Edición 125 - Periódico La Pupila - Especial Mujeres - Febrero 2022

EDICIÓN 125 FEB 2022

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Una deuda histórica con la mujer

H

ablar de la mujer nos remite a la creación misma, y nos transporta a reflexionar en el por qué Adán (quien según la Biblia fue creado primero por Dios), no se hallaba, no encontraba su lugar en el mundo, y por qué según el texto no era bueno que estuviese solo.

Pues bien, la solución a este dilema llega con la creación de Eva, ese complemento que equilibra la creación y le da su toque de perfección; pues podríamos entonces concluir que solo con el hecho de la presencia de la mujer en el mundo, la creación queda completa y perfecta, es decir sin la mujer no había ni completitud ni perfección.

No obstante, llegan los hechos que derivan en el famoso “pecado original” y en el que a pesar de ser un “pecado compartido”, finalmente Adán señala a Eva como la culpable y en definitiva la única que pagó por la falta.

De ahí en adelante la mujer en la historia del mundo, tuvo un papel marginado, siempre a la sombra del género masculino que a través de acciones patriarcales y machistas, siempre menospreció su papel de mujer; esto con la complicidad de las diferentes autoridades políticas y religiones mundiales que contribuyeron a que

a ellas se les diera un papel secundario, encasillándolas en su papel maternal, en las labores del hogar y como serviles del hombre.

Llegó la hora de la mujer La ilustración, los diferentes movimientos sociales y políticos y la lucha de muchas mujeres entre ellas cientos de mártires a lo largo de la historia; han logrado que hoy sea un tiempo diferente, en el que la mujer ha ido haciendo valer sus derechos. Esta es una época en la que la sociedad misma, especialmente el sector masculino, debe reivindicarse con el género femenino, pues su deuda con ellas es bastante alta.

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, surge como fruto de la lucha en diversos países por obtener derechos y libertades para ellas, no obstante, observamos con frecuencia como se trivializa este día como una celebración y no como una conmemoración.

Esta fecha se convirtió en un evento más comercial que reivindicativo de una lucha que ha costado lágrimas, sangre y vidas como las de aquellas 129 obreras que luchaban por que se les reconociera igualdad salarial y las mismas condiciones laborales con respecto de los hombres de aquella fábrica en la que trabajaban. Así las cosas, el dueño de la fábrica ordena cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue el incendio de aquella edificación y la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.

Estas mártires al igual que muchas otras en el mundo dieron su vida luchando por sus derechos, de ahí que la mujer de hoy en día, más que regalos insulsos y superficiales, necesita respeto, reconocimiento, consideración y ser tratada como igual.

Aunque se ha logrado mucho, aún hay mucho terreno por recorrer, sigue preocupando que aún en algunos sectores hay desigualdad para la mujer, las cifras de feminicidios (asesinatos en razón de su condición de mujer), continúan siendo altas y la impunidad en muchos de estos casos se sigue presentando.

El maltrato físico y emocional a mujeres, el abuso, el acoso sexual y laboral a las mujeres no puede ser noticia recurrente en los medios, como si fuese algo común y cotidiano.

Es hora de valorar a la mujer en toda su dimensión, de reconocer su espacio y rol en la sociedad, de entender que cuentan con la capacidad de liderar tanto un hogar como del más poderoso de los países.

En esta edición, el Periódico La Pupila, quiere dar ese reconocimiento a las mujeres, de ahí que los temas fueron pensados para ellas, con un enfoque de género que tiene como propósito reivindicar el importante papel que tienen en nuestra sociedad.

A todas y cada una de las mujeres, no nos queda más que pedirles perdón por la deuda histórica que en nuestra sociedad tenemos con ellas y decirles ¡Gracias totales!

Acerca de nuestra portada We Can Do It! (‘¡Podemos hacerlo!’) es un cartel de propaganda estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, creado por J. Howard Miller en 1943 para Westinghouse Electric, como una imagen inspiradora para levantar la moral de las trabajadoras.

En el cartel se representa la figura emblemática de una fuerte trabajadora de la producción en el periodo de la guerra.

Esta imagen “We Can Do It” fue utilizada para promover el feminismo y también para otras cuestiones políticas a partir de la década de 1980.

El Periódico La Pupila ha querido recrear este famoso poster y para ello invitamos a Salomé Restrepo, una joven lideresa de la Comuna 4, quien acaba de ser elegida como Consejera Comunal de Planeación por el sector del Medio Ambiente, quien representa a través de esta portada a las miles de mujeres de nuestra Comuna 4 y en especial a aquellas que a través de su liderazgo luchan por la participación política y social en los espacios de decisión locales y de ciudad.

Una publicación de la Corporación Enlace 4 NIT 900.227.262-7 ISSN 2346-1217

Edición 125 Febrero 2022 Especial Mujer DIRECCIÓN Ángela Figueroa Jiménez COORDINADORA DE EDICIÓN Yurani Alzate COMITÉ EDITORIAL Ana Lucía Araque Andrea Pérez Cándida Vélez Toro Dora Flórez Durango Giovanni Figueroa Jiménez Juan Pablo Restrepo Sánchez Liana Céspedes Giraldo Mateo Villada Jaramillo Matilde López Margarita Serna Arenas Rubiela Foronda Sara Loaiza Yeison Henao Yurany Alzate FOTOGRAFÍAS Giovanni Figueroa Jiménez Mateo Villada Jaramillo Centro de Desarrollo Cultura de Moravia AGRADECIMIENTOS Centro de Desarrollo Cultura de Moravia DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Julián Arbeláez MEDIOS DIGITALES Y REDES SOCIALES Ángela Figueroa Jiménez Mateo Villada Jaramillo ASESORÍA Yésica Paola Urrego Secretaría de Comunicaciones Alcaldía de Medellín Búscanos como La Pupila TV Síguenos como @lapupilaco

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Ama de casa,

el trabajo peor pagado del mundo Las mujeres dedican el doble del tiempo que los hombres a las labores del hogar.

El trabajo doméstico continúa siendo responsabilidad de las mujeres, lo que abre más la brecha de desigualdad y pobreza que las desfavorece a ellas.

Carolina Ríos, es una de esas mujeres que sale temprano de su casa a trabajar y luego llega a seguir con las labores del hogar. Ella vive en la Comuna 4, Aranjuez y diariamente se moviliza hasta La Estrella donde queda la empresa: “Yo quisiera terminar mi jornada laboral y poder salir a estudiar o estar con las amigas. No sé, pero quién me reclama el niño de la guardería, nadie, quién me hace la comida para mi esposo, nadie. Claro que es muy complicado, pero así nos toca a las mujeres”.

Si bien en Colombia existe la Ley 1413 de 2010, la cual el artículo 2 plantea que la economía del cuidado es el trabajo no remunerado que se realiza en el hogar, sin embargo este continúa siendo responsabilidad de las mujeres, lo que abre más la brecha de desigualdad y pobreza que las desfavorece.

▲ El trabajo doméstico ha sido tradicionalmente relegado a las mujeres.

