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Acordes moraos

A c o r d e s M o r a o s

Queridos paisanos, Empezaré presentándome. Mi nombre es Luis Carlos Martín Martín-Consuegra, nacido en Daimiel en 1956 por lo tanto paisano vuestro, militar de profesión ya retirado por edad y músico de vocación. Actualmente soy miembro de la Asociación Banda Municipal de Música de Albolote (Granada), y aunque llevo ya un tiempo fuera de estas tierras manchegas -sólo cuarenta y dos años viviendo en Granada, siempre he llevado muy dentro el recuerdo del pueblo que me vio nacer; mis primeros amigos, mis primeros maestros etc., especialmente recuerdo con cariño a D. Galo Martín GilUtrilla que fue mi maestro en la Escuela de San Isidro y a D. Evelio Alonso Fernández mi primer maestro y profesor de música, que Dios los tenga en su seno y que E. P. D. Un abrazo para sus familias. D. Evelio fue el primero que me inculcó el aprecio, sentimiento y el amor por la música. Pasábamos todos los días unas cuantas horas en la Academia aprendiendo solfeo, después instrumento y cuando había ensayo, que eran dos días por semana, esperábamos a los mayores para ensayar todos juntos. Surgían días que pasábamos cuatro y cinco horas en la Academia y se no hacían largas. Tengo un entrañablemente recuerdo de los conciertos de verano, el concierto en honor a nuestra patrona de los musicos Santa Cecilia, el concierto de Navidad y cómo no, el concierto y todos los desfiles procesionales de nuestra querida Semana Santa. Para mí, y creo que para cualquier músico, era un disfrute más que un trabajo el ir acompañando con nuestra música los desfiles procesionales por mucho que estos cansaran. Hoy en día no pongo en duda que los nuevos componentes de la Banda, y los que aún quedan de aquella época seguirán sintiendo lo mismo que entonces. El ir desfilando con la banda e ir amenizando el recorrido de cada Hermandad interpretando sus propias marchas tan entrañables y todas preciosas, que son patrimonio de la Semana Santa de Daimiel, junto con otras que con buen criterio D. Evelio iba incluyendo año tras año en el repertorio de la Banda, es una sensación única para alguien que como yo y los demás compañeros somos daimieleños, cofrades y músicos. Recuerdo: “Solemnidad”, “El Cristo del Perdón”, “Cordero de Dios”, “Marcha Fúnebre de Thalberg” y tantas otras que aún hoy, aunque algunas están un poco olvidadas, buen número de ellas se siguen interpretando. En aquellos años, me estoy refiriendo a las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, tan solo existían tres marchas dedicadas a pasos o Cofradías de Daimiel. Estas marchas eran “El Niño Perdido” dedicada como todos ya sabéis a nuestra Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Los Moraos) -no soy morao, pero siento la Cofradía, su titular y su marcha como propia, como tantos y tantos paisanos, “Expiración” dedicada al paso del Cristo de la Expiración de la Hdad. del Stmo. Cristo de la Expiración y Ntra. Sra. de los Dolores (Los Blancos) y “Flagelación” dedicada al Cristo de la Columna de la Hdad. del Stmo. Cristo de la Columna y Ntra. Sra. de la Amargura (Los Coloraos). Todas ellas me hicieron sentir gran pasión y gusto por la música cofrade.

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Hoy día el patrimonio musical de marchas procesionales dedicadas a nuestra Semana Santa ha crecido notablemente para orgullo y satisfacción de nuestro pueblo. Prácticamente todas las Hermandades tienen dedicada una o varias marchas a sus distintos pasos y en lo que, para bien o para mal, mi persona ha contribuido a poner un granito de arena en este sentido a la Semana Grande Daimieleña, con la incorporación de algunas marchas. Dos de ellas están dedicadas a la Hdad. de Los Blancos. La primera fue “Ntra. Sra. de los Dolores” ofrecida a título personal y acogida por la Hermandad siendo su Presidente D. Ramón Díaz de Mera y estrenada en la Semana Santa de 1995; la segunda fue solicitada por D. Ángel Arcís García-Muñoz Presidente de “Los Blancos” que sustituyó a Díaz de Mera. Ángel me pidió que hiciera una marcha al querido paso por los hermanos blancos de San Juan. Me argumentaba que era el apóstol más joven de Jesús, el más jovial y que en la Hermandad se le tenía mucha devoción. La verdad es que no hubiera hecho falta tanto argumento bastando solo la petición, pues perteneciendo yo a la Hdad. de Los Blancos, desde que nací, como es costumbre en nuestro pueblo, me veía en la obligación de cumplir con el reto y de ahí salió la marcha “San Juan” que fue estrenada en el año 1999. Hoy día el patrimonio musical de marchas procesionales dedicadas a nuestra Semana Santa ha crecido notablemente para orgullo y satisfacción de nuestro pueblo. Prácticamente todas las Hermandades tienen dedicada una o varias marchas a sus distintos pasos y en lo que, para bien o para mal, mi persona ha contribuido a poner un granito de arena en este sentido a la Semana Grande Daimieleña, con la incorporación de algunas marchas. Dos de ellas están dedicadas a la Hdad. de Los Blancos. La primera fue “Ntra. Sra. de los Dolores” ofrecida a título personal y acogida por la Hermandad siendo su Presidente D. Ramón Díaz de Mera y estrenada en la Semana Santa de 1995; la segunda fue solicitada por D. Ángel Arcís García-Muñoz Presidente de “Los Blancos” que sustituyó a Díaz de Mera. Ángel me pidió que hiciera una marcha al querido paso por los hermanos blancos de San Juan. Me argumentaba que era el apóstol más joven de Jesús, el más jovial y que en la Hermandad se le tenía mucha devoción. La verdad es que no hubiera hecho falta tanto argumento bastando solo la petición, pues perteneciendo yo a la Hdad. de Los Blancos, desde que nací, como es costumbre en nuestro pueblo, me veía en la obligación de cumplir con el reto y de ahí salió la marcha “San Juan” que fue estrenada en el año 1999. Posteriormente compuse otra marcha dedicada a la Junta de Hermandades de Semana Santa de Daimiel, titulada “Muerte y Resurrección”, siendo su presidente D. Joaquín MartínConsuegra Pozuelo. La compuse como agradecimiento a la Junta de Hermandades por un homenaje y distinción que nos hicieron en el 2001 a todos los compositores o a sus familiares como reconocimiento por las obras musicales aportadas en pro de la Semana Santa de Daimiel. “Muerte y Resurrección” fue estrenada por la Banda Municipal de Granada en la catedral de la misma ciudad en el 2005. En lo que respecta a nuestra Cofradía (Los Moraos), precisamente encontrándose la Banda Municipal de Música de Daimiel ensayando en el Teatro Ayala la marcha “Muerte y Resurrección” para el concierto de Semana Santa del 2005, coincidimos entre las bambalinas del teatro el que fuera presidente de la Hermandad D. Jesús Manuel Fernández de Marcos Villar y yo, escuchando la marcha. En un momento dado Jesús arrancó y me propuso hacer una pieza a Los “Moraos”.

