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Las hermandades del VIA CRUCIS y del PERDÓN estrenan NUEVOS RECORRIDOS

La Semana Santa del año 2022 viene marcada por algunas novedades importantes en los itinerarios. Dos de las hermandades de barrio cambian de templo de salida, trasladándose en ambos casos al complejo catedralicio. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón y la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Via Crucis iniciarán sus procesiones el Domingo de Ramos y el Jueves Santo respectivamente desde la seo salmantina, en lugar del convento de las Madres Bernardas y la parroquia de San Juan de Mata, como había venido siendo habitual.

Este año la Semana Santa quiere ser un renacer de muchas cosas tras el horror de la pandemia. Dos años de paréntesis que han ido dejando demasiado por el camino. Entre otras cuestiones, algunos cambios de recorrido que buscan actuar como un impulso de futuro para sus hermandades. “No quiere decir que nos vayamos del barrio, porque eso es imposible, es nuestra raíz”, explica el hermano mayor del Perdón, José Luis Pérez Hernández, sino que “buscamos cambiar la imagen de nuestro itinerario para realzar la inmensidad de nuestro titular, que es una de las grandes obras de la Semana Santa de Salamanca”.

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En el caso del Via Crucis, su hermana mayor, Alicia García, recuerda que “siempre hemos tenido un problema con nuestra sede canónica y el hecho de que no podemos montar el paso en el interior y hemos ido buscando soluciones; con las normas diocesanas ya no es posible salir desde el auditorio de San Blas, así que hacerlo desde la Catedral nos parece una opción muy buena, siempre respetando a las otras cofradías que están en la calle en ese mismo entorno el Jueves Santo”.

El Perdón, que además incluye un nuevo paso para acompañar al crucificado de Bernardo Pérez de Robles en sustitución del Camino del Calvario, traslada su acto del indulto o su oración a la plaza de Colón, y desde ahí se encaminará a su barrio atravesando la plaza de San Cristóbal. “Creemos que vamos a ganar para nuestra Semana Santa algunos rincones muy interesantes”, afirma Pérez Hernández.

También el transitar de Nuestro Padre Jesús del Via Crucis se realizará por calles completamente nuevas en esta procesión, que finalmente ha declinado el paso por la Plaza Mayor. Calderón de la Barca, Libreros, Compañía o Bordadores guiarán a los hermanos hasta el Hospital de la Santísima Trinidad. Su hermana mayor destaca que “algo que nunca vamos a cambiar es acercarnos a los mayores y enfermos porque es nuestra esencia de hermandad, para rezar con ellos las estaciones y estar a su lado”. Desde ahí, se completará el recorrido habitual por Filiberto Villalobos hasta San Juan de Mata.

FERNANDo CASQUERo DoRADo

Asegura que nunca está en los sitios por estar. Allí donde Fernando entra es para arrimar el hombro y contribuir, sin escatimar esfuerzo. De ello dan fe sus compañeros en entidades como la Hermandad de Donantes de Sangre. También en la Semana Santa. Es uno de los nombres propios de la historia de la Hermandad de Jesús Flagelado, de la que fue hermano mayor y la que sigue sintiendo como su propia casa.

¿Desde cuándo forma parte de la Hermandad de Jesús Flagelado?

Entré en 1960, ya antes de hacer la mili, a los 18 años. Así que esta Semana Santa hago 62 años. He sido de todo y he hecho de todo, incluso fui seis años hermano mayor, hasta el 2008. Luego seguí bastantes años más de tesorero. Ya no estoy en la junta de Gobierno pero sigo participando como el que más. Nunca he sido cofrade de solo el Miércoles Santo, sino de estar en los actos, en las misas mensuales. Si me he pasado los años echando la bronca a los que no participaban, ahora no voy a actuar yo igual...

¿Por qué decidía sumarse a la Semana Santa?

Yo vivía de niño en la calle de Abajo, junto a la Vera Cruz, y el párroco que se hacía cargo de ella, don Jenaro, nos dejaba entrar y veíamos las imágenes que estaban por allí. Me llamaba mucho la Semana Santa desde niño y la verdad es que una de las que más me gustaba era la del Flagelado, porque me impresionaba el hábito, tan elegante. Luego dio la casualidad de que empecé a trabajar en Primitivo Muñoz y había allí tres compañeros que estaban metidos en la hermandad y ya fue el empujón definitivo.

Desde entonces, sesenta y dos años en los que ha visto todo tipo de cambios

He visto empezar muchas cosas que han sido importantes, como el Via Crucis de la Pontificia, que se inició siendo yo hermano mayor. Antes de eso, me acuerdo de que se incorporaron como cofrades también a los hermanos de carga y, sobre todo, yo estoy orgulloso de haber luchado mucho para que entraran las mujeres en nuestra hermandad. Entonces, en los años 80, había aquí gente muy mayor que no quería. Pero yo lo llevaba a todas las juntas y en el año 1988 ya se me sumaron otras personas y empezamos a empujar mucho.

Había mucha resistencia a algo que hoy nos parece absolutamente normal Mucha. Alguno entonces me llegó a decir que se iba de la hermandad si entraban mujeres. Y se fue. Pero yo entendía que era un paso que había que dar y que era bueno para todos. Fíjate que hubo un año antes de eso que se nos coló una mujer en la procesión. Su padre había sido hermano y había fallecido y ella se puso el hábito de su padre y salió. Lo supimos después. Es incomprensible tener que llegar a eso, cuando lo normal es que haya mujeres y hombres.

Y con la entrada de las mujeres llegó también Nuestra Señora de las Lágrimas

Las mujeres desde el principio han sido un valor inmenso y pensamos enseguida que había que incorporar a una Virgen. Lo hicimos por mediación de Julián Alcántara, que nos contactó con José Miguel Sánchez Peña. Entonces no era como ahora, lo hicimos todo por teléfono, en 1991 yo firmé el contrato con él así y lo arreglamos en 325 000 pesetas. Eso es lo que costó, aunque luego ese importe lo pagó un hermano como donación a la hermandad. Luego con José Miguel gracias a eso hemos tenido mucho contacto y creo que tenemos un cariño mutuo.

Después de todo lo vivido, ¿en qué momento cree que está la hermandad? Para mí está en un momento muy bueno. Nos movemos en torno a los quinientos hermanos que es donde siempre se ha estado y creo que se hacen las cosas bien, como en general en la Semana Santa de Salamanca. Con una excepción, a mí me gustaría mucho que se volviera a hacer una procesión única del Santo Entierro, creo que lo de ahora es un lío. Está mal para todos.

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