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La educación pública no es más que una religión de Estado
Por: Mtra. Aleida Paredes García
La educación pública no es más que una “religión de Estado” #AMisHijosLosEducoYo
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Lic. en Ciencias de la Comunicación, Lic. en Filosofía y Maestra en Educación. Cuenta con 18 años de experiencia docente en diversos niveles educativos, es conferencista y colaboradora en distintos medios de comunicación. Miembro del partido político privado Liberemos México y del grupo Mujeres 5 Reformas del Foro Liberal de América Latina.

El año pasado en una de nuestras ediciones bimestrales escribí el artículo: “Educación laica, gratuita y obligatoria, ¿Qué podría salir mal?”, los invito a releerlo porque muchos padres de familia en México están muy cómodos y contentos con esta afirmación, como si de verdad la educación que reciben nuestros hijos en las escuelas públicas fuera laica, como si de verdad fuera gratuita, como si fuera obligación del Estado ofrecerla y de los ciudadanos recibirla.
Cada sexenio con el cambio de poder y de ideología política se anuncian reformas y uno de los artículos más manoseados ha sido el 3º que trata precisamente de la educación en México y es obvio que tiene su razón de ser: nada más conveniente que ostentar el poder de educar a toda una nación, ningún privilegio más alto que centralizar los contenidos educativos de millones de educandos desde preescolar hasta universidad; además de mover los hilos de poderosos sindicatos de maestros en todo el país.
Pero ¿Es el Estado el responsable de educar a nuestros hijos? ¿Desde cuándo los padres de familia estamos tan cómodos con endosar a otros el privilegio de educar a nuestros propios para la vida? Se da por sentado cuando una pareja tiene un hijo que habrá que enviarlo tres años a la educación preescolar, seis a la primaria, tres a la secundaria, tres a la preparatoria y otros 3-5 años a la universidad. ¿Qué le enseñan? ¿Quién le enseña? ¿Cómo les enseña? Pues es lo de menos, con tal de que me aseguran que no me van a cobrar nada, que no le enseñen nada de religión y que algún día “será alguien en la vida”. Los padres generalmente comenzamos a refunfuñar con el cobro de cuotas escolares, la compra de uniformes, la cancelación de horarios extendidos con desayunos incluidos, las cooperaciones especiales para el aseo, los eventos, etc., pero es raro aquél que se fija en la letra pequeña: los contenidos escolares y sus implicaciones a corto, mediano y largo plazo en la mente y conducta de nuestros hijos.
Los padres de familia que tienen la posibilidad económica de enviar a sus hijos a colegios privados, son mucho más selectivos en sus decisiones sobre el tipo de escuela para sus hijos, la formación de los docentes, la calidad de la enseñanza, etc., porque va de por medio un pago para asegurarse de recibir “algo mejor”. La realidad es que el porcentaje que tiene este privilegio es mínimo en nuestro país. Pasa lo mismo con el tema de salud, el porcentaje que tiene acceso a pagar un sistema de salud privado es mínimo, la mayoría nos tenemos que conformar con los sistemas públicos que dejan mucho qué desear con los servicios y la atención.
Durante el ciclo escolar 2019-2020 en México, un 89% de la población de entre tres y 29 años de edad inscrita en alguna institución educativa en el país estaba matriculada en algún establecimiento público. Por su parte, el 11% de los alumnos inscritos formaban parte de escuelas o universidades privadas. Se estima que entre abril y agosto de 2020, cerca de tres millones de estudiantes abandonaron la escuela como resultado de la pandemia por COVID-19 (STATISTA, 2022).
Una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador -que fue muy atractiva para todo el magisterio-, fue que revocaría los planteamientos de la “reforma peñista”. Otra promesa atractiva para los jóvenes fue la creación de 100 universidades públicas por parte del gobierno federal y las becas “Benito Juárez” para evitar la deserción escolar a nivel medio superior. Dichas promesas se cumplieron con la “reforma López-Obradorista” que apuntan a sustituir al anterior “Nuevo Modelo Educativo”. Muchos lo celebran, pero en realidad no hay nada qué celebrar cuando investigas las implicaciones de todo ello.
Con lo anterior afirmo que el tema educativo en manos del gobierno en turno es un asunto de clientelismo político, de carta abierta para el manejo de presupuestos millonarios, de despilfarro de impuestos y de mal uso de nuestros recursos como mexicanos.
