Es un viernes de octubre de 1999. Una turba abarrota una conocida discoteca con forma circular de esta nuestra ciudad. A este local de ocio que antes tenía otro nombre y en los próximos años cambiará su nomenclatura varias veces más, acaba de entrar, por primera, vez Lalo Ríguez, de 17 años. Desde hace un tiempo (y aunque él no sea del todo consciente), la motivación que se esconde detrás de cada una de sus salidas nocturnas, es la pérdida de la virginidad, cosa que no ocurrirá hasta dentro de cuatro meses y también guardará cierta relación con esta discoteca. Ha llegado con S. y B., un chico y una chica a los que conoció en clase al inicio del nuevo curso, hace pocas semanas. Sin terminar sus copas, S. y B. empiezan a morrearse, desaparecen y Lalo se queda solo. Sus ojos miopes (dice que sale sin gafas porque se le empañan en los bares pero es porque se siente menos panoli) buscan alguna cara conocida entre la masa que baila. Al poco distingue a F., compañero de sus años escolares con el que intercambiaba cintas de música y videojuegos. Se abrazan, se dicen joder cuánto tiempo sin verte, se preguntan qué tal. F., saca de su cartera un pequeño cartoncillo, con mucho cuidado lo parte en dos, mete una mitad en su boca y la otra en la de Lalo. F. también desaparece al rato.
Lalo enciende un cigarro y en (lo que a él le parece) medio minuto el pitillo ya se ha consumido. Enciende otro y vuelve a pasar lo mismo. Al poco Lalo se encuentra con I., de su misma edad y mismo barrio y empiezan a charlar. A pesar de la miopía, de ir sin gafas y de la castaña que lleva encima, Lalo ve a la perfección los pelillos de la nariz de I. moviéndose al ritmo de Ecuador de Sash. A Lalo le brota una risa tan bestia que, al intentar tragarla, se le clava en la tripa, en el hígado, en los pulmones. Como no quiere incomodar a I., educadamente se despide y va a hacia otro lado.
Mientras deambula por el local, se da cuenta de que todo está en diferentes tonos de rojo, más claro o más oscuro pero todo es rojo, no hay otros colores. Además, la discoteca ahora es tan grande como el Coliseo. Por el rabillo del ojo Lalo ve pasar un caniche. Se vuelve pero no hay ningún caniche, sólo un charco de cubata derramado, colillas y ceniza. La suya todavía es una mente limpia, positiva, llena de anhelos y aspiraciones que todavía no ha conocido las decepciones del mundo adulto, así que no se agobia, el lado chungo del ácido (aún) no puede hacer nada contra él. Mira la hora. Espera ver números verdes cayendo en cascada a lo Matrix pero en su reloj Casio no aparece nada raro, sólo 4:27. Para asegurarse de que la hora es la que parece ser, pregunta a un pijo que pasa por al lado. El pijo le dice que las cuatro y media. OK, bien, piensa Lalo. Y decide irse. Tarda (lo que a él le parecen) 30 minutos en encontrar la salida de la discoteca y pone rumbo a casa.
Pero esta vez camina por calles paralelas a las que siempre anda. Por ahí, sus pies encajan con los dibujos de las baldosas mejor que por el otro camino. Los coches de la calle parecen tener todos el mismo tamaño y forma. Están aparcados perfectamente, siguen un patrón milimétrico, no hay ninguno que destaque respecto al resto. Todos los coches parecen ser el mismo coche. Los edificios que nunca ve resultan ser mucho más interesantes que los que siempre ha visto. Ya en el ascensor de su portal, sin mirarse al espejo, pulsa el botón de su piso. Tras (lo que a él le parecen) 15 minutos entra en casa y camina a oscuras hacia su cuarto. A mitad del trayecto se tropieza y del estómago le vuelve a emerger esa risa con tantas aristas. La risa tan poderosa que le va a estallar dentro. De una u otra manera, tiene que dejarla salir. Lalo (cree que) consigue controlarla y la deja ir suavemente por la nariz. En la habitación de sus padres se oye un murmullo pero al poco vuelven los rítmicos ronquidos. Coge el walkman de su hermano y se mete a la cama. Escucha Nine Inch Nails y sonríe en la oscuridad. Al poco, se queda dormido.
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“El que no haya desfasado nunca, no es de fiar.” Chimo Bayo
acantha lang
Acantha Lang es una cantante procedente de Nueva Orleans y radicada en Londres que el 5 de septiembre pasará por nuestro querido BELTZA WEEKEND, donde presentará su primer trabajo y seguramente caiga algo del próximo. Hace poco tuvimos la suerte de hablar con ella.
Acabamos de enterarnos de la muerte de Sly Stone. ¿Seguías su trabajo? ¿Te gustaba?
Sí, me encantaba la música de Sly. Fue un genio musical, un verdadero visionario, alguien que rompió barreras y fusionó géneros como nadie más. Su sonido era atrevido, auténtico y lleno de alma. Ese es el tipo de música que también intento crear. Una canción muy especial para mí es “Everyday People”. Siempre me ha encantado su mensaje: que todos somos iguales y que debemos convivir con amor y respeto. Un mensaje hermoso y positivo que sigue siendo actual. Sly me influyó a mí y a muchísimos otros artistas. Recientemente leí cuánto influyó también en Prince, lo cual lo dice todo. Su legado vivirá por generaciones.
Tu disco debut es de 2023. ¿Estás trabajando en otro nuevo disco? ¿Cuándo estará disponible? Sí, lancé Beautiful Dreams en 2023, y ahora estoy trabajando en el segundo. He escrito algunas canciones que he empezado a tocar en mis conciertos, y tocaré algunas de ellas en el Beltza Weekend. Acabo de regresar de Memphis, Tennessee, donde comencé a escribir con el productor ganador de un Grammy Boo Mitchell en los legendarios Royal Studios, el mismo lugar donde Al Green grabó “Let’s Stay Together” y “I’m Still in Love With You”, Ann Peebles grabó “I Can’t Stand the Rain” y Mark Ronson grabó “Uptown Funk” Estamos desarrollando nuevas ideas de canciones juntos, y mi plan es grabar el álbum en Royal Studios. Espero lanzarlo a principios de 2026.
“He Said/She Said” fue la primera canción que escuchamos de ti. Nos gustó mucho. ¿De qué trata?
