Persépolis, la antigua capital del Imperio Persa y declarada Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO, es un testimonio único de la grandeza de la
dinastía aqueménida. Sin embargo, esta joya arqueológica se enfrenta a
una amenaza inesperada: Circinaria persepolitana, una nueva especie de
liquen descubierta por investigadores iraníes y españoles.