Después de pensármelo dos segundos le pregunté, ¿a qué paso quieres que se la dedique? y me contestó que tenía pasos donde elegir -descartado el titular Nuestro Padre Jesús Nazareno que ya poseía de su marcha-. Al momento le contesté que la elección estaba hecha, ya que no podía dedicársela a otro paso que no fuera el de la Virgen del Primer Dolor. Además, me venían a la memoria fotografías de mi madre cuando era niña vestida de Virgen del Primer Dolor preparada para procesionar con la Hermandad en la madrugada del viernes. A partir de ahí, pasada la Semana Santa del 2005, me puse a trabajar en la marcha.

“Virgen del Primer Dolor”, estructura de la composición

La estructura de la marcha está pensada y condicionada al recorrido y la función que hace el paso de nuestra Virgen en su recorrido procesional. Empieza con una melodía suave, con un solo de saxofón alto, acompañándole otro saxo con una segunda voz y con un colchón de armonías producidas con las maderas y trompas fundamentalmente. Este inicio pretende aludir o representar la soledad con la que en aquel tiempo iniciaba la Virgen su recorrido y el momento en que éste se producía, aún de noche. Quiero recordar en este punto, que en el momento de la composición de la pieza, la Virgen iniciaba su estación de penitencia muy poco arropada por el público, adquiriendo todo su protagonismo en el momento en que se producía el encuentro con Jesús en la Plza. De Santa María. A partir de la creación de la marcha, Nuestra Sra. empieza a tomar el protagonismo que se merece en su salida y es arropada por miles de Daimieleños que esperan su salida. Hecha esta aclaración, la marcha continua con un ritmo y una melodía más agitada, aludiendo en ese momento al camino en solitario que emprende la Virgen en busca de su hijo Jesús para encontrarse con Él. Este ritmo de pasos inquietos los va marcando la tuba. A continuación, aparece un segundo tema con una melodía más suave y más tierna. Los pasos inquietos de la tuba desaparecen quedando todo más pausado. Este segundo tema pretende representar el encuentro de la Virgen con Jesús lleno de sentimiento. Sin solución de continuidad se produce un fuerte súbito en la marcha con una melodía que produce desgarro, desesperación y dolor. Es porque Jesús debe seguir su camino al Calvario, y esta separación del Hijo y su Madre se hace difícil, desesperada. Después de toda esta descripción del recorrido de la Virgen, existe un puente entre el fuerte y el final que recuerda al inicio de la marcha y que sirve de transición para el trío final que quise que acabara con un canto a la Virgen. Este canto se produce en la primera ejecución del trío con una letra de la que también soy autor y de la que no creo que yo pueda hablar mucho de ella, solo que me inspiré en el nombre de la Virgen y que la hice con todo el respeto y el máximo cariño a la imagen de nuestra Señora. La cual me permito reproducir aquí:

No llores María por este gran dolor, Que Jesús, mi cielo, ya nos redimió, Dulce vida mía, te llevo en mi interior, Tú eres la reina de mi corazón.

La marcha termina con la repetición de la melodía del trío final reforzada con toda la banda y con un contrapunto a esa melodía. Todas estas partes de la estructura de la marcha se encuentran descritas en las partituras de dirección originales de la pieza, que fueron entregadas a la Hermandad el día de su estreno en la Semana Santa del 2006. Tengo que decir también que “Virgen del Primer Dolor” ha sido interpretada por distintas agrupaciones musicales, entre ellas la Banda Municipal de Música de Granada, acompañada con un coro en el patio del ayuntamiento de la ciudad, el Domingo de Ramos de 2014. Sin más, mi deseo para esta próxima Semana Santa es que la podamos celebrar todos con plena normalidad para poder disfrutar así de nuestros desfiles procesionales, oficios religiosos, conciertos musicales y de todo lo que rodea a estas fechas en cuanto a cultura, gastronomía y reencuentros con la familia.

Luis Carlos Martín