La Jornada, 02/07/2021

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LA JORNADA DE ENMEDIO Viernes 2 de julio de 2021

CULTURA

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Lamenta el gremio musical la muerte del compositor holandés Louis Andriessen El pianista, considerado un gigante de la música contemporánea, falleció a los 82 años DE LA REDACCIÓN

Louis Andriessen, aclamado compositor y pianista holandés, considerado un gigante de la música contemporánea, falleció a los 82 años en la ciudad de Weesp, en los Países Bajos. Aunque no se dieron detalles de las causas, su muerte fue confirmada por su casa editora Boosey & Hawkes. En diciembre de 2019 se dio a conocer que padecía demencia, aunque la música fue persistente en su memoria fragmentada y seguía improvisando en el piano. El músico estadunidense Steve Reich escribió ayer: “Fue el gran compositor neerlandés de nuestro tiempo. Fue un gusto conocerlo cuando ambos éramos jóvenes. Desde sus maravillosos De Staat y Hoketus mostró su amor por Stravinski y el jazz, hasta su profundamente reflexivo Writing to Vermeer, nos deja gran número de piezas provocativas e inteligentemente conmovedoras”. La noticia originó el sentimien-

to de tristeza que se expandió en Internet, tanto por colegas, como John Adams y la mexicana Gabriela Ortiz, como por melómanos que recomendaron videos con diversas interpretaciones, entre las que se multiplicaron Unión de trabajadores (1975), Hoketus (1975-1976) y De Tijd (1979-1981), por ejemplo. En marzo pasado se publicó el álbum The Only One, con “una de las obras finales de este compositor brillantemente influyente”, creada en 2018. La Filarmónica de Los Ángeles, bajo la dirección de Esa-Pekka Salonen y la soprano Nora Fischer culminaron la grabación del ciclo de canciones orquestales, en el remanente de la pena que causó la noticia de la demencia de Andriessen. “No hay sensación de poderes menguantes ni pérdida de espíritu iconoclasta en sus 20 minutos desconcertantemente surrealistas”, escribió en su reseña la BBC. Estrechó lazos con grandes autores, como el lenguaje de Reich, y se percibe la influencia de Ígor Stravinski en sus composiciones; fluyó

el gusto por las big bands del jazz y el serialismo del siglo XX. Tiempo, materia y velocidad, palabras que compartieron nombre entre sus obras, también lo podrían definir. En la década de 1970 fue uno de los fundadores de la llamada Escuela de La Haya, líder de la música contemporánea holandesa.

De Staat, la ruptura Nació en Utrecht, el 6 de junio de 1939. Su padre y su tío también fueron compositores, al igual que sus hermanos, Jurriaan y Caecilia. En Italia y Alemania hizo estudios con Luciano Berio, gran representante de la vanguardia europea. En 1976 emergió con un rompimiento revolucionario con De Staat, escrita para cantantes, vientos, cuerdas y guitarras eléctricas. Ins-

pirada por La República, de Platón, reflexionó sobre la relación entre la música y la política. Su catálogo es vasto, abarca música orquestal, de cámara, instrumental, coral, para piano, ópera, ballet, para cine y teatro; incluso, arreglos satíricos a obras de los Beatles. Colaboró con el cineasta Peter Greenaway en la ópera Writing to Vermeer (1997-98) y en la película M is for Man, Music, Mozart. La Divina comedia, de Dante Alighieri, recordado este año a 700 años de su muerte; El príncipe, de Maquiavelo; la obra de George Sand, Nietzsche o Anaïs Nin, así como versos de Pavese, García Lorca y Rilke, son algunas referencias literarias que reinterpretó en sus piezas. Al consignar la noticia del fallecimiento de Andriessen, la radio pú-

▲ Colegas y melómanos del mundo rindieron homenaje al compositor con recomendaciones de sus obras y videos de sus múltiples interpretaciones. Foto Wikimedia Commons blica de Estados Unidos mencionó los rebeldes días de juventud del compositor, y relató que en 1969 junto con otros músicos, irrumpió en un concierto sinfónico en la histórica sala Concertgebouw, en Ámsterdam, para protestar por “el templo para la clases de élite y el moribundo estado de la programación musical”. El incidente quedó registrado como la “Acción del Cascanueces”, que significó un llamado de atención para la vida artística en los Países Bajos.

