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Sexualidad: ¿dimensión central del ser humano?

Por: Ruth Sánchez Hernández

Abogada litigante enfocada en la materia familiar, coordinadora estatal de “Iniciativa Ciudadana” en Chihuahua, conductora del programa “De Voz en Voz” que se transmite por Radio Palabra Viva. Trabaja desde hace más de ocho años con grupos de mujeres en diversas actividades y ha impartido conferencias legales enfocadas a los derechos y obligaciones familiares. Corresponsal de México VIVE en Chihuahua.

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Sexualidad: ¿Dimensión central del ser humano?

Es interesante cómo el gobierno federal está tratando de implementar planes y programas de estudio que atentan contra el sano desarrollo de los niños y adolescentes tomando como base la sexualidad del ser humano, como si la sexualidad fuera el centro de su desarrollo. Y es justo así como lo llaman en el documento titulado “Ámbitos del desarrollo socioemocional: Educación Integral en Sexualidad y Género”, emitido en junio del presente año en la Ciudad de México.

Este se ha empezado a distribuir de manera extraoficial pero con todos los sellos de la Secretaría de Educación Pública, como “documento de trabajo en construcción”, con el que se ha estado instruyendo a maestros de nivel medio superior, a fin de que arranquen las escuelas pilotos con esta orientación educativa que pone al ser humano como un ¡vil animal sexual! sin capacidad de ser más que lo que sus hormonas e instintos más primitivos les muevan a hacer. Poniendo el placer por encima de la razón, generando con ello un despertar sexual en nuestros adolescentes para el cual su mente y cuerpo no están listos, y ¿Qué van a ocasionar? muchos problemas emocionales y de salud pública debido a esta falta de madurez para asimilar y enfrentar la información que reciben.

El plan está comenzando a trabajarse de manera extraoficial, el material no está en las páginas oficiales, pero se ha distribuido entre los docentes (como si se tratara ya de una obligación su ejecución en el alumnado), y al revisarlo han sido algunos de los docentes quienes en un grito desesperado se han acercado a quienes representamos a grupos de resistencia contra la imposición ideológica de género, para dar a conocer y pelear en contra de este enemigo que ha logrado permear en nuestro gobierno actual, marcando la siguiente etapa de esta guerra de perversión humana ya sin disfraces ni caretas, sino viendo de frente, descaradamente a la ciudadanía…toca definir ¿Qué cara le pondremos de frente nosotros?

El documento comienza su primer párrafo de la siguiente manera:

Presentación “La educación en México encuentra sus objetivos principales en el Art. 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual señala que: “… será integral, educará para la vida, con el objeto de desarrollar en las personas capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar”. Reconoce a la educación como un derecho y garantiza la creación de políticas educativas que prioricen el interés superior de la niñez, gestionando programas orientados al desarrollo humano integral basados en la inclusión, el respeto a la diversidad y orientados a la construcción de una sociedad equitativa, dando como resultado personas agentes de transformación social. “

Suena verdaderamente utópico e inofensivo, si no se lee entre líneas considerando el resto del contenido del documento, donde poco a poco y cada vez más descaradamente se habla de entender la sexualidad como el todo; el centro, el principio y fin del ser humano, como si quien lo escribió se comió a Sigmund Freud y lo vomitó en este texto.

No se trata de educar para la vida en cuanto a la capacidad del ser humano a ser autosuficiente, útil a la sociedad, sino a que se eduque para la vida sexual. No se trata de desarrollar las capacidades cognitivas para que pueda crear, resolver, lograr cosas productivas para sí o para la sociedad, sino para que su cerebro se programe para tener sexo quien sea, con lo que sea, cuando sea y de la forma que sea, sin importar la edad o madurez que tenga, o las consecuencias que esto implique.

Se trata de que sus habilidades socioemocionales se desarrollen a través del ejercicio de su sexualidad en todas la áreas de su vida, deporte, arte, matemáticas… se trata de que los jóvenes desarrollen sus capacidades físicas utilizando sus órganos sexuales, ejercitándolos como si se tratara de ir al gimnasio a levantar pesas, sin necesidad de un entrenador capacitado que le ponga una rutina acorde a su condición física particular y su plan de vida.

No habla de incluir al sordo, al mudo, al paralítico, al autista. La inclusión es para ellos, para el adolescente “trans” que aún ni siquiera tiende su cama o sabe qué tipo de profesión va a querer ejercer. Es más ni siquiera conoce cuáles son sus obligaciones como próximo ciudadano de éste país y piensa que la credencial de elector es para poder comprar cerveza legalmente. Mientras su madre le recuerda que debe lavar sus orejas, cierto colectivo ya lo está motivando y presentando en la escuela como un ser humano “trans”, porque la sexualidad de este joven debe ser el centro de su desarrollo, aunque no alcance a comprender qué es verdaderamente la sexualidad, y que ésta no es solo un acto físico pues somos más que simples animales.

