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Sempere

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Quatretonda

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SEMPERE El pequeño de la comarca

Un auténtico superviviente. Así es Sempere, hermano pequeño de los pueblos de la comarca valldalbaidina. Con 48 habitantes, Sempere es el municipio más pequeño de los 34 pueblos que conforman la Vall y que dan sentido en este territorio. Su iglesia de San Pedro, con ese trampantojo que parece pero que no es. Sus vistas, al embalse de Bellús y, desde el calvario, a toda la comarca. Y un hecho histórico, anécdota curiosa que enfrentó al señorito Nuñez con La Pobla del Duc. Estos son tres motivos por conocer Sempere, pero como siempre, el mejor es visitarlo si es que aún no lo has hecho.

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Más que un pueblo, un mirador

La proximidad de Sempere al embalse de Bellús le otorga el título de mirador oficial de este elemento hidrológico, que, en los tiempos de abundancia de lluvia, deja unas panorámicas espectaculares. Sempere tiene, además, otro mirador que vale la pena que visitas. Se trata del paraje de la ermita del Santísimo Cristo de la Gracia, un conjunto monumental recientemente recuperado y rehabilitado con la ermita neogótica, el panteón y el cementerio ubicado a la cumbre del calvario que le da acceso, con el tradicional recorrido de cipreses. Se completa con la explanada desde la cual disfrutarás de excepcionales vistas de la Vall d’Albaida.

El apunte histórico: San Pedro contra Puebla Franca de Rugat

Más de tres décadas llevó a los señores de Sempere (San Pere) conseguir la jurisdicción feudal de Cartania, pueblo independiente hasta el 1814 y que hoy es una partida rural del término de Sempere. Una batalla legal en la cual se enfrentaron

los Nuñez (titulares del señorío de San Pere) con la villa de la Puebla Franca de Rugat, actual Pobla del Duc. Un conflicto que confrontaba los intereses de una burguesía incipiente a la comarca y la oposición de los feudales a pertenecer a la nobleza.

La iglesia que engaña al ojo de quien la mira

Se entiende por trampantojo la técnica mediante la cual se engaña al ojo, utilizando la perspectiva y la profundidad. Así, si visitas la iglesia parroquial de San Pere serás engañado al contemplar el casquete sobre el crucero que se encuentra en este templo. La de Sempere es una iglesia del siglo XVIII, de estilo neoclásico en la cual, destaca este casquete con pinturas alusivas a la basílica de Sant Pere de Roma, utilizando la técnica del trampantojo. Un templo con una nave de cinco tramos cubierta por una vuelta de cañón sobre

pilastras que hacen de contrafuertes. Interesante resulta también su puerta adovelada y el campanario de dos cuerpos. La iglesia parroquial de San Pere mantiene una estrecha relación con el Vaticano. Precisamente, el campanario de la iglesia de Sant Pere volvió a sonar en 2013 después de más de 40 años en silencio. Después de someterse a una intensa restauración las dos campanas que presiden el punto más alto de la iglesia. ‘Pequeña’, del año 1908 y 180 kg, pasó a denominarse ‘Sant Pere Apóstol’ y la ‘Mater Dolorosa’ de 1851 y con más de 250 kg, mantuvo su nombre original. Así, después de tanto de tiempo sin sonar, su restauración facilitó el toque manual de estos dos bronces y se recuperó su sonido original, sustituyendo la parte metálica por la madera.

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