¡Gracias! Me alegra mucho que te haya gustado. Fue una de las primeras canciones que realmente definió mi sonido y marcó el camino para el tipo de funk que quería crear. Se inspiró en toda la desinformación y las noticias falsas que vemos por todas partes hoy en día. Da la sensación de que ya no sabemos en qué creer, ya sea en las noticias, en las redes sociales o incluso en lo que la gente dice en la vida real. Escribirla fue mi manera de expresar esa frustración, pero por supuesto, ¡tenía que tener funk! El funk está en mis raíces. ¡Soy de Nueva Orleans! Estoy orgullosa de decir que la canción ya tiene más de un millón de reproducciones en Spotify e incluso ha sido versionada por bandas en distintos países. Me ha abierto muchas puertas y ha conectado con personas de todo el mundo de una forma que nunca imaginé.
¿Cómo es hoy en día la escena soul de Londres? Londres siempre ha tenido una escena soul vibrante, y hoy en día sigue muy viva. Ha sido el hogar de artistas legendarios como Omar, el padrino del neo soul británico, además de Sade, Loose Ends, Soul II Soul y Brand New Heavies. Ese legado ha abierto el camino para una nueva generación de artistas que mantienen el soul vivo a su manera. Algunos de mis favoritos actuales son Jalen Ngonda (de Daptone Records), Cleo Sol, Mama’s Gun y Nubiyan Twist .
¿Qué nos puedes contar de la banda que te acompaña actualmente?
Tengo la enorme suerte de estar acompañada por algunos de los mejores músicos de Londres. Son músicos de primer nivel, con años de experiencia y cada uno aporta algo especial al escenario. No solo suenan muy compactos como banda, también son solistas increíbles y le dan mucha personalidad a la música. Mi director musical Emlyn Francis, que además es mi pareja y toca la guitarra. Contamos con una sección rítmica brutal y una potente sección de metales que realmente apoya mis raíces de Nueva Orleans. Hay una química real entre nosotros: nos escuchamos, reaccionamos y nos impulsamos mutuamente en cada momento. Esa conexión genera una energía que el público realmente puede sentir. Y más allá de lo musical, son personas maravillosas. Me siento muy orgullosa cada vez que subimos al escenario juntos.
¿Cómo recuerdas tus días cantando en Harlem antes de ir a Londres?
Cantar en Harlem fue una etapa muy importante en mi vida artística. Aunque soy de Nueva Orleans, considero que mi carrera musical realmente comenzó allí. Uno de los momentos más importantes de mi carrera fue mi residencia en el Harlem Grill, un lugar icónico de la escena soul y R&B de Nueva York. Tenía
mi propio show semanal, Monday Night Blues, todos los lunes durante tres años, acompañada por algunos de los mejores músicos de la ciudad, músicos que habían trabajado con leyendas como Prince y Jocelyn Brown. Me desafiaron, me inspiraron y me ayudaron a convertirme en la artista que estaba destinada a ser. Durante esos shows, cantaba canciones de leyendas del blues como Koko Taylor, B.B. King, Elmore James, T-Bone Walker, Bobby “Blue” Bland, y temas del álbum de blues Outta Season de Ike & Tina Turner. Interpretar esas canciones me conectó con las raíces de esta música y ayudó a moldear mi voz y mi forma de contar historias en el escenario. El ambiente era tan especial que iconos de la música como Stevie Wonder o Alicia Keys pasaban por allí de vez en cuando. Harlem me dio fuerza, determinación y seguridad sobre el escenario. Aprendí a conectar con el público a un nivel profundamente emocional. Esa etapa siempre será una de las más significativas de mi carrera. Sentó las bases de quien soy como artista hoy. El sentido de comunidad y alma que experimenté en Harlem me recordaba mucho a Nueva Orleans. Sigo llevando ese espíritu conmigo cada vez que subo al escenario.
Motown, Stax, Chess, Atlantic, Daptone... hay muchos sellos de soul. ¿Cuáles son tus favoritos? Esa es una pregunta difícil. Tengo un profundo respeto por todos esos sellos. Pero si tuviera que elegir entre los que mencionaste, diría Stax y Chess. Los artistas que salieron de esos sellos tuvieron un gran impacto en mí como artista. Su música era cruda, emotiva y honesta, la verdadera definición de soul. Stax , en particular, tiene un lugar muy especial en mi corazón. Artistas como Otis Redding, Carla Thomas, Isaac Hayes, Sam & Dave y Booker T. & the M.G.’s hacían música que conmovía a la gente, y aún hoy se sigue amando en todo el mundo. Como mencioné antes, acabo de volver de Memphis y tuve la oportunidad de visitar el Stax Museum. Fue muy emocionante recorrer ese espacio y aprender más sobre
la historia y el significado de la música que nació allí. Otro sello que está en lo más alto de mi lista es Hi Records, cuya sede es Royal Studios en Memphis, que está justo a la vuelta de la esquina de donde antes estaba Stax Records (ahora el Stax Museum). Ese sello nos dio leyendas como O.V. Wright, Ann Peebles y, por supuesto, Al Green. He estado escribiendo últimamente en Royal Studios y, cuando entras en ese lugar, hay algo especial en el aire. Se siente la historia. Es increíblemente inspirador.
Nos encanta tu serie “Standing on shoulders of…” Gracias, esta serie es muy especial para mí. Comencé “Standing On The Shoulders Of… Soul Legends” durante el confinamiento por la pandemia, cuando no había conciertos en vivo. Echaba de menos actuar, y crear estos episodios me dio un propósito y algo positivo en lo que enfocarme. Empecé a compartirlos en redes sociales simplemente para entretener a la gente, pero terminaron llegando a personas de todo el mundo. Hasta ahora, la serie ha acumulado más de 5,3 millones de visualizaciones y ya he grabado 103 episodios. No he lanzado nuevos episodios últimamente porque estuve centrada en la promoción de Beautiful Dreams. Y ahora que estoy escribiendo mi segundo álbum, no tengo tanto tiempo libre para grabar cosas nuevas. Pero aún tengo varios clásicos pendientes que me gustaría hacer cuando tenga un poco de tiempo. Definitivamente pienso seguir con la serie, aunque no tan seguido como antes. Están disponibles en mi canal de YouTube, por si alguien quiere verlos. He versionado canciones de artistas como Bill Withers, Nina Simone, Aretha Franklin, Donny Hathaway, James Brown, Otis Redding y Al Green.
