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Fontanars dels Alforins
FONTANARS DELS ALFORINS Paisaje de vinos
Esta encantadora localidad valldalbaidina es, posiblemente, la más joven de la comarca. No fue hasta el año 1927 cuando nació como municipio bajo el nombre de Fontanars y segregada del término municipal de Ontinyent. El pueblo, como se conoce hoy en día, une el topónimo más moderno, Fontanars, con la palabra tradicional de todo el territorio, Alforins, para dar nombre a una tierra señorial y de labradores. Frontera y transición entre los valles valencianos y la llanura castellana, su tierra vinícola, los hornos de cal y el mercado dominical, son tres motivos para visitar Fontanars dels Alforins. Un pueblo de visita recomendada donde el paisaje te obliga a llevar la cámara de fotos colgada al cuello.
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Historia camuflada entre la vegetación
Para poder sobrevivir en las épocas de menos trabajo en el campo, algunos trabajadores agrícolas y ganaderos de Fontanars dels Alforins tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos. Así, la profesión del calero se convirtió en una tarea de gran importancia en la localidad, con la construcción de 50 hornos de cal repartidos por el término. Con una historia más que centenaria, se ubicaban próximos a las zonas de extracción de la materia prima, es decir, la misma piedra y la madera para quemar. Integrados en el paisaje
o camuflados en la misma vegetación, los trabajadores de la cal empezaron a hacer turnos de trabajo de día y noche, motivo por el cual tuvieron que construir rudimentarias cabañas al lado de los hornos. La cal, empleada para el campo, el ámbito sanitario y para la construcción, fue quemándose en Fontanars hasta principios de los años 80 del siglo pasado, siendo una de las últimas localidades en producir cal de forma tradicional. Puedes ver la herencia recibida de sus antepasados en la Ruta de la Cal, donde
podrás visitar antiguos hornos, algunos de ellos reconstruidos y restaurados. Una ruta dividida en 5 partes, que podrás hacer tanto si eres senderista como ciclista y que, además, pasa por diferentes puntos de interés del término dels Alforins. Una maravilla.
La cita de los domingos: el mercado de Fontanars
Puntual cada domingo, llega el mercado a Fontanars dels Alforins. El pueblo se reúne en la plaza Mayor para hacer sus compras, hacer un paseo y ponerse al día en temas de actualidad del vecindario. Tiempo atrás, el domingo por la mañana los vecinos del disperso y extenso término de Fontanars, que entre semana vivían en sus fincas alejadas del casco urbano, bajaban al pueblo para ir a misa. Así, domingo por la mañana, el centro de Fontanars se llenaba de vecinos y los mercaderes aprovecharon la oportunidad para montar su ‘paradeta’ y abastecer a los alforineros de los enseres necesarios para el día a día. Así fue como el mercado entró a formar parte de la rutina dominical, y hoy en día es una excusa perfecta para acercarte a conocer Fontanars y todos sus encantos.
Del consumo vinícola al poblado íbero, a las mesas de todo el mundo
Cuando el botánico Cavanilles llegó a Fontanars dels Alforins a finales del siglo XVIII, lo vio claro. Todo lo que veía en aquellas tierras “eran sembrados y viña”. Y es que el vino es una tradición ancestral ligada a la tierra de esta población valldalbaidina, tan próxima a otras comarcas y autonomías. Desde que los Íberos que poblaron la “Bastida de les Alcusses” en el siglo IV a.C. probaron el sabor majestuoso del zumo de la viña, el consumo y producción de vino en esta población no ha cesado. Las bodegas de la localidad han pasado de vender su producto mayoritariamente al por mayor a emplear las últimas tecnologías y avances enológicos para crear vinos de una mejor calidad que poco a poco están haciéndose un lugar de prestigio en el mundo de la enología valenciana, española e internacional. La tierra de Fontanars dels Alforins nos da vinos con sabores celestiales producidos con variedades como por ejemplo el monestrell, el garnatxa negro o el tempranillo, sin olvidarnos del endémico verdil o la reciente incorporación de nuevas variedades como el cabernet sauvignon o el merlot. 1.300 hectáreas dedicadas a la viña, con 10 bodegas de marcado carácter familiar y un proyecto compartido con otros territorios, Tierras dels Alforins, marcan el presente de unas viñas abiertas a quien las visita y que si conoces, te enamorarán.