

El club de los bulliciosos
Así que lo más sensato es acudir a las autoridades, quienes tienen la competencia para actuar y la obligación de restablecer el orden, velando por la sana convivencia en la comunidad.
¿Confianza en las autoridades? Así que si usted es de quienes debe aguantarse el alto volumen del equipo de sonido de algún vecino en cualquier época del año, el Código de Policía tiene varias medidas que incluyen sanciones económicas que lo amparan frente a dicha mala conducta.
Sin embargo, suele suceder que cuando un ciudadano pone na queja, acude la Policía y constata el hecho, en vez de aplicar la Ley, siempre acuden es al dialogo con el infractor, a pedirle el favor que le baje el volumen y ya. Acto seguido el infractor baja el volumen, la Policía se retira y pasan unos pocos minutos para que el volumen vuelva a estar en el nivel que estaba.
“¡Somos los bulliciosos, sí, señor, nosotros hacemos bulla de lo mejor!”, era el cántico de un reconocido programa infantil que dirigía el payaso Miky, famoso por sus programas televisivos de entretenimiento para niños en la década del 80.
Pues bien, al parecer algunos de los bulliciosos ya crecieron y muchos de ellos hacen parte de nuestra comunidad. Son aquellos vecinos que, tanto en la época decembrina como en otras temporadas, quieren que su fiesta o despecho sea compartido por toda la cuadra, aumentándole el volumen a su bafle o equipo de sonido. Lamentablemente esto tiene como consecuencia la perturbación de la tranquilidad de aquellos que residen en el sector.
Si bien es cierto que hay ocasiones que ameritan alguna celebración especial e incluso de manera comunitaria, también lo es, que se debe tener empatía con el vecindario, ajustando la música o el sonido a niveles razonables de volumen, teniendo en cuenta el día, el horario y el sector.
Lamentablemente existen personas a las que no les importa que sea un día especial o festivo. Algunos se sienten
con el derecho de poner música a todo volumen en cualquier momento, ya sea de madrugada, por la mañana, tarde o noche. Esto ocurre sin consideración por los demás.

Pareciera que no hicieran consciencia que en cada lugar las personas tienen derecho a su descanso o a dormir bien. No reflexionan que en el sector quizás haya algún enfermo, o personas que están realizando una actividad que amerita concentración.
En ocasiones las autoridades recomiendan que, antes de recurrir a la Policía, se hable directamente con el vecino para solicitar que reduzca el volumen. No obstante, en la mayoría de las situaciones, esta recomendación se debe descartar, dado que, frecuentemente, quienes están “enfiestados” ya se encuentran bajo la influencia del alcohol, lo que afecta negativamente sus reacciones.
En otros casos, la intolerancia termina generando conflictos entre los vecinos, pues algunos reclaman su derecho a la tranquilidad. Se han tenido noticias de agresiones y hasta fatalidades que han ocurrido por este tipo de situaciones.
La Ley establece de manera clara que, ante una infracción, se debe imponer una sanción. No obstante, rara vez se aplica, lo que crea la percepción de que el infractor queda impune y se sale con la suya, como se suele decir. Estos hechos hacen que los denunciantes se sientan en la mayoría de las ocasiones burlados y frustrados.
En la actualidad, la ciudadanía tiene la percepción de que la Policía se quedó en el diálogo y la pedagogía. Es decir, que hasta en situaciones que implican infracciones relacionadas con la convivencia, se percibe impunidad.
Lo ideal sería que los ciudadanos pudieran resolver sus diferencias con respeto. Es la regla básica de una sana convivencia en comunidad, especialmente la que debe caracterizar las relaciones entre quienes comparten espacios comunes, como un barrio, un edificio, un conjunto residencial o una urbanización.
Dado que este ideal no se cumple debido a la falta de cultura ciudadana, resulta imperativo exigir a la Policía valentía para hacer cumplir y aplicar la Ley. Es claro que los ciudadanos en medio de la decepción por la ausencia de autoridad, aún tenemos la fe de que normas como el Código Nacional de Policía no sean un saludo a la bandera.
Edición 136
Agosto - Septiembre de 2023
DIRECCIÓN
Isabella Navarrete Barrero
CORRECCIÓN DE ESTILO
Pompilio Peña M.
COMITÉ EDITORIAL
Ana María Bedoya Patiño
Angela Figueroa Jiménez
Brahian Estiven Montoya
Edilma Guirales
Erica Montoya Sánchez
Giovanni Figueroa Jiménez
Isabella Navarrete Barrero
Jhoan Sebastián Guapacha
Juan Pablo Rodríguez Parra
Liana Mariu Céspedes Giraldo
Luz Mary Berrío Castaño
María Nélida Gaviria
Marleny Oquendo
Natalia Garcés Raba
Nicoll Sofía Sánchez
Sebastián Zapata Molina
Yurany Álzate
FOTOGRAFÍAS
Erica Dahianna Montoya Sánchez
Giovanni Figueroa Jiménez
Isabella Navarrete Barrero
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Omar Alonso Gallo Higuita
MEDIOS DIGITALES Y REDES SOCIALES
Liana Mariu Céspedes Giraldo
ASESORÍA
Oswaldo Villada Rodas
Secretaría de Comunicaciones
Alcaldía de Medellín
Una publicación de la Corporación Enlace 4 NIT 900.277.262-7 Búscanos
Cuando los vecinos ruidosos afectan la tranquilidad de los barrios
A la memoria de los que ya no están
ISABELLA NAVARRETE BARRERO isabella.navarrete1105@gmail.comAlo largo de los años, la violencia se ha convertido en uno de los actos más normalizados en la sociedad, volviéndose parte del día a día. Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se estima que en Antioquia, entre los años 1985 y 2016, ocurrieron 28.029 desapariciones forzadas, dejando a familias en medio de la incertidumbre al no conocer el paradero de sus seres queridos.
“La reflexión sobre la violencia se hace a partir de la memoria”, expresa Anderson Tabares Ospina, licenciado en Ciencias Sociales, acerca de la conmemoración del Día Internacional a las Víctimas por Desaparición Forzosa.