Muchas gracias por tu tiempo, Acantha. Si quieres añadir algo… ¡Muchísimas gracias! ¡Muy buenas preguntas! ¡He disfrutado mucho!
foto: Katy Cummings
Como cada edición, el BAIFEST nos trae una variada programación de estilos retro. Este año nos hace especial ilusión poder ver a esta banda barcelonesa, máximo referente del doo wop nacional. Hace nada estuvimos hablando con AGUSTÍN BURRIEL.
En 2027 cumpliréis 20 años. Aunque aún falta tiempo... ¿tenéis pensado celebrarlo de alguna manera? ¿Tal vez con un nuevo disco?
Para el 15 aniversario, que lo celebramos un año tarde (risas), hicimos varios conciertos de celebración y lanzamos un EP con temas nuevos y un LP recopilatorio. Para los 20 aún no hemos planeado nada, pero desde luego habrá que hacer algo especial.
El doo wop nos remite a otras épocas, a un imaginario y a una estética que pueden resultar lejanos para las generaciones más jóvenes. ¿Qué suele deciros el público más joven después de veros?
Lo bueno que tiene nuestro estilo es que es fácil de disfrutar para cualquier tipo de público, adulto, joven, niños y mayores. Es evidente que no seguimos las modas, pero en general la gente aprecia que haya alguien manteniendo el espíritu de algo que hoy en día no se suele ver.
¿En tu caso qué fue lo que te enganchó a la música de los 50 y 60?
Ya de niño me empezó a atraer la música de los 50 y 60, y de adolescente empecé a investigarla y a hacerla mi música, en gran parte por culpa de Juan de Pablos y su Flor de Pasión. Y a partir de los 20, a cantarla. Y aquí seguimos.
Sois la banda referente del doo wop en España y una de las más conocidas de Europa. Habéis girado por un montón de países y acompañado a grandes artistas. ¿Qué concierto o experiencia atesoráis con más emoción?
Seguramente, uno de los conciertos más especiales para nosotros fue nuestra primera actuación acompañando a Tommy Hunt, cantante de The Flamingos, en el Screamin’ Festival de 2010 ó 2011. Para él fue la primera vez que volvía a cantar esos temas en quizás 40
años y para nosotros fue el pistoletazo de salida a tocar por toda Europa.
¿Y cuál habría sido el momento más complicado?
Todos los grupos, como todas las familias, tienen crisis. A veces hay disparidad de opiniones o simplemente las horas de viaje se hacen duras, pero seguimos adelante, sobretodo, creo, por nuestro amor a esta música. Y porque todavía lo disfrutamos, claro.
Os adaptáis a repertorios y eventos muy diferentes, ¿cómo decidís qué va a sonar cada noche?
Es cierto que tenemos un repertorio muy amplio después de tantos años, según el tipo de público que vamos a tener hacemos un repertorio más o menos clásico, y según el evento tiramos más de lo negro o de lo blanco por así decirlo, y por supuesto, según lo que nos apetece en ese momento.
¿Qué podremos ver en el Baifest? Creo que también vais a acompañar a Si Cranstoun...
Al Baifest vamos con una formación especial, nos acompañarán dos grandes músicos, Jesús a la batería y Gerard al piano y saxo, que tienen un nivel y una carrera envidiable, por ejemplo con La Perra Blanco. Dos de nosotros completaremos la banda, Héctor al contrabajo y yo a la guitarra. Además mis compañeros se quedarán el sábado para acompañar en su show a Si Cranstoun, un cantante inglés que es un espectáculo.
Háblanos un poco de los otros proyectos en los que andas metido, Agustín. Yo me dedico sólo a esto, y para vivir de ello, uno tiene que tener muchos proyectos. Estoy como en 9 ó 10 bandas de distintos estilos aunque todas en torno a la música de raíces americanas. Por mencionar algunos, milito en Los Torontos (R’n’R/Garage), The Big Jamboree (Jump Blues) o Augie Burr & The ETB (Elvis).
Si quieres añadir algo...
Agradecido por vuestro interés y deseando ver a todo el mundo en el Baifest
El disco ha contado con la producción de Txetxu Brainloster. ¿Cómo ha sido trabajar con él?
Como te decía, hemos encontrado una buena onda. Pero Txetxu es exigente. Si no tienes algo claro te manda a casa con una colleja para que lo trabajes. En todo caso, como ingeniero y productor es de una precisión quirúrgica. Y ha aportado arreglos francamente brillantes. Me encantará volver a trabajar con él. Sin duda, mi productor de cabecera ahora mismo.
Una de mis favoritas es Xmas time. ¿Qué nos cuentas de esta canción?
sable starr
RUPERTO MENDIRI, cabeza pensante de SABLE STARR, nos habla sobre “La tempestad”, su trabajo más reciente. Conocemos bien sus discos porque no es la primera vez que pasan por esta sección y podemos decir que este es nuestro favorito. ¡Pasen y lean!
Acaba de salir “La tempestad”. ¿Cómo sientes este nuevo trabajo en relación con los anteriores?
Con satisfacción. No ha sido fácil grabarlo, con la banda dispersa y en los ratos libres. Creo que el disco tiene la rabia del momento y también momentos más dulces. La novedad ha sido grabar con Txetxu, que ha hecho un trabajo magnífico. Hemos encontrado mucha sintonía musical. Además, resaltaría la colaboración de Germán Carrascosa con el bajo. Ha dado a los temas un magnífico y sólido armazón.
Es una canción que surgió de la pérdida de un buen amigo. Siempre había querido hacer un villancico, que en este caso tiene un aire country. Y este habla de la paradoja de la presunta alegría inherente a la Navidad y del dolor interno simultáneo. Las Navidades en la edad adulta suelen ser más tristes que alegres. Uno se acuerda de la gente que no está. Vocalmente tenía el reto de cantarla en dos octavas. Pero sí, creo que es uno de los temazos del disco. Ah, y hago un guiño a Johnny Thunders, allá donde esté.
Hay dos instrumentales, Jingle Jungle y Toreador, que nos han gustado mucho. ¿Cómo surgieron estas canciones?
