura y de la historia, la poesía de Meléndez es un permanente espectáculo de la imaginación. En ella lo más disímbolo es natural y lo menos pensado puede aparecer. Es como si, al escribir, todo lo leído, todo lo vivido y lo soñado por él se transfiguraran en un circo o en un zoológico personal. Y, como lo que emerge de pronto de la chistera de este solitario mago, la sucesión de aquello sorprende, intriga y finalmente arranca el desconcierto o el aplauso silencioso del lector.+

Círculo de Poesía
Jorge Fernández Granados es poeta y ensayista. Con Materia oscura acaba

Arder el canon: la disidencia literaria de Roberto Bolaño

La modernidad insufrible: Roberto Bolaño en los límites de la literatura latinoamericana contemporánea (Debate, 2025), de Oswaldo Zavala, es un ensayo que explora el legado del escritor chileno Roberto Bolaño, dos décadas después de su fallecimiento en 2003. Más que un homenaje, el libro presenta a Bolaño como un crítico radical de las narrativas modernas en América Latina, además invita a repensar la literatura como un espacio para desafiar jerarquías culturales y expectativas establecidas.

Dividido en siete capítulos, Zavala analiza con profundidad las obras emblemáticas de Bolaño —desde Los detectives salvajes (Alfaguara, 2016) y 2666 (Alfaguara, 2016), hasta sus relatos y ensayos— para sostener que el autor no sólo agotó los temas clásicos de la literatura latinoamericana, sino que los reconfiguró para mostrar las tensiones violentas de la modernidad como fenómeno histórico. Su escritura desmonta el prestigio simbólico de la tradición occidental y ofrece una visión alternativa que redefine la narrativa regional. Lejos de imitar, Bolaño responde con audacia al borrar las distinciones entre centro y periferia, y cuestionar enfoques críticos, como los estudios poscoloniales.

Uno de los aportes más sugerentes de La modernidad insufrible es la lectura que Zavala hace de Los detectives salvajes. “Allí, los infrarrealistas —lejos de una vanguardia heroica— aparecen como una comunidad precaria y olvidada, cuya riqueza radica en la intensidad de sus vínculos más que en su impacto histórico. A través de estos personajes, Bolaño traza un mapa afectivo de la Ciudad de México en los años setenta, donde la amistad, la escritura y el fracaso se entrelazan para revelar las tensiones de una modernidad en crisis. Con ironía y respeto, Zavala muestra cómo Bolaño recupera ese periodo no como mito fundacional, sino como una zona de posibilidad creativa. En ese sentido, figuras como Carlos Monsiváis y Octavio Paz —presentado primero como antagonista y luego como figura ambigua— son resignificadas dentro de una genealogía crítica de la literatura mexicana”, expresó Zavala en entrevista. Este enfoque con-

vierte la novela en un homenaje lúdico y profundo, que invita a pensar la historia literaria desde el margen, desde el afecto y la disidencia.

Zavala también destaca que Bolaño desmantela los mitos del boom latinoamericano desde el estilo, así como a partir de una ética y política propias. Sus personajes evitan las nostalgias nacionales o la sumisión a centros culturales como Europa o Estados Unidos; en cambio, encarnan una modernidad inestable, marcada por la fuga, el exceso y la dislocación. Esta libertad radical conecta a Bolaño con escritores como Sergio Pitol, y propone una literatura que no aspira al centro, sino a cuestionar su existencia misma. De ahí el título: La modernidad insufrible —una modernidad que se descompone ante nuestros ojos mientras Bolaño incendia certezas heredadas y abre paso a lo incierto y subversivo.

El ensayo resalta también el papel de la amistad en la obra de Bolaño. En capítulos dedicados a cuentos como los de “Últimos atardeceres en la Tierra”, Zavala muestra cómo las relaciones personales reflejan las fracturas históricas y los discursos agotados de las naciones latinoamericanas. Esta mirada ética y política convierte las narraciones en estudios profundos sobre identidad y resistencia, lo que revela cómo Bolaño subvierte las dinámicas de poder mediante estrategias narrativas que promueven perspectivas igualitarias. Así, su obra se lee tanto como un comentario social como una experiencia estética.

Zavala traza además paralelos con influencias como Jorge Luis Borges, argumentando que Bolaño no sólo dialoga con esa herencia, sino que la reinterpreta

y agota dentro de un marco continental. Esta relación es crítica, no un mero eco: personajes como los real visceralistas de Los detectives salvajes están en constante transformación. El análisis se enriquece con perspectivas multidisciplinarias, desde Pierre Bourdieu y Alain Badiou, hasta voces latinoamericanas como Nelly Richard.

Aunque el texto puede resultar desafiante para lectores no especializados, y algunas interpretaciones podrían parecer subjetivas, esa ambición es su mayor virtud. Provoca un cuestionamiento necesario de las narrativas sobre modernidad y literatura, y además de honrar a Bolaño, entrega un texto vibrante y fundamental para comprender los alcances y tensiones de la literatura latinoamericana contemporánea. Una invitación abierta a reflexionar sobre el arte, la resistencia y la complejidad de nuestra realidad.+

Humor y resistencia: el legado de Antonio Skármeta

Por Yara Vidal

La poesía es un arma cargada de futuro, y los libros son el fuego que la enciende. Antonio Skármeta

Chile resuena con el vigor de sus creadores y entre ellos sobresale Antonio Skármeta. Escritor, guionista y diplomático, a nueve meses de su partida, ocurrida el 15 de octubre de 2024, sigue siendo una figura esencial en la literatura latinoamericana, reconocido por novelas que entrelazan amor, política y resistencia, así como por su incansable labor como promotor cultural. Con un legado que trasciende fronteras, Skármeta no sólo dio voz a las heridas de su nación, sino que impulsó a nuevas generaciones a través de su compromiso con la educación y la cultura.

Nacido el 7 de noviembre de 1940 en Antofagasta, Chile, se formó en una familia de raíces croatas, un legado que enriqueció su mirada multicultural. Estudió Filosofía en la Universidad de Chile y Literatura en la Universidad de Columbia, Nueva York. Enseñó en varias universidades chilenas y norteamericanas, tradujo clásicos estadounidenses, escribió y dirigió teatro y cine. Su camino literario tomó impulso con El entusiasmo (1967), pero Ardiente paciencia (1985), forjada en su exilio alemán tras el golpe de 1973, lo proyectó al reconocimiento mundial. Adaptada al cine como Il Postino (1994), dirigida por Michael Radford, esta obra narra la amistad entre un cartero y Pablo Neruda, un relato que fusiona ternura y resistencia bajo la dictadura de Pinochet. La obra de Skármeta es un mosaico de emociones y compromiso político. La composición (1998), escrita durante su exilio, retrata la vida bajo censura desde la mirada de un niño, con una crítica sutil pero potente. La boda del poeta (1999) y El baile de la victoria (2003) —esta última llevada al cine por él mismo— exploran redención y amor en un Chile postdictatorial, tejiendo historias que equilibran tragedia y esperanza. Su narrativa, vibrante con diálogos y un matiz casi fílmico, recuerda a Gabriel García Márquez, aunque se arraiga en una realidad más cotidiana que mágica. Estas novelas son testigos de un autor que transforma el dolor de su país en arte accesible.

Como impulsor cultural también dejó un sello perdurable, pues en su exilio berlinés organizó talleres que abrigaron a escritores latinoamericanos en un bastión de creación resistente. Cuando regresó a Chile en los 80, asumió el rol de embajador cultural, y promovió la literatura chilena en Europa y América. Como director del Festival Internacional de Cine de Valdivia, entre 1999 y 2005, llevó el cine chileno a un escenario global, de hecho, apoyó a directores como Andrés Wood. Esta labor refleja su fe en la cultura como sanación. También marcó una huella distintiva en la televisión chilena con El show de los libros —iniciado en 1992 en Televisión Nacional de Chile (tvn)—, un espacio que combinó entrevistas y cápsulas literarias, y que fue seguido por más de un millón de espectadores.

Su legado se ha extendido a talleres y charlas que motivaron a escritores como Alejandro Zambra, quien destaca la influencia de Skármeta en la narrativa chilena actual. Además, su herencia ha trascendido su obra escrita. Su vida, marcada por el exilio y el retorno, encarna la resiliencia de un pueblo que ha sabido renacer tras la dictadura. Este 2025, Chile lo honra con lecturas públicas, exposiciones en la Biblioteca Nacional y proyecciones de sus adaptaciones cinematográficas, un testimonio de su aporte a la identidad nacional. Su narrativa, traducida a más de 20 idiomas, ha alcanzado lectores en Europa y Asia, lo que lo ha consolidado como un embajador cultural que lleva el alma de Chile al mundo. Antonio Skármeta es un faro de la literatura chilena. Sus novelas, desde Ardiente paciencia hasta El baile de la victoria, narran la historia de un país en transformación, mientras su labor como promotor ha sembrado semillas para el futuro. Antonio Skármeta transformó la adversidad en literatura y comunidad; su huella sigue siendo un eco vivo, un recordatorio de que la cultura puede sanar y unir. Sus libros esperan a quienes deseen explorar esta herencia chilena que pertenece a todos.+

Los libros son como amigos que nunca te abandonan; te acompañan en el exilio, te consuelan en la soledad y te dan herramientas para entender el mundo. Antonio Skármeta

Alejandra Moffat

La reconstrucción de una historia está en comunidad

Por Sebastián Díaz Barriga

Alejandra Moffat nació en Los Ángeles, Chile, en 1982. Ha escrito cuentos, obras de teatro, novelas y guiones para cine. En 2022 publicó Mambo, su segunda novela, la cual recientemente llegó a México gracias a Hachette Literatura.

La historia sigue de cerca a Ana y Julia, dos hermanas que viven, junto con sus padres, en el sur de Chile. En medio de una vida clandestina —la dictadura les obliga a ocultar su identidad—, el padre las acerca al mundo y sus peligros a través de ilustraciones de animales que él mismo dibuja. Un espacio donde la fantasía convive con

existen duendes, mapas rotos, cartas quemadas, un águila que todo lo mira y lo persigue, lo mismo que un puma que acecha las proximidades de su hogar. La infancia se convierte en un espacio donde la fantasía y el terror coexisten. En esta ocasión conversamos con Moffat acerca del proceso de escritura de Mambo, su paso por México, el oficio de narrar desde la infancia y los vínculos invisibles que la literatura es capaz de tejer.

¿Cómo fue el proceso de escritura de Mambo?

Llegué a México en 2014 gracias a una beca para artistas iberoamericanos. Fue ahí donde comenzó a germinar la primera semilla

Desde hace años me interesan mucho las cartas y los archivos. Cuando era adolescente coleccionaba postales, notas, cartas que encontraba dentro de libros de segunda mano o que amigos me regalaban. Durante aquel tiempo imaginé una novela ambientada en la dictadura, construida a partir de ese tipo de materiales. Con el tiempo, el proyecto fue mutando hasta convertirse en lo que es hoy.

Me tomó muchos años poder escribir esta historia, no sólo por la complejidad temática, sino porque fue un proceso de exploración constante, de transformación.

Pareciera que en épocas de coyuntura social se crearan nuevos lenguajes. ¿Cómo se habla de lo que, durante muchos años, no se pudo hablar?

Probablemente esos cambios en la forma de usar el lenguaje fueron los que me acompañaron durante el proceso de escritura de Mambo, pues experimenté con muchas maneras distintas de narrar lo que me importaba: la infancia en un entorno donde la verdad debe esconderse.

