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[20.05.06]
elpoemaseminal
salvador elizondo y la poesía
http://www.teologica.org/elpoemaseminal
atisbos SALVADOR ELIZONDO (1932-2006)
A
mpliamente reconocido como narrador y ensayista (Farabeuf, su obra más famosa, cumplió 40 años en 2005), Salvador Elizondo tuvo un trato escaso, pero privilegiado, con la poesía. En 1959 publicó, en una edición de autor, Poemas, donde recogió un poema extenso (“Réquiem de junio”) y otros 17 poemas. El título del primero es una referencia directa a Carlos Pellicer (cuyo ejemplar dedicado puede leerse en la biblioteca de El Colegio de México). De este libro incluimos aquí algunas muestras. En 1974 apareció Museo poético, una antología didáctica de la poesía mexicana moderna para uso de los estudiantes extranjeros de la Escuela de Cursos temporales de la UNAM. Se trata de una de las miradas más penetrantes que ha recibido jamás la poesía mexicana, pues el libro abarca desde la época colonial (Gutierre de Cetina y Sor Juana Inés de la Cruz, entre otros) hasta poetas como José Emilio Pacheco, Ulalume González de León e Isabel Fraire, con quienes cierra el volumen. Además, un apéndice documental lo constituyen algunos poemas de Poe, Baudelaire, Mallarmé, Verlaine y Rimbaud, junto a José Asunción Silva, Darío y Huidobro. En suma, todo un paseo por la poesía. Afortunadamente, esta antología fue reeditada recientemente por Aldus y ha aparecido también en la colección Libros del Rincón de la Secretaría de Educación Pública. Estas palabras de la introducción, son sumamente llamativas: “La periódica e intermitente notoriedad que algunos poetas obtienen a través de las antologías no significa, sin embargo, que la historia de la poesía dé cuenta de una evolución. No puede progresar aquello que ignora el fin hacia el que se dirige históricamente. No hay adelanto o retroceso en la historia de la técnica poética; hay solamente nacimiento y muerte como referencias bien definidas del transcurso de algo indefinible: la poesía, que es siempre la misma desde los tiempos de Homero hasta los de Ezra Pound y sólo podría confundirnos aquello que haciéndose pasar por poesía nos propone disyuntivas de juicio y de apreciación que no caen bajo la única categoría general bajo la que, muchas veces por intuición o simplemente por gusto, ponemos eso que indiscutiblemente sabemos que es la poesía, aunque no podamos explicarlo.