Jingle jungle surgió en la sala de ensayo. Empecé con el fraseo inicial y salió rodada con el resto de sables. Me encantan los punteos que ha hecho Egoi en la grabación. Le veo un punto Stooges a la canción, oscura pero vibrante. Toreador surgió en un momento de arrebato. De repente, llega una melodía y te abraza las meninges. Es una canción surf con aires fronterizos. Siempre me gusta meter una canción surf instrumental. En el disco anterior era Surfin’ Baztan. A Toreador le veo la épica taurina, pero vista desde la óptica de un espectador anglosajón que no tiene ni pajolera
idea. El reto fue que grabé todas las guitarras desde mi casa. Podría ser una canción para un cóctel desértico.
¿Qué nos puedes decir de la portada? Es de las que se quedan grabadas. Es un fragmento de un fresco de Francisco Bayeu que está en el claustro de la catedral de Toledo. Estuvimos en Toledo y Cuenca en marzo. Adoro Cuenca, por cierto. El caso es que hice una foto al mural de Bayeu porque me alucinó que una obra con semejante crudeza estuviese en una iglesia, con toda la carga “pedagógica” que el clero daba a las pinturas. Y más en estos tiempos de ultracorrección y de IA. Por cierto, es un mural enorme. Yo creo que fui a esas dos ciudades con la idea de volver con una portada para el disco. Y ahí estaba. Respecto a lo que significa, se presta a múltiples interpretaciones. Que cada cual haga la suya.
Star. ¿Por qué elegisteis este tema? ¿Qué significa Big Star para Sable Starr?
Primero porque para mí es uno de los mejores discos de la década de los 70. De alguna manera instaura el power pop y para mí es de una delicadeza brutal. Durante la grabación del disco un día yo hice una versión con la acústica solo en casa y se la mostré a Txetxu. A él le gustó mucho y dijo: “Venga, vamos a hacerla en plan improvisado con un solo micro, tú con la acústica.” Esta idea inicial no fructificó, la grabé luego en mi casa y Txetxu preparó esos arreglos maravillosos que le han dado un toque brutal, con un punto psicodélico y una fuerza impresionante. Creo que ha quedado muy chula, ínitma y bonita, aunque va un poco más rápida y está en otro tono. Estoy muy contento con el resultado.
¿Qué es lo que te resulta más complicado a la hora de hacer canciones?
¿Qué es lo que te mueve a la hora de escribir una canción? ¿Hay una necesidad previa de contar algo o es algo más lúdico a lo que luego encuentras un sentido?
Pues es algo que forma parte de mi vida de forma cíclica. Supongo que hay músicos más creadores y otros más intérpretes. Yo estoy entre los primeros. No soy virtuoso de nada. Pero hacer canciones me sale de forma natural e instintiva. Y luego está la satisfacción de ver cómo crecen los temas con la aportación del resto del grupo. Tengo un pequeño home studio desde hace muchos años y disfruto muchísimo. Puedo entrar en trance sumando capas. Chorreo dopamina haciendo una canción.
El disco incluye una versión del Thirteen de Big
Supongo que hacer puentes. Esa es mi asignatura pendiente. Cuando los hago es porque me obligo a ello. No me salen de forma natural.
¿Hay planes de presentar el disco en directo en los próximos meses?
No de momento. El grupo está ahora en punto muerto.
¿Dónde se puede conseguir el disco?
Hay tres puntos de venta: El Infiernito Guitar Shop, Dientes Largos y Bar Keops. Y por correo en sablestarrband@gmail.com.
Si quieres añadir algo que se nos haya pasado... Un palíndromo: dábale arroz a la zorra el abad.
VICIOUS POP - Antonio Sachs y Dunia Navinés
Nuevo Nueve - 104 págs.
Los miembros de una banda de techno se ganan la vida delinquiendo en clubes y locales nocturnos. No hay otro camino, ni dinero, ni drogas, ni diversión. Después de un concierto, un misterioso mánager aparece para ofrecer a la banda un trato que no dudarán en aceptar: una vida repleta de excesos, fama, comodidad y riqueza. A cambio, los miembros del grupo solo tienen que dejar atrás sus escrúpulos y entregarse a los locos vicios y estereotipos que la cultura occidental espera ver de unas estrellas. Así comienza una alocada gira por Europa, donde el alcohol, las drogas, el escándalo y la juerga les harán alcanzar el éxito. Destaca el gran trabajo gráfico de la joven Dunia Navinés.
HISTORIA DE LA MÚSICA DISCO -
Luis Lapuente
Efe Eme - 328 págs.
Cuando Donna Summer publicó I Feel Love, Brian Eno dijo que había escuchado el sonido del futuro. Fue en 1977 cuando se produjo aquella explosión que lo impregnó todo: Moroder, Chic, The Bee Gees, Stevie Wonder, The Jacksons… los sintetizadores sustituyeron a las guitarras y todo el mundo se dejó seducir por la música disco. Lapuente, el mayor experto en música negra de nuestro país, analiza las coordenadas históricas y artísticas de este movimiento a la vez que valora y recomienda más de doscientos discos, con especial atención al Eurodisco, el gran olvidado.
BALEARIC. HISOTRIA ORAL DE LA CULTURA CLUB EN IBIZA - Luis Costa Contra - 608 págs.
A partir de casi un centenar de entrevistas, Balearic cuenta la historia de una de las mecas del clubbing. El relato arranca a finales de los cincuenta, cuando empieza a acudir el turismo internacional con los beatniks, y luego, en los sesenta, los hippies. El paraíso del ocio nocturno explotaría en 1987, cuando unos intrépidos clubbers ingleses se quedaron prendados de la ecléctica sesión musical de los DJs Alfredo Fiorito y Leo Mas en las noches de Amnesia. Intervienen: Carl Cox, Peter Hook, Paul Oakenfold, Louie Vega, Nightmares on Wax e Irvine Welsh entre otros.
DISCOTECAS POR FUERA - Víctor Balcells
Anagrama - 200 págs.
Cuando Víctor y Ur rompen su relación, él compra el dominio de internet monstruopedia.com y crea un test que permite identificar a tu ex con un tipo de monstruo. Después de la ruptura, el protagonista se muda a un piso con varios amigos que trabajan como posicionadores de páginas web. A los pocos días de instalarse con ellos, se produce el ciberataque de una anomalía conocida como El Halo, que parece afectar a las personas, alterando su comportamiento. Víctor se enfrenta entonces al desmoronamiento de cualquier red habitable, sea afectiva o virtual, y a la necesidad de recobrar un cierto sentido de la realidad.