Cada 30 de agosto se conmemora esta fecha en la que se recuerdan aquellos de los que no se sabe nada. Es el día en el que se alza la voz por la búsqueda y se reafirma la esperanza.
Recuerdos congelados
La búsqueda de estas personas no se detiene. Madres, padres, esposas e hijos todos los días miran la fotografía de su ser querido desaparecido por algún grupo ilegal; ellos aún conservan su cuarto intacto y siguen tocando puertas o repartiendo volantes. No importan cuántos años han pasado desde la desaparición, la esperanza no se agota.
María Eugenia Correa, habitante de Campo Valdés, perdió a su esposo hace 30 años. Vivían en Amalfi (Antioquia), él era minero y solo sabe que lo asesinaron porque no lo conocían.
“No volví a saber de él. La historia nos la contó un primo que logró escapar. Pero nos dijeron que no fuéramos por allá, porque correríamos con la misma suerte”.
Entonces supo que la vida continuaba y que el tiempo sanaría esas heridas.
La Comuna 4 no escapa del flagelo de la desaparición. Se cuentan por cientos las personas de las que no se volvió a conocer su paradero luego de épocas tan duras de violencia barrial como lo fueron finales de los 90 y primera década del milenio.
Actos de honor
El Parque de Aranjuez fue el escenario escogido para un acto sublime dedicado a las víctimas y a sus familias,
donde se enviaron mensajes de aliento para estas personas.
Una calle de honor bajo el sol se llevó la atención. Estuvo integrada por la fuerza pública, defensores de derechos humanos y personas de la comunidad. Con ella manifestaron una protesta por la incertidumbre que han tenido durante tanto tiempo las familias, por medio de un signo de interrogación que cubría sus rostros. Además, exigen que el Estado efectúe políticas más efectivas para el esclarecimiento de estos casos.

Por esta calle de honor caminaron quienes sufrieron la pérdida, llevando en sus manos un girasol como símbolo de luz de una lucha que no desfallece. En la
ceremonia también fueron exhibidas las fotografías de policías desaparecidos.

En medio de intervenciones con palabras de aliento, la Mesa Metropolitana Regional de Derechos Humanos le hizo saber a las familias que se seguirá trabajando por la no repetición de estos hechos. Andrés Caro, uno de sus integrantes, expresó que:
“hay que continuar con los procesos de reconciliación, para sensibilizar a la gente sobre la construcción de resiliencia”.
“Solo
muere, quien se olvida”
La conmemoración de este día no solo reconoce una sociedad violenta, sino que hace un llamado a humanizar lo que ha sucedido durante tantos años, manteniendo viva la memoria de las víctimas.
“Debemos manifestarnos y alzar la voz, de lo contrario es como si no hubiéramos tenido padres, madres, hermanos o amigos”,
afirma Luz María Álvarez, consejera de víctimas de la comuna 4.
El 30 de agosto es más que una fecha en el calendario, es un llamado a la empatía y a la solidaridad con quienes aún esperan el regreso de sus seres queridos. Estos actos recuerdan que hay familias que aún exigen respuestas.
Este acto conmemorativo, que se lleva a cabo desde hace 12 años, no busca reabrir ni sanar heridas, sino hacer énfasis en que, así como la violencia existe desde siempre, también existen historias que se recuerdan siempre desde la mirada y el silencio de los allegados a los desaparecidos.
Rendir homenaje a estas personas es trascender, es una manera de hacer justicia y lograr que la gente conozca su historia, porque solo quien no la conoce, se condena a repetirla.
Desde 2011, cada 30 de agosto, familiares y amigos recuerdan a aquellos que fueron desaparecidos.▲ La ausencia de respuestas se manifiesta como una protesta hacia el Estado desde los signos de interrogación. ▲ Los girasoles representan la luz y esperanza que aún conservan las familias de las víctimas.
La Fonda de Consuelo Un rincón de historias, tesoros y encuentros
ISABELLA NAVARRETE BARRERO isabella.navarrete1105@gmail.com
Cada mañana se abren unas grandes puertas de madera que rechinan al moverse, para dejar a la vista un pequeño rincón donde parece que el tiempo se detiene. Al entrar, lo primero que se observa es un mostrador clásico, pero cada que la mirada se desvía encuentra objetos que hoy en día solo estarían en antiguas fotografías.
Las paredes están ocupadas por radios, teléfonos de todas las generaciones, televisores como los que había en la casa de la abuela, tocadiscos, carrieles y escopetas. A su lado, contrastan tacitas de té con flores pintadas, chocolateras, pocillos, cafeteras y botellas de licor. Del techo cuelgan sombreros, ollas, flores y otros objetos.

