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La avanzada medicina china
from ProAsia 49
by ProAsia
Diálogo con el médico oncólogo, Dr. Fernando J. Estévez.
¿Cómo llegó a especializarse en oncología?
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Elegí estudiar medicina y cuando estaba haciendo el ingreso a la carrera, a mi padre le detectaron cáncer de pulmón. Tuvo varias recaídas de su enfermedad y falleció luego de 18 años. Esto hizo que mis estudios estuvieran signados por esa revolución familiar y la búsqueda de una cura.
Así que me recibí de médico interno y luego me especialicé en oncología.
Paralelamente estudié, aquí y en el exterior, diversas disciplinas: hemoterapia, acupuntura, terapia neural, homotoxicología, electroacupuntura de Voll, homeopatía, naturismo, higienismo, terapia ortomolecular y fitoterapia. Todos los pacientes y familiares de pacientes con cáncer pasan por un proceso similar de búsqueda de alternativas a la medicina tradicional. En mi caso, fue un proceso también académico, en tanto no sólo buscaba especialistas sino que me empeñaba en aprender esas técnicas.
Habló del estudio de la acupuntura... tenía ya un acercamiento directo al mundo oriental, pero ¿cuándo sucede la verdadera revelación de la relevancia de la medicina tradicional china?
Un día recibí a una paciente con diagnóstico de cáncer de mama, en su estudio mostraba metástasis en cerebro, pulmón, hígado y huesos. Era una mujer joven, de 42 años, en un período muy avanzado de su enfermedad, y por consiguiente, con una chance de sobrevida muy corta. Le consulté si contaba con estudios anteriores y me mostró las tomografías de 5 años para atrás. Todas eran idénticas a la última. Pensé que era un error. Todo lo que había aprendido en la universidad y luego en mi experiencia como oncólogo, negaba la lógica de un cáncer con metástasis, en su período terminal, sin tratamiento, sin desarrollarse, suspendido, durante todos esos años. Le dije que no entendía sus estudios y ante su mirada estupefacta le expliqué el sinsentido. Entonces me contó que había ido a China 5 años atrás y allí se realizó un tratamiento mediante el cual le infundieron hierbas por vía endovenosa y le congelaron la enfermedad. Ante mi brote de preguntas, me respondió que, por el efecto de las lesiones cerebrales había perdido parte de la memoria, y no me podía especificar qué hierbas le habían administrado ni dónde realizó el tratamiento, y que, por otro lado, no había mucho que contar, ya que durante el tratamiento “ella hablaba en inglés y los médicos en chino”, así que, fuera de poner el brazo para la aplicación, no había otra interacción. Esa noche al llegar a casa le conté lo sucedido a mi mujer, y le dije: tengo que estudiar chino.
¿Y estudió chino?
Sí, estudié durante seis años, con dos profesoras. Con una avanzaba en los módulos y con la otra conversaba. Durante todo ese tiempo intenté acceder a bibliografía y papers sobre el tema, pero era muy dificultoso, las búsquedas en China eran complejísimas.
Buscando a tientas un camino hacia China, me contacté con una diputada, amiga de una paciente, que me invitó a una recepción de una comitiva china en la Legislatura, que traía la carta de intención de negocios a Argentina. Cuando saludé al líder de la delegación, 夏慧敏 Dr. Xia Huimin, que era el único que hablaba inglés, me presenté hablando en chino. Se sonrió y me contestó en chino, pensando que hasta ahí llegaba mi conocimiento del idioma. Pero pude mantener una conversación con él en mandarín, explicarle lo que me sucedía y qué estaba buscando. Entonces sacó una tarjeta y me la entregó diciéndome que contara con él para lo que necesitara...era el que manejaba la salud de la parte sur de China, como el Ministro de Salud para nosotros.
Y viajó a China...
Sí. Casi dos años después. Hice un observationship. El Ministro, a quien le estoy eternamente agradecido, me armó una agenda muy precisa, me puso como observador en diversos hospitales cuyas puertas se me abrieron por su intervención. Visité sus diferentes sectores: ginecología, pediatría y, desde ya, oncología. Pude presenciar tratamientos y hacer muchas consultas. Todo el personal de los distintos hospitales me recibió de forma excepcional y me ayudó y explicó cualquier duda que tenía, haciéndome sentir como uno más de ellos. Me resultó particularmente interesante haber sido invitado por el Ministro a participar de la reunión de armado y planificación de historias clínicas digitales unificadas con todos los hospitales y Centros de Salud de la Provincia, que se planificaba extenderlo a toda China. El orden, la eficiencia, la búsqueda de excelencia en cómo hacer las cosas, eran puntales fundamentales para ellos. Por ejemplo, el concepto y la búsqueda de ellos es que un paciente no debía perder más de 2 horas en el hospital, y pude verificarlo en una consulta de ginecología, donde la médica le solicitó una ecografía ginecológica y la mujer volvió en menos de 10 minutos. Pensé que se había olvidado algo, y no, ya estaba el resultado de la ecografía cargado en el sistema para poder terminar con el diagnóstico e instaurar el tratamiento. Con los estudios de laboratorio, también pasaba algo interesante. Cuando surge algún resultado patológico grave, el sistema emite un mensaje de alarma que le llega inmediatamente al médico que pidió los estudios, y al paciente (dando directivas de con quién se tiene que comunicar), haciendo que se evalúe rápidamente el problema. Ahí pude ver cómo la tecnología y la medicina funcionaban perfectamente. Lo podían hacer gracias a que tenían todo volcado a una historia clínica unificada, con parámetros de alarmas tabulados, según los resultados de los diferentes estudios.
¿La medicina tradicional china y la medicina “occidental” o moderna corren por vías separadas en China?