Mis padres fueron militantes y vivieron situaciones muy difíciles durante el periodo de dictadura, al igual que muchas otras familias chilenas. Me preguntaba: ¿cómo escribir una historia de fraternidad donde los padres deban ocultar estas situaciones? Es decir, sin que exista la honestidad como base. Ésa fue una de las preguntas que me acompañó durante el proceso de escritura de la novela. Me interesa mucho trabajar con la infancia, con esa forma espontánea de observar el mundo. Con voces que ponen en cuestión el mundo adulto, el sentido común, la norma e, incluso, el uso de los secretos. Hay preguntas que para los adultos pueden parecer un tabú, pero que para las infancias no lo son.

También quería que los lectores, desde su adultez, acompañaran a esas niñas y, quizás, recordaran algo de su propia infancia.

Sebastián Díaz Barriga (CDMX, 1998). Autor de Nada del otro mundo, libro ganador del Premio de Poesía Joven unam, 2021. Becario del programa Jóvenes Creadores en el área de poesía (2024). Director del cortometraje El increíble verano de Jesús (2024). Estudia la licenciatura en Cinematografía en el Centro de Capacitación Cinematográfica.

¿De qué manera llegaste a la voz de Ana, la narradora?

La voz infantil me permitía algo esencial: mezclar el terror, el miedo y la opresión con la ternura, el juego y lo que no siempre se logra comprender.

Buscaba que esa voz lograra transitar, de forma distinta, por el mundo. Entendiendo que las cosas no son buenas ni malas, ni blancas ni negras, como suele pasar en la adultez. Los matices son importantes en este tipo de situaciones.

La novela comienza con Ana, en su niñez, y termina cuando ya es casi una adulta. Ese tránsito también implica una transformación de su lenguaje. Ese fue uno de los mayores retos: construir una voz capaz de cambiar y de crecer, pero sin perder lo que la hace única. Ana —o Anaconda, como le gusta que la llamen— tiene una mirada punzante, precisamente porque no está anclada al mundo de los adultos.

Encuentro muchas similitudes entre Mambo y otras novelas, como Quién se hará cargo del hospital de ranas (Eterna Cadencia, 2019) de Lorrie Moore, Space Invaders (fce, 2020) de Nona Fernández y Formas de volver a casa (Anagrama, 2011), de Alejandro Zambra. ¿Sientes alguna relación con estos libros?

Sí, creo que tienen en común que son libros que, al ser leídos desde la adultez, nos devuelven a esos momentos clave en los que todo cambia. Instantes en los que comprendemos algo nuevo acerca del mundo o acerca de nuestro contexto. En un punto los personajes empiezan a notar que algo no encaja y que hay silencios. Es ahí donde aparece la pregunta: “¿qué fue lo que en verdad pasó?”. Ese tránsito hacia el entendimiento tiene mucho que ver con lo que se suele llamar “pérdida de la inocencia”.

¿Cómo ha sido el paso del guion cinematográfico a la escritura de una novela?

Para mí fue muy liberador. Trabajo mucho en cine, escribo guiones desde hace años y le dedico gran parte de mi vida. Pero el cine te obliga a pensar en términos de producción de imágenes y sonidos: qué se puede filmar, cuántos personajes, cuántas locaciones. En cambio, la novela te permite imaginar sin preocuparte por nada de eso.

Escribir Mambo fue un lujo. Desde el inicio supe que sería una novela, no un guion. Me interesaba trabajar con la perspectiva de Ana, pero también con la de personajes secundarios, y lograr que, aunque fuera por un breve instante, su punto de vista se colara en la narración.

Eso me recuerda a algo que decía Lucrecia Martel: no se trata de dominar

a los personajes, sino de permitirles conservar su misterio, aceptar que existen zonas grises. Ésa fue la clave para mí.

A pesar de esto, resultó una novela difícil de escribir. A veces todo fluía con naturalidad y otras aparecía desde un lugar más doloroso, o desde complejidades técnicas. Porque uno, al es cribir, también va atrave sando su propia vida.

Sin embargo, lo que más disfruto de escribir es la reescritura. Ese momento en que ya tienes el material y puedes trabajar con el ritmo, las respiraciones, las elipsis, los inicios y finales de cada capítulo. Es lo que más me emociona.

¿Contar estas historias pue de ayudar a resignificar el dolor, a sanar experiencias propias?

Más que hablar en términos de sanar, pienso en lo comunitario: en compartir, en hablar, en escuchar lo que los lectores te devuelven.

Me ha pasado con personas ajenas al contexto político chileno, que al leer Mambo reflexionan acerca de su propio entorno y de lo que pasaba en sus países. Creo que la clave de la reconstrucción de una historia siempre está en comunidad.

Cuando hablamos de la dictadura chilena hablamos de diecisiete años de una cotidianidad alterada. Vivir en dictadura es algo que transforma mucho y que cambia muchas cosas acerca del funcionamiento de todo, tanto íntima como socialmente.

No hay una manera de cerrar o concluir una época histórica a través de la escritura. Pero sí me interesa experimentar con distintas formas de narrar estas vivencias, desde lugares no convencionales que nos permitan comprender, y a veces no comprender, el mundo… de encontrarlo profundamente misterioso.

¿Podrías ahondar más en la dimensión comunitaria de esta búsqueda? Totalmente. Escribir puede parecer un acto solitario, pero no lo es, sino que es comunitario. Uno dialoga con escritores, con fantasmas, con voces que nos acompañan, porque siempre se escribe en presente, y todo lo que se ha escrito ha sido desde ese lugar.

La oralidad está al centro y tiene que ver con compartir algo que se vivió, con mutarlo y transformarlo. Es como si se tratara de un teléfono descompuesto infinito.

Ahora que Mambo se publica en México, ¿qué esperas que pase con la novela? México es un país al que le tengo mucho cariño. Viví ahí y fue el lugar donde comencé a escribir Mambo. Por eso me emociona que ahora llegue a las y los lectores mexicanos. Me encantan los clubes de lectura, me recuerdan a cuando mi hermana mayor me leía. Espero que Mambo pueda llegar a alguno de esos espacios. El camino de un libro es misterioso. A veces encuentra a sus lectores de inmediato, a veces pasan años. Pero eso, en vez de asustarme, me emociona. Pienso en El libro vacío (1958) de Josefina Vicens, que fue redescubierto mucho tiempo después. Me gusta pensar que cada libro tiene su propio tiempo y que hay que confiar en ese viaje. Porque significa que es un camino vivo.

Finalmente, ¿la poesía tiene algún lugar dentro de este recorrido? Por supuesto. De niña, en realidad, no me interesaba mucho. Crecí en un “país de poetas” y eso, a veces, puede pesar. Pero más adelante tuve un segundo encuentro con la poesía que me resultó fascinante. Me sorprendió descubrir que las palabras que ya conocemos, cuando se combinan de formas distintas, pueden llevarte a lugares profundamente misteriosos e imposibles de explicar.

Creo que eso es lo que más me interesa. Ese misterio. Espero que nunca se agote. Y que tampoco dejemos de hablar de las cosas que nos duelen ni de pensar en lo comunitario. Eso es lo que anhelo.+

Hachette literatura

Cecilia Vicuña:

soñar el agua para que la memoria no se seque

n el corazón del arte latinoamericano, donde las raíces se entrelazan con los vientos del cambio, Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) teje un canto que resuena como un río subterráneo. Su obra, un tapiz de hilos frágiles y memorias indómitas, es un puente entre lo ancestral y lo urgente, entre el susurro de la tierra y el grito de los silenciados. Vicuña no sólo crea; ella invoca, conjura, resiste. Llama a su práctica “lo precario”: un arte que, con la humildad de lo efímero, sostiene la inmensidad de lo esencial.

Nacida en un Chile de cordilleras y mareas, su voz artística comenzó a vibrar en los años sesenta, cuando la poesía se le reveló como palabra, pero también como cuerpo, como gesto, como herida abierta.

El golpe de Estado de 1973 la arrancó de su tierra y la lanzó al exilio, pero su arte no se quebró: se transformó en un refugio de memoria, un espacio donde el dolor colectivo y la resistencia íntima se encuentran. Desde entonces, su obra ha sido un quipu contemporáneo,¹ un nudo que guarda el saber de los pueblos andinos mientras dialoga con el presente.

En 2023, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) acogió “Cecilia Vicuña: Soñar el agua”, una exposición que no fue mera retrospectiva, sino un portal hacia su cosmos poético. El título, como un verso susurrado por el viento, condensa su esencia: soñar el agua es imaginar la vida en un mundo que la agota, es escuchar los murmullos de ríos y cuerpos silenciados, es invocar lo vital desde la fragilidad. La muestra, un tejido de poemas visuales, quipus reinventados, pinturas, instalaciones y objetos encontrados, recorre seis décadas de creación —desde los sesenta hasta el presente— y revela una verdad: el arte de Vicuña no se exhibe, se experimenta.

El agua, símbolo y urgencia, fluye como hilo conductor. Es memoria líquida, cuerpo femenino, bien común amenazado por el extractivismo. En sus “precarios” —esas pequeñas esculturas de lanas, palos, piedras y pigmentos naturales que parecen desvanecerse al tocarlas— hay una poética de lo mínimo que desafía lo monumental. Cada pieza, creada en playas, cerros o esquinas urbanas, es un acto de resistencia silenciosa, un recordatorio de que lo frágil puede ser indestructible. Sus quipus no sólo evocan el pasado precolonial, sino que lo reimaginan como un lenguaje vivo, un diálogo entre la tierra y quienes la habitan.

La relevancia de Vicuña radica en su capacidad para entrelazar luchas que resuenan en nuestro tiempo: el feminismo, la defensa de los pueblos originarios, la crisis ecológica. Su obra es un espejo donde se reflejan las heridas de la colonización y el extractivismo, pero también la resiliencia de quienes resisten. Conocer su trabajo es urgente porque nos confronta con preguntas esenciales: ¿cómo preservar lo que está al borde del colapso? ¿Cómo escuchar las voces que la historia ha silenciado? Vicuña nos enseña que el arte puede ser un acto de sanación, un vehículo para reconectar con la tierra y con las memorias que laten en ella. En un mundo de consumo voraz y olvido acelerado, su práctica nos invita a detenernos, a tocar lo esencial, a imaginar futuros donde el agua —y la vida— no se agoten.

“Soñar el agua” es también un manifiesto político. En cada obra, Vicuña entrelaza lo personal —su exilio, su infancia en Chile, su lengua colonizada y liberada— con lo colectivo: la voz de los pueblos originarios, la denuncia de la explotación ambiental, la lucha feminista que late en cada fibra de su trabajo. Sus

instalaciones, como altares contemporáneos, convocan a los espectadores a escuchar el susurro de lo que aún vive, aunque esté al borde del colapso. Su arte no se conforma con ser visto; exige ser sentido, habitado, transformado.

Chile, su centro gravitacional, palpita en cada rincón de su obra. No es sólo un país de mapas y fronteras, sino un Chile profundo, de aguas sagradas y memorias que resisten el olvido. En un mundo herido por el desarraigo y la crisis ecológica, Vicuña propone una revolución callada: volver al origen, tocar la tierra, soñar el agua. Su legado no se mide en objetos que perduran, sino en los ecos que despierta: un verso que se enreda en la piel, un nudo que guarda un relato, un gesto que transforma el espacio.

