PULIENDO LA PIEDRA NUMERO 15

Page 1


FILOSOFÍA,SIMBOLISMO,CIENCIA,LITERATURA,GNOSIS AGOSTO 2025 AÑO 2 NÚMERO 15

Luces desde el Oriente

QQ:.HH:.

Estamos viviendo un momento de profunda crisis moral en la Sociedad.

A nivel mundial arquetípicamente los titanes han tomado el protagonismo y, con ello, la violencia, el autoritarismo y el afán desenfrenado de conquista abren el escenario para una guerra con alcances planetarios.

La sombra aplasta la luz de la esperanza, un largo invierno de incertidumbre se cierne sobre los hombres. En este momento se tiende a normalizar la guerra, el genocidio y la miseria humana.

Ucrania resiste años de invasión, el pueblo Palestino es aniquilado a vista y resignación de la comunidad internacional, medio oriente una vez más es un polvorín a punto de estallar.

Y en nuestro país convivimos a diario con un sentimiento de inseguridad y desesperanza por el futuro cercano, un diálogo de sordos se toma la agenda política, las “fake news” pueden hacer ganar o perder elecciones, los debates televisivos son verdaderas carnicerías mediáticas donde se siente ganador quien más denosta al otro.

Este es el pesimista escenario al cual nos enfrentamos.

Por qué entonces seguimos creyendo que un mundo mejor es posible?

Porque mientras estemos convencidos que los valores que profesamos pueden cambiar el curso de las cosas, debemos perseverar.

Porque si somos capaces de expandir nuestra visión humanista usando todas las herramientas que estén a nuestro alcance, debemos perseverar.

Porque si somos capaces de armarnos de valentía para denunciar los atropellos a la dignidad humana, tenemos el deber moral de perseverar.

La luz de la sabiduría ha de permear la sombra que nos aplasta, el amor incondicional a la raza humana nos hará enfrentar con fuerza la discriminación y la segregación social, nuestro genuino compromiso por practicar la filantropía nos obligará a adoptar un rol activo por sembrar la igualdad, la tolerancia y la fraternidad entre los hombres.

Es una tarea titánica, pero así es, se trata de una lucha de titanes, de la luz contra la sombra que todo lo marchita. Hay que estar preparados y, sobre todo, convencidos de que se puede influir positivamente en la Sociedad.

La masonería no es un pasatiempo de un par de horas en Cámaras y otro par de horas en Tenidas, es una forma de vida.

Como verdaderos Quijotes, salgamos a derribar esos molinos de viento que aplastan el sueño que abrazan los masones en el mundo: devolverle al ser humano la esperanza.

Juan C. Gutiérrez, G3, Ex – Venerable Maestro.

La tumba del deporte se cava con intolerancia. Una reflexión sobre violencia, identidad y decadencia cultural en el fútbol.

Desde pequeño he sido hincha del club Universidad de Chile. Durante la década del 2000 recorrí varios estadios de Chile siguiendo a mi equipo: El Salvador, Coquimbo, La Serena, Valparaíso, Viña del Mar, Quillota y el Estadio Nacional. En todos esos lugares viví gratos momentos solo y junto a mi padre, disfrutando del fútbol como un verdadero espectáculo familiar.

Sin embargo, la última vez que fui al estadio, algo pasó. Mi equipo perdió, pero también se perdió algo más importante: el deseo de vivir la experiencia estadio. Tras ser revisado casi como un delincuente, me quitaron una pequeña bandera con valor sentimental, presencié cómo otros ingresaban mochilas con objetos prohibidos. En el interior, la violencia entre hinchas de mi propio equipo y la inseguridad que sentí respecto a mi integridad me alejó hasta el día de hoy de las tribunas que tanto disfruté visitar.

Con el paso del tiempo, esto no ha mejorado, todo lo contrario, he visto por televisión cómo el espectáculo deportivo ha quedado en segundo plano frente a la violencia en los estadios. Hoy, la intolerancia entre hinchas supera los límites. Esto me hizo pensar en un problema mayor y que no es un problema exclusivo de mi equipo: refleja una crisis más profunda de nuestra sociedad, que se manifiesta con particular fuerza en el deporte. Vemos en la sociedad actual, que parece que lo único que importa es competir y ganar, sin importar los medios. Desde pequeños se nos enseña que debemos destacar, sobresalir, ser los mejores. Este pensamiento, reforzado por un sistema socioeconómico individualista y por la cultura superficial de las redes sociales, ha creado una visión del éxito basada en la fama, el dinero y los logros personales, en vez de valores como la empatía, la tolerancia y el respeto. Los liderazgos actuales promueven esta lógica al premiar únicamente los resultados, sin importar si fueron obtenidos con ética. A esto se suma la inseguridad social y la desigualdad, que hacen que muchas personas sientan que deben “luchar” por su lugar, lo que alimenta una competencia desmedida y agresiva. Estamos frente a una decadencia cultural marcada por la pérdida de valores éticos y morales, la falta de educación cívica, falta de responsabilidad social, el irrespeto a la autoridad, normalización de la violencia como mecanismo de “validación” y el desprecio por el otro que piensa diferente.