YURANI MARÍN ALZATE yuranymarin75@gmail.com

L

eny María Agudelo es la encargada de las labores de su hogar: cocina, lava, organiza la ropa, limpia la casa, cuida de los hijos menores, reclama los medicamentos de su madre, pero también está atenta a la llegada de su esposo e hijos para atenderlos después de que salen de estudiar y trabajar.

Se siente en la obligación de realizar todas las labores del hogar, según indica, porque “su esposo e hijos mayores trabajan”. Pues bien, lo que realiza Leny todos los días, también es trabajo. Las actividades del cuidado son una labor muy importante e indispensable para el bienestar de las personas, los hogares y la sociedad en general. Históricamente, las principales encargadas de realizar esa labor sin recibir remuneración alguna han sido las mujeres.

Ser ama de casa es una responsabilidad muy grande que nadie valora, dice Leny, mientras recuerda que dejó de

estudiar para estar al frente del hogar.

El tiempo que las mujeres dedican a sus casas y a sus familias les quita la posibilidad de tener ingresos propios, de acceder a la protección social, a la educación o de participar en política u otros roles sociales.

Casos como el de Leny son comunes en Medellín, agregando también que muchas mujeres no solo ejercen las labores del hogar, sino que también deben salir a trabajar igual que sus parejas, hijos, hermanos o padres para obtener un ingreso.

Es decir, las mujeres no solo trabajan la jornada laboral legal en Colombia (48 horas semanales), sino que también dedican tiempo extra a todo lo que se tiene que hacer en una casa. ¿Qué pasaría si nadie sacude, hace el mercado, cocina, organiza la ropa, reclama medicamentos, o cuida a las personas enfermas del hogar?

Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut)*, presentada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia persiste notablemente la desigualdad entre hombres y mujeres al realizar labores no remuneradas en el hogar. Entre mayo y agosto de 2021, las mujeres pasaron 7 horas y 22 minutos de su día en actividades de trabajo que no les generó ningún ingreso. Los hombres, por su parte, dedicaron 3 horas y 1 minuto a esas labores. Es decir, a la semana, las mujeres trabajan 51 horas con 56 minutos en el servicio doméstico y cuidado del hogar, mientras que los hombres solo 21 horas con 7 minutos. ¿Qué pasaría si ese tiempo lo convertimos en plata?

Andrea Londoño, directora de Hablemos de Trabajo Doméstico, afirma que: “Las mujeres le regalamos media jornada laboral a la sociedad. Trabajo que no nos pagan y del que desconocen todavía la importancia que tiene para la economía del país”.

Mesa Economía del Cuidado Antioquia Debido al desconocimiento de la Ley, un grupo de mujeres se organizaron en el departamento para conformar la Mesa

▲ Cambiar los estereotipos sociales es el reto en la actualidad.

Economía del Cuidado Antioquia, con el fin de analizar, explicar, problematizar y transformar todas las desigualdades que hay entre hombres y mujeres frente al trabajo en el hogar.

La Mesa, dice Maribel Giraldo, una de las coordinadoras, nació en el 2020 y desde entonces luchan por tener incidencia en las políticas públicas de la economía del cuidado en el departamento. Se reúnen cada mes y le apuesta a las tres R: reconocimiento para que la sociedad entienda la importancia que tiene; redistribución para que los hombres también se hagan responsables de las obligaciones de la casa; y reducción para que las mujeres puedan tener tiempo de ejercer otras actividades que les permitan realizar sus vidas como lo han soñado.

No somos las únicas responsables No se trata de que las mujeres dejen de cuidar, de cocinar, de limpiar, de arreglar casa, de atender los hijos, se trata de que no sean las únicas responsables de esas labores del hogar que no les genera ningún ingreso. Se requiere más conciencia de los otros familiares y que se valore el trabajo no remunerado que históricamente ha estado en cabeza de las mujeres.

Si alguna persona u organización desea hacer parte de la Mesa puede escribir al correo: mesadecuidadoantioquia@gmail.com

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Moravia,

las mujeres son protagonistas de su historia MATEO VILLADA

mvillada.jara@gmail.com

M

oravia no es solo uno de los barrios más representativos de la zona nororiental, sino, que este territorio fue prácticamente construido desde sus cimientos gracias a la ardua labor de las mujeres, cada casa, cada esquina de Moravia se podría considerar una obra por y para las mujeres que, aunque la historia ha silenciado su participación, relegado su actuar a las labores hogareñas como la cocina y el cuidado de la familia, lo cierto es que las mujeres sacaron arena del río, pegaron adobes y demás labores propias de la construcción y planeación del barrio.

¿Cuándo y cómo sucedió esto?

Sitúese en los inicios del barrio por allá en los años 60s, los campesinos llegaban a esta zona de la ciudad y construían sus casas de bareque: “Desde el 64 vivo en Moravia.

Esto era todo invasión… Uno venía, limpiaba un pedacito y hacia su rancho” narra Raquelina Guzmán.

Ya para la década de los 70s, la ciudad sobrepasa el millón de habitantes, muchas de las familias que huían de la violencia en el campo se asentaron en Moravia, Manrique y en la zona nororiental.

La gente que allí llegó, se dio a la tarea de construir barrios informales, en su mayoría ranchos hechos con madera y plástico y un sin fin de necesidades que solo resuelven ellos por autogestión. Las mujeres empiezan a ser reconocidas gracias a sus acuerdos de paz entre vecinos y las redes de solidaridad (actualmente conocidas como de economía solidaria), dado que ellas vieron en la basura una posibilidad de obtener recursos mediante el reciclaje.

Después, en los años 80s Moravia se convierte en el basurero municipal, una montaña de basura a cielo abierto, sus habitantes lo bautizaron como “El Morro”, también construyeron sus casas allí con los materiales reciclados del basurero. Según relatos de la misma comunidad, las mujeres ayudaron a la construcción de cerca de 2 mil casas entre la década del 70 y 80.

▲ En la fotografía se observa a mujer que pega adobes en construcción del barrio Moravia.

En los años 90s, la violencia en la ciudad está en su punto más alto, por lo que las mujeres deciden organizarse y forman una red de vigilancia comunitaria. Cuando empezaba un tiroteo, ellas abrían las puertas de sus casas para que los niños y jóvenes que estaban en las calles entraran a la primera puerta que vieran abierta. De esta manera toda la población se sentía segura gracias a las mamás que los protegían. ▲ Moravia no olvida la huella que dejaron las mujeres en su construcción.

Para el año 1993 se da un hecho muy importante para Moravia, como lo fue ser reconocido como un barrio de la ciudad.

Hablemos de Memoria Este fue el proyecto lanzado por el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia (CDCM) para conmemorar y reconocer la ardua labor femenina en Moravia, así como lo definieron en su librillo, Cámara Emergente: Relatos y contrarelatos de las mujeres en Moravia.

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▲ Collage Convite

“Ser mujer en Moravia es ser el pilar de una comunidad construida, inspirada por mujeres trabajadoras y luchadoras…”

En conversación con una de las ponentes de esta iniciativa, Mónica Saldarriaga Ocampo, Coordinadora de la Línea Memoria del CDCM, comentó que para ella esta iniciativa cumple con el propósito de saldar parte de una deuda histórica que se tiene con las mujeres debido a su falta de reconocimiento en la historia de Moravia, “Es que las mujeres aquí se iban para el río con sus hijos a recoger arena, tiraban pico y pala para organizar las calles”.