Mas al fondo se puede ver a una mujer adulta, con su vestimenta impecable y un cigarrillo en la mano, quien va cargando hacia la acera sillas de madera y de plástico, algunas mesas, sombrillas y un aviso colorido que ocupa la facha-
Los artículos antiguos, el olor a tinto y la música inconfundible de fonda, son los que dan magia a un lugar que conserva épocas pasadas.
da de enfrente donde se lee La Fonda de Consuelo.
Peluseando desde tempranito Sentada afuera, tomándose un tinto y viendo a la gente pasar, es como inician los días de Consuelo Restrepo desde los años 90’s, tiempo en que la fonda se inauguró.
“Esto era de un señor de la América. Lo vendió. Los dueños vivían por aquí, pero no les interesaba mucho, entonces me dijeron que abriera a ver qué había adentro, y desde eso estoy acá”, cuenta.
Cuando le entregaron las llaves de aquel local en la esquina, no sabía a lo que se enfrentaría. Había llegado recién casada de Concordia, el pueblo que la vio nacer. Siempre había sido
ama de casa y solo conocía lo básico de cuidar una familia, por lo que aquello se convirtió en un desafío para ella.
Todos los días abre la fonda, coloca una silla de madera en la acera y observa cómo transcurren las horas, desde la mañana hasta el anochecer. A eso ella lo llama “pelusear”.
“Los de los otros negocios me dicen que me vaya, pero yo soy feliz aquí, peluseo todo el día y no tengo por qué ir a otro sitio”, comenta.
La ventana arrodillada
Al recibir el espacio, doña Consuelo recuerda como si hubiese sido ayer, que no eran más que cuatro paredes vacías. Pero un día, llegan unos visitantes de Envigado, en compañía de su padre que amaneció con el “Aranjuez alborotado”. Así
descubrieron la fonda, vieron su potencial y, misteriosamente, se ofrecieron a donar el primer objeto que tendría: una inmensa ventana de madera.
Se le llama “ventana arrodillada” porque doña Consuelo recuerda tiempos donde las familias arreglaban matrimonios para sus hijos, dejando de lado el amor verdadero. Así, los jóvenes enamorados se veían a escondidas, el chico desde afuera y la chica arrodillada en la ventana, porque la familia no aceptaba su relación. Es una ventana idéntica a la de su fonda, que los separaba y unía al mismo tiempo.
Con el tiempo, la gente comenzó a notar que se decoraba con objetos antiguos, lo que motivó cientos de donaciones. “Ay, yo tengo esto” es una frase común en la fonda, y gracias a estas palabras, el lugar cuenta con tantos detalles únicos. Nunca ha comprado nada, pues todo ha sido donado por la comunidad.
“No se compra, ni se vende, solo se reciben donaciones”, aclara.
“La fonda es magia; sus objetos representan épocas que ya no volverán, y poder preservarlos es maravilloso”, dice Catherina Gil, administradora del lugar e hija de doña Consuelo.
No se reciclan borrachos
La fonda no tiene un horario fijo de apertura ni cierre, pues todo depende de los visitantes. Sin embargo, hay un mensaje claro de doña Consuelo: no recicla borrachos. Esto significa que si alguien llega sobrio y se emborracha allí es bienvenido, pero si llega ya ebrio, ni siquiera puede considerar sentarse en una mesa.
Esta mujer siempre ha buscado tener un sitio tranquilo y pacífico, donde la gente pueda relajarse y disfrutar, sin la necesidad de tolerar disgustos. Siempre está atenta a todo, paseando entre las mesas y asegurándose de que todo esté en orden y nadie se exceda en tragos o en sus intenciones.
Sitio de encuentro
Jóvenes y adultos pasan el rato escuchando tangos, boleros o la clásica carrilera de fonda. Llegan con un libro, un cigarrillo o una mochila, pidiendo un “tinto de la abuela” o una cerveza. Todos encuentran en la Fonda de Consuelo la posibilidad de desconectarse del mundo, mientras conectan con ellos mismos.

Carlos Vásquez, es un visitante de la fonda desde la década del 2000, y expresa que:
“Es un espacio, donde no simplemente llegamos y nos sentamos a tomar cerveza, sino que podemos llegar a tomarnos un café o jugar ajedrez. Yo soy uno que en las tardes voy a tomarme un café y a leer. Entonces es un sitio donde quien va, vuelve”.
Para recordar
El silletero en la entrada, la máquina de coser, la de escribir, los teléfonos coloridos y la fachada pintada con rojo, amarillo y verde, hacen distinguible en segundos la esquina de la fonda, convirtiéndola en un sitio único.

Cada elemento que la compone se encarga de contar una historia que ha sido construida por la comunidad. Es como si, al recorrer cada rincón, se viajara a través de distintas épocas, observando su evolución con el paso de las décadas.
Tan importante es el lugar que, incluso en sus momentos más críticos, la comunidad ha estado presente. La fonda sufrió un incendio que alarmó a vecinos y visitantes habituales. Aunque no hubo daños mayores ni a la infraestructura,
muchos ayudaron a limpiar, guardar en cajas y transportar a otro sitio las cosas mientras se reorganizaba todo.
A lo largo de los años, doña Consuelo y toda la comunidad se han enamorado de la fonda. Han traído más detalles y curiosidades para adornarla, transformándola en un refugio para los amantes de la cultura, la historia y la buena música.
Es indiscutible que la fonda no existiría sin doña Consuelo. Por ello, desea permanecer allí el mayor tiempo posible, custodiando su preciado patrimonio, un lugar que está dispuesto a acoger sus visitantes, brindándoles momentos únicos que seguramente quedarán guardados en su corazón.
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Ruta Integral de Atención para la Promoción y Mantenimiento de la Salud
Atención integral: Brindar una atención que considera todos los aspectos de la salud, incluyendo la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades.
Además de cita médica, a Ofelia le enviaron exámenes de rutina como la citología, mamografía y atención con nutricionista para mejorar su dieta alimentaria.
Promoción de la salud: Fomentar hábitos de vida saludables y actividades que contribuyan al bienestar físico y emocional de los adultos mayores.
NATALIA ANDREA GARCÉS RABA nataliandreagarces@gmail.comEste programa del Ministerio de Salud y Protección Social busca prevenir riesgos que afecten la salud en los adultos mayores.
Consultar a tiempo y seguir la ruta son claves para el bienestar de esta población.
Ofelia Bedoya, una mujer de 70 años, celebró su cumpleaños el pasado mes de febrero. A lo largo de su vida siempre ha gozado de una buena salud. Sin embargo, por sugerencia de su hija, decidió someterse a un chequeo médico preventivo para detectar enfermedades que se podrían estar desarrollando de manera silenciosa debido a su avanzada edad.
Un chequeo oportuno
Acudió a su Institución Prestadora de Servicios de salud (IPS) y siguió la Ruta Integral de Atención en Salud para la Promoción y Mantenimiento de la Salud (RPMS), diseñada para adultos mayores. En este contexto, recibió atención médica por parte de un profesional que le realizó mediciones de su presión arterial y signos vitales, además de solicitarle exá-
menes de laboratorio para evaluar los niveles de azúcar en la sangre, triglicéridos y colesterol total.
Los resultados arrojaron que los niveles del colesterol y el azúcar en la sangre de Ofelia estaban alterados, indicando una hiperlipidemia y diabetes. Esto la tomó por sorpresa, pues siempre había gozado de buena salud y aparentemente estaba sana.
Ante esta situación, el médico tomó medidas preventivas y decidió ingresarla al programa de riesgo cardiovascular de su Entidad Promotora de Salud (EPS). Ella, consciente de la importancia de tomar acciones para cuidar su salud, se comprometió a seguir las recomendaciones médicas y a realizar los cambios necesarios en su estilo de vida.
Con el apoyo del programa inició un tratamiento para controlar el nivel del colesterol y el azúcar en la sangre de manera regular. Posteriormente recibió orientación sobre cómo alimentarse adecuadamente y la importancia de mantenerse físicamente activa.
Siguiendo la ruta
La historia de Ofelia es en la práctica, la implementación de la Ruta Integral de Atención en Salud para la Promoción y Mantenimiento de la Salud (RPMS), una estrategia desarrollada por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia e implementada por las EPS, para mejorar la atención oportuna y cuidado de los adultos mayores.
Esta ruta establece los lineamientos y procedimientos para la detección temprana, prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las condiciones de salud de esta población, teniendo en cuenta aspectos físicos, emocionales, sociales y culturales.
Objetivos de la RPMS
Detección temprana: Identificar oportunamente las condiciones de salud más comunes en los adultos mayores para intervenir de manera preventiva o terapéutica. A Ofelia, le detectaron a tiempo una diabetes y le enviaron un medicamento para controlar el azúcar y el colesterol alto.