Las hinchadas hoy se han transformado en grupos organizados que toman barrios y espacios públicos. No solo se ve este fenómeno en los grandes clubes, podemos verlo en Quillota, donde en sectores vemos postes y muros pintados de azul y rojo (colores de Universidad de Chile), pero también de amarillo y negro (colores de San Luis de Quillota). Desde esos espacios, muchas veces se desarrollan actividades ilícitas que atentan contra la sana convivencia.

Todo esto está ligado a una falta de tolerancia: una incapacidad creciente para aceptar al que piensa distinto o tiene intereses diferentes. Pero el deporte no nació para dividirnos, sino para unirnos. Es mucho más que competencia física: es un medio de formación social y cultural que puede transformar vidas.

El entrenamiento, trabajo constante, respeto por las reglas y por el rival nos enseñan valores esenciales como la disciplina, la constancia, el autocontrol y la superación personal. En los deportes colectivos, aprendemos a colaborar, a comunicarnos y a confiar en otros para alcanzar objetivos comunes. Además, el deporte fomenta la inclusión, el respeto por la diferencia y la solidaridad, especialmente en momentos de dificultad.

La violencia que hemos visto este año en las canchas de nuestro país ha sido impresionante. Por eso, me lleva a reflexionar sobre el rol que cada uno de nosotros puede cumplir. Como hinchas, nuestro primer compromiso debe ser con la tolerancia, con saber perder y ganar, y con evitar generalizar. No todos los hinchas son violentos, pero todos tenemos la responsabilidad de combatir esa violencia.

Podemos empezar por ser hinchas respetuosos: evitar insultos, cánticos ofensivos y provocaciones. Celebrar con pasión, pero sin agresión. También tenemos la responsabilidad de visibilizar el problema: no podemos seguir normalizando la violencia ni mirar para otro lado. Necesitamos promover una cultura de respeto y convivencia.

El deporte es un espacio para todos, y debemos cuidarlo. Comprometernos no solo a practicar los valores del deporte en nuestra vida y en nuestras familias, sino también a denunciar y exponer los problemas que opacan la actividad. No se trata de rechazar la competencia, sino de equilibrarla con valores humanos. El verdadero éxito no está en llegar más lejos que los demás, sino en hacerlo con integridad, tolerancia, fraternidad y respeto.

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Durante la Revolución Científica (siglos XVI y XVII), muchos de los principales científicos no veían un conflicto inherente entre la ciencia y la religión, aunque en siglos posteriores se ha interpretado erróneamente como un movimiento ateo. La Revolución Científica fue, en cambio, una transformación en la forma de comprender el mundo natural, basada en la observación y el método científico, pero muchos de sus protagonistas consideraban que este estudio era una manera de profundizar en el conocimiento de la creación divina. A continuación, se presentan algunos de los científicos más influyentes de la Revolución Científica y su relación con la religión:

Personajes clave de la Revolución Científica

1. Nicolás Copérnico (1473-1543)

Copérnico, creador del modelo heliocéntrico, revolucionó la visión del cosmos al colocar al Sol en el centro del universo. Aunque su teoría contradijo las enseñanzas de la Iglesia, Copérnico no fue ateo. Dedicó su obra De revolutionibus orbium coelestium al Papa Pablo III, y su motivación no era desafiar la fe, sino corregir errores en la comprensión del cosmos, que él consideraba una obra divina.

2. Galileo Galilei (1564-1642)

Galileo es conocido tanto por sus aportaciones científicas como por su conflicto con la Iglesia Católica. Aunque fue acusado de herejía, Galileo era un hombre profundamente religioso. En su famosa Carta a la Gran Duquesa Cristina, argumentaba que la Biblia enseña cómo ir al cielo, no cómo va el cielo, sugiriendo que la ciencia y la religión tenían roles distintos. Para él, estudiar la naturaleza era otra forma de conocer a Dios.

3. Johannes Kepler (1571-1630)

Kepler, conocido por sus leyes del movimiento planetario, era un devoto cristiano que consideraba la astronomía como una forma de pensar los pensamientos de Dios. Creía que el universo era un reflejo del diseño divino y veía su trabajo como un acto de devoción hacia el Creador.