Mujeres invisibles ¿Hasta dónde llega la invisibilización del papel que ha tenido la mujer?

“Yo creo que hay una responsabilidad histórica de las instituciones para darle un espacio a estos relatos” puntualizó Mónica.

Para Sara María Rueda, Articuladora de la Gestión Social y Cultural del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, las personas deben entender que el rol que la mujer desempeñó en Moravia, no solo se presentó allí. La mujer ha tenido un papel muy importante en la configuración de los territorios.

Sara también resalta que en los barrios populares de la ciudad se presenta una similitud, agregando que:

“Debemos ver los barrios como un hogar ampliado donde las mujeres son protagonistas y con sus manos, aparte de comida, también hacen territorio”.

En pocas palabras, Moravia es un barrio con voz y piel de mujeres, su labor y legado ha sido potente, digno y eterno.

▲ Sara María Rueda, articuladora de la Gestión Social y Cultural del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.

“El papel protagónico de las mujeres se presenta en Moravia y se presenta en otros territorios de la ciudad, y es bello verlo reflejado”.

▲ Integración barrial liderada por mujeres en el espacio en el que hoy se encuentra el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia.

FOTOGRAFÍAS HISTÓRICAS: Década de los años 80.

CORTESÍA Centro de Desarrollo Cultural de Moravia

(Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, 2022, pág. 4)

▲ Mónica Saldarriaga Ocampo, coordinadora de la Línea Memoria del CDCM (Segunda de Izquierda a Derecha) y parte de su equipo de trabajo

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Democracia paritaria

En búsqueda de una sociedad justa con las mujeres…

“Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política para que sea cosa de dos. No podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras.”

Clara Campoamor

L

a democracia ha inspirado a aquellos estados que buscan incluir en la participación política a todos sus ciudadanos, basándose en la idea de que todas las personas son iguales ante la ley. Sin embargo, pese a ser un fin deseable por los Estados modernos, la democracia ha recibido fuertes ataques en razón a su incapacidad de gestionar y tramitar los intereses de las minorías y grupos desfavorecidos.

Surge entonces, la necesidad de cuestionar y reestructurar este modelo político, a fin de que sea extendido a más grupos sociales, propiciando una equidad de género y, sobre todo, el fin de las desigualdades.

Una de las críticas mas fuertes hacia la democracia actual, se basa en la discriminación ejercida en contra de las mujeres, apartándolas de la esfera pública y excluyéndolas de la participación ciudadana a través de barreras culturales. ¡No más!

La participación ciudadana implica la posibilidad de ejercer completamente la ciudadanía, como derecho y deber consagrado en la Constitución Política de Colombia. Para ejercer este derecho debe garantizarse la vinculación de las mujeres en los escenarios que favorecen la diversidad, el reconocimiento, la deliberación y la incidencia real en la toma de decisiones públicas y de interés político en los territorios.

Sin embargo, frente a estos propósitos de reconocimiento e inclusión, existen brechas para la participación plena de la ciudadanía de las mujeres, lo cual se soporta en la cantidad de mujeres que cotidianamente experimentan violación de sus derechos, así como exclusión, discriminación, inequidad, pobreza y desigualdad; ocasionando que su participación social y política no logre incidir significativamente en las decisiones y transformaciones de ciudad.

Mucha participación, poca decisión Las mujeres en Medellín participan mucho, pero deciden poco. Esto se da en razón a que, según información dada por la Secretaría de las Mujeres en el 2018, existe una sub-representación de ellas, limitando sus oportunidades en la toma de decisiones para poder tener incidencia en los escenarios públicos y privados. A su vez, por la falta de recursos económicos, educativos y comunicativos, así como los límites que hay en los escenarios políticos, partidarios y de poder.

El Índice de Participación Ciudadana de Medellín (IPCM), plantea que las mujeres para el 2021 representaban el 62% de la participación ciudadana, significando ser uno de los grupos poblacionales con mayor participación en la ciudad y un creciente empoderamiento en la política; no obstante, se evidenció dispersión y fragmentación de éstas, reflejándose en su baja capacidad de influir políticamente.

▲ Las mujeres exigen participación social y política, en la foto Adriana Arenas Lideresa Cultural.

MARY LENA PÉREZ IBARRA marperez075@gmail.com

“Se debe avanzar hacia una igualdad sin importar el género, un proceso en el que las mujeres se sientan capaces de exigir, opinar, participar y compartir la responsabilidad de las decisiones públicas y políticas”.

“La democracia paritaria es el camino para la equidad social”

▲ El liderazgo femenino cada vez es más frecuente en espacios sociales, en la foto las lideresas Liyibet Muñoz y Cruz Elena Londoño.

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Es decir, aún estando en el ambito político y público, las mujeres siguen siendo relegadas a roles de ayuda y acompañamiento a los otros, disminuyendo su protagonismo en las funciones y espacios de decisión política.

El género como barrera El género es una construcción cultural que le asigna características a hombres y mujeres, y a partir de esto, se determinan las conductas masculinas y femeninas que deben ser permitidas para las personas en la sociedad. Así, la comunidad aprende lo que es considerado como bueno o malo de acuerdo al género de las personas, y determina sus derechos, responsabilidades y restricciones.

Barreras culturales siguen vigentes A las mujeres se le asignan roles relacionados al cuidado y las labores de la casa; y a los hombres los ligados con la esfera pública, los espacios políticos y el sustento económico.

Roles que separan a las mujeres de los espacios políticos, pues su energía y tiempo debe ser dedicado para el cuidado de sus casas y familias. Es por esto que se hace necesario construir una democracia paritaria que entienda el rol de género que les ha sido históricamente asignado a las mujeres, para combatirlo y permitirle pasar de tener derechos desde lo legal, a tener tiempo y recursos para poder ejercerlos plenamente.

Por esto, se propone implementar la paridad como un proceso estratégico que pueda distribuir el poder entre hombres y mujeres, resuelva las desigualdades entre estos, cuestione los estereotipos y roles de género, y que propenda por una igualdad sin importar el género; conso-

▲ Amalia Yepes Edil de la JAL de la Comuna 4 es uno de los ejemplos de la participación política de la mujer.

lidando la ciudadanía plena de las mujeres, aumentando sus espacios de autonomía y liderazgo.

Se hace necesario entonces, un proceso en el que las mujeres se sientan capaces de exigir, opinar, participar y compartir la responsabilidad de las decisiones públicas y políticas.

La finalidad de la democracia paritaria es lograr una igualdad real en la participación ciudadana, en la influencia para la toma de decisiones, en los mecanismos de participación social y política y en las relaciones familiares, donde hombres y mujeres tengan igualdad de derechos, tiempo y responsabilidades.