Coordinación de servicios: Facilitar la articulación entre diferentes niveles de atención en salud para garantizar una atención continua y adecuada. En el caso de Ofelia, la remitieron para una valoración por parte de un médico especialista, para identificar otras posibles complicaciones a tiempo, dado su nivel de azúcar y alto colesterol en la sangre.
Participación activa: Involucrar a la persona mayor en las decisiones sobre su propia atención y promover la autonomía en el proceso de envejecimiento.
Ahora Ofelia consume más frutas y verduras, camina 30 minutos diarios, ingiere más agua y toma puntual sus medicamentos.
La RPMS representa un paso significativo hacia una atención más efectiva y centrada en las necesidades del adulto mayor, buscando garantizar una atención oportuna y de calidad que les permita disfrutar de una vejez saludable y digna.
A través de la RPMS del adulto mayor y del programa de riesgo cardiovascular, Ofelia pudo tomar el control de su salud y evitar complicaciones futuras.
Así que, si usted es una persona mayor de 65 años y se siente saludable, no descarte realizarse un chequeo médico con su EPS, de esta forma quizás pueda garantizar muchos más cumpleaños.
de innovación
La octava edición de Innóvate Emprendiendo ya está en marcha y elegirá 50 equipos con ideas novedosas en temas como economía circular o transición energética. Aquí le contamos qué es y por qué representa una oportunidad para los jóvenes con iniciativa de crear empresa.

Dijo Heráclito que uno no se baña dos veces en el mismo río. En la misma corriente dice hoy Luis Fernando Díaz que las ideas de negocio que entran a Innóvate nunca salen iguales.
Díaz no es filósofo, pero es profesional en la Gerencia de Nuevas soluciones de EPM. Innóvate es Innóvate Emprendiendo, el programa de capacitación de Empresas Públicas de Medellín que apoya a estudiantes universitarios o empleados de la empresa, con buenas ideas y ganas de encontrar soluciones innovadoras.

“Lo que buscamos con Innóvate es formar a jóvenes universitarios o intraemprendedores para que sus iniciativas se puedan implementar o se puedan desarrollar de una manera efectiva. Tenemos algunas reglas y es que las iniciativas estén alineadas con los focos estratégicos de EPM que actualmente son cuatro: transformación digital, transición energética, hidrógeno y economía circular”, explica Díaz, profesional a cargo del programa.
Olimpiadas del emprendimiento
Ese proceso de formación, explica el vocero, dura entre tres y cuatro meses, aplica para todos los lugares donde hace presencia EPM y sus filiales, y tiene varios filtros. Primero, un grupo grande —de máximo 50 equipos— comienza un proceso de formación básica con módulos de innovación y emprendimiento en temas como design thinking, finanzas, arquitectura de marca, entre otros. Ahí el grupo se depura a 20 equipos que participan en un proceso de formación avanzada y luego un jurado evaluador termina por seleccionar los cinco ganadores de cada año.
Más allá de todo el acompañamiento y capacitación, los ganadores acceden a la posibilidad de acelerar su iniciativa si llega a un punto de madurez suficiente y asisten a un evento de clausura, que el año pasado fue en Panamá y este 2023 será en Guatemala. El intercambio de ideas con emprendedores de otras regiones y de otros países también es un plus del programa:
“En un ecosistema de innovación cuando se promueve el desarrollo de competencias afuera de alguna manera estamos creciendo adentro. Esa es una regla básica de innovación porque algunos de esos emprendedores que se forman con nosotros serán quienes solucionen los desafíos que tenemos en EPM y que además son desafíos globales”, explica Díaz.
Carlos Enrique Vélez Restrepo, por ejemplo, fue uno de los finalistas de Innóvate Emprendiendo en 2020 con su proyecto Mappex. Estar en el programa le sirvió para darle valor a su emprendimiento y recibir apoyo legal para tener todos los papeles en regla:
“Mappex consiste en aplicarle internet de las cosas, es decir tecnología 4.0, a la movilidad en lo que tiene que ver con transporte de personas y de mercancía para lograr eficiencias en el uso de los vehículos. Por ser finalistas nos apoyaron desde Ruta N para ser apalancados y con acompañamiento jurídico. Es un apoyo clave tanto en las capacidades que pueden faltar en la empresa como en la parte técnica y comercial”, contó.
El laboratorio con el que EPM fortalece el ecosistema
Se ve lo que hacemos