Conocer el trabajo de Vicuña es un acto de resistencia en sí mismo. Es aprender a ver lo precario como un refugio de fortaleza, a escuchar los murmullos de la tierra como una guía para el futuro. Su arte nos desafía a mirar y, sobre todo, a participar en la creación de un mundo donde la memoria, el agua y la vida sean sagrados. Hoy, cuando su obra habita los museos más prestigiosos del mundo, desde el MoMA hasta la Tate Modern, Cecilia Vicuña sigue siendo un faro de lo precario. Su voz, como un río que no se detiene, hilvana poesía, cuerpo y territorio en un canto que trasciende el tiempo. Soñar el agua es su invitación a imaginar otros futuros posibles, a sostener la memoria de lo que fuimos para construir lo que seremos. En cada hebra de su arte, Vicuña nos recuerda que lo esencial, aunque frágil, nunca se desvanece, sino que fluye, resiste, renace.+

Fotografía: Daniela Aravena
Rini Templeton, Del cuaderno 45. Huelgas, 1983
Fondo Rini Templeton, Centro de Documentación Arkheia, MUAC (DGAV, UNAM)

Un carrusel de palabras e imágenes

Entrevista con Ángeles Quinteros y Karina Letelier

Por Victor Ruiz

En la literatura infantil, hay libros que trascienden la lectura para convertirse en compañeros. Vueltas y vueltas (2023) publicado por la editorial Leetra, es uno de esos tesoros: un libro que comienza con una rueda y gira para siempre, un viaje poético que captura la magia de la infancia y la belleza de los ciclos que nos rodean.

Escrito por Ángeles Quinteros e ilustrado por Karina Letelier, este libro chileno invita a los lectores a recorrer un día —o muchos— desde la mirada de dos niñas, entre rimas, colores y estaciones. La palabra y la imagen se entrelazan en un ciclo continuo, como una ronda que no termina.

Durante un encuentro virtual lleno de calidez, risas y recuerdos, conversamos con las autoras sobre la creación de esta obra, su proceso colaborativo y el impacto que buscan dejar en sus lectores.

La inspiración detrás del libro

Con su sensibilidad para la escritura infantil, Ángeles Quinteros explica que Vueltas y vueltas nació de observar lo cotidiano y los ciclos de la vida. “Quise tomar la idea abstracta de lo cíclico y hacerla accesible para los niños. El círculo fue el símbolo perfecto, y Karina lo tradujo maravillosamente en sus ilustraciones geométricas. Los ciclos no terminan, se renuevan”, comparte. Su poesía, caracterizada por una musicalidad que invita a cantar y girar, refleja esa idea de repetición y renovación, como una ronda que siempre vuelve a empezar.

Karina Letelier, por su parte, sintió una conexión inmediata con el texto. “El libro tiene mucho movimiento y eso me permitió trabajar con mi estilo: colores vibrantes, formas simples y composiciones dinámicas con diagonales”, explica. Las ilustraciones no son un simple acompañamiento, sino una narrativa visual que se entrelaza con los versos. “Todo quedó como una unidad. Las ilustraciones y la poesía se complementan, invitando al lector a ser parte del recorrido”, añade.

Una coautoría armónica

La creación de Vueltas y vueltas fue un proceso colaborativo y profundamente emotivo, marcado por el diálogo constante

entre las autoras y su editora, Sandra Feldman. “Fue una coautoría total”, dice Ángeles. “Con Karina y Sandra, el proceso fue muy dialogado y amoroso. Ese cuidado se refleja en cada página”. A pesar de los desafíos, como pérdidas personales durante la creación, el resultado es un libro que destila calidez y conexión.

Karina destaca cómo los elementos visuales refuerzan la idea de movimiento: “La rueda, la bicicleta, el círculo… Todo transmite esa sensación de exploración y libertad”. Su trabajo, con colores vivos y formas geométricas, captura la aventura de un día en la vida de las niñas protagonistas, llena de descubrimientos y conexión con la naturaleza.

Un libro para todas las edades

Ambas autoras coinciden en que Vueltas y vueltas no es sólo para niños. “La buena literatura no tiene edad”, dice Ángeles. Durante la conversación, hablamos sobre el poder de la simplicidad en los libros infantiles, que, a menudo, pueden conmover hasta las lágrimas, una apreciación que ambas autoras comparten con una sonrisa.

El libro se diseñó para ser una experiencia: un objeto para tocar, recorrer y revisitar. “Queríamos que los niños lo eligieran como su favorito, ése que piden cada noche hasta marear al adulto”, dice Ángeles. Karina complementa: “Y que cada vez encuentren algo nuevo, como una vuelta más en bicicleta”.

Un puente entre generaciones

Vueltas y vueltas es una celebración de la infancia, pero también un recordatorio de los ciclos de la vida. Las autoras esperan que los lectores encuentren en él un amigo. “Que los acompañe en días felices y también cuando algo duela. Que entiendan que la vida es cambio y renovación, y que los libros siempre están ahí”, dice Ángeles con emoción. Karina sueña con que los lectores conecten con los ritmos de la naturaleza y la libertad de la infancia: “Que descubran que la aventura está a la vuelta de la esquina, que incluso en el riesgo hay belleza”.

Una invitación a pedalear

Antes de despedirse, las autoras agradecen a su editora, a los lectores y al acto mismo de crear juntas. “Gracias por este espacio, por permitirnos compartir este libro que nos tomó tiempo y corazón”, dice Karina. Ángeles cierra con una invitación: “Tomen la bicicleta, salgan a dar una vuelta. Y si no saben, aprendan. No lo olvidarán nunca”.+

Leetra
ÁngelesQuinteros
KarinaLetelier

Entrevista exclusiva con Pedro Peirano

El mundo según

Por Lluvia Soto

El 15 de marzo de 2003 la Televisión Nacional de Chile estrenó un noticiero con un toque tan único que, con el paso del tiempo, se convertiría en un suceso memorable como pocos. Humor, inteligencia, sensibilidad y ternura en un programa dedicado a las infancias, ante los televidentes chilenos y posteriormente, gracias a Canal Once, también para el público mexicano: hablamos de 31 Minutos

Consolidado actualmente como todo un referente cultural que ha acompañado a varias generaciones, esa mirada aguda y entrañable sobre el mundo se originó en la mente de dos seres creativos: Álvaro Díaz y Pedro Peirano quienes, para fortuna de los niños que fuimos, se conocieron en la universidad. Pedro Peirano conversó con nosotros acerca del origen y vigencia de este disruptivo noticiero.

“Por ahorrarme el peluquero, ahora debo usar sombrero”. Humor absurdo ¿y títeres?

Hablar de Pedro Peirano (Santiago, 1971) es acercarse a una de las men tes más creativas y multifacéticas del entretenimiento en español. Guio nista, director, periodista, caricaturista, productor, titiritero, actualmente divide su tiempo entre Los Ángeles y Chile, co labora en múltiples proyectos. Respecto a los inicios de 31 Minutos nos cuenta:

Teníamos que idear un programa para un fondo competitivo chileno que bus caba fomentar la televisión infantil, que prácticamente no existía en Chile. Hici mos varias pruebas, nada salió muy bien. Lo único fue una nota con algunos títeres que tenía de niño. Álvaro puso uno en su mano y lo convirtió en Juan Carlos Bodoque. Esa nota fue “La Ruta de la Caca” que realmente nos gustó. Entonces dijimos “bueno, si nos gusta esto

que es un reportaje, ¿por qué no hace mos todo un noticiero?”.

Me encantaba el humor absurdo cuando era niño, me parecía muy gracioso y especialmente los títeres, ¿pero por qué hicimos un programa de noticias? Porque sabíamos que eran algo que los niños veían con sus padres, porque era el momento en que la familia se reunía. Cuando haces una parodia, la única manera es que la audiencia sepa que es una parodia. Lo primero que hicimos fue crear personajes que eran los personajes típicos de un programa de noticias… empezando con Tulio.

“Mi muñeca me habló, me dijo cosas que no puedo repetir, porque me habla sólo a mí”: los personajes que hablan y crecen por voluntad propia

Los ingredientes básicos que amasaron aquella idea de noticiero fueron el hu

iba a ser así, evolutiva, relacional y fue cre ciendo sin que nos diéramos cuenta. Entonces éramos tan misóginos que no considerábamos a un personaje femenino, algo común en esa época. Ahora me doy cuenta de que es absurdo. Nos obligaron a hacer a Patana y para divertirnos, la hicimos un dolor de cabeza para Tulio, obviamente, comenzó a crecer. Otro de los más curiosos es Guaripolo. Es un personaje que inventamos para un telemaratón y nos dimos cuenta de que a la gente le gustaba, así que comenzó a aparecer y aparecer, ¡ayer estrenamos un segundo programa de Guaripolo! Ahí ves cómo un personaje crece.

Top top top top top top. De la producción local a la fama internacional

La primera temporada es rara, porque

Creo que desde el final de la primera temporada ya sabíamos que podría ser internacional y empezamos a dejar de usar palabras que eran demasiado chilenas y cuando pasó dejó de ser tan libre, porque al principio usábamos la música que queríamos y ahí tuvimos que cambiar a música original.

“Baila sin cesar, baila sin cesar, hasta que aparezca César y lo arruine todo”. La música jugó un papel fundamental en 31 Minutos

Como era un programa de noticias, dijimos “bueno, hagamos un ranking musical”. Queríamos hacerlo de manera bastante precaria, pero era buen amigo de Pablo llabaca —miembro del conocido grupo chileno Chancho en Piedra— y le dije a Álvaro que podría ayudarnos. Nos enamoramos de la musicalidad de Pablo y fue muy importante para atrevernos a inventar canciones. Teníamos temas como “Mi equilibrio espiritual” que sabíamos que podía convertirse en una canción, pero no sabíamos cómo. Luego todos estábamos muy orientados a la creación de las letras, Álvaro se atrevió y comenzó a hacer canciones, él hizo “Mi muñeca me habló”.

Lo más curioso es que la música para nosotros era sólo una parte del programa y luego nos dimos cuenta de que de

ahí provino la fama. Las canciones fueron lo primero que se conoció, luego la gente comenzó a buscar el programa, a los personajes y todo.

“Son pololos, son pololos, les decían los demás”. Un idilio geográfico e intergeneracional

El recibimiento en México fue inesperado en su momento y el idilio siempre ha estado estrechamente ligado a la experiencia musical. El hermoso homenaje a Juan Gabriel en esa versión de “Diente blanco” que hizo la producción chilena o el tributo a 31 Minutos, hecha por músicos como Belanova, Natalia Lafourcade y María Daniela y su Sonido Lasser, deja constancia de esta fidelidad. Pedro, ¿cómo fue esta experiencia del tributo?

En México sucedió esta cosa increíble y pensábamos “qué extraño, ¿por qué?”. Recibíamos más mails mexicanos que chilenos. Y muchos músicos mexicanos se enamoraron de la música, como Rubén Albarrán, que ha subido al escenario a tocar con nosotros en algunas ocasiones. Sobre ese tributo a 31 Minutos, ¡no nos enteramos de que existía!, no hicimos nada, ellos lo hicieron y fue una sorpresa.

Una noche, en México fuimos a presentar la primera película de 31 Minutos y esto estaba sucediendo en paralelo. Recuerdo que fuimos al estudio del vocalista de un grupo llamado Liquits, nos invitó a escuchar las canciones y lloramos con cada canción, porque realmente fue una sorpresa. Fue una gran idea,

Y es fantástico porque, mira, hay muchas cosas que te gustaban de niño y luego te avergonzaron, pero esto terminó siendo algo que los padres comparten con sus hijos, y los padres que 1 Minutos por los niños no están condenados a acompañar al niño, sino que también se divierten.