Así, para lograr la democracia paritaria es necesario soportar las acciones del Estado en perspectiva de género, entendiendo las barreras y obstáculos que enfrentan las mujeres tanto en la vida pública como en la privada, y crear herramientas que incentiven su liderazgo.

Se deben romper los estereotipos y roles de género, entendiendo que las mujeres tienen la capacidad de hacer cualquier rol y labor en la sociedad.

Apuestas institucionales

creó la Oficina de las Mujeres Lideresas, como una estrategia que busca acompañar e incentivar el liderazgo de las mujeres en la ciudad, buscando que su participación política y ciudadana logre trascender a mayores niveles de incidencia en la toma de decisiones públicas.

Esta Oficina a través de diferentes líneas estratégicas asesora, cualifica, sensibiliza, potencia, y acompaña el liderazgo de la ciudad, con el fin de ayudar en la consolidación de la democracia paritaria.

Diferentes estrategias se han adelantado desde la institucionalidad. Para el año 2020, la Secretaría de Participación Ciudadana de la Alcaldía de Medellín,

“En las últimas décadas, las mujeres han promovido acciones y generando transformaciones enfocadas a la realización y garantía plena de sus derechos. Hasta hoy son grandes los resultados, aunque siguen siendo muchos los retos para el presente y el futuro. Los obstáculos políticos, económicos, sociales y culturales que viven las mujeres, evidencian la necesidad de avanzar en el desarrollo de iniciativas y propuestas para construir una sociedad más equitativa entre géneros”. ▲ Las mujeres desde su rol profesional reclaman ser parte activa de las discusiones de los temas públicos.

▲ Secretaría de las Mujeres de Medellín.

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violencia contra la mujeres

YURANI MARÍN ALZATE yuranymarin75@gmail.com

102 feminicidios se registraron durante el año 2021 en el departamento de Antioquia.

El Valle de Aburrá es la subregión que tiene el mayor número de violencias contra las mujeres.

E

l llamado de las mujeres continúa siendo el mismo: que vivamos en un país libre de violencias de género. Transformar las relaciones interpersonales, valorar sus cuerpos y sus vidas, son algunas de las exigencias que las mujeres le hacen a la sociedad en especial a las instituciones gubernamentales que son las encargadas de garantizar los derechos de todas las personas.

Ellas constantemente denuncian los diferentes tipos de violencias a las que están expuestas por ser mujeres: abuso sexual, maltrato físico, verbal y psicológico, acoso sexual y laboral, discriminación entre otras. Si bien esas denuncias ayudan a hacer visible la problemática que persiste debido a la cultura machista y patriarcal que todavía se presenta en el territorio colombiano, aún no hay políticas públicas que en realidad les garantice una vida libre de violencias.

Antioquia, por ejemplo, según las cifras del Observatorio de Feminicidios Colombia de la Red Feminista Antimilitarista, es el departamento más peligroso para las mujeres y niñas en Colombia.

El 2021 fue un año crítico, se registraron 102 feminicidios y actualmente la impunidad supera el 90% para los agresores.

que conducen a unas a denunciar y a otras no; es claro que las diferentes formas de violencia atacan a las mujeres. El año inmediatamente anterior, evidenció que los índices llevaron a Antioquia a tener las cifras más altas a nivel nacional de violencias contra las mujeres.

Es importante mencionar que el último informe presentado por la Corporación Vamos Mujer y la Corporación para la Vida Mujeres que Crean afirman que el 38,4% de los municipios antioqueños se encuentran en riesgo alto y el 36,8% en riesgo extremo de violencias contra la mujer.

De acuerdo con la concejala Saldarriaga: “Es necesario evidenciar que el machismo y el sexismo persiste en la ciudad y sobre todo en la administración. Las violencias contra las mujeres y las niñas son una clara violación de los derechos humanos que se dan debido a una cultura que a través de estereotipos y discriminación perpetúa la desigualdad contra las mujeres”.

Ante eso, Dora Cecilia Saldarriaga, concejala de Medellín por el movimiento político Estamos Listas resalta que: “las mujeres migrantes están en una situación de vulnerabilidad más aguda frente a estas violencias.

Sobre todo por el contexto de discriminación y xenofobia que enfrentan en el país”.

Aunque las cifras varían y aún es poco conocido el universo de los casos no denunciados, los subregistros y las razones

▲ Las mujeres luchan contra una violencia que sienten como una guerra.

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Homicidios a mujeres 2020-2021

Fuente: Observatorio Gobernación de Antioquia

▲ La alta tasa de feminicidios es un tema preocupante en el país.

No están solas Las mujeres no estamos solas, es lo que gritan constantemente los movimientos feministas que apoyan, denuncian y acompañan a las víctimas y a sus familias. Para Gihomara Aristizábal Morales, integrante de la campaña Buscarlas Hasta Encontrarlas “las mujeres tienen una barrera muy grande para acceder a la justicia, por esa razón las violencias aumentan cada vez más y con ellas los casos de impunidad”.

El informe del Observatorio de la Gobernación de Antioquia, sostiene que el Valle de Aburrá fue la subregión donde se presentaron mayores violencias contra las mujeres durante el 2021: “49 asesinatos, 1.885 casos de violencia intrafamiliar donde las víctimas son mujeres y 370 casos de abuso sexual”.

Además, afirman que entre enero y noviembre la Línea 123 Mujer atendió 3.944 mujeres del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (exceptuando Medellín) que fueron víctimas de violencia.

“Los casos de desaparición en Antioquia también son muy preocupantes. El año pasado atendimos más de 50.

Nos preguntamos por qué se llevan a las niñas, por qué no hay una articulación entre las instituciones para buscar a las menores. En realidad, hay un montón de barreras para buscar a las mujeres desaparecidas”, menciona Aristizabal.

Respecto a las cifras que presentan los entes instituciones, es necesario establecer

rista afirma que fueron 30 casos, siendo Aranjuez, Buenos Aires, La Candelaria y San Cristóbal, las comunas más peligrosas para las mujeres.

“explicar y enseñar las diferentes rutas de atención que existen en la ciudad para atender las violencias contra las mujeres”.

La violencia intrafamiliar que se vive en la ciudad también es muy preocupante, según datos de la administración hubo 7.533 mujeres que fueron víctimas de esta. Asimismo se atendieron 182 casos de mujeres desaparecidas de las cuales 4 aparecieron sin vida y aún hay 10 que continúan desaparecidas. También se registraron 1.435 casos de violencia sexual en Medellín.

recorrer las calles de Medellín no debería generar ningún riesgo para las mujeres, sin embargo, el miedo está presente por todos los casos de violencia basada en género que se presentan a diario en el país. Cada día las mujeres se unen para pedir libertad y respeto a sus cuerpos, a sus vidas, porque como dicen las feministas “no tenemos miedo y lucharemos por la igualdad, por vivir un mundo libre de violencias”.

Así va la Comuna 4

▲ Las mujeres quieren reivindicar el respeto por su cuerpo

que son diferentes a las que entregan las organizaciones sociales porque ellos se basan en lo que indica la Polícia Nacional, mientras que las organizaciones no, puesto que realizan un trabajo más detallado por lo que pueden determinar un número mayor de violencias contra las mujeres.