Festival de la Antioqueñidad
Un homenaje a nuestras raíces y la tradición paisa
Este Festival llegó a su sexta versión con integración para la comunidad y oferta de servicios institucionales.
En el corazón del barrio La Piñuela, anualmente se despliega un evento que une a la comunidad en una celebración cargada de tradiciones expresadas a través de actividades culturales. El Festival de la Antioqueñidad, una iniciativa de la Junta de Acción Comunal de La Piñuela, es más que un encuentro festivo; es un homenaje a las raíces ancestrales y un reflejo del espíritu paisa que caracteriza a quienes habitan este territorio.


Este encuentro transcurre entre risas y música. Sumado al desfile de niños vestidos con trajes silleteros, evoca la


ternura y el cariño que transmiten los arreglos florales propios de la cultura antioqueña. Estos pequeños, con su desfile se convierten en un recordatorio vivo de la esencia de los silleteros, quienes son parte fundamental de la historia y el orgullo antioqueño.

En esta celebración tuvo un capítulo especial la participación de los “silleteritos”, un grupo de niños del Hogar Comunitario Mi Futuro. Vestidos con los trajes típicos antioqueños, desfilaron con sus silletas, despertando la ternura y ganándose el cariño de los asistentes.



“Este compartir es la unión de fuerzas de todas las organizaciones de la Junta de Acción Comunal, no solo la directiva. Es así como con este ya ajustamos seis versiones, donde articulamos además oferta institucional, la atención de programas para la comunidad. Las organizaciones, se reúnen, hacen su sancocho, su mondongo, tamales y hacen ventas”.

Se ve lo que hacemos
Antioqueñidad al estilo Piñuela










Sobre el origen del festival, Johana cuenta que: “Fue una idea de nuestra profe, madre comunitaria, quien también es la Tesorera de la Junta de Acción Comunal, quien nos dijo sería rico celebrar las tradiciones y la antioqueñidad”.
Esta actividad contó con la participación de la Parroquia Jesús El Buen Pastor, que presentó un bazar de ropa económica. El Club de Vida El Paraíso se hizo presente con sus adultos mayores, quienes alegraron la tarde con un espectacular sancocho. El hogar comunitario Mi Futuro desfiló con sus niños y la Fundación Deportiva Balbo promovió su labor.

Además, se pudieron degustar los dulces y postres preparados por Mayra Guerra. En resumen, había opciones para satisfacer todos los gustos.
Walter Tabares Valdés, vicepresidente de la JAC La Piñuela, se refirió a lo vivido en este festival afirmando:
“Es una integración de toda la comunidad y nuestro barrio. Masivamente, la gente se ha desbordado y ha estado aquí compartiendo con todos nosotros. Es un festejo y una reunión entre vecinos, además de la presencia del Distrito con diferentes secretarías”.
Además de las actividades culturales, este Festival articuló diferentes entidades, como la Alcaldía de Medellín, que a través de sus dependencias y entidades prestó asesorías en temas como el agendamiento de citas del Sisbén, el aseguramiento en salud para quienes no tienen EPS, la inscripción a citas de cédula y de tarjeta de identidad, la ruta de atención para casos de violencia hacia las mujeres, los trámites de movilidad, la orientación en casos relacionados con los derechos humanos y la oferta de servicios para la infancia, entre otros.



La Antioqueñidad es una tradición que debemos conservar y un orgullo que llevamos en el alma. Desde la Junta de Acción Comunal La Piñuela, nos han demostrado que esta ocasión no solo nos brinda la oportunidad de vivir nuestro folclor, sino que también es una oportunidad para servir a la comunidad.

La Pupila ambiental
Escobitas, los héroes anónimos de la limpieza
Héroes comprometidos
“Mi labor es muy bonita, y me siento orgullosa de pertenecer a esta empresa”, afirma Diana María Palacios, quien lleva 16 años como barrendera, mientras toma su escoba con decisión en una calle ruidosa.
A su lado está Johanna Galeano acomodando su gorra y levantando el recogedor con una sonrisa. Para ella, que lleva ocho meses en Emvarias, “ha sido una experiencia de mucho aprendizaje. He notado que la gente valora bastante nuestro trabajo”.
Ambas recorren la carrera 45 desde las seis de la mañana, caminan, limpian y van contando historias. Concuerdan en que:
“ser operarias de barrido es algo digno y decente”.
Mientras tanto en el Parque Aranjuez, se encuentra Merlly Johanna Rojas. Al barrer e ir recolectando desechos, observa a personas tomando tinto, comiendo buñuelos, y a dueños paseando sus perros.
“Me encanta mi trabajo y me siento una buena trabajadora”, comenta con sonrisa tímida, acomodando su cabello dentro de una malla para protegerlo de la dura intemperie.
Expuestas a la contaminación y a lo impredecible, estas tres operarias de barrido han dejado de lado escrúpulos y temores para arrastrar su contenedor a cada rincón que necesite aseo.
moverse entre el intenso tráfico de algunas calles.
Una labor de admirar Bajo la lluvia, soportando altas temperaturas y sectores de limpieza irrepetibles, los “escobitas” caminan el asfalto con determinación. Cada kilómetro barrido es un logro a corto plazo.
Estos trabajadores, como “anónimos” de las calles, siempre están presentes y pocos lo notan. Es extraño encontrar un operario de barrido sentado en una acera o a la sombra de un árbol, se caracterizan por la disciplina y lo impecable en su quehacer.

