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Una HERMANDAD fundada para el SEÑOR de la COLUMNA
Jesús Flagelado se incorporó a la Semana Santa de Salamanca en 1913, pero no fue hasta 1948 cuando contó con su propia cofradía
Luis Salvador Carmona es uno de los nombres escritos en oro en el parnaso artístico español. Aprendió de los mejores (Gregorio Fernández que había realizado el retablo de la iglesia de su pueblo natal, Nava del Rey, y Juan Villabrille y Ron, su maestro) para alcanzar una perfección reservada a muy pocos. En 1760, Carmona expone en la Real Academia de San Fernando una imagen realizada para Salamanca: “merecieron general aplauso de los concurrentes y aprovación de los profesores e inteligentes, fueron una ymagen de Christo Nuestro Señor que después de haver recibido los azotes estaba en acción de ir a ponerse la túnica, con tan tierno y expresivo afecto que compadecía a quantos la miraban, la qual está colocada con quatro Niños de Pasión, también de su mano, que le sirven de adorno” (Compendio de la Vida y Obras de Salvador Carmona, Archivo de la Real Academia de San Fernando, 1775).
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Un encargo de los jesuitas para su sacristía del Espíritu Santo, donde ocuparía un lugar destacado en una hornacina de espejo realizada por García de Quiñones. Era un mensaje para el sacerdote: piensa al revestirte en Jesús. Un prodigio artístico cargado de sentido y fe que permaneció al margen de la Semana Santa hasta el año 1913. Fue cuando el obispo Valdés media para que la Vera Cruz pueda sacar en procesión, el Jueves Santo, al “Señor de la columna de la Clerecía”.
Gaspar Jiménez Repila, abad de la Real Capilla de San Marcos, a quien pertenece la imagen, no pone trabas y se crea la Sección de la Flagelación dentro de la Vera Cruz. Serán en su mayoría dependientes del comercio salmantino. Mariano Rodríguez Galván se hace cargo de los gastos de los hábitos, de color morado y cíngulo amarillo, con una cruz blanca en el capirote.
En 1915 la sección pasa al Viernes Santo, donde permanecerá durante décadas, con distintos vaivenes, hasta que en 1945, en el seno de las Congregaciones Marianas surge la idea de crear una cofradía propia, que solo podrá configurarse en 1948, con el impulso de 44 comerciantes, aceptando ser filial de la Vera Cruz y teniendo como sede su capilla.
Así celebró esta nueva hermandad su primera procesión el Lunes Santo de 1949 junto a la de Jesús de la Promesa, saliendo ese mismo Viernes Santo igualmente en la procesión general.

Arriba: Carta de la Vera Cruz aceptando la fundación, como filial, de la nueva cofradía en 1948.
Abajo: Procesión del año 1913 captada por Venancio Gombau desde el balcón de su estudio en la calle Prior (la imagen no va acompañada de los ángeles de Carmona, sino de los de la Vera Cruz).