La Ópera de Bellas Artes preparó un programa ideal para rencontrarse con el público el 4 y 11 de julio FABIOLA PALAPA QUIJAS

La Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) regresará a sus actividades presenciales este 4 y 11 de julio en el Palacio de Bellas Artes, con dos conciertos donde se interpretarán obras de los compositores Giacomo Puccini, Ottorino Respighi, Giuseppe Verdi, Wolfgang Amadeus Mozart y Gabriel Fauré. Lo anterior lo dio a conocer en conferencia virtual el director de Ópera de Bellas Artes, Alonso Escalante, quien estuvo acompañado por la mezzosoprano Rosa Muñoz e Iván López Reynoso, nombrado en diciembre pasado nuevo director artístico de la Ópera de Teatro de Bellas Artes. López Reynoso explicó que el primer concierto el programa está

conformado por piezas de Puccini, Respighi y Verdi, que en algún momento fueron contemporáneos. “Son tres obras de formato camerístico; esto es muy importante y es una coincidencia en el programa que las piezas fueron concebidas para cuarteto de cuerdas y posteriormente orquestadas”, añadió. El director, que por primera vez dirigirá a la agrupación de manera presencial desde que fue nombrado, indicó que la obra de Puccini, Crisantemi, interpretada de manera virtual el pasado 10 de mayo, es una ofrenda floral para el público, en este concierto de rencuentro. Al referirse a Il tramonto, de Respighi, López Reynoso expresó que se trata de una obra “conmovedora, profunda, emotiva, ideal para rencontrarnos con nuestras emociones, porque al final es la razón de ser de un concierto”.

Describió la obra de Respighi como una pequeña ópera de 10 minutos, porque es una historia de amor, narrada por la protagonista, que en este caso será la mezzosoprano Rosa Muñoz. El primer concierto cerrará con la Sinfonía para cuerdas en Mi menor, compuesta por Giusseppe Verdi originalmente como su única obra para cuarteto de cuerdas, en 1873. La pieza es conocida por la combinación de las habilidades teatrales y melódicas del autor. “Es, probablemente, una de las obras sinfónicas más importantes, complejas y virtuosas de Verdi. Es de dificultad muy elevada; demanda el máximo de cada atrilista, pero, al mismo tiempo, nos parece ideal para este regreso a las actividades presenciales de la orquesta. “A final de cuentas es la obra de un gran compositor lírico que

será interpretada por la orquesta especialista en el repertorio lírico del país: la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.” Para Rosa Muñoz, quien participará en el primer concierto, la partitura de Respighi retrata de manera intensa y emotiva el texto de Percy Bysshe Shelley. “Es un privilegio interpretar esta obra llena de grandes contrastes y fuerza vocal”.

Dos facetas de Mozart y Fauré En el segundo concierto, que se ofrecerá el 11 de julio en el recinto de mármol, la OTBA, bajo la batuta de López Reynoso, interpretará un programa de música sacra y profana. “Tiene como eje la doble faceta de Mozart y Fauré, porque presentaremos una obra profana y una

sacra de cada uno. De Mozart presentaremos el Ave Verum Corpus, pequeña oración, motete maravilloso para cuerdas y coro; de obra profana, su Sinfonía número 27 en sol mayor, que no es de las que más se interpreten de ese compositor.” El programa se complementa con la Pavana, de Gabriel Fauré, obra profana para coro y cuerdas, y el Cántico de Jean Racine, “fantástica” para coro y orquestas, que también se interpretará en formato de orquesta reducida. El primer concierto presencial de la Ópera de Bellas Artes, que contará con todos los protocolos sanitarios de rigor, se realizará este 4 de julio a las 17 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez s/n, Centro Histórico). El aforo será limitado a 25 por ciento de la luneta y el anfiteatro.


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