“Decidimos explorar nuestro lado intelectual. Si te quieres integrar, un libro debes portar”. Lanzamientos editoriales, exposiciones exitosas y la incurstreaming

La canción favorita de Peirano es “La regla primordial” que dice: “siempre vamos a la búsqueda de nuevas emociones, nunca hacemos

algo que no nos parezca original, es la regla primordial que nos mantiene con vida y ahora que eres de los nuestros nunca más te aburrirás”.

Siempre hay algo nuevo, nunca hacemos algo que no nos parezca original de alguna manera. Ahora comenzamos a hacer libros y me metí completamente, Álvaro es mucho más musical y a mí me fascinan los libros. Me meto mucho en los textos y también hay una escritora fantástica con la que escribimos, María Eugenia Blanco, que es una genio. No lo habíamos imaginado y ahora estamos haciendo varios libros al año. Sobre la exposición pensamos que en México iría bien, pero fue más que eso, ¡se convirtió en un lugar de peregrinación!

Desde la inauguración del “Museo 31” en el museo Franz Mayer, en Ciudad de México; la llegada de esta exposición a Monterrey —donde permanecerá hasta el 31 de agosto—; los miles de libros vendidos en nuestro país son testimonio de la vigencia de los personajes de este disruptivo noticiero que tuvo cuatro temporadas, la última de ellas estrenada en 2014.

Pedro, para despedirnos, ¿cuál es tu mensaje para los lectores en México?

Bueno, ahora hay muchos libros de 31 Minutos. Recomiendo Calcetín con Rombos Man: el origen (Planeta Junior, 2024) que siempre quisimos contar y ahora está en una novela. Hay algunos libros que dibujé, que son las canciones de 31 Minutos por separado, en este momento hay tres: El dinosaurio Anacleto (Planeta Cómic, 2024), Son pololos (Planeta Cómic, 2024) y Señora, devuélvame la pelota o, si no, no sé qué haré (Planeta Cómic, 2024).

Y nuestra primera aventura en streaming, una película que va a salir en diciembre en Amazon Prime: Calurosa Navidad. Veremos qué pasa. Ése es el mundo ahora.

¿Hay algo que ya has leído, que te gustaría recomendar?

Un mes en el campo, de J. L. Carr (Tusquets) e Indigno de ser humano de Osamu Dazai (Satori), que me fascinó. Siempre recomendaría ése. Ahora hay una edición súper bonita en español.

Saludos a Tepotepo, Elemento, Maletín, Mente en Blanco, James Bond, Yonofuí, Neumatec y Cortachurros.+

Lluvia Soto. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas. Ha dedicado más de una década a la gestión de experiencias culturales y de reflexión en torno a la literatura y al cine, así como a la formación de públicos infantiles y juveniles en estas disciplinas.

Un recorrido por los libros de 31 Minutos

Desde que apareció en la televisión chilena en 2003, 31 Minutos se ha convertido en una joya de culto en toda América Latina. Pero 31 minutos no se quedó en la pantalla: también ha invadido libreros, mochilas y mesas de dibujo gracias a una colección de libros tan creativos como sus protagonistas. Aquí te compartimos una guía para recorrer ese universo impreso. ¡Tulio, Juanín, Calcetín con Rombos Man y compañía te invitan a pasar la página!

Para cantar

Los cancioneros ilustrados, tres hasta este momento, forman parte de una colección que lleva a la adaptación gráfica los geniales éxitos musicales de 31 Minutos. De clásicos del TOP TOP TOP a la genial pluma genial de Pedro Peirano:

Son pololos (Planeta Cómic)

En Chile, “pololo” es una forma tierna de referirse a aquella pareja con la que hay química, que va en serio, pero en plan menos formal que el noviazgo. Son pololos nos cuenta la historia de Norberto y Raquel, “que no eran tan amigos, pero se caían bien…”

Pero si lo tuyo es colorear

Museo 31 (Planeta Cómic)

Ésta es una invitación para que colorees las mejores obras del famoso Museo de 31 Minutos. Aquí podrás plasmar tu creatividad sobre las mejores tomas de la exposición, nuestros personajes favoritos, el mural de títeres y aquellas maravillosas colecciones de arte, listas para que explores tu lado artístico.

¿Te atreves?

Para leer

Señora, devuélvame la pelota o, si no, no sé qué haré (Planeta Cómic)

Pepe Lota protagoniza uno de los dramas más épicos: tiró su balón a la casa de su vecina y no sabe qué hacer. ¿Cuál será la solución de esta historia?

El dinosaurio Anacleto (Planeta Cómic)

Ésta es la historia del dinosaurio Anacleto, que por cosas del destino no murió en la glaciación. Sus amigos se extinguieron, lo dejaron solo y tuvo que resignarse a esta situación. No te pierdas esta adaptación de la biografía de este grande de la televisión en busca de la felicidad y los amigos de verdad.

Para divertirse y reinventarlo todo

Yo nunca vi televisión (Planeta Cómic)

Un éxito de ventas y uno de los libros más vendidos desde su lanzamiento, nos cuenta lo que hay detrás de la noticia más importante de todos los tiempos, que debe ser comunicada por Tulio Triviño quien, ante la presión de tan grande acontecimiento, se queda un poco descompuesto y requerirá ayuda.

Ranking top (Planeta Cómic)

¿Te quedaste con las ganas de armar tu ranking con tus canciones favoritas de 31 Minutos? Llegaste al libro indicado, pues en él encontrarás los videos musicales y los ritmos siderales en imágenes para llenar con tu creatividad y afilar los colores, los plumones o los crayones.

La autobiografía no autorizada de Tulio Triviño (Planeta Cómic)

¿Quieres desarrollar tus habilidades periodísticas? Éste es tu libro, podrás pintar, rayar, manchar, crear e investigar para ayudar a Mario Hugo a delinear la autobiografía de nuestro presentador favorito del noticiario más irreverente de la televisión.

Calcetín con Rombos Man. El origen (Planeta Cómic)

El sueño largamente anhelado de contar el origen de Calcetín con Rombos Man se encuentra en esta gran novela infantil basada en este querido y peculiar superhéroe que se convirtió en el gran protector de los derechos de las niñas y los niños.

Canción para mañana

Un viaje por la música y la memoria

Por Carina Vallejo

Nuestras canciones siempre hablaron, principalmente, de anhelar un mejor modo de vivir en comunidad y de sentirnos capaces y merecedores del amor verdadero. Mauricio Durán

Imagina que abres un libro y sus palabras te hacen escuchar las canciones que siempre quisiste cantar. Así se siente leer Canción para mañana (Planeta, 2023), un libro de Mauricio Durán, guitarrista y compositor de Los Bunkers, una banda chilena que, sin duda, se ha convertido en un referente cuando hablamos de rock latinoamericano.

Lo que a primera vista podría parecer una autobiografía musical, pronto revela su verdadera faceta: un libro urdido con la delicadeza de quien quiere recordar y comprender; una carta a la música, a los amigos, al dolor, pero también al amor que nos sostiene cuando todo se tambalea.

Editado por Alejandro Zambra, este libro —que toma su título de una canción escrita semanas antes de que se cumplieran treinta años del Golpe de Estado de 1973— no se limita a glorificar los éxitos de la banda: revisa los silencios, las rupturas, el cansancio y las reconciliaciones. Además, está atravesado por el deseo de comprender qué implica crecer junto a otros y crear algo que perdure.

guitarra, los días de incertidumbre, las composiciones se entrelazan tanto con la historia de un país que ha vivido entre la herida y el anhelo, como con la trayectoria de una banda que ha cantado contra las injusticias, pero también para celebrar la perseverancia de la vida. Otro de los aspectos que conmueve de Canción para mañana es la atención que su autor pone en los detalles.

A propósito, si hay una canción que dé cuenta de los detalles es “Miño”, una suerte de tributo a Eduardo Miño, un trabajador chileno que, antes de inmolarse frente a La Moneda, denunció las negli-

Otro elemento fundamental en Canción para mañana es la amistad. O, mejor dicho, la complejidad de la amistad cuando se convierte en una forma de vida, en un proyecto común. Mauricio Durán escribe con especial cuidado sobre la relación con su hermano Francisco, con quien compartió no sólo la música, sino también la vida, las referencias, las primeras inquietudes políticas. También habla con cariño —y sin idealizaciones— de los otros miembros de la banda: Álvaro y Gonzalo López, y Mauricio Basualto. En sus palabras se percibe la gratitud, pero también la conciencia de que crecer juntos no significa siempre crecer en la misma dirección. Ya sea que te gusten Los Bunkers o no, puedes disfrutar de este libro si te interesan la música, la memoria y los procesos creativos. Quienes forman parte de proyectos colectivos o han buscado su lugar en el mundo desde un espacio periférico se sentirán identificados por igual.

El libro se divide en tres secciones en las que Durán hilvana la historia de la banda entre anécdotas íntimas y episodios colectivos, entre la vida de barrio en Concepción y las heridas abiertas por la dictadura, entre los ensayos con Los Bunkers y la persistente sombra de lo que no debe repetirse. Hay en sus páginas un testimonio personal, sí, pero también una sensibilidad política que en vez de enunciarse con consignas vacías, lo hace con la profundidad de quien ha experimentado muy de cerca los efectos de la represión, la desigualdad, la migración y la esperanza.

Los recuerdos que Mauricio Durán comparte acerca de su infancia, su primera

gencias laborales que padecían los trabajadores de las minas de asbesto. “Miño”, sin embargo, fue compuesta no para inspirar lástima sino para “dejar entrever la fuerza y la necesidad de apoyarnos unos a otros” y lo logra gracias a la cotidianidad que podemos compartir con casi cualquier persona, sea de México o de Chile. Como un buen libro sobre música, no podían faltar las influencias que inspiraron a la banda y éstas incluyen a Charles Aznavour, Victor Jara, The Kinks, Los Prisioneros, Violeta Parra, Silvio Rodríguez o The Smiths. Como un buen libro, tampoco podían quedarse fuera los guiños poéticos que dieron pie a la composición de canciones como “Nada nuevo bajo el sol”, un tema dulce y triste, es decir, trilce

Una vez que leas Canción para mañana, no podrás resistir las ganas de escuchar una canción de Los Bunkers. Ten la certeza de que al ponerle play algo sonará distinto. Como si conocieras mejor los hilos que la sostienen, las cicatrices que la hicieron posible. Como si la canción, ahora, también te perteneciera.+

Los + leídos

BLANCO

Han Kang

RANDOM HOUSE

Durante su estancia en un país desconocido, Han Kang se ve abordada por una apremiante necesidad de escribir sobre el color blanco. Es su forma de dar sentido a una tragedia que la ha atormentado siempre: la prematura muerte de su hermana, a las pocas horas de nacer; alguien a quien no llegó a conocer y a quien parece haber reemplazado.

MI NOMBRE ES EMILIA DEL VALLE

Isabel Allende PLAZA JANÉS

Una cautivadora e inolvidable historia de amor y de guerra, de descubrimiento y redención, protagonizada por una mujer que, enfrentada a los mayores desafíos, sobrevive y se reinventa. Emilia del Valle es desde ya un personaje inolvidable del universo más fértil de Isabel Allende, la saga Del Valle, que empezó con su obra maestra La casa de los espíritus y continuó con Hija de la fortuna y Retrato en sepia

FABRICACIÓN

Ricardo Raphael SEIX BARRAL MÉXICO

Ricardo Raphael explora la paradoja que significa que una persona pueda ser víctima y victimaria al mismo tiempo: una manipulación de la realidad que sucede si la verdad se subordina a la política y si las instancias responsables de impartir justicia son sustituidas por un increíble entramado de corrupción, crueldad y tráfico de influencias.