“Me quedo sorprendido con lo que hacen. Felicito esa constancia, porque no es fácil andar siempre bajo el sol”, dice Eli Saúl Uribe un comerciante de la carrera 45.
Enfrentan desafíos en zonas críticas de Moravia, Carabobo Norte y Miranda. Allí los carros mal estacionados, los habitantes de calle, las bolsas rotas, las basuras en abundancia, los roedores y el humo de los vehículos, hacen de este trabajo uno de los más difíciles y peligrosos.
Superpoder sin capa
Estos operarios desean que las personas no arrojen basuras a las calles y tengan mayor conciencia del cuidado del medio ambiente. Quisieran pasar por un lugar y admirar su belleza sin tener que abrir una bolsa negra para repetir el ciclo de recolección.

ISABELLA NAVARRETE BARRERO isabella.navarrete1105@gmail.com
Los operarios de barrido de Emvarias se esfuerzan por dejar las calles, parques y espacios públicos aseados para la comunidad.
Detrás de cada hombre y mujer que se dedican a esta labor hay historias, retos y enseñanzas.
Con sus uniformes de color naranja, sus inmensas botas negras, una gorra que les cubre hasta las orejas y guantes gruesos, se identifican los operarios de barrido conocidos como los “escobitas”. Recogedor, rastrillo y una escoba de cerdas duras son solo algunos de sus elementos de trabajo que usan para barrer las calles.
Su misión, dejar limpios las zonas y espacios públicos de la ciudad. Pasan con grandes bolsas en sus manos, empujando su carrito y embelleciendo jardines, parques y avenidas. Una labor de gran importancia para la comunidad, pero en ocasiones subvalorada.
Su tarea incluye compromiso y disciplina. Quince minutos antes de iniciar labores, deben presentarse en el sitio asignado con sus provisiones.
“Los operarios de barrido tienen la sede cerca al Parque de Aranjuez.
Allí reciben las bolsas que van a utilizar toda la semana y son instruidos sobre su recorrido”, comenta Luis Fernando Villegas, coordinador de limpieza de Emvarias hace diez años.
Algunos trabajan alrededor de lugares como el Parque del Calvario, el Parque de Aranjuez o la carrera 45. Por ello, se ponen su uniforme unas horas después, para soportar su jornada de dos de la tarde a diez de la noche.
Su quehacer incluye bordear con su barrido las calles, recoger las hojas de los árboles, empaques, bolsas y basuras, y
Aunque ser escobitas los llena de orgullo, lo haría más una comuna consciente de entornos limpios. Así que cada vez que vea uno de ellos, acójalo con respeto. Pues nada más con una escoba, botas grandes y un recogedor, ellos son los héroes anónimos de la limpieza.
Gente Pupila
Abelardo Garcés
El sobandero de Moravia
PABLO IDARRAGA jidarraga.red@gmail.comUn don innato que expresa a través de sus manos curativas hace que este hombre se dedique al servicio de la comunidad.
Son muchas las personas que a diario acuden a su puerta en busca de tratamiento para sus dolencias.
“El Flaco” o el “Sobandero de La Plaquita”, así es conocido Abelardo Garcés en Moravia. Vive allí desde los años 70. Desde entonces, ayudar, curar y compartir son pilares fundamentales en su vida. La Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi y Jesucristo, han sido su fuente de inspiración.
Comenzó sobando a los 13 años por iniciativa de su abuelo, quien también portaba lo que muchos llaman un don. Recuerda incluso que a esa edad se encontró una cajita en la cual depositó implementos para facilitar las curaciones, y con la que se paseaba por el barrio como un médico milagroso.
“No me interesa si sos el hijo del presidente o del zapatero, simplemente yo te sirvo”, expresa Abelardo, cuya fama ha trascendido las fronteras al punto de que varias personas de otros países lo han visitado.
Manos sanadoras
En el año 2016, Paula Andrea Ruiz Díaz atravesaba un momento difícil. Su hermano había sufrido dos infartos cerebrales que le causaron la pérdida del habla y la movilidad de partes de su cuerpo. A través del voz a voz, se enteró acerca de un hombre llamado Abelardo, al que le atribuían poderes curativos.
Ella decidió acudir a él y, a través de su sabiduría y un exhaustivo tratamiento, logró que su hermano volviera a caminar.
“Él es como un gran ángel que Dios envió a las personas que necesitan ayuda”, expresó Paula Andrea.
Además, añadió: “Tiene manos sanadoras, la habilidad de comunicarse con sabiduría y un profundo conocimiento en lo que hace”.
Esta confianza en Abelardo la llevó a solicitar sesiones para ella misma, lo que resultó en su curación de un esguince de tobillo. Esto ha dejado a Paula Andrea sumamente agradecida con él.
Tertulias en El Colorín
Hace 14 años Walter Mauricio Campo Marín, sufrió una lesión en el pie tras un partido de fútbol. Un amigo le recomendó acudir donde Abelardo,
“En 3 días que me sobó me compuso el dedo, me lo dejó muy bien y pude volver a jugar”, comenta Walter.
Desde entonces, ha sufrido diferentes lesiones, en sus rodillas, pies y manos, y todas han sido tratadas por Abelardo, quien también ha podido curar con sus energías las rodillas de la madre de Walter.
Esto hizo que Walter se hiciera amigo de Abelardo, a quien considera como una persona que siempre está dispuesta ayudar, y a quien denomina “una cajita de música”, gracias a su capacidad de hablar de diferentes
temas: fútbol, religión, política, arte, entre otros. Estas tertulias se hacen más intensas en el local El Colorín, el lugar de trabajo de Abelardo.


