Boletín OSES 2019-25

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PÁGINA 3 En adición, el 58.8% de las UNAP son dirigidas por médicos pasantes y el 40.3% tiene menos de un año. Esta inestabilidad conspira contra el principio de una atención primaria basada en una relación estable y de confianza que fomente vínculos estrechos entre el personal de salud y las familias. El 31% de estos centros no cuenta con promotores de salud y muchos de los existentes carecen de la capacidad y la vocación de servicio indispensables para cumplir sus funciones con calidad y oportunidad. Ante la pobreza y marginalidad, más vale algo que nada La encuesta reveló que ninguna de las UNAP cuenta con el equipamiento necesario para prestar servicios oportunos y de calidad. Aunque el suministro de medicamentos es normal, existe un déficit entre un 8.2% y un 41% de los 22 insumos indispensables; y más del 20% carece de vacunas y/o de la cadena de frío para conservarlas. Los servicios son discontinuos. El 58% de las UNAP no oferta servicios nocturnos, ni siquiera de emergencia, dejando a la población “a la buena de Dios” ante partos, heridas, ataques hipertensivos, complicaciones diabéticas, etc. Dos tercios de las UNAPS tampoco prestan servicios los fines de semanas. Un 43.3% de los usuarios de las UNAPS son desempleados, mientras el 83.6% de los que laboran tienen ingresos por hogar inferior a 15,000 pesos. Cerca del 60% utilizan los servicios desde hace más de tres años y al 82.6% no les resulta difícil trasladarse a las UNAP y afirman que el tiempo de espera es menor de una hora. La situación de pobreza y marginalidad general es tal, que muy a pesar de tantas falencias, la población las valora, al tiempo que se queja y reclama de las autoridades nacionales, una mayor prioridad y recursos para las UNAP, para sacarla de la cola, a fin de elevar su capacidad para atender a tiempo sus urgencias, la vacunación, las consultas y los chequeos. La investigación de ADESA relaciona esta lamentable situación con una inversión insignificante, tema central del próximo mensaje. Al arribar al mensaje 300 de esta serie que iniciamos hace 7 años, nos sentimos satisfechos y agradecemos el apoyo de nuestros lectores, así como sus críticas y sugerencias. ADS/300/15/08/2019

Miércoles 21 de agosto 2019 Disponible en: https://seguridadsocialparatodos.net/la-atencion-primaria-cenicienta-de-lainversion/ El pobrísimo presupuesto público en salud determina la escalada alcista del gasto de bolsillo de los hogares en servicios médicos, a pesar del aumento sostenido de la cobertura del Seguro Familiar de Salud El gasto nacional en salud se sitúa en un 6.1% del producto interno bruto (PIB), un nivel inferior al promedio de América Latina y el Caribe, y de los países con un crecimiento económico sostenido. Incluso, naciones con una economía menos dinámica exhiben un gasto nacional en salud mayor que el dominicano. Según ADESA tanto la situación actual como la futura resultan desalentadoras. “La tendencia en los últimos 20 años de la inversión pública en el sector salud no alcanza siquiera al 2% del PIB. De hecho, la proyección oficial para el período 2020-2022 es que se reduzca hasta el 1.7% del PIB”. Actualmente el Estado invierte menos de la mitad del 4% previsto en la Estrategia Nacional de Desarrollo para el 2020, con lo cual se alejan aún más las posibilidades de cumplir con esa recomendación para el sector salud, y más aún, de asignarle el 5% del PIB para el 2030. Lo más preocupante es que, lejos de reducirse debido al aumento de la cobertura poblacional y de los servicios del Seguro Familiar de Salud (SFS), el gasto de bolsillo continúa incrementándose en forma sostenida. Para el año 2017 representó cerca del 45% del total, mientras que el gasto directo del gobierno apenas llegó al 21%, una verdadera distorsión e inequidad social.


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