NO FICCIÓN

EL LOCO DE DIOS EN EL FIN DEL MUNDO

Javier Cercas

RANDOM HOUSE

Con esta novela sin ficción, Javier Cercas vuelve a su línea más personal, en la que consigue enlazar sus obsesiones íntimas con una de las preocupaciones fundamentales de la sociedad actual: el papel en la vida humana de lo espiritual y lo trascendente, el lugar en ella de la religión y el ansia de inmortalidad.

EL HOMBRE

Guillermo Arriaga

ALFAGUARA

La novela explora los orígenes del capitalismo americano, la conformación de los Estados Unidos en el siglo xix, las terribles batallas entre apaches, mexicanos y texanos, la herida profunda de la esclavitud y las vicisitudes políticas derivadas del tumultuoso devenir histórico durante los últimos ciento ochenta años, todo alrededor de la figura mastodóntica de Henry Lloyd.

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 5 AMANECER EN LA COSECHA

Suzanne Collins MOLINO

ALAS DE SANGRE (EMPÍREO 1)

Rebecca Yarros PLANETA

DEJA DE SER TÚ

Joe Dispenza URANO

Joe Dispenza saltó a la fama en nuestro país tras participar en la película ¿Y tú qué sabes?, un documental acerca de la sobrecogedora capacidad de la mente para transformar la realidad, que corrió de mano en mano sin ninguna publicidad. El resultado es un método práctico de transformación para crear prosperidad y riqueza, pero también un viaje prodigioso a un nuevo estado de conciencia.

HÁBITOS ATÓMICOS

James Clear PAIDÓS MÉXICO

¿Cómo podemos vivir mejor? Sabemos que unos buenos hábitos nos permiten mejorar significativamente nuestra vida, pero con frecuencia nos desviamos del camino: dejamos de hacer ejercicio, comemos mal, dormimos poco, despilfarramos. ¿Por qué es tan fácil caer en los malos hábitos y tan complicado seguir los buenos?

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Viktor Frankl HERDER

El doctor Frankl, psiquiatra y escritor, explica la experiencia que lo llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. Las palabras del doctor Frankl alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades.

ESTE DOLOR NO ES MÍO

Mark Wolynn

GAIA EDICIONES

La evidencia científica muestra que los traumas pueden ser heredados.

Mark Wolynn, fundador y director del Instituto de Constelaciones Familiares y pionero en el estudio de los traumas familiares heredados, presenta un enfoque transformador que permite resolver problemas crónicos que no han podido ser aliviados mediante la terapia tradicional, los medicamentos u otras medidas.

DESFIBRILADOR

Gilraen Eärfalas PLANETA MÉXICO

LOS CUATRO ACUERDOS

Miguel Ruiz

EDICIONES URANO

Aunque no es una religión, el conocimiento tolteca respeta a todos los maestros espirituales que han enseñado en la tierra, y si bien abraza el espíritu, resulta más preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor. Ahora, el doctor Miguel Ruiz comparte con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.

ERES EL AMOR DE MI OTRA VIDA

Gilraen Eärfalas PLANETA MÉXICO

ÉRASE UNA VEZ UN CORAZÓN ROTO

Stephanie Garber PUCK

ELECTRÓNICOS

DONDE PERTENECE EL CORAZÓN

Christie Barlow

HARPERCOLLINS IBÉRICA S. A.

Elle Cooper creció en una familia de acogida y siempre sintió que le faltaba una parte de sí misma. Ahora, cuando se acerca su cumpleaños treinta, está dispuesta a encontrarla. Sin embargo, al iniciar la búsqueda de su madre biológica, que desencadena una serie de acontecimientos inesperados, el tranquilo día a día de esta bibliotecaria se vuelve de repente de lo más agitado.

EL COLECCIONISTA DE HISTORIAS

Evie Woods

HARPERCOLLINS IBÉRICA S. A.

Hace cien años, Anna, una joven campesina, se presta voluntaria para traducir historias de hadas del gaélico al inglés a un fascinante norteamericano. Pero no todo es lo que parece y Anna se ve envuelta en el corazón de un misterio que amenazará su forma de vida. En el Nueva York actual, Sarah Harper embarca en un avión con destino a la costa oeste de Irlanda, donde descubrirá que ha desenterrado secretos oscuros, secretos que se sitúan en la fina línea que separa lo cotidiano de lo sobrenatural, lo visible de lo invisible.

ARCANA ACADEMY

Elise Kova

ARCANA ACADEMY

Una mujer que maneja cartas mágicas del tarot termina en un falso compromiso con el director de una misteriosa academia en esta primera entrega de una apasionante serie de romance fantástico de la autora de Un trato con el rey de los elfos

ARTE Y RECREACIÓN

NUNCA MIENTAS

Freida McFadden

SUMA

Tricia y Ethan acaban de casarse y están a la búsqueda de la casa de sus sueños.

Pero cuando visitan la remota mansión que una vez perteneció a la doctora Adrienne Hale, una reconocida psiquiatra que desapareció sin dejar rastro hace cuatro años, una feroz tormenta los deja atrapados.

LA LIBRERÍA DE LOS LIBROS PERDIDOS

Marc Levy

HARPERCOLLINS IBÉRICA S. A.

Tras cinco años en la cárcel, el único deseo de Mitch es recuperar la libertad y su librería. Sin embargo, el destino decide lo contrario. Ese mismo día, Mitch se cruza con el fiscal que lo envió a prisión y conoce a Anna, una joven chef que perfectamente podría ser la mujer de su vida. ¿Qué hacer cuando estamos atrapados entre una insaciable sed de venganza y un irreprimible deseo de amar? ¿Se puede soñar con el futuro sin pasar página al pasado?

EL PRINCIPITO

Antoine de Saint-Exupéry EDICIONES GANDHI

DESTROZA ESTE DIARIO. AHORA A TODO COLOR

Keri Smith PAIDÓS MÉXICO

ARTE ANTIESTRÉS / DESCUBRE A LOS MEJORES AMIGOS

Tomás García Cerezo

HACHETTE BIENESTAR

Los mejores amigos de los héroes de las películas de Disney y Pixar están listos para ser descubiertos sólo con llenarlos de color. Cada lámina esconde un buen amigo que encantará con su simpatía y genialidad. Esta actividad de coloreo con guía de colores, además de ser recreativa, dará grandes beneficios de relajación, bienestar y hará que se olviden las situaciones de estrés del día.

ARTE ANTIESTRÉS / EL PODER DE LAS CHICAS

Graciela Iniestra Ramírez

HACHETTE BIENESTAR

Las figuras femeninas de las películas Disney tienen una gran relevancia en las historias de las películas. Aunque su papel no siempre es el de heroínas o villanas, todas ellas gozan de gran inteligencia y capacidad para resolver sus propios retos. Ésta es la personalidad que se imprime en las maravillosas láminas de este libro.

ARTE ANTIESTRÉS / STITCH. DESASTROSO

PERO ADORABLE

Graciela Iniestra Ramírez

HACHETTE BIENESTAR

¡El alien más tierno y esponjoso de todo el universo, Stitch, ahora tiene su propio libro para colorear lleno de aventuras intergalácticas! Acompaña al divertido pero rebelde Stitch en más de 40 increíbles láminas para colorear, que incluyen patrones, mandalas y escenarios temáticos inspirados en la famosa película.

HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL (HARRY POTTER 1)

J. K. Rowling

SALAMANDRA INFANTIL Y JUVENIL

ARTE ANTIESTRÉS / DESCUBRE A TU AMIGO FIEL

Graciela Iniestra Ramírez

HACHETTE BIENESTAR

La amistad es parte fundamental para convivir con seres tan fantásticos como los de las películas Disney. Ver desfilar página tras página a los personajes es revivir sus mejores escenas de amistad colmadas de simpatía y buen humor. Películas como Toy Story, Buscando a Nemo y Monsters, Inc. están presentes en este maravilloso libro para que sus fans descubran que en cada uno de sus personajes tienen un amigo fiel.

DE TODAS LAS FLORES

Natalia Lafourcade AGUILAR

Además de las letras de las canciones, el libro incluye una entrevista con Elvira Liceaga, escritora y conductora del pódcast De todas las flores, donde se explora el universo creativo de Lafourcade. Para quienes son más de escuchar que de leer, esta edición está acompañada del lanzamiento de un audiolibro inédito.

DIARIO DE GREG 1 UN RENACUAJO

Jeff Kinney MOLINO

STITCH. DESTROZA ESTE LIBRO Disney PLANETA JUNIOR

Escribir el tiempo:

Marco Antonio Mendoza y la historia como destino

Marco Antonio Mendoza Bustamante ha tejido una carrera singular, en la que el servicio público, la divulgación histórica y la literatura convergen como hilos de una misma pasión. Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ha sido honrado con el Premio Nacional de Locución y el Sol de Oro. Sin embargo, más allá de los reconocimientos, su misión es clara: transformar la historia en un puente que conecte a las nuevas generaciones con su pasado, a través de libros que despiertan preguntas, encienden pasiones y revelan la humanidad detrás de los grandes relatos. Lo entrevistamos en Librerías Gandhi, rodeados de anaqueles que guardan historias, tiempo y memoria.

¿Cómo dialogan tus diversas disciplinas en tu trabajo como escritor?

Todo se entrelaza en un solo propósito. Desde niño, soñaba con escribir, incluso antes de descifrar las letras. El derecho me dio un lente analítico para entender las estructuras del poder; el periodismo, la habilidad de narrar con claridad y empatía; y la locución, el arte de dar voz a las ideas. Pero la historia es el corazón de mi trabajo. Es el eje en el que convergen todas mis facetas. Mi meta es acercarla a los jóvenes con un lenguaje claro, emotivo y accesible, que no se sienta como una lección, sino como una conversación viva. Quiero que sientan la historia como algo suyo, no como un relato lejano.

¿Por qué escribir sobre figuras como Carranza, Maximiliano o Carlota? Porque no son estatuas de mármol, sino personas de carne y hueso, con contradicciones, sueños y decisiones marcadas por su tiempo. Me interesa despojarlos de la rigidez con que a veces los retrata la historia oficial y mostrar su dimensión humana. Al escribir sobre ellos, no busco juzgarlos, sino comprenderlos, y en ese acto, ayudarnos a comprendernos como nación. Figuras como Maximiliano o Carlota, por ejemplo, son espejos de un México en busca de identidad, atrapado entre ambiciones imperiales y raíces profundas. Narrarlos es una forma de explorar quiénes fuimos y quiénes podemos ser.

Hidalgo está muy presente en tus obras. ¿Qué significa tu tierra para ti? Soy de Tulancingo, Hidalgo, y cada calle, cada plaza de mi tierra cuenta

una historia. Creo que la historia nacional no es sólo la suma de grandes eventos, sino un mosaico de relatos locales. A los 18 años escribí mi primer libro sobre Tulancingo, movido por un amor profundo por mi origen. Desde entonces, busco ese hilo invisible que une lo íntimo con lo universal, lo personal con lo colectivo. Hidalgo, con su legado de lucha y resistencia, es un recordatorio de que la historia se escribe desde abajo, desde las comunidades que dan vida a la nación.

¿Cuál es el mayor riesgo de olvidar la historia?