Cifras de violencia en Medellín Medellín no es ajena a las violencias que se presentan contra las mujeres, las cifras oficiales de la Alcaldía indican que en el 2021 asesinaron a 34 mujeres en la ciudad, de las cuales 27 se consideran presuntos feminicidios; sin embargo las organizaciones sociales defensoras de los derechos de las mujeres arrojan otros datos, la Red Feminista Antimilita-

Aranjuez es de las comunas que presenta más violencias contra las mujeres en Medellín. En el 2021, se registraron 3 feminicidios, según el Observatorio de Feminicidios Colombia, por esa razón el colectivo de mujeres de la Comuna 4 trabaja constantemente por erradicar las violencias basadas en género en el territorio.

Dora Flórez, integrante del colectivo de mujeres de la Comuna 4, afirma que: “Tratamos de que las mujeres conozcan sus derechos, que sepan cuándo se les está violentando porque muchas veces no saben cuáles son los tipos de violencia, entonces solo creen que es violencia si las golpean o las abusan sexualmente”.

Por esa razón, el colectivo realiza diferentes conversatorios para que las mujeres dejen de normalizar en el territorio las violencias verbales, psicológicas o económicas, entre otras. Además, Flórez también resalta que tienen como objetivo

Combatir la problemática En Medellín hay diferentes estrategias que buscan cuidar y acompañar a las mujeres que están en riesgo o que son víctimas de violencia las cuales son: Consejo de Seguridad Pública para las Mujeres: permite comprender las diferentes formas de violencia que amenazan la seguridad de las mujeres.

Línea 123- Agencia Mujer: brinda atención de emergencia a mujeres en riesgo y víctimas de violencia basada en género.

Hogares de acogida: medida de aten-

ción inmediata y temporal para mujeres que denuncian ante las autoridades competentes situaciones de violencia que atentan contra su vida, integridad y seguridad personal.

Atención psicojurídica en territorio:

atención psicológica y acompañamiento jurídico a mujeres víctimas.

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El feminismo, el movimiento que representa la lucha de las mujeres La segunda surge durante la reivindicación de uno de los derechos más fundamentales: el sufragio universal. Se dio entre la segunda mitad del siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX. En 1848 se publicó la “Declaración de sentimientos”, un documento que recogía todas las defensas del feminismo en lo que a reconocimiento de derechos se refiere, incluyendo, evidentemente, el del voto.

Si bien se había logrado mucho, aún las mujeres continuaban sin gozar de plena igualdad, por esa razón, después de publicaciones como “La mística de la feminidad”, un libro que recogía el malestar que sentían las mujeres en Europa a pesar de haber obtenido el derecho a votar, a trabajar, a emanciparse y a recibir educación, una vez más decidieron unirse para rechazar las morales y éticas tradicionales y arcaicas de la sociedad.

▲ Las mujeres históricamente se han organizado para exigir sus derechos.

REDACCIÓN LA PUPILA lapupilacomunicaciones@gmail.com

El feminismo critica la desigualdad entre los sexos y entre los géneros, pero a la vez, reclama y promueve los derechos e intereses de las mujeres.

La primera ola del feminismo se sitúa a mediados del siglo XVIII y la actual, o sea la cuarta, es la que está vigente a día de hoy.

E

l feminismo, como lo dice la filósofa española, Amelia Valcárcel: “Es un hijo de la Ilustración, pero un hijo no querido. Nació porque algunas mentes ilustradas (mujeres todas ellas, con alguna contadísima excepción) lo concibieron, lo trajeron al mundo y el nuevo vástago fue creciendo y reproduciéndose, cada vez con más ímpetu, de generación en generación”.

Es un movimiento político y social que critica la desigualdad entre los sexos y entre los géneros, pero a la vez, reclama y promueve los derechos e intereses de las mujeres.

Si bien, existen precedentes feministas antes del siglo XVlll, se puede establecer que fue en esa época su nacimiento, cuando las mujeres en Francia, comenzaron a preguntarse ¿Por qué estaban excluidas? ¿Por qué los derechos eran solo para los hombres? ¿Dónde estaba el origen de la discriminación y qué se podría hacer para combatirlo?, así lo narra Nuriav Varela, periodista y escritora en el libro Feminismo para Principiantes.

Asimismo, afirma que: “El feminismo es un discurso político que se basa en la justicia. Es una teoría y práctica política articulada por mujeres que tras analizar la realidad en la que viven toman conciencia

de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad”.

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido que luchar para que su figura sea respetada en la sociedad, por esa razón, el feminismo se divide en distintas olas que quedan marcadas por capítulos relevantes: lucharon por derechos fundamentales como los de la educación, el sufragio y la igualdad laboral.

Olas del movimiento feminista Las olas son cada una de las etapas en que se divide la historia del movimiento feminista. La primera fue a mediados del siglo XVlll, cuando un grupo de escritoras y pensadoras europeas lanzaron ideas sobre la naturaleza de la mujer, cuestionando la jerarquía de sexos y señalando la falta de coherencia en el lema francés de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

Es decir, en esta época se comenzaron a cuestionar los privilegios masculinos y sirvió para exigir derechos civiles como los de trabajar y recibir educación digna.

En esta tercera ola se lograron algunas medidas de protección frente a la violencia de género, penas contra las violaciones y protección ante los despidos injustos durante el embarazo, así como el derecho a permisos pagados por maternidad. Además, se organizaron como institución e introdujeron conceptos como el patriarcado y describieron cómo los géneros están impuestos por la sociedad.

Alcanzar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, continúa siendo una de las principales exigencias del feminismo en el siglo XXl, es decir, de la cuarta ola, dice Kelly Suárez, defensora de los derechos de las mujeres en Medellín: “Los movimientos feministas buscan la igualdad de género, la igualdad de oportunidades políticas, económicas y sociales, el reconocimiento de derechos y, como se mencionó anteriormente, la reivindicación de la mujer. Por estas razones, todas las personas deberíamos ser feministas”.

El feminismo no pretende acabar con los hombres, pero sí con el machismo, por eso en la cuarta ola pretende defender a la mujer como ser digno de respeto y denunciar el acoso sexual y la violencia, el reconocimiento de decidir por y sobre ellas, planear y manejar sus derechos sexuales y reproductivos.

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El Colectivo de Mujeres de la Comuna 4 GIOVANNI FIGUEROA J. gifigueroa@gmail.com

S

ara (nombre ficticio) era una mujer violentada física y sexualmente por su padrastro, quien la tenía amenazada para que no contará lo que él le estaba haciendo. Ella se encontraba abrumada y desolada, pues sentía que no podía hacer nada y más aún cuando su madre siendo conocedora de la situación, callaba, una omisión que de alguna manera la hacía cómplice.

Algún día, en algún lugar, escuchó hablar a Luz Stella Londoño Arango sobre la violencia contra la mujer, sobre las rutas de atención en los casos en que son agredidas y sobre la importancia de luchar contra este flagelo. Estas palabras retumbaron en la cabeza de Sara y sintió en aquel momento que no estaba sola, que quizás ella le podría ayudar.