El documento habla del respeto a la diversidad, no a la diversidad de color de piel, o religión, o pensamiento, sino a la diversidad sexual, malentendiendo ésta a tal grado que se considere que existen más de dos sexos contradiciendo la biología que nos sigue poniendo en nuestro lugar cada que se estudia el ADN; y por supuesto que pretende crear agentes de cambio, pero no para el bien social, sino para seguir metiendo a nuestros jóvenes en la “burbuja multicolor” para ponerles en contra de sus padres, de su propia naturaleza y llevarlos al punto de hacerles creer que son sólo sexo y ejercicio sexual. Tal parece que quieren que desayunen, coman y cenen sexo, que vean sexo en el deporte, en las artes, en la salud, como si la única forma de relacionarse con los demás fuera a través de la sexualidad.

Entonces “La Educación Integral en Sexualidad y Género (EISyG) tiene como finalidad favorecer la formación socioemocional a través del conocimiento, ejercicio, y exigencia de los derechos sexuales y reproductivos (DDSSR), así como fomentar conductas y actitudes que les permitan tomar decisiones responsables en la vivencia de la sexualidad, desde el enfoque de derechos, inclusión y perspectiva de género.”

A nuestros jóvenes se les va a enseñar a ejercer la sexualidad, a despertar el ejercicio sexual con la idea de que en “materia de sexualidad: las habilidades y capacidades socioemocionales contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico, permitiendo a las y los jóvenes ejercer a plenitud los derechos sexuales y reproductivos. Tomando decisiones libres, responsables e informadas acerca del ejercicio de la sexualidad, la fecundidad, la anti fecundación, el embarazo (y la posibilidad de interrumpirlo). El cuidado corresponsable de las hijas e hijos, así como a la salud corporal, la igualdad de género y el bienestar emocional.”

Porque claro, hablar de embarazo es mencionar que se puede “abortar”, lógico que no dicen “matar”. Les gusta el término “interrumpir” como si se tratara de poner pausa a un videojuego, al cabo que al rato regreso y pongo “play”. Van a enseñarles a nuestros jóvenes que abortar es un derecho, que hay que utilizar preservativos, pero no les enseñan que ningún método es 100% seguro y que la abstinencia es un buen método de salud pública y un buen mecanismo de protección a su plan de vida, al libre desarrollo de su personalidad.

Ah pero está claro que la abstinencia no compra condones, no fomenta los experimentos sexuales fuera de tiempo y las confusiones mentales sobre identidad sexual en la vulnerable etapa de la adolescencia. Es un negocio redondo fomentar el consumo de hormonas de por vida y el someterse a cirugías que amputan partes del cuerpo que no van a volver a crecer. La abstinencia no es negocio inmediato para las clínicas abortistas y los médicos sin escrúpulos que lejos de proteger la vida, la arrancan. Y mucho menos es negocio para las mareadas de verde que viven de engañar a las jóvenes haciéndoles creer que la disposición de su patrimonio sexual tiene el derecho a matar.

Para este gobierno es importante enseñarles a nuestros jóvenes que la sexualidad debe ser entendida como una “dimensión central del ser humano”, no les importa atender la pandemia de SIDA en nuestros adolescentes, nadie habla de eso. No les interesa atender los desórdenes de identidad que llevan a nuestros jóvenes al suicidio, ni ayudarles a evitar embarazos fuera de tiempo. Tampoco les interesa que terminen una carrera y sean ciudadanos independientes y libres para desarrollar su potencial humano. Les interesa desarrollar títeres sexuales, movidos por emociones que permitan manipularlos según el clima y temperatura de la autoridad en turno para beneficio de las mentes que pretenden destruir a nuestra nación con tal de ostentar el poder, así implique quemar todo sólo por poder coronarse como reyes de las cenizas.

Aun no se hace oficial nada de esto, pero “la serpiente se ha colado” ya en las aulas que albergan a nuestros hijos, ¡necesitamos involucrarnos ya como padres de familia!, como responsables de éstos menores que aún no poseen la capacidad de entender el contenido y alcance de éstas políticas educativas mortales para su sano desarrollo. ¿Queremos que perviertan a nuestros hijos? ¿Qué despierten en ellos una sexualidad mal enfocada y peligrosa? ¿Queremos entregarlos a los depredadores sexuales?

¡No! en México somos más los que entendemos que el ser humano no es un simple animal sexual, y que vale más que sus genitales y cómo los utiliza. Seguiremos levantando la voz, despertando con ello a quienes se han quedado dormidos o mareados en los discursos disfrazados con palabras “bonitas”, porque México es el águila que devora serpientes.

SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2022

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