
La calle que la comunidad del barrio Miranda recuperó. - Pág. 8-9
La calle que la comunidad del barrio Miranda recuperó. - Pág. 8-9
o imposición?
El Presupuesto Participativo (PP), una de las iniciativas más innovadoras impulsadas durante la alcaldía de Sergio Fajardo Valderrama, ha marcado una huella con aspectos positivos y negativos en Medellín. Por un lado, marcó un hito en la democratización de los recursos públicos y el fortalecimiento de las organizaciones sociales; por otro, su evolución en las tres últimas administraciones distritales ha puesto en evidencia graves problemas de politización que desvirtúan sus principios fundamentales.
Politización y pérdida de recursos
En las últimas tres administraciones, el Presupuesto Participativo ha sido transformado en un festín de contratación pública, afectado por procesos de intermediación que diluyen entre un 40% y un 60% de los recursos destinados a las comunidades. Este mecanismo de tercerización ha impactado negativamente la ejecución de los proyectos, además de generar una discrepancia entre las cifras oficiales y la inversión real que llega a los territorios, dejando a las comunidades con resultados muy inferiores a lo esperado.
La Alcaldía ya priorizó
En una muestra magistral de “participación democrática,” la Alcaldía es en realidad la que prioriza cuatro proyectos bajo la premisa de que hacen parte del Plan de Desarrollo Distrital y que, según el Departamento Administrativo de Planeación, se articulan con el Plan de Desarrollo Local, los temas son: Alianza Medellín Cero Hambre, formación en habilidades digitales y audiovisuales, infraestructura vial y gestión integral de residuos sólidos.
Estos proyectos, marcados como estratégicos, es decir son programas bandera de la Administración Distrital y que supuestamente responden a necesidades
esenciales, suman la modesta cifra de 5.400 millones de pesos, un monto que, siendo proyectos esenciales, debería ser cubierto con el presupuesto ordinario de la ciudad, sin embargo, son convenientemente cargados al programa de Presupuesto Participativo, en detrimento de otros priorizados por la gente de la Comuna 4.
Para completar el cuadro, estos proyectos son estratégicamente plantados en los primeros cuatro lugares del tarjetón, en un intento de inducir a la ciudadanía a votar por ellos. Es importante precisar que la posición de los proyectos no obedece a un sorteo que garantice la transparencia, estas posiciones son definidas por la Administración Distrital.
Así las cosas, aunque el ciudadano tiene la posibilidad de marcar varios proyectos, la prioridad de las “opciones oficiales” queda asegurada al presentarse como las primeras alternativas.
Estas prácticas de la administración distrital debilitan el Presupuesto Participativo, reduciendo la autonomía de las comunidades a un rol de meros validadores y socavando su confianza al convertir una herramienta de empoderamiento ciudadano en un trámite para legitimar decisiones ya tomadas desde los escritorios.
Otro aspecto no menos grave, es que haya proyectos desbordados en recursos, tal es el caso del Proyecto N°12 “Fortalecimiento del acceso y permanencia en la educación postsecundaria, Instituciones universitarias Pascual Bravo, ITM y Colegio Mayor” que con $9.373.172.281 que equivalen a cerca del 40% total del Presupuesto Participativo.
El proyecto, aunque importante, con una cuantía de esta magnitud, le quitaría la posibilidad de ser priorizados a otros proyectos también relevantes. Es hora de colocar topes a los proyectos en aras de garantizar no solo la participación sino también la inclusión y la equidad.
Este producto es realizado con recursos públicos priorizados por habitantes de la comuna 4, a través del Programa de Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo de Medellín.
Mientras tanto los líderes sociales…
La fragmentación de liderazgos en las comunas y corregimientos, sus peleas egocéntricas por el poder territorial o por figurar, ha debilitado la capacidad de las comunidades para articularse y ejercer un control efectivo sobre la administración de los recursos. Esta dispersión facilita que las decisiones se sigan tomando en los escritorios de la Alpujarra.
La participación ciudadana, en muchos casos, se reduce a un ejercicio simbólico, a quienes involucran durante las épocas de votación para legitimar resultados que, en la práctica, carecen de veedurías comunitarias.
En lugar de ser actores protagónicos, los habitantes de Medellín han sido relegados al papel de convidados de piedra en un proceso cuya narrativa es más participativa en el discurso que en la realidad.
Aunque el Presupuesto Participativo fue concebido como un mecanismo transformador, su implementación actual demanda ajustes serios que garanticen transparencia, eficacia y verdadera participación comunitaria.
Medellín no puede permitirse perder una herramienta tan valiosa para construir equidad y cohesión social. La recuperación de este instrumento debe pasar por devolverle su esencia. Es hora de que las comunidades vuelvan a ser las verdaderas protagonistas, decidiendo, haciendo veeduría, y garantizándose que los recursos realmente lleguen a donde más se necesitan.
Si logramos devolverle su esencia, el Presupuesto Participativo no solo sobrevivirá, sino que se convertirá en el símbolo de una Medellín donde el poder, realmente reside en sus ciudadanos.
Una publicación de la Corporación Enlace 4 NIT 900.277.262-7
ISSN 2346-1217
EDICIÓN 140
Noviembre de 2024
Segunda quincena
DIRECCIÓN
Ángela Figueroa Jiménez
CORRECCIÓN DE ESTILO
Santiago López Martínez
COMITÉ EDITORIAL
Alejandro Gómez
Alejandro Guerra Avendaño
Ángela Figueroa Jiménez
Diego López Cárdenas
Erica Dahianna Montoya Sánchez
Giovanni Figueroa Jiménez
Isabella Navarrete Barrero
Juan Camilo Aristizábal
Juan David Tejada Callejas
Kelly Johana Morales
Margarita Serna Arenas
María Eugenia Jiménez
Mateo Mazo Hincapié
Miguel Ángel Mira Figueroa
Orlando Jiménez
Pompilio Peña M.
Salomé Restrepo Muñoz
Santiago López Martínez
Sofia Rendón
Yurany Álzate
FOTOGRAFÍAS
Giovanni Figueroa Jiménez
Pompilio Peña M.
Santiago López Martínez
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Omar Alonso Gallo Higuita
MEDIOS DIGITALES Y REDES SOCIALES
Ángela Figueroa Jiménez
Santiago López Martínez
ASESORÍA
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Alcaldía de Medellín
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Cecilia llevaba tres meses escondiéndole a su familia la situación de su hermano Felipe. Felipe dejó de atender llamadas y mensajes de texto; era como si se lo hubiera tragado la tierra. Alarmada, Cecilia comenzó a buscarlo y, luego de interrogar a amigos, se dio cuenta de que su hermano ahora estaba mendigando y recorriendo el centro de Medellín.