4. René Descartes (1596-1650)

Descartes, pionero del racionalismo, defendía la existencia de Dios y creía que la razón humana era un regalo divino. En su obra Discurso del método (1637), estableció un enfoque más sistemático para la ciencia, pero mantuvo la creencia de que la fe y la razón podían coexistir, reflejando su cristianismo personal y su confianza en una dualidad cuerpo-alma.

5. Isaac Newton (1642-1727)

Newton, una de las figuras más influyentes de la Revolución

Científica, era profundamente religioso, aunque sus creencias eran no conformistas. Newton veía el universo como una creación ordenada por Dios, y consideraba que las leyes de la naturaleza eran una manifestación del poder divino. Para él, el estudio de la física y la matemática revelaba el diseño de Dios.

6. Francis Bacon (1561-1626)

Bacon fue un defensor del empirismo y del método científico, y sus ideas sentaron las bases del conocimiento basado en la observación y la experimentación. Aunque Bacon separaba la ciencia y la religión, no las veía en conflicto. Creía en los “Dos Libros” de Dios: la Biblia y la naturaleza, y sostenía que ambos podían ser entendidos sin contradecirse. Bacon, al promover la idea de que el conocimiento científico era poder, sentó las bases para un enfoque más pragmático y menos dependiente de la autoridad religiosa en la comprensión del mundo natural.

La Ilustración y el cambio hacia el escepticismo religioso

A medida que el método científico y el pensamiento racional se consolidaban, surgió la Ilustración en los siglos XVII y XVIII. Mientras que los científicos de la Revolución Científica, como Newton y Bacon, buscaban entender el mundo como una obra divina, los filósofos de la Ilustración empezaron a distanciarse de la religión institucional y a adoptar un enfoque más crítico. Aunque la Ilustración no fue un movimiento completamente ateo, muchos pensadores influyentes comenzaron a ver la religión como un obstáculo para el progreso humano y el libre pensamiento.

Entre ellos destacan:

1. Voltaire (1694-1778)

Voltaire fue uno de los principales críticos de la Iglesia Católica. Aunque no era ateo, era un firme defensor del deísmo, una creencia en un Dios que creó el universo pero no interviene en él. Voltaire argumentaba que las instituciones religiosas fomentaban la superstición y la intolerancia, y promovió una visión secular del conocimiento.

2. David Hume (1711-1776)

Hume fue uno de los primeros en aplicar el escepticismo filosófico a la religión. En Diálogos sobre la religión natural (1779), cuestiona los argumentos a favor de la existencia de Dios, sugiriendo que la razón humana no puede probar ni refutar la existencia de un ser divino. Este escepticismo influyó en el pensamiento posterior, incluido el de aquellos que adoptaron una postura abiertamente atea.

3. Baruch Spinoza (1632-1677)

Spinoza, aunque más cercano a la Revolución Científica, fue un precursor de la Ilustración. Su visión panteísta identificaba a Dios con la naturaleza, lo que implicaba que el universo mismo era una manifestación divina, no un ser personal que interviene en los asuntos humanos. Su filosofía desafiaba tanto la autoridad de la Iglesia como las creencias religiosas tradicionales.

4. Denis Diderot (1713-1784)

Diderot fue editor de la Enciclopedia, un proyecto destinado a recopilar y divulgar el conocimiento científico y filosófico de la época. En sus escritos, Diderot criticó abiertamente la religión y defendió el materialismo, avanzando hacia una postura cercana al ateísmo, al mismo tiempo que promovía el libre pensamiento.

5. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)

Rousseau abogaba por una religión natural en lugar de la religión organizada. Creía que la religión debía promover la moralidad, pero rechazaba las instituciones religiosas y sus dogmas. Para él, la espiritualidad era algo personal y debía basarse en la moral humana más que en rituales religiosos

El cambio de la Revolución Científica a la Ilustración

El cambio de la Revolución Científica a la Ilustración marcó una transformación en la relación entre ciencia y religión. Mientras que los científicos de la Revolución veían su trabajo como una forma de entender mejor la creación divina, los pensadores de la Ilustración empezaron a ver la religión organizada como una barrera para el progreso y el pensamiento crítico. Este cambio no fue abrupto ni universal, pero marcó un desplazamiento hacia una visión más secular del mundo, donde la razón, el escepticismo y el empirismo comenzaron a dominar el pensamiento filosófico.

En resumen, mientras que la Revolución Científica fue un movimiento profundamente influido por creencias religiosas, la Ilustración trajo consigo un enfoque más crítico hacia la religión, influenciado por pensadores que defendieron el libre pensamiento y el poder de la razón

Washington Mena Silva, G3

Chile vive una CRISIS, sin embargo, debiésemos saber que “esta palabra no tiene un significado negativo. La crisis es el momento en que la rutina ha dejado de servirnos como guía y necesitamos optar por un camino y renunciar a otro.”

