Este número de La Sílaba se construye con nuevas colaboraciones. Cuentos, poemas, fotografías, grabados, pinturas, una entrevista y una crónica forman parte de este tercer número. Las realidades diversas que habitamos nos permiten crear escenarios particulares, mediante técnicas y materiales variados. Las interpretaciones de la temporalidad actual contenidas ahora en La Sílaba nos permiten recorrer geografías distantes, mientras que las realidades dejan de ser ajenas al visualizarse mutuamente. Así, una serie de pinturas llegadas desde el sur de Brasil coinciden en este número con una serie de grabados realizados por un zacatecano. La lengua subalterna del interior de Sao Paulo toma forma en un poema que se lee a sí mismo en voz alta, mientras se asoma a las fotografías que retratan la subalteridad de mundos semidesérticos del norte de México. La lengua paladea otras posibilidades y al mirar otras palabras, de principio extrañas, encuentra el reflejo de las realidad propia y la empatía nos hermana.