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Luis Felipe Noé

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Paloma Herrera

Paloma Herrera

Luis Felipe Noé (Buenos Aires, 26 de mayo de 1933) es un artista plástico, crítico de arte y docente argentino. Protagonista central del arte argentino contemporáneo, Luis Felipe “Yuyo” Noé posee una obra tan singular como monumental. Junto a Jorge de la Vega, Rómulo Macció, Antonio Seguí y Ernesto Deira constituyeron el movimiento de la Nueva Figuración. Noé creó una cosmogonía única y revolucionaria.

La agenda de Luis Felipe Noé parece inagotable, difícil de asociar a una persona de 85 años. Para empezar, "Mirada prospectiva", la exposición suya que arrancó en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires en 2017, puede verse ahora casi íntegramente en el museo del mismo nombre en Neuquén y sigue después su viaje a Córdoba en noviembre para desembarcar en 2019 en el Museo Castagnino de Rosario. "Por falta de espacio no podrá exhibirse allí una instalación importante," se lamenta Noé.

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El artista también prepara para noviembre, como hace ya casi cada año, una exposición para la galería Rubbers de la calle Alvear que esta vez se llamará "Por ahora". De hecho, en plena conversación con la revista, toca el timbre quien lo ayudará a hacer un vitral para la muestra, que también incluirá cerámicas, pintura sobre tótems escultóricos y cuadros de forma irregular, todas obras en pleno proceso creativo desperdigadas en el taller de la planta baja. “Lo que más me interesa ahora es jugar, con la mayor cantidad de libertades posibles," aclara el artista en relación a la inauguración inminente.

Además, Noé tiene varios proyectos literarios en carpeta. Pretende hacer una nueva versión del texto que se publicó -con muy pocos ejemplares- para su retrospectiva de Bellas Artes y titularla El caos creador; escribir un diccionario a su medida en el que defnirá, con seriedad y no tanto, palabras como casamiento ("en casa miento") y horóscopo ("todo está ligado antes de nacer de tal manera que no es necesaria esta anécdota"); y publicar El arte entre la tecnología y la rebelión, un texto inédito que escribió entre el 67 y el 72 y que sólo modifcará levemente.

A Noé no le interesa que lo encasillen como artista plástico y menos todavía que lo asocien únicamente a los comienzos de su carrera pictórica en los años 60. "Es como fjar a alguien en el momento en que está buscando novia," compara. "En los libros de historia del arte, basta que un crítico escriba una apreciación para que parezca inamovible; esa imbecilidad se hace historia y todo el mundo la repite," agrega. Noé es también reacio a clasifcarse y cree que la vida tiene perfume de caos. Su casa taller en el barrio de Monserrat es de hecho como un refejo de su mundo interior: caos entendido como vida en movimiento, y orden y desorden alternados en los libros, pinceles, pomos de colores y obras de arte que pueden verse a donde se apoye la mirada.

¿Sigue algún ritual cuando aborda una obra?

No hago esquemas ni bocetos, no trabajo con horarios, soy un hijo del rigor en el sentido en que me fjo exposiciones para acelerar la producción porque si no, me distraigo. Cada inicio de obra es como si un día me dijera, me gustaría ir a mi pileta a bañarme, eso es lo único que sé. Me pasa lo mismo si tengo que hablar en público. Si pienso lo que voy a decir, me sale para el diablo. Entonces planeo vagamente de qué voy a hablar y sólo pienso la primera frase, que me lleva a la otra y así sucesivamente.

En la pintura ocurre lo mismo. Todo es como un silogismo. En ese sentido no creo mucho en el mito surrealista del automatismo. Sí creo que puede ser automático el primer gesto o a lo sumo los dos primeros, pero desde el momento en que dos elementos entran en relación el tercero se deduce y así sigue la secuencia.

Parecería que el caos lo preocupa desde siempre.

Cuando era joven lo asociaba al desorden pero hoy creo que son dos conceptos totalmente distintos. El orden y el desorden son categorías estáticas -algo está ordenado o desordenado- mientras que el caos transcurre en el tiempo, es dinámico. El caos es la vida misma, está en torno nuestro, está dentro nuestro, está incluso antes de que naciéramos. Y no tiene opuesto.

Por eso creo que la frase "hay que poner orden al caos", que le encanta a los militares, es un ridículo total. Es como querer tapar una olla grande con la tapa de una más chica. Lo único que se logra es agregar más al despelote.