Sin embargo, a pesar de saber que esto no es nuevo, nos cuesta asumir que vivimos en crisis desde que la manada se empezó a transformar en sociedad. Pero, ¿qué tiene de original la crisis actual? ¿Es una crisis económica?, ¿es una crisis diplomática?, ¿es una crisis humanitaria?, ¿es una crisis política?.

Creemos que esos son síntomas evidentes, pero de una causa mayor.

Vivimos una CRISIS VALÓRICA, y no solo en nuestro país, si no que en todo occidente

Y esta impacta todas las facetas de la vida humana de manera perjudicial y/o destructiva.

La sociedad globalizada está negándole valor a fenómenos ontológicos que nos permitirían trascender a otros planos de satisfacción. Valorizamos lo económico y postergamos lo familiar, lo humano, lo espiritual. Valoramos la entretención vana y no nos interesamos por las verdaderas artes, y así nos consumimos en el consumo.

Promover los valores UNIVERSALES es fundamental, poniendo al ser humano como centro de todos nuestros esfuerzos. Libertad con Igualdad y con Fraternidad son sellos que nuestra sociedad debe adoptar en el entramado de sus relaciones. Los procesos sociales que experimentamos, no serán perjudicados por la práctica de estas virtudes personales, irradiadas, como luz, en la sociedad.

¿De qué manera podemos realizar nuestra acción? Seguir obrando de manera discreta es aconsejable, pero también, y para estar a la altura de la gravedad de la crisis que vivimos y de sus efectos en el futuro, debemos generar obras concretas en educación. Entendiendo “educación” en el sentido más amplio de la palabra, y en la misión de proyectarla en todas las facetas de la vida humana: cultura, salud, economía, política, espiritualidad, etc. Y no solo en las instituciones formales que tienen ese fin, si no que en la sociedad toda. He aquí un reto para el chile del futuro y para la humanidad.

Para terminar, preguntamos a Ud. sin esperar una respuesta pública, sino con el afán de promover el autoconocimiento y la automotivación valórica, un segundo reto, esta vez introspectivo y personal, ¿está consciente de la crisis que describimos?, ¿ha reflexionado sobre los efectos que esta podrá tener en el futuro inmediato?; Pensando en eso, ¿cuál fue el último aporte concreto que usted ha hecho a la sociedad para mejorarla?, ¿Qué impacto tuvo?, ¿Cuál será su siguiente aporte?.

Luis Claudio Fernández León, G3

15 de julio de 1834 – Se abole oficialmente la Inquisición en España.

La Inquisición española fue un tribunal religioso fundado en 1478 por los Reyes Católicos con el objetivo de mantener la unidad católica en sus reinos, vigilando y reprimiendo herejías, judaizantes, protestantes, brujería o cualquier desviación considerada peligrosa para la fe.

Su influencia fue amplia durante siglos, pero a inicios del siglo XIX, con la llegada de ideas ilustradas, liberales y constitucionales, comenzó a debilitarse.

Fue suspendida por primera vez en 1813, restituida brevemente por Fernando VII, y finalmente abolida de forma definitiva el 15 de julio de 1834 mediante un decreto firmado por la regente María Cristina de Borbón.

La abolición de la Inquisición marcó un paso clave en la secularización del Estado y en la consolidación de derechos civiles.

El pensamiento ilustrado y el avance del racionalismo promovieron una nueva visión del conocimiento basada en la razón y la evidencia, lo que llevó a cuestionar instituciones basadas en el dogma.

El fin del Santo Oficio permitió una mayor libertad de prensa, de pensamiento y de investigación, aunque el camino hacia una sociedad libre de censura religiosa aún sería largo.

La Inquisición surgió con la intención de preservar la fe y corregir errores doctrinales, pero sus métodos, como el uso de la tortura y la represión, han sido objeto de profunda crítica, incluso dentro de la Iglesia.

En tiempos recientes, varios papas, incluido Juan Pablo II, han pedido perdón por los excesos cometidos en nombre de la fe. La abolición puede entenderse como una corrección histórica: la fe auténtica no puede imponerse con violencia, sino que debe transmitirse con verdad, libertad y caridad.

La abolición de la Inquisición en 1834 no fue solo el cierre de una institución, sino un símbolo del paso de una Europa medieval a una moderna. Desde la fe, se comprende que la verdad no necesita verdugos, sino testigos.