Perdernos a nosotros mismos. La historia no es un lujo ni un adorno; es una brújula que nos orienta. Nos dice de dónde venimos, quiénes somos y qué legado queremos dejar. Desconectarnos de ella es como navegar sin rumbo, condenados a repetir errores o a ignorar las lecciones que nos dejaron nuestros antepasados. La historia no está sólo en los libros antiguos: está viva en las decisiones que tomamos, en las preguntas que nos hacemos hoy.

¿Con qué libro te identificas más? Por siempre Tollantzinco (Panorama, 2015), mi primer libro, porque fue el comienzo del sueño, la chispa de un joven que quería dejar una huella. Y Maximiliano y Carlota (Panorama, 2021), mi obra más reciente, porque refleja una madurez narrativa, un esfuerzo por abordar la historia con profundidad y empatía. Entre ambos hay una línea que conecta al niño que soñaba con escribir y al hombre que sigue soñando, siempre buscando nuevas formas de contar el pasado.

¿Qué lees ahora?

Estoy inmerso en la investigación para un libro sobre Agustín de Iturbide, un personaje complejo que marcó un momento crucial en la historia de México. También estoy leyendo El infinito en un junco (2019) de Irene Vallejo, un homenaje a los libros y a su poder para preservar la memoria humana. Me siento profundamente identificado con su mensaje: los libros son puentes entre generaciones, entre mundos.

¿Cómo quisieras que los jóvenes se acerquen a tus libros?

Con curiosidad y sin miedo. Quiero que vean mis libros como puertas a otros tiempos, no como tareas escolares. La idea de que los mexicanos no leemos es un mito. He visto a jóvenes devorar historias cuando éstas les hablan con autenticidad. Mi deseo es que encuentren en mis páginas una chispa que los inspire a preguntar, a imaginar, a sentirse parte de la historia. Mientras un solo niño abra un libro, México tendrá futuro.+

Clarice, entre el fuego y las palabras.

Una entrevista con Sofía G. Buzali Por Alejandra Gotóo

Clarice Lispector nació del fuego: de una madre enferma, de un hogar marcado por el exilio, de un país que no era del todo suyo. Y también, literalmente, de un incendio. Esa imagen —la de la escritora cuya mano y cuerpo ardieron en las llamas y que, aun así, no dejó de escribir— fue la chispa que llevó a Sofía G. Buzali a imaginar y narrar la vida de una de las figuras más fascinantes de la literatura del siglo xx.

En su novela Ella. Clarice Lispector (Editorial 2 líneas, 2025), la escritora mexicana reconstruye con profundidad y belleza la vida de Clarice: su infancia atravesada por el dolor y el silencio, su matrimonio con un diplomático, su maternidad, sus adicciones, su enfermedad y, sobre todo, su lucha por preservar la palabra como una forma de existir.

En una entrevista para Lee+, Buzali —autora de novelas centradas en mujeres como Leonora Carrington, Marguerite Duras y Lucia Joyce— reflexionó sobre la pulsión que une a sus protagonistas: rescatar lo que suele quedar en la sombra de la historia y explorar, desde la ficción, el interior reservado de su mundo.

“Clarice nació en Ucrania, de una familia judía que huía de la violencia. Fue concebida —se dice— con la esperanza de que su nacimiento curara a su madre, enferma de sífilis después de una violación. Imaginé a esa niña cargando con una culpa inexpresable. Ésa fue mi puerta de entrada”, contó Buzali.

Ella es una novela, pero también una pesquisa afectiva. Buzali no se limita a contar lo que ya se sabe de Clarice, sino que se atreve a imaginar lo que Clarice quizá sintió: el dolor de no haber salvado a su madre enferma, el desconcierto de la maternidad, la tensión entre el deseo de libertad y las exigencias de la vida familiar, la fragilidad del cuerpo, el aislamiento, la espiritualidad sin nombre. Temas complejos que la escritora sortea con destreza. Uno de los momentos más conmovedores de la conversación fue cuando hablamos de los últimos días de Clarice, su ingreso al hospital, el dolor de saberse cerca del final sin haber terminado de decirlo todo. “La muerte fue la parte más difícil de escribir. Y también la más humana”, confesó Sofía. La novela se adentra también en otras etapas de su vida: los años como

esposa de un diplomático en Europa, la maternidad, la vida en Río de Janeiro tras su divorcio, la precariedad económica, su trabajo como cronista bajo varios seudónimos y los momentos de plenitud literaria. La autora logra tejer esas facetas sin idealizar ni reducir a Clarice a un mito. La vemos como madre, como amiga entrañable de Nélida Piñón, como mujer sensual e irónica, como judía enfrentada al antisemitismo en su país adoptivo, como escritora en pugna con su propio cuerpo. Pero, más allá de los eventos biográficos, Buzali se detiene en lo que ella llama “el mundo clariciano”: un universo íntimo, casi secreto, que valora a la mujer en sus momentos más cotidianos y vulnerables. “Percibo que su literatura y sus personajes capturan a la mujer en lo rutinario, en la soledad, en lo que no suele ser narrado. Por eso sus textos son tan poderosos”, comentó. Entonces para Buzali escribir sobre Clarice también implicó reconocerse como escritora. “No es que me identifique con su historia, pero sí con su necesidad de escribir. Con ese impulso de decir algo incluso cuando no sabes bien qué. Clarice decía que escribía para no morir. Entiendo eso”.

Ella no es sólo una puerta de entrada a la vida de Lispector, sino también una invitación a leerla. “En México, muy poca gente conoce su obra. Me interesa que esta novela despierte la curiosidad, que alguien llegue a Clarice desde aquí y luego lea La hora de la estrella (1977), Cerca del corazón salvaje (1943), Un soplo de vida (1978). Y para quienes ya la conocen, ojalá les dé una nueva perspectiva.”

Sobre su libro favorito de Clarice, Sofía reveló: “La hora de la estrella, sin duda. Es brutal en su honestidad. Pero también me impactó mucho Cerca del corazón salvaje, su primera novela. Hay algo salvaje, indómito, que me resuena como escritora”.

Le pregunté si, al terminar la novela, Clarice le pareció más cercana o más lejana. “Fue como un duelo”, respondió. “Pasé tanto tiempo con ella, leyendo sobre su vida, imaginándola, escribiendo sus silencios. Al cerrarla, sentí orfandad, pero también gratitud. Espero haberle hecho justicia”.

Antes de terminar, decidí leer una cita de Clarice que hallé en su libro: “Detrás de algo siempre hay algo más que está detrás. Las palabras que escribo son para ocultar otras palabras.” Y me atrevo a pensar: “Quizá eso es lo que hacemos todos los escritores. Escribimos un texto para dejar entrever otros”. Quizás también esta novela, y esta entrevista, esconden otra historia más: la de una autora mexicana que escribe desde el corazón de otras mujeres, y que las trae —con respeto y pasión— de vuelta a la vida.

Con Ella. Clarice Lispector, Sofía G. Buzali confirma lo que su obra ya venía anunciando: que la literatura puede ser un acto de memoria, de compasión y de resistencia. Que detrás de las figuras legendarias hay mujeres reales, con dudas, cicatrices y luces propias. Y que, a veces, escribir desde el fuego es la única forma de no apagarse.+

"Nos

salvamos juntos o nos hundimos separados"

"Una obra para recordar la grandeza de nuestra cultura"

"Diseño en cada página" @pkcalendarios

Desde el regazo de un pájaro: nuevas formas de habitar la naturaleza

Por Sebastián Díaz Barriga

La exposición Desde el regazo de un pájaro, inaugurada el pasado siete de junio en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (muac), propone una experiencia que nos sumerge e integra con el paisaje natural. Conformada por obras de 13 artistas de la Colección muac, esta muestra, curada por Lucía Sanromán y Jaime González Solís, despliega una visión acerca del entorno natural, una pregunta en torno a las formas bajo las cuales nos relacionamos con el paisaje de lo vivo. Inspirada en los planteamientos de la antropóloga Anna Tsing, la exposición explora tres niveles de relación entre lo humano y lo natural: las interacciones de todo aquello que está vivo (primera naturaleza); las correlaciones biológicas impactadas por el capitalismo (segunda naturaleza) y la persistencia de la vida en sitios profundamente despojados

Espero que los públicos encuentren esta muestra sorprendente, para que se aproximen a las obras desde la curiosidad y busquen sus propias conclusiones en la sala. Ésta es una exhibición diseñada para ser presenciada.

Si tuvieras que elegir una obra dentro de la exposición que funcione como núcleo emocional del conjunto —una pieza que encarne ese deseo de reconexión con lo vivo, con lo que nos habita y rodea—, ¿cuál sería y por qué?

No me gusta pensar cada una de las obras de manera individual porque forman parte de un guión curatorial que en conjunto traza un camino. Sin embargo, el bello árbol de papel de Miler Lagos establece, para empezar, un acercamiento muy contundente al tema central de la exposición, pero es sólo una aproximación dentro de muchas posibles.

por el extractivismo y la contaminación (tercera naturaleza). Bajo esta premisa, las obras de la exposición se entretejen y dialogan a través de distintas disciplinas: escultura, fotografía y grabados, que tienen la intención de cuestionar los bordes y fronteras entre lo orgánico y lo artificial, entre la ciencia y la intuición, entre lo humano y la naturaleza. Conversamos con Lucía Sanromán, curadora en jefe del muac y corresponsable de este recorrido, para comprender mejor esta muestra.

Desde el regazo de un pájaro propone una experiencia sensorial que va más allá de la mirada. ¿Cómo esperas que esta exposición transforme nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza?

Creo que experimentar el arte nos transforma de formas sutiles, pero duraderas.

¿Cómo se refleja tu visión personal como curadora en esta muestra?

¿Qué diálogo establece con la misión del muac?

Desde el regazo de un pájaro nace de una selección de piezas de la Colección muac con obras de artistas como Alex Dorfsman, Thomas Glassford, Jan Hendrix, Roberto Huarcaya, entre otros. Estas piezas rastrean modos de percibir desde la experiencia íntima y el reconocimiento de las características materiales de lo vivo. Al poner en duda la mirada, estas estrategias artísticas se relacionan con experiencias corporales o encuentros fenomenológicos que, en su conjunto, ofrecen alternativas a la oposición obsoleta entre lo humano y lo natural.

Precisamente, Desde el regazo de un pájaro plantea otras formas de relacionarnos con la naturaleza y los seres vivos que nos rodean. De acuerdo con Anna Tsing, la exposición parte del vínculo indisociable entre lo natural y la dimensión humana en tres niveles. Creo que, justamente, esta muestra nos propone una manera de habitar la naturaleza no como contemplación, sino desde adentro, asumiéndonos plenamente dentro de ella. A partir de estas ideas comenzaremos a activar nuevas exposiciones.

¿Qué otras formas de explorar esta relación entre arte, naturaleza y humanidad te interesa activar en futuros proyectos?

En tiempos en los que la catástrofe ambiental ha dejado de ser una hipótesis futura para convertirse en una vivencia cotidiana, esta exposición propone no una solución, sino una transformación de la sensibilidad. Una forma de mirar desde lo sensorial, de tocar con la vista y escuchar con el cuerpo. Como si, desde la altura de un ave, nuestra percepción pudiera encontrar otras escalas, otros ritmos, otras formas de estar en el mundo. Desde el regazo de un pájaro está abierta al público en el muac, desde el 7 de junio y hasta el 30 de noviembre de 2025. El museo abre de miércoles a domingo, en un horario de 11:00 a 18:00 horas. Es una invitación prolongada a repensar nuestras formas de habitar el mundo desde el arte. ¡Anímate a visitarla!+

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Aquí podrás encontrar libros de narrativa y libros de arte para todos los gustos. ¡Vamos a leer!