Otras facetas
Cuando Abelardo llegó al barrio Moravia en los años 70, esta zona de la ciudad era considerada como el botadero, y la principal actividad económica de sus habitantes era el reciclaje. Época en la que empezó a despertar su lado artístico, pintando y dibujando zonas del barrio, desde ahí manifiesta que:
“El arte es algo que se hace por pasión, por amor, porque te gusta”.
Esta afición hizo que aprendiera técnicas de pintura y se especializara en la figura humana. El perfeccionamiento en este arte lo ha llevado a realizar exposiciones en diferentes municipios de Antioquia.
Otra pasión ha sido el deporte. Desde muy joven lideró actividades comunitarias e identificó la ausencia de un espacio de recreación y deporte para la comunidad. A través de un trabajo mancomunado con otros líderes, contribuyó con la gestión de los recursos necesarios para la construcción de La Plaquita.
Estas acciones han llevado a que Abelardo reciba diferentes reconocimientos gracias a su labor y compromiso con el barrio. Actualmente continúa en su puesto de trabajo, atendiendo y agendando citas, leyendo e ilustrándose sobre la medicina de curar con las manos y las energías, y aprovechando el don que Dios le dio.
Años Maravillosos
Cuando el sueño de bailar no tiene calendario
YURANY ALZATE Yuraalzate75@gmail.com
Desde hace 10 años este grupo de baile se reúne para ensayar coreografías que luego son presentadas a la comunidad.
El compromiso y el amor que sienten por el grupo se nota en cada presentación artística.
“Que el alboroto se nos note, que bailemos música de ahora como lo es el merengue, la bachata, la salsa; que quede claro que nosotras las viejas no estamos solo para chancletear y ponernos vestidos largos. A mí me gusta la moda, la música de ahora, la algarabía. No me quedo en el pasado por tener más de 50 años”, así comienza Mariela Tapias Agudelo a contar lo que es el grupo de baile Años Maravillosos.
En 2013, fueron 8 mujeres las que, invitadas por Mariela, llegaron al barrio

Aranjuez para compartir y aprender entre ellas a bailar. Esta expresión artística y cultural se convirtió en el lazo mágico que hoy une sus corazones.
Ellas, más que compañeras de baile, se convirtieron en amigas, por eso, aunque el objetivo es ensayar para tener coreografías y mostrar lo que hacen, no dejan pasar los momentos de angustia, tristeza o soledad que puede vivir alguna de ellas. Siempre están para bailar, pero también para apoyarse y crecer como equipo.
Así nació Años Maravillosos
Hace 10 años Mariela soñaba con participar en los eventos culturales que se realizaban en la comuna que la vio crecer. Deseaba estar en las tarimas al lado de sus compañeras bailando, mostrándole a la comunidad el talento que tenían.
Lamentablemente, el grupo al que pertenecía, y con el que ensayaba semana tras semana, se desintegró debido a la poca participación y dificultades internas. Ahí su sueño comenzó a apagarse.
Sin embargo, según cuenta, bailar era su refugio. Por eso, no se quedó quieta y reunió en su casa según sus palabras:
“a las viejas más alborotadas y brinconas que quedaron sin poder disfrutar lo que amaban y les propuso continuar con esa pasión que las hacía sentir vivas”.
Así fue como nació este grupo de baile, que hoy es dirigido por sus mismas integrantes.
“Yo le abrí las puertas a toda la que creyera que este proyecto nos iba a llenar de vida, de alegría. Y hoy me siento muy orgullosa, el grupo está muy consolidado, nos conocen bastante y, aunque muchas quieren entrar, ya no es posible porque nosotras 8 estamos bien así. Es mejor poquitas, pero sustanciosas”, afirma Mariela.
Mirá lo que somos
“Yo sé que muchas veces nos queda difícil participar de estos grupos porque no tenemos dinero. Por eso, hago lo posible para tenerles el pasaje cuando nos invitan a bailar a algún lado. Además, soy la que hace los vestuarios según la música que vamos a bailar porque allá no las quiero ver vestidas de viejitas”.
También resalta:“Es muy bueno cuando nos pagan algo, porque ese dinero se reparte entre todas para motivarlas. Aunque también ellas son muy conscientes y, cuando ven que estoy un poco corta, me dicen que deje eso para las cosas que necesitamos como grupo”.
Sigue el camino
La amistad y el cariño que se tienen las motiva a encontrarse miércoles tras miércoles en la casa de doña Mariela, unas veces para bailar, otras para conversar, pero siempre para recordarse
que “Años Maravillosos” es una forma de decirle a la gente: “Las viejas también somos parte de la sociedad; somos bailarinas y artistas”.
Estas mujeres son la prueba viva de que cuando hay pasión, alegría y amor por lo que se hace, en cualquier época de la vida se pueden vivir los “Años Maravilosos”.
Contacto
Años Maravillosos cuenta con un gran repertorio de coreografías, si desea invitarlas o contratarlas puede comunicarse al 313 385 4630.
Años y aprendizajes
Bailar para estas mujeres que sobrepasan los 50 años no es solo moverse al ritmo de una canción; es mantener vivo el fuego del amor que ha resistido para ellas y que, entre cada paso que dan en una presentación, cuentan historias del camino recorrido.