Fuentes:

Real Decreto de 1834; Archivo Histórico Nacional de España; La Inquisición Española (Kamen, 1998); Memoria y reconciliación(ComisiónTeológicaInternacional,2000

Washington Mena Silva, G3

FIÓDOR DOSTOYEVSKI

El 11 de Noviembre de 1821, en Moscú, Imperio Ruso, nacía el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos, ese día llegaba al mundo el escritor Fiódor Dostoyevski. Nacido con el nombre de Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, la prematura muerte de su madre lo hizo crecer junto a su padre, un médico autoritario, alcohólico y violento.

Para alejarlo de ese ambiente enfermizo, Fiódor y su hermano Mijaíl fueron enviados a la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo. Allí descubrió a los grandes maestros de la literatura, en especial Victor Hugo.

Fiódor varias veces le deseo a su padre la muerte, cuando este fue asesinado por sus sirvientes, sintió una profunda culpa que derivó en epilepsia.

Influido por el poeta pre romántico alemán Friedrich Schiller, escribió dos obras teatrales "María Estuardo" y "Borís Godunov", actualmente desaparecidas. A pesar de ser Ingeniero y Subteniente, se hacía lugar para tareas literarias como traducir obras de Balzac. Su primera novela del estilo epistolar "Pobres gentes" fue muy bien recibida dándole un impulso a su carrera. A los 27 años fue encarcelado por formar parte del grupo literario "Círculo Petrashevski" acusado de intentar derrocar al Zar "Nicolás I". Fue condenado a muerte y llegó a estar frente al pelotón de fusilamiento, pero fue perdonado a cambio de trabajos forzados en Siberia. Conmutó su pena por servicios en el ejército y recuperó los permisos para publicar. Sus trabajos "Humillados y ofendidos", "Noches blancas" y "Recuerdos de la casa de los muertos" le devolvieron el prestigio perdido. La aparición de "Crimen y castigo" le trajo el reconocimiento unánime pero nunca pudo solucionar sus problemas económicos provocados por contratos editoriales usurarios. Sus siguientes obras, "El idiota", "El eterno marido", "Los endemoniados" y "Los hermanos Karamázov" lo situaron como el escritor más preocupado por el futuro de la humanidad.

Dostoyevski murió en su casa de San Petersburgo, el 9 de febrero de 1881, de una hemorragia pulmonar durante un ataque epiléptico. Fue enterrado en el Cementerio Tijvin, dentro del Monasterio de Alejandro Nevski, en San Petersburgo.

Washington Mena Silva, G3

La Igualdad

Libertad, Igualdad, Fraternidad (Segunda Parte)

“Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son.”

Abraham Lincoln El concepto de igualdad encuentra justificación fundamentalmente en el área de lo social. Es allí donde tiene la significación que no se halla en el terreno de lo natural. Y es por ello que exhibe una relación estrecha y casi exclusiva con el ser humano. La naturaleza nos ha hecho distintos, no hay dos seres humanos exactamente iguales; tal es así que los científicos afirman que ni siquiera los mellizos univitelinos serían iguales.

Ser parte de una misma base, porque la vida tiene un mismo punto de inicio; aunque es posible también, que haya aparecido simultáneamente en distintos puntos del planeta. Las teorías siguen manteniendo discrepancias sobre tales precisiones, sin embargo, en lo que parecen coincidir los datos con que cuenta la ciencia y los análisis de los especialistas, es que la base fue la misma. Después se empezaron a producir las diferenciaciones derivadas de la influencia de la naturaleza; y es así como comienza la historia fascinante del ser humano.

Por tanto, el origen de la vida es uno solo, y los conocimientos con que cuenta la ciencia hasta ahora así lo confirman. El origen puede ser el mismo, pero hasta ahí llega la igualdad; luego los caminos se bifurcan. La evolución es permanente y su avance sostenido.

Pero volviendo a la igualdad, su base sustantiva está en lo social, e intentando una definición, se puede afirmar que: es la posibilidad de que cada ser humano acceda, en las mismas condiciones, a los bienes materiales y culturales que una sociedad haya logrado en determinado tiempo y lugar. Esta es la noción matriz desde donde arrancan los temas centrales que preocupan, han preocupado y, con seguridad, seguirán preocupando al hombre.

Es la economía y sus consecuencias en educación, y en salud. Son las necesidades básicas como la alimentación y el techo; en fin, es la necesidad de tantos elementos indispensables para la vida humana y que tienen que ver con este valor social que es la igualdad.

Es posible que la aspiración del hombre sea vivir en las condiciones más igualitarias que la ciencia le pueda proveer. Acariciar tal meta va mucho más allá del deseo de conseguir éxito económico o alcanzar objetivos que se puedan medir en metálico. Hay aquí un rescate valórico que se acerca a un concepto que en los últimos tiempos aparece cada vez con menos frecuencia en los planteamientos sociales, es la felicidad. Esta idea de alcanzar un cierto estado de equilibrio, en que el ser humano tenga aspiraciones resueltas y capacidad para disfrutar su vida, está en la base misma de la igualdad, y que es un punto esencial para acercarse a la felicidad.

