Semanal02042017

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Jornada Semanal • Número 1152 • 2 de abril de 2017

........ ARTE Y PENSAMIENTO

Germaine Gómez Haro

Alonso Arreola

germainegh@casalamm.com.mx

H

ACE UNAS SEMANAS VIAJAMOS a La Habana un grupo de colegas invitados por la Fábrica de Arte Cubano (fac) a presentar la película documental El informe Toledo sobre el artista oaxaqueño Francisco Toledo, dirigida por Albino Álvarez, y el libro Sabor cubano, de Patricia Belatti, ambos proyectos auspiciados por la Casa Lamm. Paralelo a estas actividades, la directora académica de esta institución, la doctora Claudia Gómez Haro, otorgó el título de doctor Honoris causa de esta casa de estudios al historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, por su invaluable trabajo de rescate y reconstrucción del patrimonio arquitectónico habanero que con un esfuerzo descomunal ha venido haciendo desde hace más de tres décadas. Hoy en día La Habana es una ciudad en plena ebullición y, junto a la belleza de su centro histórico que se sigue renovando día a día, la oferta cultural no cesa de deparar sorpresas por el nivel de sofisticación que ha alcanzado. Tuve la fortuna de visitar dos extraordinarias exposiciones de Anish Kapoor (Bombay, India, 1954) y Michelangelo Pistoletto (Biella, Italia, 1933), considerados entre los artistas contemporáneos más importantes del circuito internacional. Esto se debe a la gestión de un grupo de entusiastas promotores italianos que han creado proyectos culturales bajo el sello galleria continua en San Gimignano en la Toscana italiana, Les Moulins en la campiña fran- 1 cesa y en Beijing. En La Habana son pioneros en gestionar el primer espacio independiente que promueve a seis artistas cubanos y otros de renombre internacional en su espacio llamado arte continua, inaugurado en noviembre de 2015. Su directora, Luisa Asenda, nos explica en entrevista para La Jornada que la afortunada alianza de esta galería italiana con el Consejo Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura Cubano se pudo llevar a cabo dado que su presencia en este país no tiene un fin lucrativo y todas las actividades que con gran éxito han organizado son estrictamente culturales, no comerciales. Es así como surge en la Isla el primer espacio cultural dirigido por extranjeros con un impresionante calendario de eventos que bien podrían formar parte de los mejores museos del mundo. El gobierno cubano cedió un espacio sui generis para la sede de arte continua: se trata del antiguo cine El Águila de Oro, ubicado en el Barrio Chino y abandonado hace varias décadas, ahora remozado por el grupo italiano para presentar sus exposiciones y actividades comunitarias, entre las que se organizan talleres para niños y charlas con los artistas en los que participa gratuitamente el público. En ese fascinante y evocador recinto de diseño art déco se presentan cinco obras de Anish Kapoor, algunas de ellas piezas históricas y otras nuevas, así como trabajos realizados in situ como Descenso al Limbo La Habana y Mientras estoy gestando. El primero es un orificio cavado varios metros de profundidad en el piso de la galería, el cual a simple vista parecería un círculo negro pintado sobre la superficie, pero en realidad está cubierto de pigmento azul y el visitante no puede distinguir su fondo. Mientras estoy gestando está realizada en fibra de vidrio sobre un muro de grandes dimensiones; es una especie de trompe l´oeil cuya ima2 gen se modifica según se ve de frente o de costado. Ambas piezas alteran en el espectador la percepción del espacio y exploran la relación entre lo pleno y lo vacío, preocupaciones intrínsecas en el discurso estético-filosófico del artista. En el Museo Nacional de Bellas Artes se presentó la muestra individual más extensa y ambiciosa que se haya realizado sobre Pistoletto. Se le dedicó toda la planta baja del recinto para exhibir trabajos emblemáticos y su nueva serie de cuadros-espejos producidos ex profeso en La Habana. Son dieciocho escenas de la vida cotidiana habanera a partir de fotografías ampliadas a tamaño natural e impresas sobre fondos de espejo. Por primera vez se presenta a un artista contemporáneo en las salas de arte antiguo donde las piezas del italiano dialogan con las pinturas de viejos maestros alemanes y flamencos, Sorollas, y objetos de arte de la Antigüedad griega. Los eventos que galleria continua ha llevado a cabo en La Habana a escasos meses del lanzamiento de su proyecto arte continua colocan a la Isla bajo los reflectores del arte contemporáneo internacional más exquisito. Es de celebrar que se den estas alianzas entre el gobierno cubano y promotores extranjeros que aporten proyectos de esta calidad al gran público habanero que sabe apreciar la cultura y participa activamente en ella • 3

ARTES VISUALES

Nuevos vientos soplan en La Habana

@LabAlonso

1. Descenso al Limbo La Habana, Anish Kapoor 2. Mientras estoy gestando, Anish Kapoor 3. Bellas Artes Lienzos Signos Arte,Michelangelo Pistoletto

