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[15.10.06]
elpoemaseminal
césar moro, traductor de pierre reverdy (I)
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ara Max Jacob, aún más que Apollinaire con todo y sus fanfarrias bélicas y experimentos caligráficos, es Pierre Reverdy el poeta de la 1a. Gran guerra”, y dice eso a sabiendas que las épocas de guerra son grandes épocas para el arte. Para comprender la relevancia de Reverdy tenemos que pensar en el estado en que se encontraba la poesía antes de la guerra, sobre todo con el defaut del parnasianismo. Entre los descendientes de Laforgue para quienes el pensamiento era el elemento a buscar y los descendientes de Rimbaud que creían en la exaltación lírica, la poesía de Reverdy diversifica los caminos de la nueva sensibilidad: la poesía es arte de creación y no de reproducción o de interpretación. Es Reverdy -y no Huidobro, quien funda su creacionismo a partir de aquella idea axial- el primero que dijo que la poesía “debe huir de la imitación fiel y “con el conocimiento de todos los sentimientos, como elementos, crear una emoción nueva y puramente poética”. En 1917 Pierre Reverdy funda Nord-Sud, emblemática entre las revistas de vanguardia. De modesta presentación, el primer número apenas tiene 6 páginas, el nombre del director no aparece en ninguna parte y solamente se señala que la correspondencia debía dirigirse a “rue Cortot 18” (la dirección de Reverdy). Las proclamas de Nord-Sud eran firmadas por Reverdy y por Dermee (este último escribió el manifiesto literario que apareció en el primer número bajo el título de “Quand le symbolisme fut mort”). La revista reuniría a los pintores cubistas como Pablo Picasso o Juan Gris con los poetas modernos como Max Jacob y Paul Dermee. Iba a reunir también a dos de los grandes poetas modernos: Apollinaire -con su lado luminoso, lúdico, capaz de hacer de lo cotidiano un acontecimiento poético- y Reverdy -oscuro, sumergido en las vivas aguas vitales: “Yo soy oscuro como el sentimiento”. En poesía moderna Reverdy se aleja del simbolismo e inventa el poema plástico. Lo dice Jacob: “él pone aquí un azul, un rojo, allá un ritmo, y una especie de verso, más allá un verso completo (!oh no, un verso clásico, casi tiene el mismo horror!)” y hace un poema como si pintara un cuadro. No es que la enseñanza de Mallarmé no tuviera influencia sobre él, al contrario, como el autor de A coup a des él empleaba las palabras indispensables, no desdeñaba el sistema de blancos y el silencio en torno, pero el poema ya no era un developpement sino una síntesis. Tal poema sólo podía resolverse mediante una especie de collage poético: la imagen y su rotación, la voz y su polifonía, el orden y su fragmentación. En el centro de la poesía de Reverdy está la imagen poética que él ayudó a dilucidar para la poesía moderna: “La imagen es una creación pura del espíritu. Ella no puede nacer de una comparación sino de una aproximación de dos realidades más o menos lejanas”. Tal