Cecilia no aguantó más y le contó a su familia lo que estaba sucediendo. Buscó ayuda y recorrió zonas como el sector de la Minorista, Barrio Triste, la canalización del río y las inmediaciones de la calle Carabobo y Moravia. Encontró a Felipe desorientado y enfermo, con una herida purulenta e infectada en una de sus piernas. Lo llevó a un centro de rehabilitación, pero dos semanas después este escapó y volvió a sus andanzas.
Problemas personales y el consumo de drogas lo arrastraron a la desesperanza de la mendicidad, a pesar de haber vivido de forma independiente, tener un negocio de arepas y convivir con una pareja. Felipe hoy tiene 26 años. ¿Qué llevó a Felipe a no querer continuar con una vida prometedora? Es la pregunta que hoy se hace Cecilia.
La situación de Felipe es la misma que viven cerca de 8.000 habitantes de calle en la capital antioqueña, una cifra preo-
En la actualidad, 200 personas recorren la ciudad invitando al habitante de calle a unirse a programas de la Alcaldía para su recuperación.
cupante si se tiene en cuenta que, para 2019, el Dane calculó que Medellín contaba con cerca de 3.200.
Este aumento significativo ha provocado que la población se desborde hacia barrios periféricos del centro, especialmente en la Comuna 4, siendo Moravia el principal foco de confluencia.
Así lo explica Ana María Mosquera, psicóloga y funcionaria de la Secretaría de Inclusión Social. Ella lleva varios años trabajando en el Sistema de Habitante de Calle y afirma que la Alcaldía comenzó una fuerte campaña llamada “Hay otras formas de ayudar”.
“Desde pequeños nos han enseñado a ayudar a los más necesitados, y eso está muy bien. Pero con el habitante de calle hay que proceder de forma distinta. La idea es no darles dinero, pues esto permite que se perpetúen en la
mendicidad”, manifiesta la experta, quien invita a donar ropa, zapatos, libros, juegos de mesa o artículos para la movilidad reducida. Estos aportes pueden ser llevados a la Casa de Justicia de El Bosque.
Ana María explica que existe un sistema de la Secretaría de Inclusión Social que brinda a los habitantes de calle acompañamiento y servicios integrales para ayudarlos a salir de esa situación.
Cecilia conoce este sistema y ha intentado llevar a su hermano Felipe varias veces, pero este se niega a retomar el rumbo de su antigua vida. Se trata de albergues de recuperación transitoria que incluso ofrecen capacitaciones y programas para que, poco a poco, las personas dejen la adicción y recuperen el deseo de vivir y aportar a la sociedad.
El más grande de estos centros es Centro Vida, ubicado en el barrio Prado Centro.
El lugar tiene capacidad para 400 hombres y 60 mujeres, y allí las personas pueden bañarse y cambiarse de ropa.
El segundo centro de atención se llama Reconstruyendo mi vida, ubicado en Barrio Triste. “Allí contamos con apoyo psicosocial, enfermería, alimentación, dormitorios, además de profesores de deportes y artes. A pesar de estos espacios, sabemos que salir de la situación de calle es difícil”, comenta la psicóloga.
Doris Salcedo, quien vive a una cuadra del parque de Aranjuez, afirma que es preocupante la cantidad de “mendigos” que se ven allí, muchos de ellos ingiriendo alcohol y haciendo sus necesidades en los árboles. También señala que otra consecuencia preocupación es el reguero de basura que suelen provocar al buscar reciclaje en las zonas de acopio.
Cecilia odia admitir que su hermano sea parte de esta problemática. “Solo espero que Dios le brinde el valor y la sabiduría para salir adelante. Su familia siempre estará atenta a ayudarlo”, manifiesta Cecilia.
Si desea saber más sobre cómo ayudar a esta población, comuníquese a la línea 444 41 44
*Cecilia y Felipe son nombres cambiados a solicitud de la fuente.
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Se informa el extravío del CDT número 3938560 y contrato 00130558-00-1439385606 por valor de 6.000.000 emitido por BBVA Colombia el día 18/11/2008 quién recibe notificaciones en la carrera 9 número 72 21 piso 10 Bogotá Colombia en consecuencia se ha pedido a BBVA Colombia la cancelación y reposición del título citado ya que pertenece a ROSA MARIA HURTADO GALLEGO por lo que se solicita al público general abstenerse de recibir endosar o negociar en cualquier forma este título gracias.
POMPILIO PEÑA M. pompiliooo@gmail.com
Las Fiestas del Renacer se llevaron a cabo en el Parque del barrio Aranjuez, marcadas por una feria de emprendimiento protagonizada por mujeres del sector. Durante cuatro días, entre el 1 y el 4 de noviembre, las familias se dieron cita en este espacio, en el que además de la feria, disfrutaron de agrupaciones y artistas en vivo.
El viernes, los jóvenes vibraron al ritmo del rock con la banda Círculo Vacío. El sábado, la música parrandera y la trova tomaron el escenario, junto con la actuación especial de la imitadora de Arelys Henao, participante del programa Yo Me Llamo. La jornada cerró con un “simulacro decembrino”, en el que tanto residentes como visitantes degustaron natilla y buñuelos.
Jeovana Amaya, subdirectora de la Fundación Lidia, dedicada a apoyar a las emprendedoras de Medellín, destacó que participaron 30 iniciativas, la mayoría especializadas en artesanías y productos de belleza. “Estamos muy contentos con la fiesta. Está la señora que hace el arequipe, las obleas, las artesanías, el champú natural, las arepas, las empanadas, los dulces y un licor de café delicioso”, expresó Jeovana.
El domingo, la música crossover y un grupo de baile animaron la jornada, mientras que el lunes festivo se realizó un sancocho comunitario y un torneo relámpago de parqués.
Estas festividades llevan el nombre de Renacer porque no se celebraban desde 2016.
Orlando Benítez, vecino del parque Aranjuez, se enteró de las festividades días antes y decidió asistir con su familia. Sus hijos, de ocho y diez años, disfrutaron del ‘brinca brinca’ y más tarde degustaron obleas con queso, preparadas por una de las emprendedoras invitadas.
“Creo que este tipo de eventos deben realizarse más a menudo, al menos dos veces por año, de este modo se sigue creando unión entre la comunidad y se apoya a los emprendedores”, comentó Orlando.
La organización del evento estuvo a cargo de la Junta de Acción Comunal, el Centro de Producción Audiovisual, la Fundación Lidia y la Junta Administradora Local. Se espera que el próximo año crezca, contando con más artistas y emprendedores del barrio.
SANTIAGO LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
Con muestras artísticas y culturales, y una amplia oferta de ideas de negocio, se llevó a cabo el Festival de Juventudes y Emprendimientos 2024, el sábado 9 de noviembre en la cancha de San Isidro. Este espacio, liderado por el proyecto de juventudes de la Comuna 4, ofreció actividades, talleres y exhibiciones diseñadas para inspirar y empoderar a los jóvenes.
