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Cuál es el sueño de los que
“¿CUÁL ES EL SUEÑO DE LOS QUE ESTÁN DESPIERTOS? LA ESPERANZA” (CARLOMAGNO)
ESPERANZA DE UN MUNDO MEJOR, ESPERANZA DE PROGRESAR, ESPERANZA DE UNA VACUNA, ESPERANZA DE QUE MEJORE LA ECONOMÍA, ESPERANZA DE BUENA VENTURA PARA TODOS.
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Esperanza. Esperanza de un mundo mejor, esperanza de progresar, esperanza de una vacuna, esperanza de que mejore la economía. Esperanza de aprobar un examen, de obtener una buena nota, de terminar una carrera, de tener un ofcio, de tener una profesión. Esperanza de una casa, de aumento de sueldo, de viajar, de tener bienestar, de que mañana sea un día soleado, de ver a nuestros seres queridos, de contratar el próximo cliente. Esperanza de tener salud. Esperanza de descansar bien, de amanecer bien, de lograr armonía. Esperanza de que lo que hacemos sea bueno. Esperanza de una vida productiva. Esperanza de sanar. De que el nuevo emprendimiento sea positivo. De que los cambios nos favorezcan.
Esperanza de que el plan estratégico de hoy a cinco años se pueda cumplir. Esperanza de que el nuevo plan comercial funcione bien, de que las cuentas cierren, de que el fujo de fondos sea adecuado, de que las previsiones sean correctas; de que la visión a largo plazo sea realista, de que las estrategias sean acertadas, y que las tácticas acompañen al objetivo estratégico. Esperanza de llegar a tiempo con el trabajo, con la obra, esperanza de lograr la calidad requerida, de mejorar nuestro producto todos los días. Esperanza de buenaventura para los seres queridos. Esperanza de buenaventura para todos. La esperanza de Da Vinci, de Michelangelo, del Grecco, de Jackson Pollock, de Pettoruti, de Quinquela, de Berni. La esperanza de Elon Musk, de Bill Gates, de Steve Jobs. De Borges, de Cervantes, de Shakespeare. De María Sklodowska-Curie, de Enrico Fermi, de Oppenhermer, de Rutherford, de Edison, de Tesla, de Ford. La esperanza de Maia Plisetskaya, de Julio Bocca, de Tchaikovsky, de
LO ÚLTIMO QUE ESCRIBIÓ EINSTEIN, ANTES DE QUEDARSE DORMIDO POR ÚLTIMA VEZ, FUE UNA LÍNEA MÁS DE SÍMBOLOS Y NÚMEROS QUE ESPERABA PUDIERAN LLEVARLE, Y LLEVARNOS, UN PASO MÁS CERCA DEL ESPÍRITU QUE SE MANIFIESTA EN LAS LEYES DEL UNIVERSO.
Mozart, de Beethoven. La esperanza de la Madre Teresa, la esperanza de Karol Józef Wojtyla, de Víktor Frankl. De José de San Martín, de Manuel Belgrano. La esperanza de Juan Pérez y de María López en sus trabajos, de George Washington, de Nelson Mandela, de Martin Luther King. La esperanza de Koch, de Fleming, de Edward Jenner, de Jonas Salk. La esperanza de un pueblo, de una persona. Todas las esperanzas.
Siempre hay esperanza.
“Junto a su lecho había también doce páginas de densas ecuaciones, llenas de tachaduras y correcciones. Hasta el fnal, Einstein luchó por encontrar su escurridiza Teoría del Campo Unifcado. Y lo último que escribió, antes de quedarse dormido por última vez, fue una línea más de símbolos y números que esperaba que pudieran llevarle, y llevarnos al resto de nosotros, un paso más cerca del espíritu que se manifesta en las leyes del universo”. (Einstein, su vida y su universo, Walter Isaacson. Editorial Debate) “…que esperaba pudieran llevarle...”. La esperanza de encontrar la fórmula de la Teoría del Campo Unifcado. Trabajó hasta su último aliento persiguiendo su sueño. En sus últimos años, los colegas decían de él que ya estaba dando palos de ciego; que había indagado en tantas alternativas para su teoría, había recorrido tantos caminos sin salida, había abierto tantas puertas que no lo condujeron a nada, que su búsqueda estaba agotada. Y sin embargo, Einstein seguía frme en su esperanza, sin importar los fracasos, las frustraciones, cambiando de técnicas matemáticas, cambiando enfoques, apoyándose en nuevos descubrimientos, analizando teorías de colegas, incorporando nuevas herramientas, trabajando.
Teoría del Efecto Fotoeléctrico, Teoría sobre el Movimiento Browniano, Teoría sobre la Electrodinámica de los Cuerpos en Movimiento, Teoría de la Relatividad Especial, Teoría de la Equivalencia Masa/Energía (E=mc2) en 1905. Teoría de la Relatividad General, en 1915. Estadísticas de Bose-Einstein en 1924. Premio Nobel de Física en el año 1921 por su teoría del Efecto Fotoeléctrico. Innumerables artículos más, investigación, caminos equivocados, retornos, errores, rectifcaciones, nuevas indagaciones. Esperanza más trabajo.
La esperanza sin trabajo es solo optimismo.
“Esperanza no es lo mismo que optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”. (Václav Havel, dramaturgo, escritor y político checo). No nos hace falta ser Albert Einstein para hacer lo mismo. Trabajar permanentemente, insistir, buscar, indagar, superar, equivocarse, intentar nuevamente. “No creo en la esperanza sin trabajo. Creo que solo puedes tener esperanza cuando has trabajado realmente duro”. (Aung San Suu Kyi, política y diplomática birmana, premio Nobel de la Paz).
Necesitamos la esperanza para vivir, pero la esperanza necesita de la acción para realizarse.
Y acción es lo que hacemos. Accionamos sobre nuestro entorno, sobre la sociedad, sobre las personas, sobre el trabajo, sobre la producción, sobre la economía. Accionamos sobre nuestro vecino, sobre nuestro barrio, sobre nuestra empresa. Ponemos nuestra impronta en el futuro, en todas y cada una de las acciones que realizamos, de eso no cabe duda. Una parte de la sociedad cambia por nuestras acciones, y siempre tenemos la esperanza de producir esos cambios y que sean positivos. Es un proceso que se retroalimenta continuamente, en un bucle virtuoso. Tenemos esperanza, accionamos, los resultados –sean negativos o positivos– nos alientan a más esperanza, más esperanza induce a más acción, y así… “Hasta el infnito, y más allá”. (Buzz Lightyear, Toy Story, Pixar). Y no necesitamos ser genios ni grandes ni poderosos ni omnipotentes para tener esperanza y ejercer acciones positivas en pos de esa esperanza. Cada persona, cada esperanza de cada persona, cada acción que realice cada persona, va a inducir un cambio en su entorno.
En estos momentos difíciles, marcados por la situación mundial de crisis ante la pandemia, nuestra esperanza es que todo mejore, pero nada lograremos si cada uno no aporta su acción para que eso suceda. En mi esperanza, sé que no voy a descubrir la vacuna, sé que no voy a desarrollar un tratamiento defnitivamente efcaz, sé que no tengo las herramientas ni la sabiduría ni la tecnología para producir la solución. Pero sé que mi pequeña acción cotidiana, mi voluntad, mi esfuerzo, mi visión, mi empuje, mi serenidad y mi trabajo aportarán un poquito a mejorar mi entorno y, por ende, a hacer mejor mi vida. «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». (Eduardo Galeano). g


Albert Sabin (1906-1993)