Es así como Sara se acerca a Luz Stella, y ella en medio de esa solidaridad femenina, le ayuda a enfrentar su miedo, le orienta para denunciar su caso, judicializar a los responsables y sobre todo para buscar su protección.

La Historia de Sara, es la historia de muchas mujeres que son violentadas, pero la de ella se diferencia en el hecho de que encontró a quien acudir para evitar que se continuarán repitiendo estas agresiones y se hiciera justicia.

Casos como este que cuenta Luz Stella Londoño Arango, quien es la Coordinadora del Colectivo de Mujeres de la Comuna 4 desde hace 3 años; hacen que organizaciones como esta, tengan su razón de ser y cumplan su función social de ayudar a la mujer a reconocer sus derechos y a valorarse como género que tiene un papel fundamental en la sociedad.

Nace el colectivo Hacia el año 2008, durante la alcaldía de Sergio Fajardo, la Secretaría de las Mujeres y con el liderazgo de la entonces titular de ese despacho, la Dra. Rocío Pineda quien a su vez hacía parte del Movimiento Social de Mujeres, tuvo la idea de promover la conformación colectivos de mujeres en diferentes comunas y corregimientos de la ciudad; en razón de los altos índices de violencia y agresiones contra las mujeres, además de ser una alternativa para que ellas reconocieran y entendieran que la violencia

▲ Colectivo de Mujeres Comuna 4.

que se ejerce contra el género no es solo física, existiendo otros tipos de violencias como la violencia emocional, psicológica, económica y otras formas más.

Sobre el origen cuenta Luz Stella: “Iniciamos varias mujeres que hacíamos parte del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo como representantes en diferentes ejes temáticos, a quienes una gestora social nos invitó a unos talleres sobre la mujer y los diferentes tipos de violencia que se ejercía sobre nosotras. Los talleres nos ayudaron a conocer algunos aspectos sobre lo que pasa con las mujeres y esto nos encantó”.

Actualmente el Colectivo está conformado por 17 mujeres y entre las actividades más destacadas que ejecutan, se encuentra la promoción y realización de varias marchas y plantones en contra los feminicidios (asesinato por la condición de ser mujer), siendo su mayor impacto el de la pedagogía. Según ellas la comunidad ha ido entendiendo qué es un feminicidio y que la lucha de género por la reivindicación del papel de la mujer en la sociedad debe ser solidario.

Ángela Villa una de sus integrantes expresa sobre lo que para ella ha significado el Colectivo: “A mí me motivó el mirar en qué plan estábamos las mujeres frente a la sociedad, a lo político y el conocer más sobre nuestros derechos y deberes. Para mi estar en el Colectivo ha sido muy interesante, un proceso de aprender y desaprender, adquirir conocimiento, además de trabajar en equipo, de colocarnos en la posición de la otra y que nosotras mismas nos apoyemos, entendamos y llevemos en armonía”.

Proyección a futuro Las mujeres del colectivo tienen como propósito seguir creciendo, no solo en número, sino en conocimiento. Sobre las actividades a realizar afirman que, aunque la pandemia las ha tenido temerosas, tienen claro que como siempre, van a conmemorar con una marcha el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y el 25 de noviembre como fecha significativa de lucha contra la violencia hacia la mujer.

Conozca las integrantes del Colectivo de Mujeres de la Comuna 4 Magnolia Flórez Arenas Martha David Martha Monsalve Yamile Navarro Dora Ramírez Angela Villa Angela Tapias Berta Valencia Oliva Londoño Mirta Aide Cardona Amparo Prada Floreida Gómez G. Margarita Serna Sara Loaiza Teresa Giraldo Esneda Muñoz Lezcano Luz Stella Londoño Arango

Participe de las reuniones El Colectivo se reúne todos los martes a las 2:00 p.m. en la Sede social de la Junta de Acción Comunal Campo Valdés El Calvario.

Mayor información:

301 498 3712

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La Comuna 4,

tiene sello de mujer REDACCIÓN LA PUPILA lapupilacomunicaciones@gmail.com

Ángela Tapias Agudelo “El empoderamiento femenino es mi apuesta política y social” Ángela María Tapias Agudelo, es una de esas mujeres que lucha por el bienestar de la comunidad, pero en especial por los derechos de las mujeres, desde hace 4 años es consejera de su territorio y conformó el Círculo de Mujeres, que si bien tiene tendencia política, se enfoque es más social y comunitario, escuchando las integrantes, apoyándolas y acompañándolas en lo que necesiten.

El Círculo del que hace parte Tapias, trabaja cada año con aproximadamente 50 mujeres. Su objetivo es conocer

E

l liderazgo que ejercen las mujeres en Medellín es muy importante para el bienestar de la comunidad. En la Comuna 4, Aranjuez, las lideresas le promueven el empoderamiento femenino, al arte, la cultura, la educación, la protección del medio ambiente y a la construcción de paz, entre otros temas que son fundamentales para la vida y la integridad de la sociedad en general.

Ellas desde el amor que sienten por la labor social, dejan huella en las personas que habitan el territorio, por eso reconocemos y resaltamos su trabajo. Estas son algunas de ellas.

las historias de las integrantes, para luego desde el feminismo acompañarlas, orientarlas, y así lograr que cada una pueda defender sus creencias, sus posiciones políticas e ideológicas en una sociedad que históricamente ha sido tan violenta con el género femenino.

“Las mujeres tenemos que estar en escenarios comunitarios, sociales y políticos construidos a partir de nuestras propias experiencias de gestión comunitaria y el ejercicio de nuestros derechos. También somos ciudadanas, personas con derechos y deberes, no tenemos que estar exclusivamente en el ámbito

privado, es decir, en el hogar, también merecemos tener interacción en la sociedad y la posibilidad de estar en espacios de encuentro para la discusión sobre la situación actual de las mujeres en la Comuna y la ciudad”, recalca la lideresa.

Entre las mujeres se apoyan, no dependen de ningún ente público, sino que gestionan proyectos para poder continuar con la labor social que es muy importante para crecer como sociedad.

Todo lo que hace Ángela, demuestra la importancia de su trabajo y lo fundamental que es para enseñar y acompañar a las habitantes de la Comuna.

Yenny Olaya Bailando contribuye a la paz Yenny habita el territorio desde hace 15 años, es bailarina y está convencida que el baile es un instrumento sanador, incluyente y generador de paz. Según indica: “Los jóvenes de la comuna buscan espacios de arte y cultura para integrarse y tener oportunidades de crecer como persona. Ellos replican lo que aprenden, por eso desde la academia de tango que lidera, lucha porque estén bailando y no haciendo cosas malas en la calle”.

Mirta Cardona Rojas Trabajando por la participación del adulto mayor Mirta, integra la Junta Administradora Local de la Comuna 4. Desde hace 12 años se ha dado a la tarea de participar de proyectos sociales. Para ella, ser lideresa es una responsabilidad muy grande con la comunidad, dado que sueña con un cambio social que permita la igualdad y respeto por los derechos humanos; por esa razón se ha ganado la confianza, la esperanza, el entusiasmo, el compromiso y la energía positiva de muchas personas que creen en su labor.

