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La ciudad no necesita cambiar y llamarse “Guadalajara de Alcalde”, advierte cronista

Samuel Gómez Luna estima que ponerle el apellido Alcalde a nuestra ciudad sería motivo de análisis

Ignacio Pérez Vega metrópoli@cronica.com.mx

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El personaje Fray Antonio Alcalde tiene méritos suficientes para que se añada su apellido junto al nombre de Guadalajara y que la capital jalisciense se pueda llamar “Guadalajara de Alcalde”, afirmó el historiador y cronista, Samuel Gómez Luna.

Sin embargo, la pregunta que las autoridades deben responder es la siguiente: ¿Es necesario agregarle el sufijo Alcalde al nombre de la ciudad?.

Samuel Gómez Luna se refirió al tema, ante la proposición que lanzó el regidor de MC en Guadalajara, Luis Cisneros Quirarte, para que investigadores e historiadores de la Universidad de Guadalajara y del Colegio de Jalisco revisen la pertinencia de la modificación al nom- bre de la ciudad.

“Creo que es indudable la labor que hizo el ‘fraile de la calavera’ en beneficio de todos los habitantes de esta ciudad y creo que la obra se sustenta no solamente por lo que conocemos, sino sobre todo el espíritu. Creo que somos todos hijos finalmente del fraile, ahora, la cuestión de ponerle el apellido Alcalde a nuestra ciudad de Guadalajara, creo que sería motivo de análisis más profundo, pero también para el sustento de la historia. Independientemente de que a Guadalajara se le agregue el Alcalde, como se plantea hacer, creo que los méritos que tiene Alcalde sobrepasan cualquier cosa”, indicó el entrevistado. Dijo que Alcalde es una figura importantísima en la historia de Guadalajara que puede “unir a liberales y conservadores” en una causa común.

Samuel Gómez Luna pidió que el tema se revise con cuidado y no se tome alguna decisión apresurada. Por lo pronto, el cronista cree que no le hace falta a Guadalajara el apellido de Alcalde, ni a la figura histórica de Alcalde pasar a formar parte del nombre de la capital de Jalisco.

“Pues yo digo que no, si te fijas, todos finalmente somos hijos del fraile, de alguna u otra manera nos hemos visto beneficiados por su generosa mano y a más de los años que ya lleva en el sueño de los justos, pues creo que fray Antonio Alcalde sigue estando vigente para todos nosotros. Yo creo que debería revisarse con calma, el problema de agregarle o hacer una modificación de un nombre no es únicamente como un capricho –como se podía entender- insisto, los méritos del fraile son por todos conocidos y sobrados, pero creo que se ten- dría que hacer un análisis concienzudo”, subrayó.

En lo que está a favor es en que se hagan mesas de trabajo, un análisis histórico, en el cual se determine “¿es tan necesario que la ciudad de Guadalajara tenga ese apellido?. Esa sería la pregunta para mi”, señaló.

Antonio Alcalde y Barriga nació en Cigales, Valladolid, en España en 1701 y murió en Guadalajara, en agosto de 1792. La obra que hizo en la ciudad, al fundar el Hospital de San Miguel de Belén y gestionar la fundación de la Universidad de Guadalajara, en 1792, la creó después de los 70 años de edad.

Además, fundó diversas escuelas primarias y “Las Cuadritas”, viviendas populares para familias en pobreza y que dieron albergue a los familiares de los pacientes del hoy antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”.

El Congreso del Estado recibió la visita de exfutbolistas, ex alumnos y familiares del sacerdote José Rosario Ramírez Mercado, a quien el Congreso del Estado, le entregó un reconocimiento post mortem, por sus aportes a la cultura, el deporte, la política y la literatura.

“El padre Chayo”, como era conocido, fue el capellán del estadio Jalisco, donde durante decenas de años, realizó oficios religiosos, previo a los partidos de futbol del Guadalajara, Atlas, UdeG, Jalisco y Nacional. También fue secretario particular del cardenal José Garibi Rivera y consejero de políticos.

A la par de su oficio religioso, el padre Chayo fue caricaturista, poeta y maestro de decenas de generaciones de seminaristas.

Raúl “Willy” Gómez, delantero de las Chivas entre 1968 y 1981, explicó que el presbítero fue consejero de futbolistas.

“Él fue parte importante de muchos personajes, políticos, integrantes de la iglesia, seminaristas. Hacía paseos cada año a Atemajac de Brizuela en Semana Santa, a los que íbamos futbolistas. Él pugnaba por la unión de los deportistas”, recordó.

José Luis “Talento” López, ex jugador del Atlas, Nacional, Pumas y San Diego Toros Soccer, también expresó que el Padre Chayo mereció en vida un reconocimiento como el que le hizo el Poder Legislativo.

La diputada de Morena, María Padilla Romo, quien promovió el reconocimiento, resaltó la valía del Padre Chayo. “Quienes lo conocieron dicen que era enriquecedor estar cerca de él, yo tuve la fortuna de conocerlo, pero quienes eran más cercanos dicen que incluso siempre estaba dibujando los rostros de las personas que estaban sentadas a su alrededor, mientras daba una charla amena, consejos y guías. También hay que decirlo fue guía en muchas tomas de decisiones de personas que estaban en cargos de poder, no solo aquí sino en el país”, afirmó. El reconocimiento post mortem fue recibido por María José y Teresa Gutiérrez Ramírez, sobrinas del Padre Chayo. (Ignacio Pérez Vega)

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