IV Encuentro Motero de la Posventa LA FIESTA DE LOS MOTEROS DE LA POSVENTA SE CONVIRTIÓ ESTE AÑO EN UNA COPA DE PROMOCIÓN MONOMARCA…
Todos a una
Cuando julio toca a su fin y el olor a playa, bronceador y siestas a la sombra embriaga el ambiente, es momento de despedir la temporada de trabajo con una jornada única en la posventa del automóvil y parte del extranjero. Los miembros del Consejo Superior de Moteros de la Posventa este año tuvieron que enfrentarse a nueve tremendas máquinas. Y todas llevaban el mismo apellido, el de una fábrica de motores bávara…
E
mpezó fabricando aviones en 1913, aunque con el Tratado de Versalles después de la Primera Guerra Mundial tuvo que abandonar la actividad y dedicar sus conocimientos a otro tipo de movilidad. Diez años después, el emblema simbolizando una hélice girando sobre el cielo azul de Baviera marchamó la primera motocicleta de la marca, la R32. Desde ahí, la historia de la Bayerische Motoren Werke estuvo ligada indisolublemente a los vehículos de dos ruedas y no fue hasta 1929 cuando también incorporó los automóviles a su gama de productos. La historia de BMW culminó el pasado 23
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de julio (todo lo anterior fue anecdótico, no se crean…) cuando un grupo de intrépidos motoristas pertenecientes al sector de la posventa del automóvil en España sometieron a dura prueba a los máximos exponentes de la gama actual del constructor alemán, y a su estómago de paso (que ya sabemos que ser motero es muy duro…). Nueve sacrificados posventeros decididos a ganarse los galones y ascender puestos en el escalafón del Consejo Superior de Moteros de la Posventa. Este histórico día fue bautizado como el IV Encuentro Motero de la Posventa MRyT. Todo ocurrió un bonito día verano...
¿Calor? el justito para pasar el día Nubes espesas cubrían Barcelona amenazando, cuando no lluvia, por lo menos sí bochorno. La fortuna atmosférica nos sonrió brindándonos un día inusualmente fresco para lo que venía siendo el verano y más fresco aún al compararlo con la jornada del año pasado (sólo recordarla producía escalofríos… bueno, más bien escalocalientes). Sólo hicieron acto de presencia apenas unas gotas de lluvia para no dejarnos bajar la guardia. Este año el Encuentro fue ligeramente distinto a los anteriores, puesto que decidimos hacerlo
330 · septiembre 2010