PONGAMOS QUE HABLO
DE LA RUTA DEL BAKALAO
( Varios directores, 2023)
Miniserie documental en 3 partes sobre la historia de un movimiento cultural sin precedentes en nuestro país: la movida valenciana, un fenómeno sociológico que a pesar de nacer en la periferia de la península logró cambiar los hábitos del ocio de varias generaciones de españoles. Iñaki López habla de lo desconocido de la conocida Ruta del Bakalao, surgida en Valencia. Con personajes como Chimo Bayo, Carlos Simó o Edu Soto, haciendo un recorrido por las discotecas de Valencia que no descansaban durante cuatro días mezclando entre jóvenes música electrónica, drogas y alcohol.
FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE
(John Badham, 1977)
Cada fin de semana, Tony Manero deslumbra con sus dotes bailarinas a todos los presentes en la disco. Una atemporal mirada (descartando el poliéster y las plataformas) a una juventud marginal que encontramos en cualquier tiempo y en cualquier ciudad. A una juventud que busca escapar de un futuro sin salida, aprovechando nocturnidad y alevosía, con la música y el sexo. No hay sueño americano, no hay trabajo duro, solo hay amor a la farra del fin de semana. Película que, como todo el mundo sabe, es ya parte de la cultura pop, homenajeada y parodiada hasta la saciedad. ¿A caso nunca has levantado el índide hacia el techo?
24H PARTY PEOPLE
(Michael Winterbottom, 2002) En 1976, Tony Wilson funda la discográfica Factory Records de Manchester y abre la discoteca Hacienda, una de las más conocidas del mundo. Basada en la vida real de Wilson y de Factory Records, de donde proceden grupos como Joy Division, New Order y Happy Mondays. Esta película nos conduce en el viaje del susodicho Tony desde los albores del punk manchesteriano a las raves discotequeras de los noventa… El actor principal, Steve Coogan, se ganó cada libra que le pagaron por esta película, pues él sabe transmitir a la perfeccion la locuacidad y el genio de ese loco llamado Tony Wilson.
STUDIO 54
(Mark Christopher) Nueva York, 1979. Shane O’Shea, un joven que lleva una vida monótona y anodina, sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54 de Manhattan. Se trata de un local muy exclusivo, donde sólo admiten a famosos. Una noche, el propietario del negocio, ve a Shane en la cola y ordena al portero que lo deje entrar. A continuación, le ofrece un trabajo en el local. Allí, se iniciará Shane en el mundo de las drogas, el sexo y la música disco. Como otros muchos jóvenes aspira a codearse con la gente del mundo del espectáculo, con la esperanza de poder hacer realidad sus sueños. Lo mejor de la peli, Mike Myers como Steve Rubell.
Flamenco on Fire 2025: un homenaje a la historia del flamenco en Navarra
El festival hará un recorrido por la historia del flamenco, centrado este año en el periodo 1830–1925. En la programación destacan nombres como Tomatito, Pepe Habichuela, Esperanza Fernández, Ángeles Toledano, Los Planetas o Yerai Cortés.
El festival Flamenco On Fire celebra en 2025 su duodécima edición con un ambicioso proyecto artístico y divulgativo que se desarrollará a lo largo de tres años: una trilogía sobre la historia del flamenco, que arranca con el ciclo “Tandal 1830–1925”, centrado en los orígenes del arte jondo, desde sus primeras manifestaciones hasta el final de los Cafés Cantantes.
La programación se articula en varios ciclos: Grandes Conciertos, Siglo XXI, Nocturno, Tablao On Fire, Escenario Sabicas, Escenario Pansequito y actuaciones en calles, balcones y patios, manteniendo la apuesta por la cercanía con el público y la diversidad estilística y contará con figuras consagradas y artistas emergentes del panorama flamenco, con nombres como Tomatito, Pepe Habichuela, Manolo Franco, Gerardo Núñez, Rafael Riqueni, José Valencia, Esperanza Fernández, Lela Soto, María Terremoto, Los Planetas, Duquende, Yerai Cortés, La Macanita, Queralt Lahoz, Antonio Canales, Miguel Vargas, Montse Cortés, Ismael de la Rosa “El Bola” o los hermanos José y Fernando Canela.
Una de las novedades destacadas de esta 12ª edición es la ampliación de espacios para el ciclo Siglo XXI, con la incorporación del Teatro Gayarre y Baluarte, así como la consolidación del Palacio de Ezpeleta como Escenario Pansequito, un espacio dedicado en exclusiva al cante flamenco más puro.
Baluarte será una de las sedes principales del festival, que traerá cinco grandes conciertos a la Sala Principal del 27 al 31 de agosto. Bajo el concepto Tandal (patios o las corralas de las casas, donde se concentró, evolucionó y se transmitió oralmente el flamenco), FOF 2025 traerá artistas consagrados y figuras emergentes que actuarán
en Navarra para celebrar la vitalidad de este género que está en continua evolución. Las entradas cuestan 35€ y 45€ y se pueden adquirir en la web www.baluarte.com, en la taquilla de Baluarte y en el punto de información y venta de NICDO en el Centro Comercial La Morea. En concreto, el 27 de agosto (20:30 hrs.) el programa de Baluarte arrancará en el auditorio pamplonés con Alzapúa III, tercera producción propia de gran formato para la guitarra. El jueves 28 (21:30 hrs.) tomará el testigo la compañía de Antonio Najarro, que en su debut en Baluarte pondrá en escena el espectáculo Romance sonámbulo, nombre de uno de los poemas más emblemáticos del Romancero gitano de Federico García Lorca. El día 29 (21:30 hrs.) será el turno de Los Planetas, que en su Concierto esencial rendirá tributo al grupo, a su obra, a su historia y su manera de ver y acercarse al flamenco. El sábado 30 de agosto (21:30 hrs.), Lela Soto, Ángeles Toledano y María Terremoto presentarán el espectáculo de cante flamenco Reseteando. Y como broche de oro de esta edición, el domingo 31 (20:30 hrs.) tendrá lugar la actuación de Tomatito. El reconocido guitarrista almeriense ofrecerá un paseo por su música: desde los primeros acordes que junto a Camarón en La Leyenda del Tiempo, hasta destellos inéditos de su próximo trabajo.