Invito a cada padre de familia en cada rincón de México a hacer el siguiente ejercicio: investiguen en sus estados de origen ¿Cuál es el presupuesto estatal y federal del año 2022 en el rubro de educación? Súmenlo para tener un total del presupuesto anual que se destina a las escuelas públicas desde preescolar hasta universidad. Después investiguen el dato de ¿cuántos estudiantes y docentes hay en sus estados y que son usuarios de esas escuelas? Hagan una división para saber ¿cuánto le toca a cada estudiante y docente de ese presupuesto?
Les aseguro que el resultado daría para pagar una buena colegiatura para nuestros hijos en una buena escuela privada y un mejor salario para nuestros maestros y administrativos. Pero ¿dónde queda la mayor parte de ese presupuesto que nunca llega a los usuarios finales? He ahí el dilema. El Estado no es un buen administrador de recursos que no le pertenecen, no es un buen empresario y mucho menos es un buen educador de nuestros hijos.
Sería un ejercicio vano investigar las propuestas específicas que ha planteado el gobierno obradorista en materia pedagógica o curricular para la educación básica, media básica y/o superior; lo afirmo porque estoy convencida de algo: ningún Estado debería tener como función primordial la educación de sus ciudadanos, dicha función le pertenece a las familias, a los tutores, y ceder dicha función es conferirle más poder, más control, y renunciar a nuestra responsabilidad como padres.
Se dice que seguirá imperando la educación laica, sin embargo nada es laico cuando existe el adoctrinamiento y la imposición de una ideología o de una forma de pensamiento como ha sido el caso de la educación en México desde que se realizó su primera Constitución Política, la cual es una constitución totalmente socialista. La educación pública no es más que una “religión de Estado”.
Los ejes de la nueva educación estatal, de forma disfrazada, serán: la ideología de género, la segmentación de la sociedad en clases económicas y culturales, la enseñanza de resentimiento hacia nuestros orígenes y nuestra historia, y el desarrollo de sociedades comunales. Básicamente es parte de la Agenda 2030 impulsada por los socialistas de la ONU y el globalismo mundial. Como padres de familia debemos oponernos a todo esto, pero no sólo a la ideología socialista dentro de la educación, sino a la educación estatizada en su totalidad. En lo personal estoy a favor de la propuesta del naciente partido político privado “Liberemos México”, la cual proyecta 5 reformas estructurales para nuestro México, una de ellas: reforma a la educación, que consiste en la PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN ESTATAL, y la entrega de “vouchers educativos”, para que cada estudiante y padre de familia elijan la educación privada que más convenga a sus intereses y a sus valores. Es la manera de dejar de estar sometidos a intereses e ideologías de quien se encuentre en el timón del gobierno.
Se oye descabellado pero como madre de familia he estudiado a fondo la propuesta, me he involucrado en aprender cómo sí se puede lograr porque el presente y futuro de mi única hija están en juego. He sido testigo por décadas de historia de México cómo cada sexenio se equivocan los partidos políticos en sus propuestas, e sus reformas y cómo mucha gente se ha vuelto apolítica y han desarrollado una fobia a los partidos políticos porque todos son más de lo mismo: basura politiquera sin remedio alguno.
Por muchos años fui huérfana política por eso mismo, hasta que encontré a mediados del 2020 que existe un partido en formación, privado (no vivirá de los impuestos como lo hacen los demás) y que tiene un proyecto, una hoja de ruta y una propuesta en verdad completa y relevante, se trata de Liberemos México, el cual desde enero de este año está legalmente constituido como “Movimiento por las Cinco Reformas Liberemos México A.C.”. Su PROYECTO LA GRAN DEVOLUCIÓN consiste en lo siguiente:
1. Derogación de las Leyes Malas (que abundan en nuestra Constitución Política)
2. Las 5 Reformas (política, educativa, económica, de salud y jubilaciones/pensiones).
3. Impuesto de las 3U (universal, uniforme y único).
Los invito a conocer el proyecto en su totalidad en la página web liberemos.mx y en todas las redes sociales con ese mismo nombre. Dejemos a un lado la indiferencia y la quejadera, sumemos nuestras voluntades a proyectos reales y realizables como este, no esperemos a que esté en la plantilla de votación para ir cómodamente a una casill, trabajemos unidos para que así sea ¡lo más pronto posible!

Referencia:
• STATISTA.(2022).Distribución porcentual de la población inscrita en alguna institución educativa en México durante el ciclo escolar 2019-2020, por tipo de escuela. Consultado en:
•https://es.statista.com/estadisticas/1225768/poblacion-edad-escolar-inscrita-tipo-escuela mexico/#:~:text=Durante%20el%20ciclo%20escolar%202019,de%20escuelas%20o%20universidades%20privadas.
