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Transgénicos y conflictos comerciales

Hoy comentaremos de un nuevo flanco de conflicto que el gobierno de México está creando con nuestro principal socio comercial (Estados Unidos) dentro del marco del Tratado de Libre Comercio trilateral de América del Norte.

El gobierno norteamericano a través de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) solicitó a México comenzar el mecanismo de consultas técnicas sobre el tema del maíz transgénico. Desde diciembre de 2020 el gobierno de López Obrador prohibió la importación del maíz transgénico y el glifosato, el herbicida de producción estadounidense que más se consume en el mundo.

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La oficina de la representante comercial requirió a México que presentara información científica que sustentara la acción de bloqueo pero nuestro país en lugar de aportar las pruebas (que evidentemente no tiene), cambió la ordenanza a principios de este 2023 para que la prohibición se refiriera solo al maíz transgénico para consumo humano.

De esa manera intentaba salvar la presentación de pruebas científicas de las cuales no posee ninguna puesto que no existen. La estrategia no funcionó y esta petición de consultas técnicas es el primer movimiento de la estrategia norteamericana para poder llevar a un panel de controversia, en el que México podría sufrir sanciones millonarias en afectación de las exportaciones agrícolas mexicanas a los Estados Unidos.

En los Estados Unidos la presión política se siente ya muy fuerte. Varios legisladores importantes de ambos partidos políticos han criticado la prohibición comercial. El congresista Adrian Smith, recientemente afirmó que “debemos hacer que nuestros socios comerciales respeten sus compromisos”.

La autoridad comercial norteamericana, la USTR, fue clara y concisa al afirmar que “Las políticas de México amenazan con interrumpir miles de millones de dólares en el comercio agrícola y sofocarán la innovación que es necesaria para abordar la crisis climática y los desafíos de seguridad alimentaria si no se abordan”.

Es claro que la prohibición podría afectar las relaciones comerciales entre México y los Estados Unidos, ya que el maíz es uno de los principales productos de exportación de los Estados Unidos a México. Si se limita el comercio de maíz, esto podría tener un efecto negativo en otros sectores económicos que depen- den del comercio entre ambos países.

Así mismo la prohibición limitará la oferta de maíz en México, ya que Estados Unidos es el principal proveedor de maíz importado del país. Si se reduce la cantidad de maíz disponible, esto podría aumentar los precios de éste y afectar a los productores y consumidores.

La proscripción de México para importar maíz transgénico de los Estados Unidos tendrá consecuencias económicas y comerciales significativas para ambos países, incluyendo un impacto en la oferta y los precios del maíz, la pérdida de ingresos para los productores estadounidenses, la disminución del comercio entre México y los Estados Unidos, y el aumento de la producción nacional de maíz en México.

Nuestro presidente López Obrador ha intentado dejar claro que impulsó la prohibición por razones sanitarias pero todo su gobierno no ha sido capaz de presentar prueba alguna sobre los supuestos daños del maíz transgénico que muy útil sería en el inminente conflicto comercial binacional que se avecina.

Llevamos muchos años donde millones de personas y animales han estado consumiendo maíz y otros alimentos de los conocidos como transgénicos. Los alimentos transgénicos han sido sometidos a más pruebas y ensayos que cual-

El gobierno de EU a través de la Ofi cina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) solicitó a México comenzar el mecanismo de consultas técnicas sobre el tema del maíz transgénico. Desde diciembre de 2020 el gobierno de López Obrador prohibió la importación del maíz transgénico y el glifosato, el herbicida de producción que más se consume en el mundo quier otro alimento y la evidencia científica hasta el momento concluye que no se ha encontrado un solo caso de daños a la salud.

Algunas publicaciones científicas mexicanas de primer orden y trascendencia internacional como la publicación “Transgénicos” coordinada por el biotecnólogo Francisco Bolívar Zapata aseveran enfática y literalmente que “es importante que la sociedad y la opinión pública tengan claro que los organismos transgénicos se utilizan en muchos países desde hace más de 35 años sin haber causado daños a la salud, ni efectos negativos sobre el medio ambiente o la biodiversidad; por el contrario, existe un conjunto amplio de reconocidos beneficios para múltiples usuarios, en particular para los agricultores que cultivan plantas transgénicas”.

Resumiendo, podemos tener claro que, una vez más, el gobierno de López Obrador no tiene pruebas de sus dichos y en este caso no puede demostrar los daños a la salud del maíz transgénico. Ningún estudio científico en todo el mundo ha logrado demostrarlo. Este enfrentamiento comercial binacional es claramente una consecuencia de prejuicios políticos y esto ocasionará severos daños para los exportadores mexicanos de productos agrícolas para los Estados Unidos.

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