CJR - Número 26

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. Y OPINO ‘En vacaciones’ – Pablo Manrique, 1º de Bachillerato D Estoy deseando que llegue mañana.

y desde ese momento no había podido

siguiente, me confesó que se había

¿Llegarás a tiempo? 22:21

hacer nada con tranquilidad. Allá por

metido en problemas y que por eso

donde iba, sentía que había alguien

tenía la sensación de que alguien lo

mirándolo, espiándolo. Por ese motivo

perseguía. Después de comer, hizo

llegó tarde al tren: iba tan despacio

unas llamadas y me dijo que ya había

comprobando que nadie lo seguía que

solucionado todo. No me lo creí y fue la

Volví a mirar sus últimos mensajes.

no se había dado cuenta de la hora que

primera vez en la que de verdad me di

Desde entonces Juan no había vuelto a

era y, a falta de diez minutos, estaba

cuenta de que nos espiaban.

conectarse. «Me da a mí que no va a

todavía muy lejos. Me pasé todo el viaje

llegar», pensé para mis adentros.

intentando tranquilizarlo, pero no

Estaba ya en el tren, sentada y con el

conseguí nada.

Sí, lo prometo. 22:21 Vale. 22:22 Hasta mañana. 22:22

móvil en la mano. Eran las seis y veinte de la tarde y nuestro tren salía en diez minutos. Dentro del vagón, el calor no cedía. Deseaba irme cuanto antes a la playa.

Cuando

el

tren

estaba

arrancando, vi a Juan saltando al interior. Sudaba y parecía pálido.

Al día siguiente, cuando estábamos caminando por el paseo marítimo, Juan se chocó con un señor alto. Me

él

pareció ver que le había entregado un

continuaba intranquilo. No sabía quién

sobre. Él no me dijo nada, pero yo lo

ni por qué, pero sentía que alguien nos

había visto claramente. Le insistí

vigilaba. Llegamos al hotel y, después

mucho,

de

nuestras

Pensando esa misma noche, lo entendí

habitaciones a descansar. Eran las 12 de

todo. Mi amigo de la infancia, aquel con

Cuando

llegamos

cenar,

a

subimos

Valencia,

a

pero

seguía

negándolo.

la noche cuando escuché unos ruidos

el que tantas cosas había compartido,

—¿Estás bien? —pregunté.

que provenían de alguna de las

era el espía que me estaba controlando.

—Sí, sí. No te preocupes —me contestó,

habitaciones.

después,

No tuve más elección que esa misma

pero sin mucha seguridad.

alguien llamó a mi puerta. Miré para

noche ir a su habitación y ahogarle con

Cuando lo miraba, parecía preocupado

saber

Juan.

la almohada de la cama. No podía

y cuando le pregunté que por qué había

Rápidamente abrí la puerta y se

arriesgarme a que descubriese lo que

llegado tan apretado de tiempo, no

desplomó

tenía entre manos.

reaccionó en unos minutos. Después

conocimiento en el hospital. Fue un

me contó que durante la madrugada

ataque de pánico, por lo que, tras unas

había empezado a sentirse perseguido

pruebas, le dieron el alta. A la mañana

quién al

Segundos era

y

suelo.

vi

a

Recuperó

el

Cogí el último tren y huí.

La respuesta de Mateo El narrador puede saber más o menos

Hernández como el de Pablo Manrique,

de su relación con Juan, un amigo de la

que sus personajes, pero también lo

tienen una calidad extraordinaria, no

infancia, quien está siendo acechado

mismo que ellos. La voz ficticia de un

solo

reglas

por un desconocido. Al final, el relato

relato ejerce sobre los lectores una

impuestas en la convocatoria, sino que

da un giro inesperado cuando el

atracción singular, de tal forma que los

el lector se siente intrigado por lo que

perseguido

hace partícipes del juego de la ficción.

pueda pasar. En el primero de ellos, el

perseguidor de la voz narradora que

Un testigo observa y espía a los

testigo de Sergio nos cuenta la historia

tiene

personajes, ojea el espacio y advierte

de un antiguo amor, cuando la amada

inesperada. Es asombroso cómo una

de peligros, vigila que todo marche por

de aquellos días regresa a través de

pauta creativa puede dar tanto juego y

el camino deseado y divisa el final,

unos mensajes de texto en el teléfono

hacer que dos escritores, usando los

otea, poco a poco, la tragedia y

móvil. La intriga ya está servida

mismos

contempla el estado de ánimo de unos

(«¿Sabes quién soy?») y el lector se

conclusiones diversas.

seres de ficción que a veces son sus

introduce en el clima típico de una

propios compañeros en el juego.

conspiración amorosa. En el segundo,

Ambos relatos, tanto el de Rubén

el personaje, una muchacha, nos habla

porque

cumplen

las

que

es,

en

tomar

materiales,

realidad, una

el

decisión

lleguen

a

Enhorabuena a los dos.

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