Angela Tapias, bailarina del grupo, dice:
“Se llama ‘Años Maravillosos’ porque la vida se parte en dos después de los 50. Es en esa edad cuando comenzamos a disfrutar lo maravilloso de estar vivos. Ya somos más despiertas; las responsabilidades del cuidado quedaron atrás. Además, las experiencias nos hacen mejores personas”.
“Yo sigo con mis muchachas” Mariela cuenta que es la que asume los gastos que se requieren para una presentación.
La Pupila Pets
Los hijos pet: Pelos por todas partes y narices mojadas

Tener una mascota es un asunto serio. Hay que atenderlos como a bebés y tener mucha paciencia. Son amorosos, leales y lo darían todo por su dueño.
Pompiliooo@gmail.com
El gran peligro de tener un hamster como mascota es que se te pierda en la casa. Fue lo que le ocurrió a la cosmetóloga Yulieth Aguirre con Coquito, poco después de que le celebrara con torta y regalo su primer año de vida.
Durante cuatro días Coquito permaneció desaparecido. Yulieth y sus papás levantaron cada mueble y metieron la mano donde nunca la habían metido, le dejaron galletas de zanahoria y
cacahuates en el suelo, lo llamaron por su nombre y hasta le hicieron sonar sus juguetes. Hasta que lo dieron por muerto.
Para asimilar la tristeza, Yulieth decidió adoptar otro hamster, una hembra a la que le puso Estrellita. La metió en la jaula de Coquito y luego la dejó caminar por la casa. Seguro fue la belleza de Estrellita, no se sabe con certeza, pero en cuanto esta emitió su chillido, el desaparecido Coquito salió de su escondite para abrazarla.


“Estoy segura que Coquito se sentía solo, ahora tiene una compañerita”, manifiesta Yulieth.

Para Yulieth, de 20 años, sus hamsters son su vida. Los mima, le encanta ver como se paran en sus dos patas y se bañan a lengüetazos. Tanto Coquito como Estrellita trepan, corren, olfatean y duermen tan tiernamente que Yulieth prefiere no moverse de su cama para no despertarlos.
“Siempre he querido tener a un animalito para cuidar y darle mucho amor”, afirma.
La Pupila Pets
Un perro mimado
Michael Duque es otro enamorado de su mascota. Lo considera su ‘hijo pet’ e incluso le tiene un nombre con dos apellidos. Su frespuder se llama Mordelón Duque Valencia y tiene poco más de un año y medio. Es extrovertido, alegre, cariñoso y amigable con otras personas y mascotas.
Mordelón llegó a la vida de Michael de forma inesperada. Su hermana Cindy Juliana lo sorprendió el día de su cumpleaños con una criaturita blanca y esponjosa que en cuanto tocó el suelo, se dio a la tarea de morderlo todo, de allí su nombre.
“Mi hermana me regaló todo para Mordelón. Su cama, sus juguetes, su comida y bolsas para sacarlo. Me encariñé tanto con él que incluso pedí permiso en la empresa donde trabajo para que me dejaran laborar desde casa, con el fin de cuidar a mi hijo pet”, comenta Michael.
A Mordelón lo sacan a la calle tres veces al día para que haga sus necesidades y en la noche Michael lo pasea por el Parque del Calvario. Luego de corretear como un loco, a Mordelón le gusta quedarse mirando la ciudad desde el cuarto piso de su casa.
Michael ama tanto a su hijo pet que son pocas las veces que sale sin su compañía. Incluso Mor -
La conexión con las mascotas y lo importantes que son para sus dueños, también se expresa a través del arte del grafiti. Por eso, se puede apreciar con estos vívidos colores a Tommy, un perrito que recorre con frecuencia el barrio Brasilia y se ha vuelto reconocido dentro de la comunidad. Una vez más, los hijos pet se roban el cariño de las personas que los conocen o los tienen en sus casas.

delón conoce a la perfección el significado de varias palabras y frases:
“Lo único que le falta es que hable”, dice Michael, quien añade que su mascota tiene como su mayor diversión morder y corretear una botella plástica por toda la casa.
Un gato inesperado
La misma suerte de encantamiento por su mascota vive Giovanni Tabares, mensajero del barrio Aranjuez, con su gata Lulú.
Su llegada a la casa ocurrió hace ocho años. Para entonces Lulú era una gatica diminuta y escuálida que, de hecho, estaba buscando un hogar luego de que su mamá la diera a luz dentro de una enorme camada en el barrio.
“La idea era cuidarla por algunos días mientras le encontrábamos una familia, pero tanto mi madre como yo nos terminamos encariñando con ella. En pocas semanas parecía que lo supiera todo. Me pedía que le diera comida, que la abrazara y mimara, e incluso fue la misma Lulú quien se las arregló para darme a entender que odiaba la arena para sus necesidades. Se la cambiamos por aserrín y santo remedio”, cuenta Giovanni.
Con los años Lulú mostró ser una gran compañía para la mamá de Giovanni, doña Aleida Rivera. Cuando este sale a trabajar, la gata se queda con su madre, con quien también duerme, y de ella no se despega un segundo. Ya en las tardes a Lulú le gusta quedarse mirando la calle desde su balcón para ver caer el sol sobre la ciudad.
“Lulú ha sido una bendición. Es tranquila y gracias a Dios no se me ha enfermado nunca de forma grave. A veces es solitaria y le aterra salir a la calle”,
manifiesta Giovanni, quien hoy piensa seriamente conseguirse un perro para que le haga compañía a Lulú, aunque sabe muy bien que puede llegar a ser contraproducente, conociendo la escondida personalidad agresiva de la gata.
Pelos por todas partes
Yulieth, Michael y Giovanni son habitantes de la comuna que comparten una pasión, el amor por sus mascotas. Están dispuestos a gastar lo necesario para ver feliz a su hámster, a su perro y a su gato. Yulieth goza de risa cuando llega de trabajar y se pone a jugar con Coquito y Estrellita. Michael sabe que una bola de pelos enloquecida lo espera en casa, y Giovanni, luego de una larga jornada de trabajo, se desestresa sobando el lomo de Lulú, quien le ronronea con amor.
Parque Norte

Inauguración: 1979
Ubicación: Cra. 53 #76-115
Horarios: Martes a viernes de 9:30 a. m. a 5:00 p. m. Sábados, domingos y festivos de 10:30 a. m. a 6:00 p. m.
Atracciones y aventuras para toda la familia