Yo ahora hablo del caos creador, que es el caos entendido como estructura. Nosotros tratamos de estructurar el caos en torno nuestro para manejarnos en este mundo. Pero eso no implica ponerle orden; signifca aceptarlo ante todo como lo que es, no intentando ponerle un supuesto orden anterior.

Usted dice que cuando el artista comienza su producción artística, empieza un viaje que termina en el punto de partida.

No exactamente. La idea es que uno inicia ese viaje en una estación determinada y que, como el trayecto no sigue una línea recta sino que es como una curva, el punto de llegada termina siendo la misma estación desde la que se salió. Es decir, el viaje es entenderse consigo mismo. Porque creo que al fnal todo el proceso creativo es como un espejo en el que uno se va viendo: una cosa es mirarse cuando se es niño y otra muy distinta, cuando se es joven, de edad madura o ya viejo. Creativamente, hay algo que moviliza al artista, y que lo vuelve a movilizar, y que insiste. Ese algo es lo que va entendiendo hacia el fnal del viaje.

¿Lo llevan a generar algo especial el acrílico y la tinta china que está usando mayormente ahora?

Tengo distintos períodos y en cada uno es como que desarrollo pequeñas manías. En este momento por ejemplo una manía es jugar con líneas negras. A veces me salen más caritas, a veces más rayitas. Cada vez juego más entre lo abstracto y lo fgurativo y de hecho siempre he estado por encima de esa división abstracto-fgurativo porque creo que conviven totalmente. Lo mismo ocurre con la palabra. Uno habla y cree que lo hace en términos realistas y sin embargo la mayor parte de las palabras que utiliza son abstractas: amor, deseo, hasta hambre y materia. Cuando era chico, vivía en un edifcio en el que en el hall de entrada había mármoles por todas partes. Antes de ir al colegio, yo me entretenía viendo en las manchas del mármol caritas y creo que eso me ha determinado en mi propia pintura. Todavía hoy planteo una superfcie como abstracta y de repente le veo una carita.

También en esa época había un tipo que iba a su trabajo caminando al revés. La gente lo aplaudía y a mí me encantaba verlo e imitarlo. Quizás desde entonces pienso siempre en el derecho y el revés de las cosas, en lo que está adelante y lo que está detrás. Por eso también juego mucho con la idea de lo cóncavo y lo convexo. Porque en defnitiva lo convexo no puede existir sin lo cóncavo.

¿Cómo le gustaría que lo presenten hoy?

A mí lo que más me interesa es lo que estoy haciendo ahora. No me considero un pintor del siglo XX, me considero un pintor del siglo XXI.

Hay imbéciles, y son muchos, que me rotulan como artista de la generación del 60. ¿Y lo que pasó después? Yo soy del 60, del 70, del 80 y del 2010. Que si quieren me aprisionen en su vocabulario mental los otros, yo prefero no encerrarme en nada.

¿Alguna vez consideró retirarse?

En el año 68 se vivía un momento muy politizado. Para los artistas había cosas más importantes que hacer objetitos para vender y de hecho hubo muchos, entre ellos Renzi, Pablo Suárez, León Ferrari y yo, que dejamos de hacer obra (Noé estuvo nueve años sin pintar). En ese momento creíamos en otro tipo de planteo, en romper la cáscara de la cultura artística para meternos en la cultura en general.

Hizo su primera exposición a los 26 años.

Ese día llegué un poco tarde del miedo que tenía. Y estaba Butler esperándome (este pintor -muy condicionado por el pos cubismo-había sido maestro de Noé durante un año). "Lo estoy esperando para decirle que haciendo lo contrario de lo que yo le enseñé, ha logrado una pintura que le ha dado un buen resultado," me comentó. Fue como si me hubieran dado el premio Nobel. Por eso, si tuviera que elegir el día más importante en todo mi proceso artístico, sería el de mi primera inauguración. Además, ahí me hice amigo de personas que fueron fundamentales en mi evolución: Alberto Greco, Jorge de la Vega y Romulo Macció.

Noé se incorpora para seguir su trabajo y dar instrucciones para el armado del vitral que expondrá en Rubbers. "La inauguración será un sábado al mediodía para que lo atraviese la luz y pueda lucirse," concluye. g

«Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti».

San Agustín (354-430)

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