El ciclo comenzará el 22 de agosto en Viana, seguirá en Tudela el 23 para finalizar en Pamplona del 26 al 31 de agosto, con 13 escenarios, 36 actuaciones y variedad de propuestas.
Queralt Lahoz
DISCALCULIA
por HELEN ÁGREDA WILES
Es verano y el verano es para escribir sobre lo que quieras. Yo no voy a tocar el tema que dirige la revista de este mes y me vais a perdonar porque, como digo, es verano y en verano perdonáis hasta doscientas reposiciones del Príncipe de Bel Air, así que no mareéis. Las discotecas no me van, pero hay algo que me va todavía menos; una cosa que odio.
Yo odio despedirme. A veces miento y digo que odio las despedidas, pero las despedidas de otra gente me dan igual si no estoy yo en medio. Lo malo es cuando soy yo la que tiene que decir adiós, agur, bye bye. En tres idiomas se lo hemos enseñado a nuestro hijo y no ha sido por empeño, sino de tantas veces que se despide una de lo que menos quiere despedirse. El crío ya responde, sacudiendo su antebrazo gordito, con una sonrisa tontorrona que ojalá augure una relación más sana que la mía con las despedidas. Yo ya no tengo nada que hacer, las detesto.Y sin embargo, me toca despedirme. Vaya si me toca. Ocho años después de pisar su antipática moqueta gris por primera vez, dejo la multinacional que me ha dado de comer y de vivir, y cuyo nombre sigue siendo un reto imposible para gran parte de sus clientes. La tienda, digo, me ha dado el sustento, pero la gente con la que he trabajado me lo ha regalado todo. Pues para vosotras, para vosotros, va mi carta de amor odio:
Adiós, pues. Me toca irme. Volveré solo de visita, en el mejor de los casos diciendo: Sí, sí, se está muy bien trabajando de lunes a viernes, sí, ahora quizá cobro más, pero allí no me lo paso como aquí. Podríais haber sido un poco más gilipollas, un poco más mierdas, un poco
más menosmil de aura, y así ahora todo sería más fácil. Pero no. Os empeñasteis. Y acabamos compartiendo almuerzo, vacaciones, familia. Me invitasteis a vuestra boda, me contasteis vuestros secretos, y guardasteis los míos. Llorasteis porque se fue Flechita y también porque vino Bamba, y me dejasteis llorar cuando se os fueron a vosotras, a vosotros. De la risa también lloramos. Me alegrasteis la cuarentena y los cuarenta y también los cierres (de la tienda y otros cierres). Sin cerrarme la boca me abristeis la mente, y esto empieza a parecer una canción de Estopa. ¿Cómo se despide una de tanto? ¿Cómo abandona su taquilla llena de enormes chorradas tan necesarias? ¿Cómo pasa a la siguiente etapa sin volver corriendo a casa llorando, como hizo aquella otra vez?
Esto, malditas y malditos, no estaba en el contrato. Trabajar con jóvenes te da vidilla, dijo Maru. Y dio en el clavo. A la vidilla le pusimos Oliver. No hay roles de gavetas suficientes para llevármelo todo, incluso contando los bailongos. Os voy a echar de menos. Soy un naufragio y también soy la balsa.
Concha Tisfaier
discotecas
Ahora sí debería poderse ir de discotecas. Unos antros que siempre me he imaginado como los templos del trance a través de la vibración sonora, con o sin trampas. Aunque haya ido a lugares que se llamaban discotecas, discobares, gastro(disco)tecas, discoArte, incluso discotheques, sé que no lo eran, sé que las discotecas en realidad existen aunque yo no las haya pisado, sé que un día iré a un Bakaland y allí veré el Delfos de la música rítmica, machacona, extasíaca. Como sé que su momento es ahora, no hace cuarenta años (hola ochentas y vuestras movidas). Porque ahora todo lo demás se ha delegado, deslocalizado, applicatizado. Ya puedes ligar en Tinder, hablar en WhatsApp, vestirte en Vinted, discriminar en X , acosar en OnlyFans, criticar en el grupo alternativo que te has montado en (otra vez y otra) WhatsApp, drogarte en Twitch, coreografiar en TikTok , subir pulsaciones en tu reloj última generación, pavonearte en Instagram, montarte tu conspiranoia en Mastodon, exigir que pinchen tu música en Spotify y payasear en YouTube
Es el momento de los discotemplos, de hordas de personas alienadas llevando al extremo su disociación en forma de trance comunitario y sudoroso. El verdadero sentimiento de comunidad ocurre ahí, en los cuerpos rozándose sin anhelo sexual, las miradas encontrándose en rutas extraviadas, las sonrisas fáciles, regaladas, los movimientos que de repente se sincronizan unos segundos mientras el pelo flota en la luz rosaverdedorada y la saliva viaja de una muela
a un lóbulo soltando todo el polvo recogido en un suelo que resbala placer, desconexión y brillo.
Ya siento los graves vibrando en mis tobillos, volviendo mi cuerpo de cera, mi cara digna de un cartel de San Fermín, mis manos agarrotadas y mi cuello suelto, por primera vez en años de tensión trapecial frente a un ordenador con una luz ahora rosada para proteger mi vista, una alfombrilla de ratón para proteger mi muñeca, una silla para proteger mi espalda, mil probióticos para proteger mi estómago. El fin de la protección ha llegado, la comunidad es segura, quien quiere algo más que la conexión con el latido de su corazón se ha quedado fuera, en el mundo de las pantallas asépticas y clónicas, las interacciones medidas y equilibradas y los cuerpos tan higienizados como las mentes.
Las discotecas nos devolverán ahora el ritmo del tambor y el aullido de las lobas sin que medie batukada alguna, solo el tempo rápido de una música modificada electrónicamente a la que nuestras extremidades le regalarán la melodía, un compás in crescendo al nirvana del vacío en el universo antigravitatorial, una cadencia de contorsiones que nos recuerden que las máquinas nunca podrán sudar sal.