Esta lideresa fundó hace 13 años la academía Unitango, con el objetivo de enseñar a los jóvenes con amor y pasión, el arte de bailar: “Tenemos chicos muy interesados en la danza, muchos de ellos están en la escuela desde que tenían 5 y 6 años, entonces es muy satisfactorio ver cómo han crecido ahí dentro del proceso”.

Tiene una gran capacidad de escuchar y de comunicar, son dos de sus más importantes cualidades, pues la ayudan a ser una buena líder, y es así como afirma que: “He venido trabajando por el bienestar de la población femenina en el Colectivo de Mujeres de la Comuna 4, realizando talleres de empoderamiento para todas sin importar su edad. Actualmente le apuesto a la participación del adulto mayor en diferentes actividades que promueven su bienestar e integridad física y emocional”.

Hay un compromiso muy grande de Yenny con la juventud. En la Academia no solo se les enseña a bailar, sino que se crean lazos de amistad que permiten un acompañamiento más personal a los jóvenes que hacen parte del proceso.

Uno de sus objetivos como lideresa es que cada persona pueda disfrutar de su tiempo libre reconociendo lo importante que es el arte y la cultura para vivir en una sociedad en paz.

Con las actividades que Mirta programa para los adultos mayores, anhela que ellos puedan tener una vida más larga y plena, con mejor salud y en la que se favorezca su independencia, facilitándoles el acceso a cursos donde puedan aprender, construir, soñar, luchar, bailar y cantar, para que con los conocimientos que adquieran sepan que son personas muy importantes para la comunidad.

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María Camila Cárcamo Chávez Luchar por la educación es mi meta Amor por la labor social, eso es lo que motiva a una de las lideresas más jóvenes de la Comuna 4. María Camila tiene 22 años y desde el colegio luchaba por los derechos de sus compañeros, cuenta ella: “Desde niña me gustaba mucho ser la representante de grupo, también me preocupaban las vivencias y necesidades de mi comunidad y mi familia, por eso participaba en todo lo que fuera posible”.

Camila, fue personera del colegio Fe y Alegría Luis Amigó, desde ahí comenzó la lucha por los proyectos educativos en la comunidad. Ella también participó del proceso electoral del Consejo Municipal de Juventud, porque considera que desde esos espacios se puede tener incidencia, para gestionar educación de calidad para todas personas sin importar su condición económica.

Actualmente es representante de los estudiantes universitarios de Aranjuez en el Consejo Comunal de Planeación (CCP), ella dice que es su primera experiencia como lideresa comunitaria, sin embargo, su recorrido la hace una persona muy importante para que los jóvenes que le apuestan a la educación como herramienta de transformación social.

María Elizabeth Acosta Rodríguez Mujeres en la política y en el trabajo social Ser lideresa no ha sido fácil, ya que estamos en un contexto machista, dice María Elizabeth. Durante su proceso social y comunitario en el territorio, ha dejado huella especialmente en las mujeres, porque su trabajo es por ellas, para que también puedan estar en espacios públicos y políticos sin que sean rechazadas por su género.

María Elizabeth está convencida de que se debe fomentar e impulsar la Ley de la Mujer Lideresa y Comunal, ya que no se sienten protegidas cuando son hostigadas por el trabajo que hacen con las

comunidades. Según ella, no ven una institucionalidad que las represente, las ayude, las acoja y puedan exponer esas problemáticas, por esa razón conformaron un Comité Intercultural que se llama El Malungaje.

“El Comité significa juntanza, solidaridad, sororidad y lo más importante es que no solamente hay mujeres de la Comuna 4, sino también de otras. Tiene como objetivo capacitarnos sobre los temas políticos y territoriales, pero también promulgar la Ley, para

que cuando una lideresa sea señalada o estigmatizada sepa que acá hay un espacio seguro para ella”, señala Elizabeth.

El liderazgo debe traspasar el activismo, es decir, debemos ocupar espacios políticos para tener incidencia en las estrategias que se hagan desde el gobierno a favor de las mujeres, dice esta lideresa, quien, con su carisma y amor por la labor social, se gana la confianza de las personas que también quieren ver al género femenino al frente de espacios representativos en la sociedad.

Salomé Restrepo La juventud también es responsable del medio ambiente La Tierra necesita ayuda, el nivel del mar sube año tras año, al igual que la temperatura global. Las sequías aumentan diariamente y producir alimentos cada vez es más difícil, por esa razón se debe luchar desde el lugar que habitamos por la protección del medio ambiente, dice Salomé, una mujer joven que vive en la Comuna 4.

“Los jóvenes deben entender que también somos responsables del cambio climático, por esa razón debemos trabajar en comunidad para proteger el lugar que nos acoge y que nos brinda la existencia: la tierra y el medio ambiente”.

Salomé hace parte del CCP de la Comuna, como representante del sector del medio ambiente. Según ella:

Si bien el CCP es su primera experiencia como lideresa representativa, ella ha trabajado este tema desde su barrio con los amigos, la familia y los vecinos. Es una mujer valiente que se ha ganado espacios en juntas de acción comunal para hacer pedagogía.

De acuerdo con Salomé: “El momento es de las mujeres, porque tenemos un liderazgo desde nuestros propios hogares, una responsabilidad con la ciudad porque también nos necesita. Nosotras construimos con amor y pedimos que se nos respete y que nos crean lo que investigamos para el bienestar de todos”.

Las juventudes y el medio ambiente van de la mano. Cada ser debería entender que protegerlo, es también proteger la vida y el territorio que caminamos diariamente.

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La menopausia

Una etapa muy importante en la vida de la mujer Colombia tiene más de 6 millones de mujeres mayores de 50 años, lo que quiere decir que ya han pasado la época de la menopausia.

En esta etapa se pueden dar cambios importantes en la vida de las mujeres, por eso es importante consultar al médico.

YURANI MARÍN ALZATE yuranymarin75@gmail.com

C

omo cualquier viaje que llega a su fin, la menstruación también lo hace, y es a esta época en la vida de una mujer se le llama menopausia. Esta etapa se presenta con mayor frecuencia después de los 45 años, lo que quiere decir que el embarazo ya no es posible y que jamás tendrán que volver comprar toallas higiénicas, tampones o usar la copa menstrual.

Durante muchos años la menopausia ha sido considerada, desde una perspectiva social, como una “desgracia” para la mujer, y en ocasiones esta percepción ha sido alimentada por algunos profesionales de la salud que han llegado a considerarla casi una enfermedad, sin tener en cuenta que este supuesto fracaso viene determinado genéticamente.

Si bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Colombiana de Menopausia (Asomenopausia), indican que la mujer debe darle importancia a la evaluación de su salud y la prevención de ciertas enfermedades, que pueden desencadenarse debido a este periodo de su vida, no es motivo para que haya una connotación negativa sobre ella.

La OMS, de hecho, señala que, “los diferentes estudios que se han realizado demuestran que la forma como las mujeres viven la menopausia depende de múltiples factores: hereditarios, de dieta, estilo de vida, medio social y/o actitudes culturales.

