Brucelosis en niños B
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Ana María Vélez Escobar, MD Residente de Pediatría, Universidad CES, Medellín
Álvaro Hoyos Orrego, MD Infectólogo pediatra y microbiólogo, Clínica Universitaria Bolivariana Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín
Claudia Beltrán, MD Pediatra infectóloga
Introducción La brucelosis presenta una distribución mundial con una alta prevalencia en la cuenca del Mediterráneo, la península arábiga, el subcontinente Indio, México, Centroamérica, Suramérica y, en los últimos años, en el este de Europa. La incidencia en los Estado Unidos, luego de la erradicación de la brucelosis bovina, es de 0,5/100 000 habitantes; en países como Irak, Jordania y Arabia Saudita, la incidencia reportada es de 100/100 000 habitantes. En América Latina, países como Argentina y México reportan una incidencia de 12,8/100 000 y 25,7/100 000 habitantes, respectivamente. Para el año 2004, Perú reportó 1116 casos de brucelosis. En Colombia existe un subregistro debido a que la brucelosis es una enfermedad que no requiere notificación obligatoria y la mayoría de estudios publicados se limitan a la determinación de la prevalencia según los reportes serológicos de la población estudiada. La brucelosis se conoce desde el siglo XIX como fiebre mediterránea, fiebre de Malta o fiebre ondulante. Fue descrita por primera vez en 1859 por J. A. Marston, médico de
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las fuerzas armadas de Gran Bretaña que se encontraban en la isla de Malta, en el mar Mediterráneo, durante la guerra de Crimea. En 1886, David Bruce, médico cirujano, logró el aislamiento del microorganismo a partir del bazo de pacientes que fallecieron por la fiebre de Malta. En un principio se nombró como Micrococcus melitensis, y se describió que el microorganismo se podía encontrar en la sangre, la orina y las heces de los pacientes con esta enfermedad. Entre 1904 y 1907, Bruce encabezó una comisión de fiebre mediterránea que estudió los aspectos de la enfermedad. En esta comisión se encontraba Themistocles Zammit, un médico maltés que identificó las cabras como reservorio y su leche sin pasteurizar como el vehículo de trasmisión a los humanos. En 1897, Almroth Wright aplicó un nuevo descubrimiento: el ensayo de aglutinación para el diagnóstico serológico. En 1897, un veterinario danés de nombre Bernhard Bang aisló de la placenta del ganado que sufría abortos al Bacillus abortion, que luego renombraron como Brucella abortus; por su parte, Jacob Traum, en 1914, aisló del cerdo al Brucella suis.