Presentación El objetivo de movilidad humana de la Pastoral Social Cáritas Ecuador es abordar la migración, el refugio y el desplazamiento forzado como un hecho social permanente que suele derivar en vulneración de los derechos, discriminación y rechazo, centrando sus esfuerzos por trabajar con grupos en condiciones de vulnerabilidad. Nuestro trabajo busca incluir a hombres, mujeres y personas con diversidades sexo genéricas, migrantes, refugiados, retornados y solicitantes de protección internacional. Ante ello, la Pastoral Social Cáritas ofrece atención humanitaria y acompañamiento jurídico y psico-social, formación, capacitación en medios de vida e integración local, así también, se desarrollan actividades con la comunidad local y con redes interinstitucionales, fortalecimiento a asociaciones de migrantes y refugiados e incidencia socio-política. Esta intervención responde a la realidad migratoria que está enmarcada en un contexto nacional, en los últimos años Ecuador ha recibido un gran número de personas desplazadas, refugiadas y en situación de movilidad humana. Según datos de Naciones Unidas, a noviembre 2021 se estima que 508.935 personas venezolanas residen en Ecuador. Por su parte, según cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana desde 1968 y 2020 se han reconocido a 69.897 personas el estatus de refugiadas, de las cuales el 96,7% son de Colombia, el 1,63% de otros países y 0,73% de Venezuela. Sin embargo, esta proporción ha ido cambiado y, hasta finales de noviembre del 2021 se contabilizaba 47,311 solicitudes de asilo, de las cuales 13.377 corresponden a ciudadanos colombianos y 33.936 a personas venezolanas, viendo un aumento significativo de esta última.
5 ANÁLISIS DE GÉNERO DESDE EL ACOMPAÑAMIENTO QUE REALIZA LA PASTORAL SOCIAL CÁRITAS ECUADOR MOVILIDAD HUMANA
El aumento de flujos migratorios también ha significado nuevos rostros que se suman a estos tránsitos entre ellos las mujeres, es así que, la feminización de la migración ha tomado relevancia e interés en los últimos años. Además de las condiciones de vulnerabilidad que enfrenta la población migrante y que afecta de forma desproporcional a las mujeres, existen altas tasas de violencia basada en género que viven tanto en los países de origen como de destino. La violencia de género contra las mujeres es una problemática generalizada en la región y en el mundo que atenta a los derechos humanos de niñas y mujeres, con graves repercusiones en sus familias, comunidades, el entorno social y sobre todo en su propio proyecto de vida.