Es necesario señalar que el propio concepto de felicidad es una noción variable para el ser humano. Las metas de este varían a medida que se cumplen. Porque, como sostenía Ortega y Gasset: La vida es lo que todavía no es. Hoy tendríamos que agregar que la felicidad no solo es cambiante como las aspiraciones humanas, sino que se encuentra lejana; y su lejanía obedece a la desigualdad; a esa abismante desigualdad que impera en nuestras sociedades y se enseñorea con el planeta.

Ese es el problema, la desigualdad en la distribución de los bienes, del producto social, es lo que provoca iniquidades que hacen difícil hasta la supervivencia para muchos. No es la incapacidad del planeta para responder a nuestras necesidades. Es la incapacidad del ser humano de darse sistemas en los que la igualdad sea el norte que marque su rumbo.

Las recetas para superar tal estado de cosas han sido variadas y la humanidad las ha probado de manera profusa. Los resultados no se aprecian alentadores o por lo menos, satisfactorios. Sin embargo, hay cuestiones que están claras y que muestran caminos posibles, una de ellas es el valor que tiene la educación en este concepto de igualdad.

Y es aquí donde la Masonería, ha hecho y seguirá haciendo un persistente y constructivo trabajo, porque su compromiso con la educación no es algo coyuntural o instrumental. Está vinculado con la profunda convicción de que en ella se aloja la posibilidad de que el ser humano alcance la libertad, la igualdad y su espíritu fraterno.

La

Fraternidad

“Solo el egoísmo y el odio tienen patria. ¡La fraternidad no la tiene!”

La fraternidad es un concepto que, a diferencia de la libertad, que se relaciona más con lo intelectivo y la igualdad estrechamente vinculada con lo volitivo; tiene que ver con la parte emotiva del ser humano.

El concepto de fraternidad deriva de que tenemos un origen en común, y en esto coinciden la ciencia y las concepciones que atribuyen un origen divino del ser humano.

En consecuencia, el tener un origen común y también un destino común, debería generar en el hombre la comprensión de que nos debemos los unos a los otros. Y que la suerte que corramos como humanidad, también nos liga de manera irreversible.

Este es el sentimiento del que deriva la fraternidad, el sentimiento de hermandad. Porque estamos hermanados por la naturaleza, por la realidad que nos ha tocado vivir, y por esta extraordinaria experiencia que es la existencia aquí, en este planeta y en el universo que nos rodea, que nos acoge, que nos da sentido y nos intriga.

Este es el sentimiento del que deriva la fraternidad, el sentimiento de hermandad. Porque estamos hermanados por la naturaleza, por la realidad que nos ha tocado vivir, y por esta extraordinaria experiencia que es la existencia aquí, en este planeta y en el universo que nos rodea, que nos acoge, que nos da sentido y nos intriga.

La fraternidad es la conjunción máxima de la libertad y la igualdad.

Cualquier actitud o conducta a favor de estos dos valores no será verdadera y completa, si quien las enarbola no se siente hermano de los demás.

La fraternidad es la posibilidad mayor de lograr la libertad sin recurrir a un ente superior, que implica renunciar a la autonomía de pensamiento y de acción moral.

La fraternidad, como la igualdad y la libertad, está bajo amenaza. Los peligros que la acechan tienen distintos orígenes, algunos provienen de los modelos de convivencia que hoy se reproducen con tanta ligereza y masivamente. Un ejemplo es el individualismo exacerbado, que desprecia toda forma de colectivismo. Este lleva a hombres y mujeres a plantearse como entes separados que van tras su propia meta, la que debe alcanzarse a cualquier costo, aun pasando por sobre los derechos de los demás. Incidencia que carece de importancia ante la envergadura asignada al éxito personal. Tal individualismo niega profundamente el sentido de la fraternidad.

Por el contrario, el ser fraterno significa ser solidario con los demás. La fraternidad está muy unida a la idea de la filantropía, al amor a la Humanidad. Cuando se experimenta ese sentimiento, que no es fácil de alcanzar especialmente en las circunstancias actuales, estamos ante la concreción efectiva de la fraternidad. Porque ella significa la común unificación, el fundirse en el mar de los iguales. Significa rescatar los orígenes, llegando al final de lo que puede aspirar el hombre: reconocerse a sí mismo en el otro.