La zona de emprendedores fue una de las más concurridas, con más de 30 stands donde jóvenes presentaron sus proyectos, productos y servicios. Artesanías, moda, tecnología y gastronomía fueron algunas de las propuestas que captaron la atención de los asistentes, quienes pudieron adquirir productos locales y apoyar el crecimiento de los negocios emergentes de la comuna.
El festival incluyó espacios de entretenimiento, como música en vivo y presentaciones artísticas, que llenaron el evento de alegría y color. Además, las activida-
des deportivas y recreativas permitieron a los asistentes disfrutar de una jornada especialmente diseñada para los jóvenes del territorio.
Mateo Mazo Hincapié, profesional social del proyecto de juventudes de la Comuna 4, destacó la importancia de estos espacios para el empoderamiento juvenil. “Este festival visibiliza las expresiones artísticas, culturales y los emprendimientos de los jóvenes, así como los procesos de las organizaciones sociales, que muchas veces se invisibilizan. Es un espacio para que digan que están presentes, participando y construyendo territorio.”, agregó.
El Festival de Juventudes y Emprendimientos 2024 dejó un impacto positivo en la comunidad, promoviendo la creatividad, el trabajo colectivo y el compromiso social. Los organizadores esperan que estos encuentros inspiren a más jóvenes a involucrarse, fortaleciendo los lazos comunitarios y consolidando a la Comuna 4 como un referente juvenil en el Distrito.
Paola Cardona / Amiga
Vecino de toda la vida del sector El Bosque de Moravia, este guerrero como lo llaman sus amigos fue despedido por lo alto en la cancha de fútbol La Bombonera.
POMPILIO
PEÑA M. pompiliooo@gmail.com
Oswaldo Giraldo falleció el lunes 28 de octubre a las 5:32 de la tarde. Su partida tomó a todos por sorpresa. Estaba sano y de su boca solo salían proyectos, palabras de aliento y amor. Era reconocido por su liderazgo en la organización de partidos amistosos y torneos de fútbol en la plaquita La Bombonera, del sector El Bosque de Moravia. Toda su fuerza de convocatoria la hizo por el deporte. Por eso, son pocos en el barrio que no lo conocieron.
Así recuerdan al guerrero:
“El último recuerdo que tengo con mi amigo fue la vez que lo llamé cuando comenzó a enfermarse. Le pregunté: “Oswaldo, ¿qué tienes?”. Y él respondió: “Como un malestar en el estómago, pero me tomo una soda y se me pasa”. Le dije: “Liendra, ojo para que vaya al médico”. Y me contestó: “Mañana miramos, no te preocupes”. Luego viajé a Bogotá, y me llegó la noticia de que se había agravado y estaba en la clínica con aparatos. Después murió. Me gustaba lo guerrero que era, fue un ejemplo de vida para todo Moravia”.
Maicol Osorno Patiño / Amigo
“Conocí a Oswaldo hace 25 años, cuando él era muy joven y yo lo llevaba de un lado a otro de Moravia en su silla. Yo era un niño, y compartíamos la afición de ser hinchas. La última vez que hablé con él, estaba en el hospital, con varios aparatos en la cara, y Oswaldo hacía esfuerzo para responder. Le dije que descansara, que supiera cuánto lo quería. Aún no puedo creer que el parcero se haya ido”.
Roberto Alejandro Gutiérrez, hijo adoptivo
“Oswaldo me adoptó como a un hijo el 29 de octubre del año pasado. Tengo 17 años, y debo decir que gracias a él aprendí a valorar a las personas. Antes vivía con mi mamá y sufría mucho; vendía confites y le tenía que llevar 20.000 pesos, y si no se los llevaba, me pegaba. Le dije a Oswaldo que quería cambiar mi vida, y él me extendió la mano. Comencé a recorrer la ciudad con él; lo acompañaba a hacer sus vueltas. Otro recuerdo hermoso que tengo fue la vez que me llevó al estadio a ver a su equipo del alma, el Deportivo Independiente Medellín”.
“El día que recuerdo mucho fue cuando celebramos el cumpleaños de su mamá el 3 de octubre. Lo cogimos de recocha, él siempre con su buen humor. Nos tomamos unos tragos y nos reímos. Luego me dio unos consejos: que tenía que cambiar mi forma de pensar, ser siempre positiva y amorosa con los demás. Era muy cariñoso con mi hija; le enseñaba las tablas de multiplicar. Además, los niños de Moravia lo querían mucho por su liderazgo en el fútbol”.
Natalia
Giraldo / Sobrina
“En la última conversación que tuve con él me dijo que tenía miedo, que no se quería ir, que no nos quería dejar, porque sabía que él era la vida de todos nosotros, que al irse nos dejaría un gran vacío. Y yo le dije: “No, tío, a ti no te va a pasar nada. Te vas a recuperar, porque eres un guerrero y has ganado muchas batallas”. Pero, lamentablemente, esta batalla la perdimos, y la perdimos nosotros, porque él ya está al lado del Señor, gozando de un nuevo Reino”.
Oswaldo Giraldo deja un legado imborrable en Moravia, no solo como líder deportivo, sino también como un ser humano excepcional que tocó las vidas de todos quienes lo conocieron.
Aunque su ausencia física se siente profundamente, su espíritu permanecerá vivo en cada rincón de Moravia, y su huella continuará latente en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de compartir su vida.
La educación es fundamental para reconocer las violencias y lograr que en los hogares se activen alertas tempranas.
YURANY ALZATE yuraalzate75@gmail.com
Un cuento de terror
El 19 de septiembre comenzó la búsqueda de Sofía Delgado, una niña de 12 años desaparecida en el Valle del Cauca. Lamentablemente, fue encontrada sin vida y con signos de violencia sexual cerca de su hogar el 17 de octubre. Las autoridades confirmaron que el responsable de este feminicidio es Brayan Campo, un vecino de la familia.
Dos días desde este trágico suceso, se reportó la desaparición de Alexis Delgado, un niño de dos años, en San Cayetano, Cundinamarca. Desafortunadamente, también fue hallado sin vida y con señales de haber sido violentado física y sexualmente. Su tío político, Carlos Herrán, es el principal sospechoso.
En menos de una semana, dos familias lloran la pérdida de sus niños, cuyos sueños, sonrisas y ganas de jugar y aprender han sido apagados.
No importa el territorio
A pesar de que estos casos ocurrieron a kilómetros de Medellín, es claro que la violencia contra los menores no conoce fronteras. Según la Procuraduría, la situación de los menores es alarmante. La ciudad ocupa el segundo lugar a nivel nacional en casos de violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes (NNA).
Dora Saldarriaga, abogada y ex concejala de Medellín, señala: “Acá el cuidado de la niñez sigue siendo muy precario. Hay más ruido político que acciones concretas que garanticen una vida libre de violencias a los NNA. Aún no existen programas integrales que aborden la protección, nutrición y bienestar, ni escuelas adecuadamente acondicionadas”.