El corazón de una jirafa es increíblemente grande (Océano Gran Travesía) de Sofia y Amanda Chanfreau Influida por una atmósfera cercana al realismo mágico, El corazón de una jirafa es increíblemente grande (Océano Gran Travesía) de Sofia y Amanda Chanfreau es una aventura, tierna, divertidísima y bellamente ilustrada sobre el deseo de formar parte de una familia, encontrar tu lugar en el mundo y ser amado por lo que eres.

Pablo y Matilde en la patria del racimo (fce) de José Goñi

La novela nace como una investigación emprendida en el 2000, al momento en que el autor asume la Embajada de Chile en Italia. Pablo y Matilde en la patria del racimo (fce) de José Goñi es una novela inspirada en la historia de los poemas que Neruda escribió y dedicó a Matilde Urrutia. El lector verá una fotografía del ambiente cultural y político de la Italia en la que el poeta y su amante vivieron en ese período.

Madre de corazón atómico (Seix Barral) de Agustín Fernández Mallo

Es una cautivadora novela biográfica que abarca un siglo a través de la memoria familiar. En 1967, justo antes del nacimiento del autor, su padre, un veterinario de oficio, emprendió un viaje innovador por Estados Unidos con el propósito de transportar unas veinte vacas en avión hasta Galicia. Más tarde, el escritor emprenderá su propio recorrido por tierras americanas, buscando reconstruir los pasos de su padre antes de que éste pierda la memoria.

Concierto sin poeta (Periférica) de Klaus Modick

Es el retrato de una era atrapada entre el romanticismo tardío y la modernidad, donde el arte y la vida intentan forjar un acuerdo inalcanzable: el diletante experimenta su triunfo social como una derrota artística, el anacoreta dedica su existencia al arte sin importar las consecuencias. En un sentido más amplio, esta novela trata sobre la transitoriedad de los afectos: el declive de la admiración y el enfriamiento de las amistades.

La duquesa de Vaneuse (Periférica) de Gustave Amiot

El escritor francés (1836-1906), bibliotecario y archivero de Cherburgo, publicó relatos y novelas en su madurez con escaso éxito, aunque hoy se le considera un antecedente de Marcel Proust. Descubierta póstumamente en un baúl, esta novela mítica, una delicada obra maestra, nos traslada a la Ilustración, a los salones donde las conversaciones sobre filosofía y amor, casi como juegos de mesa, eran el núcleo de la vida de los privilegiados.

¿Por qué algunos hombres odian a las mujeres? (Sexto Piso) de Vivian Gornick

En este libro, Gornick explora desde charlas cotidianas en una peluquería en NYC, hasta debates ideológicos del movimiento feminista, capturando el pulso de un cambio histórico. Examina la construcción del poder masculino y la transmisión de la sumisión femenina, reflexiona sobre las distinciones entre las olas feministas y critica la misoginia oculta en autores como Norman Mailer, Saul Bellow o Philip Roth. Sobre todo, resalta el valor político del testimonio personal en los grupos de autoconciencia, donde lo íntimo se transforma en revolución.

The New York Times: Cultured Traveler (Taschen) El New York Times, en colaboración con TASCHEN, presenta Viajero culto, un libro que invita a exploradores ávidos de conocimiento a sumergirse en culturas diversas. Estos viajeros disfrutan de Mozart en Viena y bailan al ritmo de Dar es Salaam, rastrean a Hamlet en Elsinore, Picasso en la Riviera Francesa y Le Corbusier en India, o siguen los pasos de Georgia O’Keeffe. A través de 100 relatos globales, escritores y fotógrafos del Times comparten sus hallazgos.

Ellas diseñan. (1965-2025) Mujeres y diseño en México (Ámbar editores) de Rocío Mireles

El diseño editorial en México no puede contarse sin el talento, la creatividad y la mirada de las mujeres que lo han construido. Con la exposición Ellas diseñan. 1965–2025, el Museo Franz Mayer rinde homenaje a 27 diseñadoras cuyo trabajo ha dejado huella en la cultura visual nacional, aportando creatividad, innovación y perspectiva. La exposición fue inaugurada en el marco del Día Internacional del libro con actividades especiales en De la A al Franz. Podrá ser visitada hasta el 7 de septiembre de 2025.

Amazing Art Adventures: Around the World in 400 Immersive Experiences (Frances Lincon) de Yolanda Zappaterra

Aventuras artísticas asombrosas nos sumerge en el arte y la cultura como una experiencia dentro y fuera de las galerías, abriendo la puerta a aventuras inesperadas como ferias, festivales, instalaciones, rutas artísticas, galerías, islas de arte, monumentos, parques de esculturas y museos. Dirigido a quienes viajan para descubrir nuevas culturas, este libro reúne cientos de experiencias artísticas inolvidables alrededor del mundo, sirviendo como guía inspiradora para amantes del arte. Con la experta Yolanda Zappaterra, recorremos destinos imperdibles de todas las estaciones, desde el Campo de Relámpagos en Nuevo México hasta una isla artística en Japón.

The Inner Life of the Artist: Conversations from the Atelier (Monacelli Studio) de Juliette Aristides

Es como un reconfortante manto para el espíritu, una obra bellamente escrita que combina memorias, guía artística y un toque de consciencia. Con una vulnerabilidad poética y honesta, Aristides invita al lector a un viaje íntimo que resuena con autenticidad. Esta joya es imprescindible para cualquier artista o creativo que desee perfeccionar su oficio, pues ofrece inspiración y reflexión en cada página.

Surreal Spaces the life and art of Leonora Carrington (Thames & Hudson) de Joanna Moorhead

La artista y escritora británica Leonora Carrington (1917-2011), pionera del surrealismo y las mujeres artistas, exploró temas como el feminismo, la ecología y lo místico. En esta biografía ilustrada, Joanna Moorhead, su prima y periodista, recorre su vida, amores y obra a través de un viaje personal por Gran Bretaña, Irlanda, Francia, España, Portugal, EE. UU. y México. Narra los lugares que marcaron a Carrington —la cocina de su abuela, un refugio en Cornualles con Max Ernst y Lee Miller, el París bohemio, un asilo en Santander, Nueva York con exiliados europeos y Ciudad de México, su último hogar.

Millet and Modern Art: From van Gogh to Dalí (Yale University Press)

Jean-François Millet (1814-1875), figura clave de la Escuela de Barbizon, influyó decisivamente en los pintores modernos con sus obras expuestas y su recepción crítica. Su modernidad se refleja en temas variados —campesinos, paisajes, desnudos— y su técnica antiacadémica de pinceladas rústicas, además de sus innovadores pasteles y dibujos. Fue un ídolo para Vincent van Gogh. También marcó a Camille Pissarro, Georges Seurat, Claude Monet, Edgar Degas, Winslow Homer, y, en el siglo xx, a Edvard Munch y Salvador Dalí.

Vaya tiempos para estar viva

de Jenny Mustard

El reloj de la gasolinera de Södertälje indica que son las 05:30 a. m. He venido en bus desde la residencia y estoy más que despierta, porque el frío matutino hace que tenga que dar saltitos para entrar en calor. Examino todos los coches que paran a repostar, con el pulgar hacia fuera, en busca de cualquier candidato que me parezca apropiado y que salga de la gasolinera a la autopista en dirección sur.

Tengo una regla inquebrantable para cuando hago autostop: solo me meto en coches que contengan a una mujer adulta. Nunca voy en coches en los que vaya un solo hombre o varios, en plural. Por desgracia, los coches en los que van un solo hombre o varios son los más dispuestos a parar para dejarme entrar. El rocío me forma unos círculos oscuros en los zapatos de lona que llevo. Solo estamos en abril, de modo que la hierba no ha brotado aún, pero algunas de las flores más temerarias sí que han llegado ya, blancas o, a veces, amarillas.

Llevo ropa holgada y me he maquillado porque no quiero parecer demasiado joven. Estoy junto a la salida, con la mochila en el suelo a mi lado. Es una ruta bastante fácil en la que hacer autostop, la verdad: o tomo la autopista E4 hacia el interior del país, hasta Helsingborg, o la E22 hacia la costa este, rumbo a Kalmar y luego a Kristianstad. Si vas temprano es cuando ves a los camioneros. Después de llegar a una de las ciudades grandes, toca arriesgarse en carreteras más pequeñas o pagar el bus que va hasta Åhus, mi pueblo natal en Escania.

Una mujer de mediana edad con hiyab cierra la tapa del depósito y se mete en su Ford gris. Se detiene al verme sacar el pulgar y tengo suerte, porque va hasta Kalmar. Lleva vaqueros de dobladillo ancho y un bléiser y el coche huele a limpio. El funeral es pasado mañana. Le echo un vistazo al

móvil y no tengo ninguna notificación. Lo apago y me lo guardo en la mochila. Cuando fui a Estocolmo para la universidad, también hice autostop. Mis padres me dijeron que fuera en tren e incluso se ofrecieron a comprarme el billete; busqué lo que costaba el billete a Estocolmo y decidí que prefería esa suma de dinero en mi cuenta bancaria. Mi madre me hizo una transferencia por lo que valía y, aunque no fue la primera vez que le mentí, me sentó bastante mal.

Me acercaron a la estación y me acompañaron hasta el andén. Era finales de agosto y las nubes eran bastante finas. El viento hizo que a mi madre le lloraran los ojos.

—No hace falta que esperéis —dije—. El tren debe de estar al caer.

—Claro que te esperaremos, Siv —me insistió mi padre—. Para despedirnos. Llevaba un sombrero que tenía que sujetarse cada vez que el viento amenazaba con llevárselo.

—En serio, os podéis ir, ya me las apaño. Estaba estresada, de modo que sujeté a mi madre de los hombros y le di un abrazo. Tenía la mejilla húmeda por culpa de las lágrimas del viento, lágrimas que no confundí por unas de verdad porque el viento siempre la hacía llorar.

—Vale, si es lo que prefieres —dijo mi padre.

—Sí, no lo alarguemos más.

Mi padre y yo nos dimos un abrazo tenso y se marcharon tras dedicarme unas palabras de ánimo sobre que fuera a conquistar la capital. Cuando el tren llegó al andén, yo ya estaba en el aparcamiento, a la caza de una conductora que fuera en dirección norte.

Era la primera vez que hacía autostop y fue todo un éxito, la verdad. A pesar

de que me llevó media vida llegar a Estocolmo, pasé por dos rutas turísticas y la emoción que me embargaba hacía que quisiera que no terminara nunca. Algunas ponían música rock a todo volumen, otras decían cosas rarísimas y una hasta era criadora de gatos caros, así que el viaje fue una pasada de una forma que no me habría ni imaginado. Y tenía seiscientas coronas más en la cuenta bancaria, para colmo. La idea era que, si iba a convertirme en una nueva persona en Estocolmo, necesitaba algo que indicara esa metamorfosis, y en aquel momento nada me pareció más simbólico que un nombre nuevo. Aquel día me convertí en Sickan Hermansson y dejé a Siv abandonada en algún lugar de Vaggeryd, en la autopista E4.

Cómo entrar y cuándo salir de una habitación, la guía hacia una vida auténtica

En un mundo donde las expectativas externas suelen dictar nuestras decisiones, muchos jóvenes y adultos se encuentran atrapados en caminos que no reflejan quiénes son ni qué desean realmente. ¿Te has preguntado si estás en el lugar correcto o si ha llegado el momento de explorar algo nuevo? Cómo entrar y cuándo salir de una habitación (V&R, 2025) de Emily P. Freeman, aclamada autora de bestsellers como The Next Right Thing (Revell, 2019), es una guía transformadora que combina emoción y practicidad para acompañarte en tu viaje de autodescubrimiento.