La música del miedo… Secret Survivors México

L

A MÚSICA DEL MIEDO no se integra con la estridencia de violines al filo de bañeras donde yacen rubias distraídas. Tampoco se teje con alientos que vuelan chocando sus novenas mientras zombis y vampiros ocupan la ciudad sitiada. La música del miedo no profesa repeticiones en tesituras bajas augurando tiburones, ni muestra melancólicos fraseos en “galaxias muy lejanas”. La música del miedo aprovecha escalas cuyos intervalos se extienden según el calibre del disparo. Esa música se desnuda en el continuo tableteo de la metralla, en el espasmódico salto de un cuchillo pervertido por dedos que no saben de guitarras. La música del miedo es la que aguarda en los silencios largos, agazapada en una fermata de desprecios. Así es como suena en todos lados. En México, en Siria, en las calles de Europa, en el muro donde cantan el odio... Son muchas las tierras con sus prolíficos compositores. La música del miedo lleva un orfeón de sobrevivientes cuya infancia fue guarida del abuso. En sus voces solfea la muerte de quienes no pudieron superar ataques familiares, la esperanza de que sean menos los dolientes del futuro. La música del miedo es un virus que socava partituras iniciadas con arrullos y terminadas en un grito. Es alambre de púas que contiene a los que huyen. Es el silbido de una bestia metálica que cruza al mediodía con hombres y mujeres en la espalda, aplastados por un sol que bate mil tambores. En ella las ligaduras atan y los puntillos matan. En ella es fácil aprovecharse de los débiles de cuerpo. En ella se regodean incontables productores. La música del miedo es conducida por una batuta giratoria, cíclica, dormida en relojes y tribunales indolentes. Es la que surca injusticias consiguiendo milpas podridas. En sus cadencias bailan las imágenes de noticieros y entretenimientos fatuos. Con ocho de sus redobles perdió la vida Miroslava Breach hace una semana, delante de su hijo y en la puerta de su casa, como tantas periodistas, como tantos hombres que debían permanecer de este lado del sonido por muchos más compases. Bemoles y sostenidos, ellos son los accidentes en el pentagrama que trazamos y que transforman en réquiem hasta la más dulce canción de cuna. Entonces, ¿hay maneras de acallar a la música del miedo? ¿Hay acciones que enfrenten su mantra rojo? ¿Dónde están sus intérpretes? Cualquier acto de bondad la debilita. Es cierto. Hoy podemos contarle, verbigracia, de Secret Survivors México, iniciativa escénica (dramática, musical, fílmica, psicológica) en la que un puñado de almas rotas renace con el valor de la palabra y la compañía. Un proyecto al que deseamos vincularnos y en el que las víctimas, sentadas en un escenario, acaban con el estruendoso silencio que las atemoriza. Nos referimos a una obra que busca financiamiento co-

lectivo para repetir lo que ya logró en Nueva York. Un montaje que con su apoyo, lectora, lector, podría presentarse en distintas partes de México para fortalecer la lucha en ese laberinto de miedo que nos pone, según la ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), en el primer lugar de abuso sexual, violencia física y homicidios de menores de catorce años. Coproducida por La Casa Mandarina ac y Las Reina Chulas con la venia de sus creadores –la compañía neoyorquina Ping Chong+Company, premiada por Barack Obama en 2014–, Secret Survivors México es un plan de resurrección, individual primero y luego colectivo, liderado por Mora Fernández, mexicana con una sólida trayectoria en el empoderamiento y liderazgo femeninos. Pensando en ella y en quienes comparten su dolor para transformar al mundo, nos viene al magín el gran autor brasileño Lenine con su extraordinaria “Miedo”, cantada a dueto primero con Pedro Guerra y luego con Julieta Venegas. Una canción cuya belleza paraliza si renunciamos a su ambigüedad y que citamos porque vale mucho el día de hoy: “Tienen miedo del amor y de no saber amar. Tienen miedo de la sombra y miedo de la luz. Tienen miedo de pedir y miedo de callar... Miedo que da miedo del miedo que da. Tienen miedo de subir y miedo de bajar. Tienen miedo de la noche y miedo del azul. Tienen miedo de escupir y miedo de aguantar… El miedo es una sombra que el temor no esquiva. El miedo es una trampa que atrapó al amor. El miedo es la palanca que apagó la vida. El miedo es una grieta que agrandó el dolor. Tienen miedo de reír y miedo de llorar. Tienen miedo de encontrarse y miedo de no ser. Tienen miedo de decir y miedo de escuchar… El miedo es una raya que separa el mundo. El miedo es una casa donde nadie va. El miedo es como un lazo que se aprieta en nudo. El miedo es una fuerza que me impide andar.” Escúchela y conmuévase. Busque a La Casa Mandarina y Secret Survivors México. Ayúdelos en su próximo fondeo con www.generosity.com (ligada a Indiegogo). Cante con el movimiento y no con el miedo. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos •

BEMOL SOSTENIDO

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