No hay patrones definidos.

Nada impide que la mujer sea mental y sexualmente sana durante esta etapa”.

Hablan las mujeres Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Colombia tiene más de 6 millones de mujeres mayores de 50 años, lo que quiere decir que ya han pasado la época de la menopausia. Amparo Rojas, habitante de Moravia, es una de esas mujeres que ya cerró su ciclo menstrual y afirma que:

“Ha sido un motivo de rechazo o burla, porque tradicionalmente a las mujeres nos han visto como sinónimo de maternidad, somos valiosas si tenemos hijos y con el cese de la menstruación se acaba eso”.

Síntomas de la menopausia Con la menopausia se pueden dar cambios importantes en la vida de las mujeres a nivel de los huesos, en la piel, en el aparato cardiovascular, en los órganos genitales y urinarios, y hasta neurológicos que suelen manifestarse en el comportamiento, así lo afirma Edwin Agudelo, médico de la Universidad de Antioquia.

“Claro que se siente un cambio, pero todas lo vivimos de manera diferente, eso va según nuestro organismo y las preocupaciones que tengamos en el hogar. A mi, por ejemplo, además de sentir mucho calor, perdí el sueño, pero no fue más, mi vida continúa normal, no veo porqué hay tanta burla ante eso”.

Por su parte, Vanesa Giraldo, terapeuta feminista de Medellín señala que: “La poca información que tienen las personas sobre el ciclo menstrual, impacta en que desconocen el por qué inicia y por qué termina. La menopausia indica que ya se acabaron los óvulos que tenemos en los ovarios y eso depende también desde qué momento comenzamos a menstruar ya que tenemos una cantidad específica para nuestras vidas. Entonces, hay que informarse antes de salir a decir que los estados emocionales fluctuantes y cambiantes, es cosa de que nosotras estamos exagerando”.

Si la menopausia es algo tan natural en la vida de las mujeres como lo establece la OMS, ¿por qué se han normalizado las burlas frente a ella? De acuerdo con Vanesa Giraldo:

Los sintomas más comunes son: irregularidades menstruales, labilidad emocional, bochornos, dificultad en conciliar adecuadamente el sueño, rechazo de las relaciones sexuales, sudoración, perdida del apetito, resequedad vaginal, cambios en la función urinaria y cambios en la función sexual.

En algunas ocasiones es muy importante, dice Agudelo, que las mujeres asistan al médico cuando comienzan la menopausia, pues depende del historial y expediente clínico se analiza si es necesario algún tratamiento ya sea hormonal o natural. Por ello, es necesario consultar, no solo por esta etapa, sino también porque se puede ayudar con otros síntomas para que se continúe disfrutando de una mayor plenitud física, psíquica y social en una etapa de la vida difícil de asimilar.

Así que es el momento de dejar atrás el estigma social, los tabúes y los mitos frente a este tema, es hora de reconocer el valor de la mujer en la sociedad que trasciende a mucho más que una menopausia.

A la mujer menopáusica Gracias por tu vida, por tu valor para vivir y dar vida, por terminar tú ciclo menstrual. Ahora la vida misma te da el regalo de iniciar una nueva etapa de aprendizajes. La menstruación se va, pero las ganas de vivir, de amar, de soñar, de enseñar y de ser unas personas íntegras continúan en el corazón de cada una.

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Las mujeres también deciden MATEO VILLADA

mvillada.jara@gmail.com

M

ucho fue el revuelo que se suscitó cuando los habitantes de la Comuna 4 – Aranjuez se despertaron y notaron la ausencia de algo: Habían retirado los bustos de la Esquina de La Mujer, las 14 esculturas fueron reubicadas de las inmediaciones del Jardín Botánico, para reposar en su “nueva esquina” en la Avenida Playa.

Si después de casi 3 años que se fueron aquellos bustos, aún siente ese guayabo moral de que se perdió algo que conmemoraba a las mujeres. Observe la siguiente postal: Esta es una escultura realizada por la artista Olga Inés Arango,y que se encuentra ubicada en inmediaciones del Jardín Botánico, como un recordatorio al momento histórico cuando la mujer en Colombia pudo hacer valer sus derechos como ciudadana y ejercer el voto.

Es así como el movimiento feminista en la Comuna 4 transciende, al conmemorar a las mujeres que han luchado, que han dejado un legado femenil y que han hecho historia; siendo más que justo recordarlas.

La huella femenina en la historia Los movimientos feministas en Colombia se empezaron a organizar en la década de los 20. En 1944, la Unión Femenina de Colombia y la Alianza Femenina de Colombia, solicitaron al Gobierno el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Fue en 1945 que les concedieron la ciudadanía, sin embargo se les negaba el derecho al voto y a ser elegidas.

De la dictadura a las urnas Durante la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, se emitió el Acto Legislativo N° 3 de 1954, permitiendo por primera vez en la historia a las mujeres acceder al voto y el derecho a ser elegidas, este no se hizo efectivo sino hasta las elecciones de 1957.

De las urnas al congreso Un año después, en 1958 fueron elegidas las primeras congresistas del país: la representante Carmenza Rocha Castilla y la senadora Esmeralda Arboleda. La participación de las mujeres fue masiva, se registraron 1.835.255 votos.

▲ Estatua Voto Mujer Comuna 4.

Muchas líderes, poca participación Según el índice de Brechas de Género de 2020, Colombia ocupa el puesto 33 de 152 países en la brecha de empoderamiento político. Reflejado en que las mujeres solo representan el 19.7% del Congreso de la República.

Primeras en hacer historia en Colombia Primera Universitaria Colombiana:

Gerda Westendorp Restrepo. Ingresó a Medicina en la Universidad Nacional de Colombia (1935).

Primera abogada y magistrada:

Rosita Rojas Castro, doctora en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Externado de Colombia (1942).

Para finalizar, curiosos son los motivos por los cuales los Gobiernos de la época (décadas entre 1920 y 1940) se oponían a aprobar el derecho a las mujeres al voto, entre ellas estaban:

“Con la adquisición del derecho al voto, la mujer se desviaría de su vocación natural, el hogar” “La mujer perdería su encanto y feminidad” “Si las mujeres votan llevaría la discordia política a los hogares y amenazaría la estabilidad de la familia”

Sorprendentemente nada de esto pasó. Y como lo escribió la poeta Jenny Londoño: “...Que el hombre y la mujer se adueñen de la noche y el día, que se junten los sueños y los goces… Que se rompan los dogmas y el amor brote de nuevo. Hombre y mujer tomados de la mano, dos seres únicos, distintos pero iguales.”

Hombres y mujeres, tan distintos pero iguales.

Primeras cédulas femeninas:

Carola Correa y María Eugenia Rojas, esposa e hija del general Gustavo Rojas Pinilla (1954).

Primera Gobernadora:

Josefina Valencia de Hubach, Departamento del Cauca (1955-1956).

Primera ministra:

Josefina Valencia de Hubach. Ministerio de Educación (1956-1957).

▲ Año 1957, mujeres exhiben su dedo manchado con tinta, que evidencia que votaron.

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