Este libro, un éxito en ventas, utiliza la poderosa metáfora de las “habitaciones” para ayudarte a discernir cuándo permanecer en una situación o avanzar hacia algo que resuene contigo. Freeman, conocida por su estilo accesible y profundamente humano, teje narrativas personales, ejercicios reflexivos y principios espirituales universales en un contenido tan urgente como inspirador. Su trabajo ha sido elogiado por su capacidad para conectar emocionalmente mientras ofrece herramientas prácticas para la vida diaria.

Cada página está impregnada de sabiduría práctica que puedes aplicar de inmediato: desde identificar pequeños cambios diarios hasta dar pasos audaces hacia un futuro más significativo. Freeman te invita a redefinir el éxito, alejándote de las presiones familiares, sociales o laborales, y acercándote a tus valores más profundos. A través de preguntas transformadoras y ejercicios prácticos, aprenderás a reconocer si estás en una “habitación” que te limita o en una que fomenta tu crecimiento, con el fin de que construyas una vida que te haga sentir vivo y auténtico.

Este libro es una brújula para momentos de incertidumbre. Freeman te acompaña en los cambios importantes al ofrecerte un proceso claro para navegar la indecisión. Visualiza las “habitaciones” de tu vida —relaciones, trabajo, propósito— a través de reflexiones que te invitan a explorar quién eres, qué deseas y hacia dónde quieres ir. Además, el libro destaca la importancia de escuchar tu intuición, así como de conectar con tu cuerpo, corazón y espíritu para tomar decisiones alineadas con tus valores más profundos.

Para quienes descubren a Emily P. Freeman por primera vez, este libro es una puerta de entrada a su filosofía transformadora. Su tono entusiasta y cercano convierte temas complejos en conversaciones amigables, como si una amiga sabia te guiara en tus luchas y celebrara tu potencial. No importa en qué punto de tu camino hacia la realización personal te encuentres, Cómo entrar y cuándo salir de una habitación contribuirá a que descubras y definas qué significa vivir una vida verdaderamente tuya. Busca Cómo entrar y cuándo salir de una habitación en librerías y déjate inspirar por una voz que entiende tus desafíos y celebra tu capacidad para transformarte. ¡Tu próxima gran aventura comienza aquí!

En este libro encontrarás:

• Cómo tomar decisiones con claridad y confianza. Aprende a discernir cuándo es momento de quedarte en una situación o avanzar hacia algo nuevo, mediante el uso de herramientas prácticas y reflexiones profundas.

• Una guía para momentos de incertidumbre. Este libro te acompaña en los cambios importantes al mostrarte un proceso claro para navegar la indecisión y explorar las diferentes “habitaciones” de tu vida —relaciones, trabajo, propósito— a través de preguntas transformadoras.

• La importancia de escuchar tu intuición. Descubre cómo conectar con tu voz interior para tomar decisiones alineadas con tus valores, mientras integras cuerpo, corazón y espíritu en tu proceso de discernimiento.+

Tu nuevo flechazo literario: INLOV

aterriza en México

I

NLOV es mucho más que una editorial. Se trata de un nuevo sello que busca redefinir la literatura romántica para las nuevas generaciones. Inspirado en la expresión “estar in love”, INLOV nace para capturar la esencia del amor actual: diverso, profundo, complejo, apasionado y, sobre todo, auténtico.

Construido con una visión clara: que las personas lectoras no sólo lean romance, sino que lo vivan. Que conecten con personajes reales, con tramas vibrantes y significativas. Que se enamoren de historias que celebran la belleza del amor en todas sus formas —romántico, propio, imposible, diverso, fantástico— y que encuentren en estos libros una comunidad donde compartir intereses, afinidades y emociones.

INLOV apuesta firmemente por la diversidad, la representación y la conexión emocional profunda con quienes leen. Todas las novelas que forman parte de su catálogo han sido escritas por autoras con voces potentes, capaces de reflejar con sensibilidad e ingenio diferentes realidades, cuerpos, contextos y formas de amar. Tal es el caso de Kristina Moninger, Stella Tack y Bianca Wege, autoras originarias de Alemania, cuya obra ya ha conectado con miles de personas lectoras en Europa.

El lanzamiento oficial de INLOV en México se celebró el 20 de junio de 2025 y marcó un hito para el sello en Latinoamérica. Esta llegada vino acompañada de dos novelas que reflejan la amplitud de su propuesta editorial, al presentar dos universos distintos:

• Un segundo para amar, de Kristina Moninger. Primer título del universo Romantic, narra una historia de reencuentros, amor de verano y heridas del pasado en una isla surfista que fue testigo de una desaparición sin resolver.

• Black Bird Academy: Muerte a la oscuridad, de Stella Tack. El inicio de una trilogía en la línea Romantasy, en la que el romance se mezcla con demonios, exorcistas y secretos

en una academia ubicada en una isla remota. Una historia llena de acción, humor y tensión emocional.

Además, a partir del mes de agosto, el catálogo de INLOV en México se expande con dos títulos más:

• Hoy se lo digo, de Bianca Wege. Una novela young adult que se mueve entre lo college y lo dulce, perfecta para quienes buscan una lectura más intimista sobre el valor de expresar los sentimientos por primera vez.

• Black Bird Academy: Temor a la luz, segunda parte de la trilogía de Stella Tack. El universo se intensifica con nuevos peligros, secretos más oscuros y un triángulo amoroso que desafía todo lo establecido.

Uno de los aspectos más distintivos de INLOV es el cuidado extremo que se pone en cada edición. Cada libro se diseña como una experiencia completa: cantos ilustrados, portadas 360º, elementos visuales que expanden la historia y herramientas interactivas que fortalecen el vínculo entre el texto y quien lo lee. Entre estas herramientas destaca el BookMatch, una especie de brújula romántica que ayuda a elegir el libro adecuado según los gustos de lectura. Incluye una guía de tropos románticos, alertas de contenido sensible (warnings) e información adicional (como si forma parte de una saga). Además, al final de cada libro se encuentra la BookReview, una ficha de lectura que invita a reflexionar sobre la experiencia y compartirla a través de un código qr. INLOV no se limita a publicar novelas románticas. Se posiciona como una comunidad literaria contemporánea donde el amor —en todas sus variantes— se convierte en un acto de expresión, orgullo y autenticidad.

Con el respaldo de ediciones cuidadas, autoras diversas y un compromiso real con la inclusión, INLOV llega a México con fuerza, con eventos literarios y experiencias inmersivas que consolidan su presencia más allá del papel.+

INLOV no es sólo un sello. Es tu nuevo flechazo literario.

Un segundo para amar Kristina Moninger INLOV
Black Bird Academy: Muerte a la oscuridad Stella Tack INLOV
Black Bird Academy: Temor a la luz Kristina Moninger INLOV
Hoy se lo digo Bianca Wege INLOV

Recuerda quién eras antes del plástico

Nuestras casas son más inteligentes, pero nuestros cuerpos están más enfermos. La industria nos promete comodidad, velocidad y soluciones instantáneas, pero al mismo tiempo, nos llena de sustancias sintéticas, como el plástico, que alteran nuestros ritmos biológicos más esenciales y nos enferman. Y cuando alguien —como tú o como yo— decide mirar con atención, leer etiquetas y hacer cambios, surge la resistencia con la que me topo a diario en mis redes sociales:

“He vivido así toda la vida y no me ha pasado nada.”

“Todo hace daño.”

“Qué exagerada, ya ni respirar se puede.”

O incluso:

“Nos quieres meter miedo.”

No, no es miedo. Es conciencia. Y la conciencia a veces incomoda.

En mi camino personal y en el de muchas personas que buscan un estilo de vida más natural, me he dado cuenta de algo profundo: no es sólo cuestión de productos o ingredientes. Se trata de un cambio profundo en nuestro estilo de vida. De aprender a ver al cuerpo como una creación sabia, perfectamente diseñada, que no necesita químicos para funcionar, sino ingredientes inocuos, descanso, comida real y aire limpio.

Pero para que este mensaje cale hondo, no basta con los datos —aunque los hay, y muchos—. También necesitamos historias, referentes, inspiración. Por eso hoy quiero invitarte a conectar este despertar con dos libros que han transformado a millones de personas: Sapiens, de Yuval Noah Harari, y Hábitos atómicos, de James Clear.

Sapiens: recordar quiénes somos

En Sapiens. De animales a dioses (Debate, 2011), Harari explica que durante el 99% de nuestra historia como especie, los humanos vivimos en contacto profundo con la naturaleza. Caminábamos descalzos, dormíamos al ritmo del sol, comíamos lo que la Tierra nos ofrecía sin procesar y aprendíamos del cielo, del viento, del olor de las plantas.

Nuestros cuerpos se formaron en ese entorno: un mundo sin plástico, sin pesticidas, sin disruptores hormonales.

Hoy, vivimos bajo luces LED, rodeados de pantallas, envueltos en perfumes

sintéticos y consumimos productos con listas interminables de ingredientes que no entendemos. Nos cuesta dormir, tenemos alergias, ansiedad, fatiga crónica, problemas hormonales… y asumimos que es “normal”.

Pero no lo es. Nuestro cuerpo no ha cambiado tanto. El entorno sí.

Recordar nuestra historia como especie no es un acto nostálgico, es un acto de sanación. Es entender que volver a lo sencillo no es retroceder: es reconectar. Y esa reconexión comienza con decisiones diarias.

Hábitos atómicos: el poder de lo pequeño

Una vez que vemos con claridad, queremos actuar. Pero cambiar puede parecer abrumador. “¿Tengo que tirar todo lo que uso?”, “¿y ahora qué shampoo compro?”, “¿tengo que volverme radical?”

Aquí entra el poderoso mensaje de Hábitos atómicos (Paidós, 2019): no necesitas cambiar todo hoy. Sólo necesitas empezar con algo pequeño y hacerlo con constancia.

James Clear lo llama “el poder del 1%”: si mejoras un 1% cada día, al final del año habrás transformado tu vida. El truco está en diseñar entornos que te faciliten el cambio y en definir una nueva identidad: “soy alguien que cuida su cuerpo”, “soy alguien que lee etiquetas”, “soy alguien que se informa antes de consumir”.

No necesitas ser perfecto. Sólo necesitas comenzar. Tal vez cambias tu antitranspirante o eliminas los suavizantes de telas, o dejas de comprar agua en botellas de plástico. Cada elección es un

voto por la salud. Y cuando lo haces con amor por tu cuerpo —no por miedo—, el hábito se vuelve natural, gozoso, poderoso.

Reconectar con la inteligencia natural

No te comparto este mensaje para meterte miedo. Te lo comparto porque creo profundamente en la capacidad de nuestro cuerpo para sanar y florecer, cuando dejamos de intoxicarlo. Porque creo que la Tierra —que ha estado ahí siempre para nosotros— nos ofrece respuestas sencillas.

Aunque no se necesita hacerlo todo de golpe, sí resulta urgente empezar. Desde ahora. Desde un pequeño cambio. Desde un acto cotidiano que te recuerde que no eres un consumidor más que se deja engañar por el greenwashing,¹ sino un ser humano completo, con poder de elección.

Vivimos en un mundo que ha avanzado en tecnología, pero que se ha desconectado de su origen.

No estamos aquí para sobrevivir al estilo de vida moderno. Estamos aquí para recordar que hay otro camino. Uno más suave, más sabio, más natural. Uno que empieza contigo.+

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