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Los andenes y su microclima
ce de energía en el período de pérdida de energía en un sistema de suelo sin vegetación.
En situaciones en que se desea reducir la pérdida de energía, es necesario realizar acciones para reducir la pérdida por transferencia horizontal actuando sobre el flujo de salida (Fs); también debe reducirse la pérdida de energía transferida por calor sensible (H) y calor de cambio de estado (LE), a través de acciones tendientes al aumento o evitando la pérdida de los gases componentes de la transparencia atmosférica. Las acciones de construcción de andenes conllevan a los dos tipos de modificaciones, lo cual analizamos a continuación.
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La circulación local y la transferencia de energía en andenes
En las localidades donde se encuentran los andenes, normalmente, se tienen los vientos anabáticos y/o vientos de valle durante el período diurno, o los vientos catabáticos y/o vientos de montaña durante el período nocturno. La figura 2 representa el proceso de transferencia de energía, por una de estas circulaciones locales, durante el período diurno, en situación de pérdida de energía (aproximadamente después de las 15 horas). Observamos que los andenes constituyen áreas protegidas del efecto directo del flujo ascendente a través de la ladera, se observa también la formación de flujos de circulación en cada andén, los que permiten el ingreso al sistema de calor y humedad del flujo ascendente, así como una pequeña salida de vapor de agua, CO2, etc. del sistema andén. Las circulaciones indicadas constituyen flujos turbulentos que ejercen la mezcla de las propiedades ingresantes con las originarias en el sistema. Como resultado de estos procesos dinámicos se consigue: en primer lugar, mejorar y conservar el efecto invernadero del micro ambiente del sistema andén y, en segundo lugar, reducir la salida de energía del sistema andén por el flujo anabático; todo ello permite tener mejores condiciones microclimáticas.
LOS ANDENES Y SU
MICROCLIMA
Balance de energía en andenes y en sistemas naturales
En la figura 3 representamos esquemáticamente el balance de energía en un sistema situado en una ladera en condiciones naturales y en andén. El primer sistema está constituido por una área descubierta sin protección, ello hace que tenga menor efecto invernadero y mayor pérdida de energía por la circulación local en comparación con el sistema ubicado en andén. Esto nos indica que los microclimas de los andenes son mejores que los de laderas en condiciones naturales.
Fig. 2. Transferencia advectiva de calor, vapor de agua y otras propiedades en un sistema de andenes.
JERÓNIMO GARCÍA
El tamaño de las flechas es un indicador cualitativo de la magnitud de energía que sale del sistema o que ingresa a este. En la figura representamos la cantidad de energía que ingresa al sistema (FI) con una flecha de mayor longitud para el caso de condiciones naturales y de menor longitud en el caso de sistema de andenes; además, la energía que sale por advección (Fs) es también mucho mayor en condiciones naturales en comparación a la de los andenes. En lo que concierne al calor almacenado por el medio (G), las flechas indican situaciones diferentes: menor disponibilidad de energía en condiciones naturales y mayor disponibilidad en los andenes. Finalmente, la magnitud del flujo del calor sensible (H) y calor de cambio de estado del agua (LE) están en relación inversa al efecto invernadero, o sea, son mayores en condiciones naturales y menores en los andenes.
Evidentemente, sería necesario realizar estudios cuantitativos para conocer la magnitud de dichos cambios.
Fig. 3. Proceso de transferencia de energía en condiciones naturales y en sistema de andenes.
ANDENES, AGROSISTEMA FRÁGIL
DIONISIO SALAS1
Andenes, agrosistema frágil
(Agricultural terraces: A fragile agrosystem)
1 Departamento de Mecanización Agrícola, Facultad de Ingeniería Agrícola, Universidad Nacional Agraria la Molina (UNALM), dsalas@lamolina.edu.pe
DIONISIO SALAS
Introducción Agrosistema
La agricultura en terrazas es un fenómeno desarrollado desde tiempos inmemoriales y distribuido por todo el globo. En Asia: Sumatra, Filipinas, Yemen, Nepal, China, Turquía, Paquistán y otros lugares. En Africa: Etiopía, Sudán, Uganda, Túnez, Argel y otros. En Europa: España, Portugal, Italia, Rumania, Francia, Suiza y otros lugares. En América: desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina (Donkin, 1979).
La construcción de terrazas para fines agrícolas está ligada a sociedades muy bien organizadas pertenecientes a civilizaciones superiores y que presentaban fuertes densidades demográficas. En América, las civilizaciones que construyeron andenes fueron: Azteca, Maya, Chimú, Tiahuanaco, Inca y otras más. Su creación es el resultado de la reunión de factores técnicos, económicos y sociales en determinados períodos de la historia humana y en determinados lugares geográficos; bajo condiciones de laderas inclinadas 5% a 40%, estíos prolongados y aguaceros de gran intensidad y corta duración, como estímulos a su creación y desarrollo. Después de su construcción han pasado varias veces por sucesivas etapas de abandono, deterioro y reconstrucción al ser pobladas otra vez por nuevas etnias que llegaron a rehabilitarlos. Siendo este también un fenómeno mundial y sin memoria exacta. Las causas del abandono pudieron ser la captura y el traslado de esclavos, las guerras y/o las epidemias que diezmaron la población, los cambios climáticos, los terremotos, etc.
A los constructores de terrazas, no siempre les interesó la corrección total de la pendiente. A veces creyeron suficiente reducir el talud natural a la mitad o algo menos. Se denomina bancales rígidos a los que presentan superficies de horizontalidad casi perfecta, lo cual es característico en los andenes de Perú y Bolivia.
El andén agrícola es una superficie horizontal sostenida por dos muros alineados a máxima pendiente y un muro a curvas de nivel; hecho con los siguientes propósitos:
- Reducir las pendientes. - Reducir el flujo de las aguas a un régimen no erosivo. - Mantener la tierra vegetal. - Manejar el agua eficientemente. Los andenes son producto de una penosa acumulación de conocimientos técnicos a base de éxitos y fracasos; que terminó en un sistema físico que funciona satisfactoriamente con el trabajo comunitario del hombre, permitiendo manejar mejor el agua (riego y drenaje) y el suelo.
Casi siempre se construyó andenes donde hubo poco o nada de tierra vegetal, lo cual obligó a transportar suelo para crear una capa cultivable horizontal sostenida por tres muros. El hombre sembró en ellos las plantas útiles; el viento, el agua y otros agentes del medio llevaron al andén la vida silvestre convirtiéndolo en parte del sistema ecológico regional.
El artificio cambió el paisaje de una ladera empinada y poco fértil, a una escalera gigante que sube la pendiente y sostiene un suelo fecundo en cada banco (foto 1).
Se dotó a las terrazas de cauces para evacuar los excesos de lluvias, y, en el caso de disponer agua para riego, de las acequias y partidores necesarios para distribuirla. También tienen los necesarios caminos.
Parámetros del andén
Un sistema de andenerías queda definido por los siguientes parámetros (figura 1):
· Pendientes transversal y longitudinal de la terraza. · Espaciamiento entre muros (A). · Dimensiones de la terraza: largo (B) y ancho (D) del banco.
Foto 1. Laderas empinadas, convertidas en bancos que sostienen el suelo fecundo.