ESPECIAL AGRÍCOLA Siembra directa
LAS RESTRICCIONES PRINCIPALES para la adopción de la SD
L
a SD requiere un cambio completo en las prácticas agrícolas. Esta ha sido una de las mayores dificultades enfrentadas por los productores que por años habían escuchado sobre las ventajas de arar. Los investigadores y profesores universitarios enfrentaron problemas similares para cambiar sus líneas de investigación o sus materiales de enseñanza luego de haber invertido años en el estudio de la labranza convencional. 2) La presión social puede detener a innovadores potenciales. Las prácticas convencionales indicaban que un buen productor plantaba en un campo limpio y bien arado. Por esto, los primeros en usar la SD a veces fueron considerados haraganes o locos. 3) El cambio de la labranza convencional a la SD involucra
14
PUBLIAGRO / ABRIL 2021
el aprendizaje de la dinámica de un sistema fuera de equilibrio, el cual normalmente requiere un tiempo largo (más de cinco años) para alcanzar un estado estacionario. 4) Puesto que la SD es muy sensible a las condiciones locales, se requieren esfuerzos de adaptación sustanciales. Aún paquetes que funcionan en una región deben ser adaptados a cada explotación. Los productores más avanzados llegan a cambiar sus prácticas en diferentes potreros. Los componentes que deben adaptarse son: el manejo de los residuos (porque afecta la temperatura del suelo, el manejo de la humedad del suelo, la erosión y la eficiencia de las maquinarias), las sembradoras (pues su eficiencia depende del tipo de suelo y de las prácticas de manejo de los residuos) y el control de plagas y enfermedades.
5) La transición alcanza un punto crítico en el tercer año, cuando el productor debe resolver los problemas específicos de su explotación, como, por ejemplo, la evolución de la población de malezas. Algunos productores no pueden adaptar el sistema a sus condiciones particulares y vuelven a la labranza convencional. 6) La incidencia de malezas, pestes y enfermedades puede aumentar, especialmente cuando no se usan rotaciones adecuadas. 7) Consideraciones económicas de corto plazo pueden hacer que los productores no usen las rotaciones adecuadas, reduciendo la sostenibilidad del sistema. Por ejemplo, hasta la mitad de la década del 90 la diferencia entre una tonelada de soja y una de maíz superaba los US$100. Muchos productores de granos plantaban continuamente la secuencia soja-trigo o sólo soja, aún sabiendo que esto podría aumentar sus problemas agronómicos en el futuro, porque los beneficios inmediatos compensaban las reducciones esperadas de rendimientos en el largo plazo. 8) La tecnología difiere para productores grandes y pequeños. Pero, en general, los pequeños productores no tienen los recursos humanos y económicos necesarios para adaptar el paquete a sus necesidades. 9) Comparada con la labranza convencional, los productores pequeños necesitan más insumos comprados.