Como conclusión a esta revisión conceptual que hemos realizado sobre estos tres principios valóricos, Libertad, Igualdad y Fraternidad, debemos aclarar que tiene el solo propósito de que, como iniciados, podamos comprender e internalizar de mejor manera, por qué la masonería considera a esta triada, como valores intrínsecos que deben guiar la vida de sus miembros en la búsqueda de un mundo mejor. Estos principios no son solo ideales, sino que se traducen en acciones concretas para promover la justicia social, el desarrollo individual y la construcción de una sociedad más armoniosa y fraterna.

SIMBOLISMO DE LAS PIEDRAS

Hay una edad de piedra en los comienzos de la prehistoria, época específicamente llamada paleolítico, cuyo periodo va desde la aparición del hombre hasta el año 1200 A. de C. en que empieza el mesolítico.

Desde aquellos tiempos, de la historia primigenia, se dio comienzo al trabajo de la piedra por el hombre: apareciendo los instrumentos de piedra, la piedra tallada y como final, la industria de la piedra.

Como tradición y expresada en su simbolismo, la piedra ocupa un lugar trascendente.

Existe entre el alma y la piedra una estrecha relación. De acuerdo a la leyenda de Prometeo procreador del género humano, hay piedras que conservan el olor humano. La piedra y el hombre presentan dos movimientos; uno de subida y otro de bajada.

El hombre nace de Dios y retorna a Dios.

La piedra bruta desciende del cielo; trasmudada, se eleva hacia él.

A medida que se suceden los cambios o las vicisitudes en la vida del hombre, la piedra, compañera inseparable de los inicios, va dimensionando su importancia.

Hombre y piedra hacen historia y sus figuras estilizadas marchan paralelas. Se extraen de la naturaleza las piedras preciosas, se erigen trabajosamente dólmenes, megalitos, obeliscos, columnas y pilares, dejando así la piedra su testimonio y mensaje.

Los jeroglíficos burilados por los egipcios, por los mayas, por los aztecas, las pirámides, la esfinge y nuestros Moais; dan muestras de las piedras y clases de piedras que han viajado por la historia.

Las piedras preciosas son símbolo de una transmutación de lo opaco en traslucido y, en sentido espiritual, de las tinieblas en luz, de la imperfección en perfección.

Según la tradición bíblica, en razón de su carácter inmutable, la piedra simboliza la sabiduría.

A menudo la piedra está asociada al agua. Así Moisés, a la entrada y salida del desierto, hace surgir una fuente golpeando una piedra.

En Grecia, tras el diluvio, los hombres nacieron de las piedras sembradas por Deucalion (hijo de Prometeo que salvo, gracias a Zeus del diluvio)

El hombre que nace de la piedra se halla también en las tradiciones semitas, y ciertas leyendas cristianas dicen incluso que Cristo nace de ella.

En la simbología de la alquimia está el lapis, o piedra filosofal, donde el agua de la vida y la piedra son una misma cosa. Siendo una gran paradoja que el líquido (agua informe de la vida) y la piedra (la cosa más sólida y muerta) sean una y la misma cosa.

El símbolo une las polaridades; eso se refiere a aquellos dos aspectos de la realización de la Totalidad del hombre; mas allá de los altibajos de la vida, nace algo firme y, al mismo tiempo, nace algo muy vivo que participa en el fluir de la vida, sin las inhibiciones ni las restricciones de la conciencia.

La “Piedra Bruta”; es el símbolo central de la Masonería, representa al hombre con todas sus posibilidades internas (psíquicas) de transformación

Dentro de la Gran Obra, “Lapis” es la “Piedra Filosofal” que simboliza la transmutación de la naturaleza animal e inferior del hombre en naturaleza divina y más elevada.

Es así que nuestra piedra bruta, es símbolo vivo y, que nos sugiere meditar y reflexionar en la esperanza de alcanzar La gran Obra.

Julio Contreras Garrido, G3

Acerca de la sociedad humana, su ruido su tumulto y su desorden.

“En otro tiempo cuando el hombre tuvo ocasión de abandonarse al recogimiento, se perdió en el sueño; en nuestros días, cae en un exceso contrario; la lucha por la vida lo absorbe, hasta el punto que no le queda tiempo para meditar con calma y cultivar el Arte Supremo del Pensar.”

El origen del ser humano.

Compartimos el origen animal con el resto de los seres biológicos del planeta. Nuestro origen y evolución nos equipara con ellos. Nuestro origen junto con los demás se basa en la lucha por la sobrevivencia y en la selección natural.

Lo que nos aparta, lo que nos distingue es nuestra originalísima evolución cultural, espiritual e intelectual. Esta excepcionalidad nos hace iguales pero distintos al resto del bioma.