Ante esta situación, Evelyn Palacio, estudiante de Ciencias Políticas, agrega: “Se requieren círculos de cuidado que realmente se dediquen a los niños, y que vayan más allá de la escuela o el programa Buen Comienzo, abarcando lo económico, cultural y social, para reducir la violencia contra la niñez”.
Luz Estella Londoño, integrante del colectivo de mujeres de la Comuna 4, expresa su preocupación por la soledad en la que se encuentran los menores en Aranjuez: “Los adultos debemos comprometernos a no dejarlos a la deriva. Veo a niños de 9 o 10 años, o incluso menores, que carecen de acompañamiento familiar y que salen y entran a casa a la hora que quieren. Esto es alarmante, ya que los expone a mayores riesgos”.
Así mismo, Yuliana Aguirre, habitante de Campo Valdés y activista por
los derechos de la niñez, añade: “La alta permanencia de menores en la calle, los hace más vulnerables a ser víctimas de cualquier tipo de violencia, especialmente de abusos sexuales y reclutamiento por parte de grupos armados”.
Comunidades cuidadoras
Garantizar una vida libre de violencias para los menores, no solo es un deber ético, sino también una responsabilidad de todos, tal como lo establece la Ley 1098 de 2006, Código de Infancia y Adolescencia. Por ello, es fundamental implementar estrategias que protejan a los niños y promuevan territorios seguros para ellos.
Evelyn enfatiza: “Necesitamos educar a los adultos sobre el reconocimiento de las vulneraciones, para que, desde el hogar, comprendan qué es una violencia y cuándo los niños y niñas están siendo
víctimas de ella”. Además, resalta la importancia de enseñar a los menores a no quedarse callados y a comunicar todo lo que les sucede, facilitando así su protección.
Es fundamental establecer un diálogo constante con los niños y niñas, escuchar sus inquietudes y enseñarles a diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto. Además, es importante creerles a los menores cuando expresan sentirse inseguros en ciertos lugares o con determinadas personas.
Por otra parte, es necesario advertirles de manera continua sobre los peligros, para que desde temprana edad puedan desarrollar habilidades de autocuidado y generar conciencia colectiva para identificar situaciones de riesgo.
Desde la Alcaldía de Medellín se reconoce el riesgo que enfrentan los niños y se trabaja en su protección, dando continuidad al programa Buen Comienzo para la primera infancia. Además, el proyecto de Promoción de Derechos y Prevención de Vulneraciones acompaña a los niños de manera integral, fortaleciendo sus capacidades y conocimientos.
Asimismo, en articulación con la policía y su unidad de infancia y adolescencia, se realizan operaciones en lugares donde se reportan denuncias de explotación infantil. Esto tiene como objetivo tanto la captura de los responsables como la atención integral a las víctimas a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Proteger la vida de los niños y niñas es una responsabilidad de todos. Desde La Pupila, hacemos un llamado a la sociedad a unirse para garantizar una ciudad segura para ellos. Si usted tiene conocimiento de algún caso de violencia, puede denunciarlo en la línea 141 o acuda a las autoridades más cercanas.
POMPILIO PEÑA M. pompiliooo@gmail.com
Liberarse de las emociones reprimidas y darle paso a la aceptación y al amor propio, es el camino que cerca de 900 mujeres de la Comuna 4 han tomado en los últimos cuatro años. El proyecto lleva por nombre Arteterapia y su éxito radica en el impacto positivo en sus vidas.
Uno de estos talleres es ofrecido todos los viernes de una a cuatro de la tarde en la sede social de la Junta de Acción Comunal del barrio Manrique. Allí, doce mujeres participan en sesiones dirigidas por la psicóloga María Camila González, quien crea un ambiente de confianza, en el cual pueden expresar, sin miedo ni tapujos, amores y odios que aprenderán a canalizar.
Se sientan alrededor de una mesa y hablan de ellas, pintan y hacen collage, bailan y recuerdan, como si fueran niñas. La idea, según María Camila, es liberarse de aprensiones emocionales.
“La arteterapia es una forma de acompañamiento e intervención a través de las artes plásticas y otras herramientas para comprender y resignificar las emociones. No se trata solo de un proceso de diagnóstico, sino también de transformación. El arte se pone como medio para expresar esas sensaciones, pero sin ser tan agresivo nombrándolas directamente”, afirma María Camila.
El programa nació en 2019 como respuesta a una investigación liderada por la Secretaría de las Mujeres y la Universidad de Antioquia, que identificó altos índices de violencia de género en la comuna. Desde su creación, y gracias a su impacto positivo, la comunidad lo ha priorizado para recibir recursos del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo.
Ángela María Tapias es líder comunitaria desde hace 20 años en favor de los derechos de las mujeres.
Este espacio femenino se ha convertido en una herramienta de transformación personal y colectiva.
Ella expresó que “enseñarnos a las mujeres cómo superar los estigmas que nos ha dejado el pasado y la violencia silenciosa que vivimos muchas dentro de nuestros círculos familiares, es una herramienta que, bien cultivada, puede llegar a salvar a muchas”.
Margarita Inés Serna, integrante del Club de Vida Estrellas de la Comuna 4, destaca que este programa
representa un espacio esencial para todas las mujeres, ya que les permite adquirir conocimientos valiosos que pueden compartir con otros. “Esta es una preparación personal que nos sirve para dar lo mejor de nosotras”, comenta.
Por otro lado, Beatriz Elena Quintero, de 55 años y participante de las clases dirigidas por María Camila, señala que uno de los aprendizajes
más significativos de los talleres ha sido identificar los tipos de violencia que pueden experimentarse sin ser conscientes de ello. “Aprendí, por ejemplo, que existe la violencia económica, en la que las mujeres son sometidas a través de su dependencia financiera hacia sus parejas”, agregó.
Entre los temas abordados en las doce sesiones del programa este año se encuentran la violencia vicaria, psicológica, económica y patrimonial, además de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y el empoderamiento. La profesional a cargo destaca: “En esencia, buscamos incentivar la participación política y el reconocimiento de estas violencias en las mujeres”.
Carmen Rubio Toro, quien ha participado en varias sesiones, comparte su experiencia: “Hay una cosa linda que se va dando, como un tejido social. Uno escucha, ellos lo escuchan a uno, y creo que eso es muy sanador, aparte de que uno conoce a otras mujeres y comparte”.
Por su parte, Marta Cecilia Quiroz, otra de las asistentes al taller, reflexiona sobre los aprendizajes que ha obtenido: “Uno cree que como mujer debe vivir el dolor y la humillación de forma silenciosa, pero no es así. Lo bonito de este programa es que aquí lloramos todas con las dolencias de las demás compañeras, y todo lo que se dice aquí solo se comenta aquí”.
Arteterapia no solo transforma vidas, también construye comunidad. En cada sesión, estas mujeres encuentran no solo herramientas para sanar, sino también la fortaleza para redefinir sus historias. Juntas, están demostrando que la resiliencia y el empoderamiento pueden romper los ciclos de violencia y abrir caminos hacia un futuro donde el amor propio y la solidaridad sean las verdaderas protagonistas.
SANTIAGO
LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
La palabra “renacer” significa volver a nacer o iniciar algo desde cero, y este concepto se refleja en diversos aspectos: personales, espirituales, profesionales, entre otros. En el barrio Miranda, más precisamente en la Calle 80A, entre las carreras 51B y 51C, se experimentó un verdadero renacer comunitario, con el propósito de devolverle la identidad a un espacio del que todos pudieran sentirse orgullosos.
Este proyecto fue posible gracias a la colaboración de distintos actores del barrio, motivados por la falta de espacios recreativos y deportivos para los habitantes. La Junta de Acción Comunal, empresarios locales, la parroquia y organizaciones sociales se unieron con un objetivo común: recuperar una calle para el disfrute y beneficio de todos.
Así era
Después de los efectos de la pandemia, los habitantes de Miranda veían con preocupación cómo la cuadra, que alguna vez fue el único espacio deportivo de la zona, se transformaba en parqueadero, taller mecánico y refugio para habitantes de calle, situación que generaba inseguridad y zozobra en los residentes y visitantes. Fue esta inquietud lo que motivó el renacer de este lugar, que hoy luce lleno de vida.
Manos a la obra
Trabajos de pintura, jardinería, soldadura para construir unas porterías de futbol, y más, fueron las acciones que durante meses este grupo de personas realizaron para cambiarle la cara a esta calle y sus alrededores.
Doris Yamile Ferreira, presidenta de la Junta de Acción comunal de Miranda y una de las líderes de esta renovación resaltó que lo primordial era poder contar en el barrio con un escenario deportivo y cultural. Y aseguró que este trabajo no se quedará solo en esta cuadra, sino que están esforzándose por recuperar otros sitios del barrio.
“Cuando celebrábamos el Día de la Familia, el Día del Adulto Mayor o el Día del Niño, no teníamos un lugar adecuado. En esta zona solo había basura, carros abandonados, talleres y habitantes de la calle. Ahora, esperamos tener un espacio recreativo, donde los niños puedan alejarse de los malos caminos y crecer cada día”, expresó Doris.
Hoy, la Calle Renacer, como fue nombrada por los líderes de la iniciativa, muestra un nuevo rostro: murales espectaculares que dan vida a un espacio deportivo para niños, jóvenes y adultos; una jardinería renovada que llena de color el lugar; y una infraestructura mejorada que invita a todos a disfrutar de un ambiente revitalizado. Este escenario no solo ofrece un espacio recreativo, sino también un punto de encuentro que promueve la integración y el sentido de pertenencia.
“Cuando veo a estos jóvenes jugando, lejos de los peligros de las calles, de las drogas siento la alegría de saber, que cuando se une la comunidad, las cosas se transforman en oportunidades maravillosas. El objetivo es crear mejores espacios, un renacer de nuestra comunidad para saber que los espacios públicos son espacios para crecer”, manifestó Jorge Villalobos, párroco de Cristo Sacerdote, quien apoyó esta iniciativa.
La renovación de este espacio lo convirtió en el escenario
La nueva “Calle Renacer” es el resultado de la unión entre
Miranda es un barrio que cuenta con dinámicas industriales y talleres que se asentaron en el territorio. Sin embargo, estas empresas no son ajenas a la necesidad de convivir en armonía y de aportar para convertir esta zona en un espacio seguro.
escenario deportivo y cultural del barrio.
entre comunidad, empresas y organizaciones sociales.
Los empresarios del sector fueron aliados clave en el proyecto de la Calle Renacer. Gracias a sus aportes y esfuerzos, se logró sacar adelante este proyecto, transmitiendo un mensaje claro: la unión hace la fuerza.
“Como empresario, creo que todos debemos contribuir al bienestar del barrio. A veces usamos los espacios de los barrios de forma inadecuada. Hay algunos que estorban y otros que se be nefician. Todos podemos aportar, pensando en las futuras generaciones, los niños del barrio. Con esta iniciativa, estamos sembrando una semilla para ellos”, expresó Ferney Henao, representante del comité empresarial de Miranda.
Antes, había inseguridad; hoy se percibe tranquilidad”, comentó.
Así mismo, Dony Macdonal Henao afirmó que el cambio fue del 200%. Recordó que, en años anteriores, este espacio era una cancha utilizada para numerosos torneos de fútbol, pero que, de un momento a otro, se transformó en un parqueadero y un lugar asociado al consumo de drogas.
La comunidad ha recibido este espacio con gran entusiasmo, reconociendo la importancia de que las nuevas generaciones cuiden y valoren el trabajo que se comienza.
Para Dalila Vélez Botero, líder de un grupo de la tercera edad, este es el comienzo de un verdadero renacer. “Llevo nueve años en el barrio y espero que los niños aprendan a cuidar este espacio y que todos los vecinos ayuden a preservarlo.
“Con estas acciones logramos que los jóvenes se alejen de la drogadicción. Necesitamos más espacios como este para que ellos se involucren en el deporte y no en ese mundo. Gracias a esta transformación, ya no estarán parados en una esquina esperando para hacer cosas malas, sino que podrán venir a practicar deporte a la hora que deseen. En realidad, esto sí es un renacer”, expresó Henao.
Los líderes de Miranda tienen como objetivo seguir recuperando espacios para la comunidad, como el parque y la zona de las escaleras, actualmente afectada por la acumulación de basura. Con esfuerzo y compromiso, el barrio Miranda sigue escribiendo su historia de renacimiento y esperanza.
POMPILIO PEÑA M. pompiliooo@gmail.com
El corazón del barrio Campo Valdés ha sido testigo del nacimiento y evolución de un grupo que irradia compañerismo, alegría y solidaridad: El Club de Vida Cristales. Desde sus inicios modestos, cuando las actividades se realizaban en un rincón prestado de la biblioteca, este colectivo ha crecido hasta convertirse en un refugio de conexión humana para sus 65 integrantes, en su mayoría mujeres, junto a tres hombres.
Hoy su espacio es el Centro de Desarrollo Social Campo Valdés (CDS), donde se reúnen todos los martes y jueves de 10:00 a.m. a 12:00 m.
Una comunidad que evoluciona
Blanca Lidia Bustamante, quien lleva 18 años participando, recuerda con cariño cómo el grupo empezó a tomar forma a través de actividades simples pero significativas. “Llegué por mi mamá. Desde entonces hemos hecho de todo: rumba, aeróbicos, bingos, y celebraciones como el Día de la Amistad y la Despedida de Diciembre”, comparte.
