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SÁBADO 28 DE ENERO DE 2012
GUSTAVO CASTILLO GARCÍA
Miguel Nazar Haro, El Tigre, titular de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) de 1978 a 1982, considerado por grupos defensores de derechos humanos como represor de opositores políticos desde la década de los 60, y quien tras un juicio de casi dos años fue declarado inocente de los delitos de desaparición forzada de al menos ocho personas, entre ellos Jesús Piedra Ibarra, falleció el jueves por la noche. Durante el gobierno de José López Portillo, para las autoridades era el mejor policía de México. Encabezaba además una corporación temible, la llamada Brigada Blanca, grupo paramilitar a cuyos integrantes se imputaron desapariciones forzadas de miembros de grupos guerrilleros, sin que alguno fuera condenado por jueces. Además de Nazar, estaban entre ellos los generales Arturo Acosta Chaparro Escapite y Francisco Quiroz Hemosillo. Nazar Haro nació en septiembre de 1924, en Tuxpan, Veracruz, e inició su carrera de policía en 1940, tras fracasar como estudiante de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México y comerciante de juguetes en el Centro Histórico de la capital mexicana. Su primer empleo fue en el desaparecido Servicio Secreto, donde se relacionó con agentes como Salomón Tanús y Francisco Sahagún Baca, a quienes se imputó el asesinato de narcotraficantes colombianos, cuyos cuerpos fueron localizados en aguas del río Tula, el 14 de enero de 1981. Estos últimos también formaron parte de la Brigada Blanca. En 1952 se le señaló como el agresor del candidato a la Presidencia Miguel Henríquez Guzmán, supuestamente por órdenes del abanderado oficialista, Adolfo Ruiz Cortines. La versión que Nazar dio es que viajó a Estados Unidos a trabajar de mojado, y en ese país abrió una escuela de baile en la que daba clases de tango, pero tuvo que regresar a territorio mexicano debido a que una de sus alumnas cayó al piso tras zafarse su pierna postiza. En esa década recibió adiestra-
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ARTÍFICE DE LA GUERRA SUCIA
Acusado de crímenes contra opositores, Nazar murió impune ■
Se documentó que fue informante de la CIA y responsable de robo de autos
miento antiguerrillas en la Escuela Internacional de Policía. En 1960 ingresó a la DFS, en la que logró un rápido ascenso “por la facilidad para interrogar”, y alcanzó notoriedad en mayo de 1973 por ayudar a resolver el secuestro de un avión venezolano que fue traído a México. Logró que la nave fuera llevada a Cuba, tras hacer creer a los secuestradores que era Arturo Gámiz, uno de los guerrilleros abatidos durante el
asalto al cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, y que se había pasado del lado del gobierno. Uno de los casos que lo catapultaron en el sexenio que comenzó en 1970 fue el rescate de José Guadalupe Zuno, suegro del entonces presidente, Luis Echeverría Álvarez, el cual había sido plagiado en agosto de 1974 por un grupo armado en Guadalajara, Jalisco. Para entonces, de acuerdo
Acabó parte del México de genocidas: Zambrano ACAPULCO, GRO., 27 DE ENERO. El nombre de Miguel Nazar Haro le trae recuerdos “absolutamente ingratos” a Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del PRD. “Él fue a interrogarme cuando fui detenido (en 1974, por formar parte de la Liga Comunista 23 de Septiembre), cuando me dieron un balazo en la boca queriéndome matar”. Al ser internado en calidad de detenido en un hospital de Culiacán, Sinaloa, “fue a interrogarme a la cama. Me hizo unas cuantas preguntas, que respondí con vagueda-
des, como estábamos acostumbrados a hacerlo ante la policía los que caíamos en aquel entonces, y simplemente su comentario fue: ‘Déjenlo, va a morir en las próximas horas’. Y, bueno, no se le cumplió su deseo siniestro y aquí estoy”. En entrevista, durante la plenaria de los diputados federales del PRD, Zambrano lamentó que el ex titular de la Dirección Federal de Seguridad muriera en libertad. Es absolutamente condenable, sostuvo, y es como “expresión de ese México de la impunidad”.
Aseguró que con el fallecimiento de Nazar Haro “termina una época de represión, de intolerancia, de desapariciones forzadas, de ese México oscuro de la guerra sucia contra los dirigentes sociales y los militantes de la guerrilla, que ya no debe regresar jamás a la vida cotidiana y contemporánea de nuestra patria”. Se va esa parte del México “que iba de la mano de las decisiones de genocidas como (Gustavo) Díaz Ordaz y Luis Echeverría”. ALMA E. MUÑOZ, ENVIADA
con investigaciones documentales, ya formaba parte de una red de informantes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), lo que posteriormente le permitió evitar en 1981 que autoridades de Estados Unidos, por conducto de una corte en San Diego, California, lo aprehendieran tras encontrar elementos que involucraban al policía en el robo de autos de lujo en el país vecino, que luego eran trasladados a México. Nazar Haro fue despedido al llegar a la Presidencia Miguel de la Madrid. Durante el gobierno del panista Vicente Fox se creó la llamada Fiscalía Especial para los Movimientos Políticos y Sociales del Pasado, la cual le fincó en febrero de 2004 una acusación por la desaparición forzada de Jesús Piedra Ibarra –hijo de la senadora Rosario Ibarra– e Ignacio Salas Obregón, este último considerado uno de los principales líderes de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Miguel Nazar fue encarcelado durante un mes en el penal de Topo Chico, en Monterrey, Nuevo León; luego obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria por tener más de 70 años de edad. Permaneció en esa condi-
El primer empleo policiaco de Miguel Nazar Haro fue en el Servicio Secreto, donde se relacionó con otros personajes acusados de represión ■ Foto Fabrizio León Diez
ción jurídica hasta el 30 de septiembre de 2006, cuando fue absuelto de los cargos que se le imputaban, entre ellos la desaparición de seis integrantes de un grupo guerrillero que actuaba en Chihuahua. Ayer los restos de Nazar Haro fueron velados de manera privada en una funeraria que se localiza en la carretera MéxicoToluca. El féretro del ex funcionario estaba colocado delante de una pared de ladrillo de la cual manaba agua, y sobre una base que daba de frente a una especie de auditorio. Sobre el ataúd sus familiares colocaron dos insignias, una de las cuales le fue otorgada por la reina de Inglaterra en los años 70. En las exequias estuvieron presentes el senador priísta Manlio Fabio Beltrones, así como agentes de la extinta DFS, y se recibieron coronas fúnebres de, entre otros personajes, el ex gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán.