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Una obra de madurez, un posible tributo a la esposa fallecida

El 17 de julio de 1729 fallece Mariana de Churriguera, la mujer del escultor José de Larra Domínguez. El matrimonio se había conocido en 1689, cuando José de Larra trabajaba como aprendiz en Madrid en el taller del hermano mayor de Mariana, José Benito de Churriguera. Con ella tuvo seis hijos, de ellos la mayoría bautizados ya en Salamanca, donde la familia se había mudado a comienzos del siglo XVIII ante las posibilidades laborales para el escultor de la mano de los encargos a sus prestigiosos cuñados.

Mariana de Churriguera es enterrada en los Trinitarios Descalzos (hoy San Pablo), cuyo prior era su director espiritual. Las últimas hipótesis en torno a la Virgen de las Angustias es que pudiera realizarse en los seis años que el escultor sobrevive a su mujer, de la que querrá mantenerse cerca comprando la cercana casa en la calle Caldereros en 1730. Quizá estemos ante una donación a la comunidad para garantizarse la memoria perpetua de Mariana en sus oraciones o tal vez en un trabajo movido por ese dolor de la ausencia en el que permanece de algún modo viva la esencia de su esposa. En todo caso, una obra original y arriesgada llena aún de misterio.

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Arriba: Ladis en la plaza del Concilio de Trento, cuyo lleno absoluto la madrugada del Viernes Santo le produjo un gran asombro / Foto: Pablo de la Peña

Abajo: En 2022 participaba en la primera salida penitencial del Rosario, acompañando a Jesús de la Redención / Foto: Rosa González

Hay per so n as que no so n de que dar se esperando que p ase n l as cosas , o de co ntentar se co n co nte mp larl as. En vez de eso , trabajan, ayudan en lo que puedan y disfrutan par ticipando . Él se ll ama Jos é Ladisl ao He rr era , pero todo el mundo lo co n oce se nci ll amente co mo Ladis Se d ec idió a dar el p aso de meter se de ll eno en la Semana Santa de Salaman ca h ace algun os añ os y d es de enton ces se ha co nver ti do en uno de esos nombres i mpresc ind ibles para co nstruir el mundo co frade . Hoy distr ib uye su devoción en cinco cofradías, pero en su inmen so co ra zó n hay s itio para m uc h as más. Desde que su familia se trasladó de Frades de la Sierra a Salamanca, Ladis fue encontrando poco a poco el cauce para vivir intensamente su creencia y sus valores. De la mano de José Luis Sánchez Moyano se convertía en un colaborador imprescindible en las celebraciones litúrgicas en la iglesia de San Pedro de Tejares y comenzaba a participar en la cofradía de la Virgen de la Salud. Un día le plantearon la posibilidad de vivir también el mundo cofrade a través de la Hermandad de Jesús Despojado y la experiencia “fue maravillosa”.

Curioso, inquieto, incansable, Ladis convive con una discapacidad intelectual que no le impide llevar una vida autónoma. Desde hace casi dos décadas trabaja diariamente en Asprodes, en servicios como la lavandería o el reparto de catering, y por este motivo, se vio obligado a dejar su primera incursión cofrade, al no poder compatibilizar sus obligaciones laborales con el nivel de compromiso que le hubiera gustado.

Pero acabó encontrando la manera de seguir vinculado a la Semana Santa y, además, ser capaz de vivirla más intensamente cada vez. La Archicofradía del Rosario, antes de contar con su rama penitencial, le abrió la puerta y con el tiempo vería dar por fin los primeros pasos de Nuestro Padre Jesús de la Redención.

La Seráfica Hermandad del Cristo de la Agonía, la Hermandad del Cristo del Perdón, la Vera Cruz y la Hermandad Dominicana tienen la suerte de contar con Ladis entre sus filas actualmente.

En 2022 participó por primera vez en la Madrugada, acompañando a Nuestra Señora de la Esperanza. De esa noche de tantas vivencias nuevas destaca lo que le sorprendió que hubiera “tantísimas personas en las puertas de San Esteban para ver salir la procesión”. Ahí se dio cuenta del significado de la Esperanza para muchos salmantinos.

“En la pandemia eché mucho de menos poder salir con la Dominicana, porque me había apuntado y tenía muchas ganas, pero tuve que esperar hasta el año pasado”, recuerda Ladis. “Aquel año del confinamiento y 2021 me los pasé viendo vídeos de Semana Santa”.

Pero el compromiso con la Semana Santa ha seguido creciendo y en los últimos meses también se ha incorporado a Amor y Paz. “Estuvimos haciendo la marcha a Cabrera con algunos hermanos de esa cofradía y me gustó mucho la experiencia, así que también me he incorporado y espero salir ya este año en la procesión”.

Sus participaciones siempre son a cara descubierta. Portando ciriales, incensarios o navetas. Ni mucho menos por vanidad, sino por fe: “estoy orgulloso de lo que hago y quiero que se sepa que estoy muy contento de participar”.

En ocasiones, Ladis también ejerce de cofrade de acera. Muchas veces con una de sus compañías inseparables, su perrita Dama. “Voy con ella a ver la Soledad, por ejemplo, me gusta mucho esa procesión”. Tampoco falta nunca a la salida del Yacente, porque quiere arropar a su consiliario, su amigo José Luis. Así es Ladis: bondad, lealtad, y un corazón más grande que la Catedral.

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