Por su parte, Luz Estela Sánchez, coordinadora del club, rememora los primeros días cuando el grupo aún no tenía un nombre definido. “Nos reuníamos para hacer gimnasia. Poco a poco fuimos creciendo y nos consolidamos. El grupo fue bautizado como Señorial, y tras años de evolución, decidimos cambiar el nombre y el color del uniforme”, afirma.
El grupo está integrado por 65 personas y se reúnen los martes y jueves en el Centro de Desarrollo Social de Campo Valdés.
ró fue la gimnasia y la organización del grupo. Aquí nos olvidamos de la monotonía”, cuenta.
Luz Amparo Agudelo, veterana en estos espacios, resalta cómo la dinámica rompe con su rutina de ama de casa. “Aquí me desconecto, cambio de ambiente. Nos quedamos después de la gimnasia compartiendo un tinto y riendo”, expresa.
Transformación personal
Cada integrante tiene una historia única sobre cómo llegó al grupo y lo que ha encontrado en él. Para María Nohemí Aguilar, quien se unió hace un año, El Club de Vida Cristales ha sido una ventana a nuevas experiencias. “Lo que más me enamo-
Solidaridad y celebración
El grupo no solo es un espacio de ejercicio físico, sino también de apoyo mutuo.
Luz Estela resalta la hermandad que define a Cristales. “Nos ayudamos, compartimos. Si alguna compañera necesita algo, nos organizamos
▲ El club cuenta con 65 integrantes, tres de ellos son hombres.
para ayudarla. Cada integrante sabe que la solidaridad es nuestro principal pilar, pues nos mantiene unidas y tranquilas”.
Además, las celebraciones están en el centro de la vida del grupo: Día de la Madre, del Padre, Amor y Amistad, y una gran despedida de año con música, natilla y buñuelos.
La psicóloga del programa El Escuchadero también colabora con el grupo, ofreciendo sesiones que permiten a las participantes expresar emociones y superar barreras personales. “Es un espacio invaluable porque no siempre tenemos acceso a estos servicios por falta de tiempo o recursos”, comenta Luz Estela.
Las sesiones de gimnasia, conducidas con música vibrante, son un pilar fundamental. Equipadas con palos, pesas, balones y colchonetas, las integrantes se esfuerzan por mantener un estilo de vida saludable. Pero la gimnasia es solo el comienzo: después de cada sesión, el grupo se reúne para disfrutar de un café o una aromática, consolidando aún más sus lazos.
Desde su modesto inicio en la Biblioteca Juan Zuleta Ferrer hasta su expansión durante la pandemia, Cristales ha demostrado ser más que un grupo de actividades recreativas. Es un espacio de crecimiento personal, un lugar para compartir alegrías y penas, y una comunidad que, año tras año, sigue demostrando la fuerza de la hermandad.
Su vida ha sido un legado de versos y talento.
Este trovador ha transformado vidas desde el aula y el escenario.
POMPILIO PEÑA M. pompiliooo@gmail.com
Era 1983 cuando Óscar Alcides
Quintero, un joven inquieto y el sexto de diez hermanos, ingresó a décimo grado en el Liceo Gilberto Alzate Avendaño. Vivía en el Popular II y no destacaba precisamente por su disciplina académica. A menudo, se escapaba por encima del muro del colegio para faltar a clases y jugar billar.
Hoy, Óscar es conocido como Anchele, un trovador que ha recorrido gran parte de Antioquia y numerosos municipios de Colombia, llevando su arte a fiestas y eventos culturales. Desde 2001, dirige un semillero de músicos y trovadores en el colegio donde se graduó.
Por sus manos han pasado talentos que han llegado a ser reyes nacionales de la trova, como Robinson Alejandro Marín, “Cocoliso”, quien actualmente se desempeña como libretista en reconocidos medios de comunicación del país, y Juan David Ruiz, “El Gallinazo”.
Anchele se recuerda como un niño inquieto. Su padre fue músico en su juventud y, de él, heredó la pasión por las cuerdas. Óscar llegó al Alzate después de que el colegio donde estudiaba no ofreciera grados 10º ni 11º. “Para mí fue un descubrimiento. El colegio estaba lleno de artistas. Cuando escuché a los trovadores, me parecieron tesos, admiré su capacidad de inventar frases ingeniosas”, recuerda.
Sin embargo, el inicio de su camino en la trova fue muy particular. Con varias materias perdidas, su profesor de estética, Leonardo Betancur, le propuso reto que cambiaría su vida: “Si quieres ganar el año, escríbete unas buenas trovas”.
Una vez hecha la tarea, le quiso poner la “vara más alta”, así que el profesor lla-
mó a su hijo, César Betancur “Pucheros”, quien años después sería considerado el mejor trovador de la historia.
Su gran debut fue en el salón de 10F, delante de un grupo de caras burlonas. Improvisó versos y despertó las risas. “Entonces comenzamos a trovar en el salón. Él ya era muy bueno y yo solo trovaba bobadas que hacían reír. Es un bello recuerdo”, comenta. “Así entré al Club de la Trova del Alzate, y en el descanso tomábamos de parche a todo el que pasara por el pasillo donde practicábamos”.
Retomando el camino
Anchele se graduó de bachillerato y dejó de lado su talento por algunos años. Fue su esposa quien más adelante lo alentó a presentarse en un festival tras notar su habilidad para improvisar. Aunque dudaba de sí mismo y se percibía como un aficionado, Óscar aceptó el desafío.
“Finalmente me presenté en un evento y trové. Estuve tan de buenas que allí estaban algunos miembros de la Asociación de Trovadores Colombianos (Astrocol), quienes, al escucharme, me insistieron que debía tomar esta profesión en serio” recuerda Anchele.
Desde entonces, comenzó a destacar en escenarios importantes, como los Festivales Nacionales de Trova a inicios de los años 90. En 1992, ganó su primera competencia,
Noches de Folclor, organizada por la emisora La Voz de la Raza, lo que le abrió las puertas a eventos organizados por Astrocol. “Vi que trovar lo pagaban bien y me dediqué de lleno a estudiar la creación de versos”.
Además de continuar llevando la magia de la trova a eventos públicos y privados, Anchele dedica sus días a formar nuevas generaciones en el semillero del Liceo Gilberto Alzate Avendaño, el mismo lugar donde nació su pasión por este arte. Como promotor del Festival de la Trova de la Comuna 4, celebrado en las instalaciones del colegio, ha convertido este evento en una plataforma para el descubrimiento de talentos y la preservación de una tradición cultural.
“Estar aquí, donde fui alumno, es un orgullo. Este colegio es una cantera de talentos. De aquí han salido cinco reyes nacionales de la trova” comenta con emoción.
Este año, en la edición 2024 del Festival de la Trova de la Comuna 4, Anchele fue homenajeado con un reconocimiento especial por su invaluable contribución a la cultura y, en particular, a la trova. Este gesto, más que un premio, simboliza el impacto de su labor.
Así, Anchele sigue trovando no solo con su voz, sino con su legado, inspirando a nuevas generaciones a encontrar en el arte una herramienta para transformar vidas y territorios.
La educación ambiental es fundamental para que las personas comprendan lo contaminante que es el plástico y elijan opciones biodegradables.
La Ley 2232 de 2022, conocida como “Chao Plásticos” marca un nuevo capítulo en la lucha por un entorno más saludable.
YURANY ALZATE yuraalzate75@gmail.com
Si alguna vez ha regresado del supermercado cargando productos en las manos, preguntándose por qué le negaron una bolsa plástica, aquí está la respuesta: desde el 7 de julio de 2024, Colombia comenzó a implementar la Ley 2232 de 2022, conocida como “Chao Plásticos”, que prohíbe al menos ocho productos plásticos de un solo uso.
La ley busca eliminar de forma gradual 14 tipos de plásticos de un solo uso, y ya en esta primera fase prohíbe al menos ocho productos, marcando un rumbo hacia la sostenibilidad que se espera esté plenamente implementado para 2030.
Ambientalistas como Salomé Restrepo ven la Ley como una oportunidad para educar y transformar hábitos. Según ella, “es necesario fortalecer la educación ambiental para que las personas vean esta transición como un compromiso voluntario y no solo como una obligación”.
Educación ambiental
La educación ambiental se convierte en el eje central de este cambio, por eso es importante preguntarnos, ¿realmente necesitamos una bolsa plástica cuando podemos llevar una reutilizable de tela? ¿Es indispensable un pitillo o un mezclador, cuando un vaso o una cuchara cumplen la misma función?
Yaneth Cárcamo, otra líderesa ambiental de la Comuna 4, señala la urgencia de cuestionarnos qué estamos haciendo para cuidar nuestro territorio. “Las islas de plástico en el océano son una realidad alarmante. Cada envoltura de un
dulce que tiramos puede acabar en un relleno sanitario, generando gases de efecto invernadero, o llegar a los ríos y afectar los ecosistemas marinos”, advierte.
La reacción de la comunidad
Yaneth y Salomé coinciden en que, aunque hay un control en los supermercados, las tiendas de barrio aún no se han alineado con la Ley. “Falta educación ambiental para los tenderos, no hay programas que les expliquen la importancia de eliminar el plástico”, señala Yaneth.
Por su parte, Aidé Sierra, propietaria de una tienda en Campo Valdés enfrenta diariamente la frustración de muchos clientes: “La gente se enoja cuando no les doy bolsas.
Me dicen que no volverán a comprar aquí. No entiendo esa molestia; si van a otros supermercados y llevan su propia forma de empacar, ¿por qué no pueden hacer lo mismo aquí?
La opinión de la comunidad
“Considero que ayudamos mucho al medio ambiente, hay plásticos que usamos y en realidad no se necesitan. Nos tenemos que acostumbrar a los cambios y buscar soluciones, no quedarnos en la queja”, Margarita Serna.
“Creo que esta Ley se debe repensar, porque terminar con el uso del plástico de una manera muy abrupta, porque por ejemplo la basura qué, dónde se va a botar”, Paula Morantes.
“Me ha parecido algo muy negativo porque uno va a un supermercado y no dan bolsa, pero si las venden. Eso es un negocio, además hay muchas personas que se quedaron sin empleo, es de cuestionar esas decisiones”. Olga Cecilia Rodríguez.
Datos
1 trillón es el número de bolsas que se producen en el mundo. 1.000 años es el tiempo que tarda una bolsa de plástico en degradarse.
46.000 es el número de bolsas que terminan en los océanos.
100.000 es el número de animales marinos que mueren al año como consecuencia de las bolsas de plástico.
Un llamado a la acción
El cambio hacia un mundo más sostenible comienza con pequeñas acciones que, juntas, generan un gran impacto. Cada bolsa de tela que llevamos, cada vez que evitamos un plástico innecesario y cada hábito transformado es una semilla de esperanza para nuestro planeta.
Desde La Pupila Ambiental, los invitamos a ser protagonistas de este cambio, demostrando que, con voluntad y compromiso, podemos cuidar nuestro entorno y dejar un legado de responsabilidad y amor por la naturaleza a las generaciones que vienen.
¡El futuro está en nuestras manos!
▲ Con un concierto y el lanzamiento de su nuevo EP “99”, los Crew celebraron sus 25 años.
SANTIAGO LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
“M
es 11 día 12 del 79 Medellín da a la luz, mientras en la calle llueve”, dice unas de las rimas de Medayork, una de las canciones más conocidas de Crew Peligrosos, contando la historia del nacimiento de Henry Arteaga, conocido como el Jke. En esa misma fecha, pero del año 1999, celebrando un cumpleaños, y consciente de todas las situaciones difíciles que estaba pasando por su vida, e impulsado por sus ganas de poner a Aranjuez, su barrio, en el mapa del mundo, comenzó a escribir la historia de Crew Peligrosos.
Son 25 años de esta agrupación que no son solo música, es una trayectoria social, promoviendo la formación artística en Hip Hop llegando a más de 120 mil niños y jóvenes, con su programa 4Eskuela, una academia enfocada en los 4 elementos del género (MC, Break Dance, Dj y Graffiti).
Jke, P flavor, Pac Dunga, Arex, Hellstyle, Inject Rock, Izzel, Kritical, Lethal Flavor, Vandal y Zkills, y muchos que ya no están, son los que han liderado y llevado este grupo de jóvenes a retumbar con el rap, la trans-
formación de la comunidad. Una historia escrita con vivencias, sufrimiento, lagrimas, éxitos, glorias y mucha música.
Han logrado reconocimientos a nivel local, nacional e internacional, sin embargo siguen teniendo en Aranjuez, su barrio, la base de su trabajo, impulsando el profesionalismo artístico en su comunidad y visibilizando el arte y la cultura como medios de transformación positiva.
Recorriendo las calles de la Comuna 4 se visibilizan trabajos artísticos de Graffiti impulsados por este colectivo. En la I.E Tomás Carrasquilla, sede de 4Eskuela, se puede disfrutar el talento de los jóvenes que se esfuerzan por buscar oportunidades para salir adelante a través de la cultura.
Esta celebración marca el inicio de una nueva etapa para Crew Peligrosos, quienes continuarán llevando sus talentos y conocimientos a cada rincón de Medellín, impulsando así más décadas de arte callejero.
Crew Peligrosos es un icono de la cultura Hip-Hop de la ciudad, llevando en su esencia ese barrio que los vio nacer y crecer.
SANTIAGO LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
Con presentaciones en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, en la Terminal del Sur y en el Parque de El Poblado se presentó la “Danza de las Mariposas”, un espectáculo lleno de música, magia y color que transportó a los asistentes al Medio Oriente a través de las fascinantes puestas en escena del grupo de bailarinas de la Academia de Baile DanzaAgher.