Hay hospitales que trabajan sólo con medicina occidental, otros sólo con medicina tradicional china (TCM), y otros que combinan ambas. Estos últimos trabajan con ambas corrientes en paralelo. En un mismo edificio conviven ambas medicinas de manera sumatoria en la búsqueda de la mejoría del paciente.
¿Podría darnos algún ejemplo de la tecnificación de lo tradicional?
Sí, de lo tradicional y de lo moderno, pues China nos lleva mucha ventaja tecnológica en lo que atañe a la medicina “occidental”. Tienen avances desde el punto de vista quirúrgico que no están disponibles en Argentina.
Por ejemplo, una cirugía compleja para un cáncer de pulmón aquí requiere abrir el tórax para sacar el tumor, luego terapia intensiva y un postoperatorio de mucho cuidado. En cambio, allá utilizan agujas guiadas por tomografía que se introducen en el tórax y llegan hasta el punto exacto del tumor y lo queman por radiofrecuencia o por criocirugía, sin tener que cortar al paciente. Este tipo de terapias se usan en Argentina, pero de manera muy básica. Dado que no contamos con equipamientos tan sofisticados, ni el entrenamiento profesional para manejarlos.
Mientras estaba en China, permanentemente rondaba en mi cabeza que, a pesar de ser especialista en oncología, y estar actualizado con los tratamientos, tuve que viajar para familiarizarme con este tipo de terapias.
Todos hablamos de globalización, pero hay muchas cosas que sólo se aprenden viajando. China es hoy día uno de los países que más avances y trabajos científicos genera en el campo de la medicina.
Si en gran parte de Occidente, Argentina incluida, se desconoce la existencia de esta tecnología china, me imagino que, menos aún, las técnicas que pudo observar. ¿Qué le ha resultado fascinante de ver in situ respecto del tratamiento oncológico en China?
Poder encontrar la terapia a base de fitoterápicos, que “congeló” el cáncer con metástasis de mi paciente por cinco años. Fue increíble. Visité una clínica donde todos los pacientes con cáncer eran evaluados por la mañana desde el punto de vista de la medicina occidental, para indicarle algún tipo de tratamiento oncológico tradicional, y por la tarde eran evaluados desde el punto de vista de la medicina tradicional china. Siempre por los mismos médicos del servicio.
Antes de finalizar el día de atención, la jefa de oncología reevaluaba a todos los pacientes. ¿Cómo lo hacía? Les controlaba la lengua y el pulso (para evaluar órganos y meridianos), y le iba indicando a un asistente las hierbas que tenía que incluir en la receta para tratar su problemática.
En China, los productos en base a hierbas se pueden encontrar en muchas presentaciones, como ser: ampollas estandarizadas para uso endovenoso; jaleas, té, extracto seco, y otras para ser usadas por vía oral; y cremas, óvulos, vaporización, y otras para su uso por piel.
Algunos principios fitoterapéuticos potencian el sistema inmunológico de la persona, y eso explica por qué la paciente con un cáncer avanzado, que me llevó hasta China, logró frenar su enfermedad.
Argentina tiene una excelente relación con la República Popular ¿por qué desconoce los avances de la medicina china?
Hay varias razones: Imposibilidades económicas para la compra de tecnología de vanguardia. El idioma (tanto el lenguaje hablado como su escritura) es también una gran barrera. El descreimiento médico. Nos instruyen en la universidad solamente para manejar fármacos y no hierbas, y es muy común escuchar en ámbitos académicos hacer mención de este tipo de tratamiento de forma peyorativa, descreyendo de su accionar, aun sabiendo que, gran parte de los productos farmacéuticos, surgen de las plantas. También pienso que es posible que existan ciertos intereses, que se verían afectados por la difusión de esas técnicas.
Un médico oncólogo argentino, que tuvo la suerte de cruzarse en el camino con una paciente que recibió con éxito tratamientos chinos, que luego aprendió el idioma y llegó a conocer al Ministro de Salud chino, y finalmente viajó para China y pudo ver con sus propios ojos, de primera fuente, qué y cómo los chinos tratan diversas enfermedades, ¿qué puede hacer para difundir esa información en nuestro país?
Continúo en contacto y tratando de extender los lazos con entidades chinas ligadas a la salud. Contactos que, en gran medida, se habían visto interrumpidos con la pandemia. Por otro lado, continúo investigando tratamientos en China y la posibilidad de acercarlos a nuestro país. Existen tratamientos que requieren de un aprendizaje, y para ello deberíamos pensar en trabajar de forma conjunta desde las Universidades, hospitales, laboratorios y clínicas, generando intercambios, y una serie de actividades que acerquen a nuestros profesionales a este tipo de prácticas. En Argentina se practica acupuntura, auriculoterapia, reflexología, moxibustión y ventosas. La evaluación de los pulsos y la lengua se enseña de forma muy limitada, dado que es un proceso que requiere mucha práctica y un profesional idóneo que lo enseñe. No existe la especialización en medicina tradicional china, donde todo esto se integra con las hierbas, dado que tampoco contamos con muchas hierbas chinas.
Aunque pienso que, si se estudia, se podrían adaptar los tratamientos utilizando las hierbas con las que contamos en nuestro país.
¿Difunde este conocimiento?
Lo comparto con pocas personas, porque a pesar de lo muy prometedor que sería la incorporación de estos productos, técnicas y tecnologías a nuestros recursos, aún no están acá y resulta muy difícil tenerlos en un futuro cercano. De igual manera, hay que seguir estudiando la forma de traerlos, o incluso producirlos. Un paciente con una enfermedad grave es una persona que necesita esperanzarse, pero sería imprudente generar expectativas cuando aún no se cuenta con los recursos para poder satisfacerlas.
Contacto drfernandoestevez@gmail.com