El mundo

El destino del hombre

Esta naturaleza racional y espiritual nos permite el acto de la reflexión. Nos compele al hecho inédito de pensarnos a nosotros mismos y pensar el mundo que habitamos. Sin embargo, este destino, esta vocación a la que estamos llamados, requiere alejarnos del habitual tráfago del mundo. Se requiere calma y disciplina del pensamiento, para reflexionar y reflexionar bien. “Es por sus facultades intelectuales que el hombre se distingue del bruto. El pensamiento lo vuelve libre, y le da el imperio del mundo. Pensar es reinar”.

El mundanal tráfago, que es propio de la actividad de la sobrevivencia, produce desorden y ruido. Un tumultuoso existir en los avatares de los quehaceres diarios. La mente se entumece y auto limita con el ejercicio de las rutinas del día a día. Son distractores del noble arte del pensar. Esto impone condiciones que afectan sensorialmente al hombre reflexivo.

Ciertamente la gran mayoría de los hombres subsisten sin utilizar su capacidad de pensarse y pensar el cosmos, y esto plantea una poderosa contradicción entre el destino de la mente humana y la involución propia del vegetar. “No pensar, es consentir en ser dominado, conducido, dirigido y tratado comúnmente como una bestia de carga.”

Libro del A:.

Ruido, tumulto y desorden

Las rutinas, las envidias, la competencia por la riqueza, las guerras, la delincuencia, los escapismos fáciles, los vicios, el tiempo de ocio mal utilizado, y un sin fin de problemáticas humanas, son alteraciones indeseadas del ambiente social, que surgen en el contexto de la convivencia de la humanidad con su animalidad.

Misión del hombre nuevo

El amanecer del hombre nuevo

La vocación de pensar impone un hombre nuevo, un hombre que poniéndose por encima, o aparte, de los distractores que la sociedad le pone en su camino, adquiera la capacidad de alimentar su proceso reflexivo con la información provista por el caudal de experiencias que vive en el mundo y generar ideas y sistemas de pensamiento originales y útiles para “hacer de vosotros hombres escogidos, sabios o pensadores, elevándoos por sobrelamasadelosseresqueennadapiensan.”

En el contexto de la vorágine del mundo, el hombre nuevo debe aprender de los otros, de la historia y sus devenires, de sus hermanos más iluminados del presente y del pasado, debe adquirir los métodos y la disciplina para practicar el arte que distingue al hombre del animal, y una vez que sea capaz de generar esa energía que son los pensamientos, padres de las ideas, llevarlas a la realidad y ofrecerlas a la sociedad como un tributo a la esencialidad de la convivencia social armónica.

Título:

EL PRINCIPIO DE

INDIVIDUACION.- HACIA EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA HUMANA.

Autor: MURRAY STEIN: Psicoterapeuta, estudio en la Universidad de Yale y, en la Universidad de Chicago, Instituto C.G .Jung de Zúrich: Fue presidente la Asociación Internacional de Psicología Analítica.

La idea central que se analiza en este libro es el principio de individuación (proceso de crecimiento) y su tarea de tomar consciencia y de desarrollarla.

La expresión “principio de Individuacion” tiene una larga y complicada historia en la filosofía (desde la edad media hasta Leibniz, Locke y Schopenhauer) .

Como concepto psicológico; es un instrumento con dos funciones principales: en primer lugar, ofrece una vía para comprender e interpretar los cambios que se producen en la psique individual y colectiva, y en segundo lugar, propone un método para, potencialmente, ampliar y desarrollar la conciencia humana.

Reseña del libro "El Principio de Individuación: Hacia el Desarrollo de la Conciencia Humana"

“El principio de individuación sugiere nuevos enfoques , tanto desde el punto de vista personal como social- para obtener mayor grado de libertad de los impulsos que nos llevan una y otra vez a repetir los modelos disfuncionales y que nos condicionan: En este texto conciso y actual sobre el proceso de formación del individuo, el autor presenta dos movimientos básicos y examina el rol central de la experiencia numénica, la importancia de la iniciación y el espacio psíquico requerido para su desarrollo. A partir de los escritos de CG Jung, algunos mitos y cuentos y su experiencia clínica, Stein ofrece una descripción de este proceso vital, útil para el personal médico y el público en general: Como movimiento para el desarrollo de la conciencia humana en individuos y en tradiciones culturales e interculturales, entender este principio es muy relevante para estudiantes y trabajadoresdemuchasdisciplinas.”

Agradecemos la colaboración de nuestros QQ:. HH:.

Gonzalo Herrera Aguilera

Juan Carlos Gutierrez Troncoso

Washington Mena Silva

Miguel Segura Vera

Julio Contreras Garrido

Héctor Cerda Vergara

Luis Fernández León

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.