En este mágico espectáculo se ofreció una experiencia única con la participación de 15 bailarinas que fusionaron diferentes tipos de danzas, como las orientales, folclóricas y modernas. Juntas lograron transmitir a los espectadores un poderoso mensaje sobre la resiliencia y la transformación, inspirados en el ci-
clo de vida de las mariposas, que pasan por el proceso de metamorfosis, desde huevos y orugas hasta convertirse en crisálidas, desplegando finalmente sus alas coloridas para volar, brillando con todo su esplendor.
Sobre lo que se vivió en esta puesta en escena, Sandra Marcela Garzón directora de DanzaAgher expresó: “Somos la memoria de lo que tenemos, aunque nos transformemos y somos fragilidad y grandeza simultánea, sin embargo, el mejor regalo que podemos ofrecerle al mundo es nuestra propia transformación”.
Finalmente se logró transmitir entre los espectadores un mensaje de armonía, renovación y conexión con la naturaleza, resaltando la importancia de la conservación de los ecosistemas y el respeto por todos los seres vivos.
Esta presentación se realizó gracias a las convocatorias de la agenda cultural de la Alcaldía de Medellín y fue organizada por la Academia de Baile DanzaAgher, un colectivo artístico y cultural
que nació hace 18 años en la Comuna 4, formando jóvenes y adultos en distintos ritmos musicales como el árabe, bachata, tango y salsa.
Hace poco este espacio social fue renovado a través de un proceso de embellecimiento.
Cerca de 5 mil personas, visitan sus instalaciones mensualmente accediendo a sus servicios.
SANTIAGO LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
Muchos habitantes de la Comuna 4 conocen este lugar como el Centro de Integración Barrial, nombre que tenía hasta hace algunos años. Sin embargo, desde la Secretaría de Participación Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, se tomó la decisión de renombrarlo como Centro de Desarrollo Social (CDS) Campo Valdés. Este espacio, contiguo a la Plaza de Mercado, se ha convertido en un punto de encuentro y disfrute para la comunidad.
En el CDS, los ciudadanos pueden acceder a diversos servicios y programas que promueven la convivencia y la integración, en torno a organizaciones sociales y al disfrute de espacios urbanos. Las instalaciones incluyen un salón múltiple, un telecentro, aulas para talleres, un gimnasio y un parque infantil, entre otros.
Alejandro Gómez Arroyave, coordinador del CDS, quien asumió el cargo hace poco más de dos meses, manifestó que su principal objetivo es mantener un espacio de puertas abiertas para que todos los habitantes de la comuna puedan participar en las actividades planificadas por él y su equipo de trabajo.
“Acceder es muy sencillo, se acercan o envían un correo, preguntan por la disponibilidad de los espacios y listo. Mi mensaje es que vengan, utilicen el CDS porque también es su casa y todos son bienvenidos”, añadió Gómez.
Una amplia oferta
Cerca de 15 organizaciones sociales conforman el Cuerpo Colegiado del CDS, entre ellas clubes de vida para el
▲ Algunos integrantes del Cuerpo Colegiado del CDS, quienes trabajan por ofrecer servicios de calidad para todos sus visitantes.
adulto mayor, la Corporación Prado Brasilia con su banda marcial, y el INDER, que ofrece programas como Puntos Activos y Sin Límites, además de un grupo de huerteros. Estas organizaciones utilizan el centro y promueven los servicios dirigidos a la ciudadanía.
Una de esas organizaciones es el Club de Vida Cristales, del cual Luz Estela Bedoya es su presidenta, quien se refiere al CDS Campo Valdés como un espacio maravilloso, por su ubicación, dotación y la atención de todos los que lideran este proceso comunitario.
“Para mí es como si estuviera en mi casa, porque tenemos empatía entre las personas que estamos acá. Aquí desarrollamos las actividades con una fraternidad total que nos hace sentir muy bien al venir a disfrutar de todo lo que nos brindan”, concluyó.
También, el CDS alberga la sede de la Junta Administradora Local, desde
donde se atiende a la comunidad y se coordina el trabajo social para los habitantes del territorio.
El CDS ofrece clases de rumba, aeróbicos, talleres, jornadas de cine, apoyo en
tecnología con el telecentro, cursos de inglés en colaboración con el SENA y un gimnasio. Estas actividades benefician a los cerca de 5,000 usuarios que mensualmente visitan el centro.
La imagen actual del CDS es resultado de una reciente renovación, realizada gracias a la colaboración entre Alcaldía de Medellín, Sura y Asocomunal de la Comuna 4. Los trabajos incluyeron pintura externa e interna, mejoras en las unidades sanitarias, renovación del parque infantil y acondicionamiento del salón múltiple con la instalación de 16 espejos.
Cabe resaltar que todos los servicios que se prestan en el Centro de Desarrollo Social son gratuitos.
Para conocer más sobre las actividades, los interesados pueden consultar sus redes sociales en Facebook e Instagram o escribir al correo electrónico: cdscampovaldes@gmail.com.
SANTIAGO LÓPEZ M. santiagolpz44@gmail.com
Caminando por la calle 70, entre las carreras 48A y 49, el urbanismo es similar en las viviendas, hasta que un llamativo mural rompe la uniformidad. En la fachada de una casa, este mural retrata la rica diversidad cultural, de fauna y flora de Colombia. En este lugar se encuentra el Centro de Desarrollo Social San Pedro – Lovaina, un espacio que, al igual que el CDS Campo Valdés, está disponible para el disfrute y encuentro de toda la comunidad.
Este centro recibe aproximadamente 1,000 usuarios al mes, quienes disfrutan de los espacios y actividades programadas, como talleres de barismo, clubes de vida, actividades físicas con el INDER, escuelas de participación para niños de 4 a 12 años, un “escuchadero” con una psicóloga, entre otros.
Para llevar a cabo estas actividades, el centro dispone de cuatro salones: uno principal, con capacidad para 120 personas, utilizado para eventos como bingos e integraciones; un salón equipado con computadores para que los niños de la zona realicen sus tareas; y otros dos salones destinados a diversas actividades. Además, allí funciona la emisora La Cuarta Estación.
El CDS San Pedro – Lovaina comenzó a funcionar en este espacio a finales de 2021, cuando se redefinió su propósito, ya que anteriormente operaba allí la Junta de Acción Comunal del barrio. Además, el lugar alberga el Centro de Participación Zonal de las comunas 1, 2, 3 y 4.
CDS San Pedro – Lovaina Calle 70 #48A - 45
Instagram @cdslovaina
WhatsApp 305 430 0011
Con su fachada colorida y llamativa, esta edificación se destaca como un referente nacional en atención pediátrica, ofreciendo servicios de calidad a niños y adolescentes desde recién nacidos hasta los 17 años.