MIS VIAJES
por gazte-che
hoy: LA DISCO
Llegó agosto y yo sigo sin plata. Dada mi insolvencia y que estoy peor que nunca, más allá de no irme a ningún lado de vacaciones y dado que me han echado del pueblo por raro, he vuelto a nuestra querida Iruña y me toca trabajar. El reloj de los sanfermines lleva tiempo con su nueva cuenta atrás y todo lo que era alegre ahora es calor. No tengo más remedio que juntar platita con el sudor de mi frente, pero tampoco soy tonto y para no sudar a horas donde el calor aprieta mal, me he buscado un trabajo apropiado para el verano, un trabajo nocturno y un poco taciturno, uno de mis primos me ha ofrecido trabajar en La Disco.
Debo decir, antes de todo lo que voy a contar, que llevaba años sin salir de noche, por lo que lo que para mí era fiesta, ahora ya no lo es y todos los gatos son pardos, todos los amigos están viejos y todos los viejos van a las mismas discotecas. La chavalada sale menos y los que salen van todos a los mismos lugares para no encontrarse ni con los boomers ni con los millenials, los zeta y los alfa esquivan todo lo que huele a ranciete, a guitarras y a sonidos melódicos al pedo. Ellos quieren su rollo, estar con sus bros, lit.
Dada mi edad y mi desgaste físico, me fueron probando en distintos puestos en La Disco, primero en el peldaño más bajo, de relaciones públicas cerca de la entrada, después progresé a relaciones dentro de La Disco, después le llevaba los bocatas a los maromos de la puerta, después (no sé si progresé o retrocedí) empecé a marcar con el dedo a los que había que sacar afuera porque habían armado algún quilombo, también alejaba a los pesados del DJ, llevaba consumiciones a la zona VIP, estuve un poco en la barra y algunos días me metieron a hacer las cuentas de lo recaudado. Definitivamente, mi primo era un confiado. Creo que, aunque sabía que yo no encajaría en ningún lado, le daba vergüenza decir que yo era un tarado, así que probó todo lo posible. El tipo es un tipo de
ley y no quería quedar mal con su decisión. Y creo que no se arrepintió, porque le salvé de una buena.
Una sesión de viernes por la tarde estaba especialmente desmadrada, de esos tardeos que se alargan y no hay recambios. Los viejunos (coetáneos míos casi todos) estaban pasados de vueltas. Los paseos por los baños se hicieron muy frecuentes y la cantidad de polvito blanco que esa gente esnifaba se fue de madre, seguramente para contener otra sustancia que venía en pastillas de colores. Bueno, no fue un quilombo de hostias y peloteras, de gritos y sangre como más de uno está pensando, tratando de anticiparse a esta historia histérica que, como casi siempre, se suele contar en los medios de comunicación rancios. No, este no es el caso, la tragedia fue que en un abrir y cerrar de ojos se nos llenó La Disco de ambulancias. Los discofarloperos empezaron a caer uno tras otro. Primero empezaron algunos vomitando y después fueron otros que caían dormidos sobre su jeta que golpeaba el suelo como un martillo le da al clavo. Fueron decenas, iban cayendo y se quedaban ahí tirados. Los maromos de la entrada pidieron refuerzos y yo, que no podía ni con mi culo, levanté a más de uno para llevarlos a la entrada donde los apilamos para que las ambulancias se los llevaran.
La razón del estropicio fue una mezcla de fallos del proceso productivo de las pastillitas más la contaminación cruzada con la farlopa y con un boludo que había estado manipulando mercurio para un desafío de Tik Tok. El mano a mano, el boca a boca y el calor de La Disco desencadenaron una intoxicación descomunal que nos llevó a cerrar durante varios días.
Cuando se volvió a la actividad, prescindieron de mí. Mi primo me dijo: «No es que no te quiera, pero traes mala suerte». Después de reconstruir la historia con las diferentes versiones, dijeron que la causa fundamental de todo no es lo que yo he contado, no. La causa de todo debo ser yo. Por lo tanto, con lo que me pagó mi primo (y lo que saqué de los bolsillos de los farloperos dormidos) me he ido a la Costa Azul unos días, a disfrutar del sol y el mar, que algo me dice que me lo tenía bien merecido.
En la pista de baile hay mucha ciencia. Consumimos sustancias, ya sea en polvo, pastillas, fumadas, inhaladas o en forma de bebidas energéticas y alcohol, que alteran la química y la fisiología de nuestro cerebro. Sentimos las ondas sonoras retumbar en cada rincón de nuestro cuerpo llevándonos hacia el éxtasis. Vivimos experiencias extrasensoriales con láseres y luces estroboscópicas. Interactuamos con personas que nos disparan la síntesis de todo tipo de hormonas y neurorreceptores. Y nuestro sistema locomotor se zarandea como si no hubiera un mañana. El baile es un ritual sagrado que se practica en la discoteca y que nos conecta a través del movimiento como si fuéramos un solo ser. Porque, como animales sociales que somos, lo que mejor se nos da es imitar.
House, máquina, perreo, salsa, la bisbivuelta, ‘100 gaviotas’ (dónde irán)… qué más da. Cuando nos encontramos en un lugar repleto de gente y suena la música, ocurre lo inevitable. Primero se nos va la pierna, luego la cadera, el cuello, los brazos... ¡Es como un virus! En muy poquito tiempo nos sincronizamos, moviéndonos en sintonía como si fuéramos un enjambre de abejas, un banco de peces o una bandada de estorninos. Esto no es ningún misterio, por supuesto, todo el mundo lo ha experimentado de algún modo u otro, pero lo que no sabíamos es por qué ocurría. Hasta el año pasado. Para averiguarlo, un grupo del Istituto Italiano di Tecnologia liderado por el neurocientífico Giacomo Novembre (Juan Noviembre para los colegas) convirtió uno de sus laboratorios en una discoteca: invitaron a 70 personas, les dieron auriculares inalámbricos para que escucharan temazos como Freed from desire, Show me love o Thriller y grabaron cada uno de
sus movimientos. A veces, bailaban mirando a su pareja mientras escuchaban la misma canción; otras, lo hacían escuchando canciones distintas; en otros momentos, aunque escucharan el mismo hit no podían ver a su pareja, y en otros, ni escuchaban la misma canción ni veían a su pareja. Cuentan los científicos que algunos participantes estaban motivadísimos, ¡como si realmente estuvieran de farra! Tras analizar un porrón de datos con ayuda de la IA, concluyeron que la sincronía se producía tanto a través de la música como por la observación de las parejas, pero los patrones geométricos de los movimientos eran distintos. Algunas partes del cuerpo, como la cabeza o el tronco, seguían el ritmo de la música, pero las manos o los desplazamientos laterales se coordinaban con los movimientos de la pareja. Y luego estaba el rebote vertical (el saltito de toda la vida), que actuaba como un metrónomo universal conectando ambas cosas.
