MARÍA BENAVIDES Existen otros tipos de andenes, no agrícolas: los que se utilizan para la construcción de viviendas en laderas, los que sostienen los canales de riego y los que sirven como salinas, que se inundan con el agua salobre que brota de las cuevas en los cerros. Luego de que evapora el agua, se recoge la sal depositada. Ulloa (1965 [1586]) documentó el ejemplo de Huambo, un pueblo de la provincia de Caylloma, donde eran importantes los andenes saleros en el siglo XVI. Hasta la actualidad existe el «camino de la sal», que cruza el valle del Colca a la altura de Yanque, por la que transitan las llamas que llevan sal de Huambo y Lluta a las alturas de la provincia de Espinar, departamento de Cuzco.
Referencia a andenes y riego al inicio de la colonia Como es bien sabido, el Inca Garcilaso de la Vega (1960 [1604]) escribió sus Comentarios Reales a fines del siglo XVI, muchos años después de haber dejado para siempre el Perú. La obra de Garcilaso estaba dirigida específicamente a ensalzar el concepto de los Incas, a cuya estirpe pertenecía por descendencia materna, siendo español por parte de padre. Garcilaso pertenece a la corriente que atribuía a los incas todos los aspectos más avanzados de la cultura andina, sosteniendo que antes de ellos la población era salvaje e ignorante. Según Garcilaso, cuando los incas conquistaban una nueva provincia, inmediatamente enviaban ingenieros especializados en la construcción de canales de riego, para aumentar los cultivos de maíz que requerían de irrigación para prosperar en esas tierras tropicales. Del mismo modo, irrigaban la puna, como se podía observar hasta la época en que Garcilaso escribía, por la evidencia de los canales que todavía subsistían en todo el Perú. En las laderas, en las alturas y hasta en las superficies rocosas, construían terrazas sostenidas por paredes de piedra que llenaban con tierra de cultivo traída de otros lugares. Estos andenes se iban ensanchando desde arriba hasta abajo de la pendiente, donde podían llegar a tener doscientas fanegas de tamaño. Estas eran empresas arduas, pero permitían el máximo desarrollo de las más pequeñas extensiones de tierra anteriormente árida. En efecto, sucedía en algunos casos que se construían canales de quince a veinte leguas de largo para irrigar unos pocos topos de chacra. Garcilaso señaló que la mayor parte de las cosechas de maíz en los andenes pertenecían al Inca y al Sol, lo que era justo ya que había sido el Inca quien había construido los andenes. Otros cereales y tubérculos como las papas, las ocas y los añus se sembraban en tierras que no tenían riego y que no eran fertilizadas como las chacras de maíz, y por tanto no producían una cosecha anual. También se cultivaba la quinua en las tierras frías. 54
Foto 2. Andenería actual (Laraos). Cieza de León (1967 [1553]) también atribuyó a los incas la andenería, pues sostuvo que, entre los grupos étnicos conquistados, «muchos no eran diestros en cultivar las tierras; les enseñaban cómo habían de hacer y como sacar acequias y regar con ellas los campos.» Según la Relación del corregidor Ulloa (1965 [1586]), en la provincia de Collaguas, jurisdicción de Arequipa, los indios adoraban los cerros nevados porque con los deshielos regaban sus tierras y nacían los ríos. Los indios se abastecían para el riego de unos arroyos que bajaban de la sierra a caer en el río principal, y, como las laderas eran tan empinadas, no podían aprovechar las aguas del río, porque corría encañonado en el fondo del valle. Dice Ulloa que las chacras y sementeras que tenían eran «hechas a mano en andenes hechos en cada era una pared». Ulloa se refirió también a andenes salineros: «...hay otras salinas en el pueblo de Guambo, de sal blanca, que haciendo unas eras [andenes] y metiendo en ellas el agua de un arroyo, dejándole estar, se yela en sal muy buena y blanca; y de aquí se provee toda esta provincia». El cronista indígena huamanguino, Guaman Poma de Ayala (1982 [1607?]), no consideraba que los andenes irrigados fueran obra de los incas. Según él, se trataba de obras construidas a través de los siglos por iniciativa de los habitantes de la zona andina. Guaman Poma se refiere a la época de los Huari, término que él utiliza para poblaciones originarias preincaicas; y sostiene que éstos «comen-