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Affaire Musk-AMLO: El papel del Estado en la atracción de inversión extranjera
from 17-03-2023JAL
Demetrio Gutiérrez @deme:_flores
El tira-afloja entre AMLO y Elon Musk por definir dónde se localizaría la Gigafactory del empresario sudafricano provocó dos posturas antagónicas en la discusión pública. Por un lado, los más liberales argüían que el gobierno federal no tiene porqué influir en la libre decisión de los empresarios de dónde invertir su dinero. Por el contrario, los más cercanos al gobierno de la 4T opinaban que esta es una potestad natural de todo gobierno y que debe ser acatada sin más por los capitalistas. Como suele ocurrir, la verdad se encuentra entre ambas.
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El conocido fenómeno del nearshoring, por el cual las empresas de alta tecnología buscan relocalizar sus cadenas productivas a países cerca de sus principales mercados, ha puesto a México en una situación privilegiada. Su cercanía con los Estados Unidos y su numerosa mano de obra especializada (en relación con los demás países de América Latina, aunque no con los asiáticos) lo vuelven un destino natural estos grandes capitales. En teoría.
Muchos elementos juegan para determinar si una región es apta para albergar cierta infraestructura productiva. Si bien la mencionada cercanía a los grandes mercados mundiales juega en el presente inmediato un papel determinante, existe una base fundamental de infraestructura y servicios cuya ausencia vuelve inviable cualquier inversión. Estas condiciones se conforman en esencia de la infraestructura en transporte, de energía, agua, drenaje y comunicaciones. A mayor sofisticación de las condiciones generales, mayor sofisticación de la inversión que es capaz de albergar.
No obstante, tales condiciones no se dan solas. Los trenes no nacen de la tierra con el verano, ni las tuberías y las líneas eléctricas. Dado que son monopolios naturales, se requirere la inversión del Estado para generarlas o, en su defecto, cierta asociación público-privada que tampoco prescinde de él. Ahora llegamos quid del asunto: dado que los recursos del Estado son limitados, el gobierno debe decidir dónde emplearlos, es decir, qué lugares privilegia para que se localice una hipotética futura inversión privada. Queda claro el carácter eminentemente político que subyace a la localización industrial. Más aún, dado que se decidió por una localización y no por otra, los bene ficios que provengan del desarrollo industral dado por la inversión pública deben repartirse nacionalmente en tanto que el capital in- vetido: 1) provido de los impuestos recabados en cada estado, y 2) se privilegió a conciencia a una región sobre otra en una decisión política.
Es de esa manera que el Estado capitalista ejerce parte de su potestad sobre el desarrollo industrial: a través de la inversión pública en las condiciones necesarias para la inversión.
Además, es evidente que la temporalidad en la relación condiciones generales-inversión privada no es líneal; si bien las segundas necesidan de las primeras para operar, estas no tienen que estar “listas” en el momento que se anuncie la inversión. Una posible solución hubiera sido que el gobierno federal y Elon Musk llegaran a un acuerdo en el cual el empresario aceptara invertir en el desarrollo de infraestructura en una región que cumpla con las condiciones necesarias para albergar la Gigafactory, y que el gobierno se comprometiera a proporcionar los recursos necesarios para la creación de dicha infraestructura. De esta manera, se podría haber logrado una colaboración beneficiosa para ambas partes, en la que el gobierno estaría apoyando la inversión privada y al mismo tiempo asegurando que se cumplan las condiciones adecuadas para el desarrollo sostenible de la región en cuestión.
Más allá del juego político subyacente, es necesario repensar la política industrial nacional y las alianzas estratégicas que pueden lograrse entre el poder ejecutivo y los inversionistas internacionales que, al parecer, vendrán a invertir a México. Toda la infraestructura que existe ya resultado de una decisión política, y toda la inversión pública o en asociación que se dé lo será también.