Seguro que tras leer esto te estarás preguntando para qué carajo se gasta el gobierno italiano un dineral en investigar movimientos de baile, ¿verdad? Relaja, que en ciencia todo el conocimiento que se adquiere es importante. Este tipo de hallazgos pueden servir para mejorar terapias de movimiento en personas con Parkinson o autismo, diseñar robots más sociales, comprender mejor el comportamiento colectivo humano o inspirar nuevos algoritmos que tomen decisiones distribuidas y coordinadas. No está mal, ¿no? Quién te iba a decir a ti que unos cuantos italianos bailando podían enseñarnos tanto sobre cerebros, máquinas y maneras de relacionarnos en comunidad.
eljardindemendel.wordpress.com
AGOSTO DÍA HORA LUGAR
TIBURONA 6 20:00 Bosquecillo
AMILAMI 6 20:00 Museo Nav.
EXUVIA 7 20:00 C. Blanco
LA SONRISA METÁLICA 7 20:00 Black Rose
ANDREA SANTIAGO 7 20:00 Lezkairu
HATEBREED 8 19:00 Totem
DOSIS GRAY 9 20:00 Black Rose
LA FURIA 10 21:00 Artajona
KBLESS 13 20:00 Bosquecillo
JUMELAGE 13 20:00 Buztintxuri
CABEZAFUEGO & BEATRIZ SÁNCHEZ 13 20:00 Museo de Navarra
MANNY CALAVERA 14 20:00 C. Blanco
COLECTIVO OSTATUA 15 20:00 Ochagavía
MIELOTXIN 17 20:00 Viana
LOS BENGALA 20 20:00 Bosquecillo
ONAVIDE 21 20:00 Black Rose
BLACK FRIDAY 21 20:00 C. Blanco
NAXKER 22 20:00 Txantrea
JO & SWISSKNIFE 22 22:00 Corella
JOSÉ VALENCIA 22 21:00 Viana
ESPERANZA FERNÁNDEZ 23 21:30 Gaztambide Tudela
ALEJANDRO FERNÁNDEZ 23 22:00 Navarra Arena
LANAI 24 21:00 Azagra
MIGUEL VARGAS 26 22:00 Palacio Nav.
JOSEBA IRAZOKI 27 20:00 Museo Nav.
MANOLO FRANCO +GERARDO NÚÑEZ 27 20:30 Baluarte
AGOSTO DÍA HORA LUGAR DUQUENDE 27 22:30 Tres Reyes
QUERALT LAHOZ 28 19:15 Zentral LILO 28 20:00 C. Blanco
THE VELVET CANDLES +LOS VÓLIDOS 29 21:00 Barañáin Lago
LOS PLANETAS 29 21:30 Baluarte LA MACANITA 29 23:30 Tres Reyes
CAROLINA DURANTE +HINDS +ZETAK... 30 - MUWI FEST Logroño
DCD +BOURBON KINGS +DÑA. 30 18:00 ERRIBERRI Olite
SI CRANSTOUN +HONKY TONK... 30 19:00 Barañáin Lago
LELA SOTO 30 21:30 Baluarte
LA INDIA 30 22:30 Tres Reyes
LOS BENGALA +JO & SWISSKNFIE... 31 - MUWI FEST Logroño
ROCÍO MÁRQUEZ 31 19:00 Zentral
TOMATITO 31 20:30 Baluarte
SEPTIEMBRE DÍA HORA LUGAR
BLACK BELTZ 3 20:00 Bosquecillo
THE SOULERS 4 20:00 C. Blanco
MANGO W. MUSIC 5 13:00 C. Blanco
WOJTYLA 5 19:30 Zentral 2
BARRENCE WHIFIELD +ACANTHA LANG 5 20:00 Zentral
SAUROM 5 20:30 Totem
ARIES Aún a riesgo de que me echen de la revista, tengo que decirlo: Amigo Francisco, antes eras el rey de la disco, fue una pena lo que le pasó a tu menisco.
TAURO ¿Dónde están las mágicas pastillas, rojas, verdes y amarillas que receta Chimo Bayo? Si tu las has probado y no quieres decirlo pero no fue para tanto… no me acuerdo de cómo seguía la canción.
GÉMINIS Panic at the disco no sólo es el nombre de un grupo, también es lo que siente la gente cada vez que entras al Indara o al Canalla.
CÁNCER Por el día, pumba pumba, por la noche cha cha chá. En el coche, pumba pumba, en la disco cha cha chá.
LEO Decir que eres DJ cuando
en fiestas de Lodosa vas al bar de tu tío a poner canciones con un USB y el Winamp tal vez sea de ser un poquito exagerado. ¿Que no? Si es que hasta has hecho flyers y camisetas con tu cara.
VIRGO El derecho de admisión en los locales de ocio se inventó para gente como tú y tu cuadrilla.
LIBRA Eso de que te sienta bien es algo que sólo opinas tú y con lo que nadie a tu alrededor está de acuerdo.
ESCORPIO Puedes estar tranquilo, tu hijo y tus hijas jamás pisarán una discoteca o se estarán cerca de garitos turbios. Les puede el de cringe extremo que les daría encontraros a ti ya tu pareja, cosa que sabemos es harto posible.
CAPRICORNIO Al final, los añorados sanfermines con los que tanto diste la brasa, no fueron para tanto.
ACUARIO Deberías de hacer honor a tu signo y tomar algún tipo de bebida isotónica cuando te vas de farra porque siempre pareces bastante deshidratado y balbuceante.
PISCIS Mi queridísima Piscis, eras la reina de las sesiones light del Reve, lo petabas las noches de Artsaia y +&+, en Ibiza siempre triunfabas y ahora arrasas en los tardeos. Si llegas viva a la residencia de ancianos, estamos seguros de que seguirás dando caña.